Linda Howard - Belleza Mortal

Здесь есть возможность читать онлайн «Linda Howard - Belleza Mortal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Belleza Mortal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Belleza Mortal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Blair Mallory está a punto de vivir el mes más frenético de su vida. Recuperada por completo del intento de asesinato que la llevó a los brazos de Wyatt, el detective asignado a su caso, ahora se enfrenta al ultimátum que su prometido ha fijado para el día de su boda. Tiene poco margen de tiempo y se trata de una cuestión de estilo: si no se da prisa, acabará en una de esas horrendas ceremonias en Las Vegas, algo que no está dispuesta a experimentar. Así que se lanza a la búsqueda desesperada de unos bonitos zapatos y un vestido de escándalo que deje a su chico mudo de lujuria en el altar. Sin embargo, todo se complica cuando, al salir del centro comercial, una misteriosa conductora la arrolla, dejándola medio magullada sobre el asfalto. ¿Imaginaciones suyas o alguien desea interponerse una vez más en su camino? Está segura de que está siendo acosada, pero ni siquiera su prometido le cree. Llena de dudas, Blair no tardará en descubrir que el atropello no fue una simple coincidencia y que una desconocida anda de nuevo tras sus pasos.

Belleza Mortal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Belleza Mortal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Una horrible sospecha empezó a cobrar forma. ¿Me la habían jugado? ¿Me había estado vacilando? Reconozco que, por regla general, al menos la mitad de las cosas que salían de mi boca yo las decía porque disfrutaba vacilándole, pinchándole y provocándole, pero eso era parte de la diversión de tratar con un hombre tan alfa como él. Hacedme caso, tomar el pelo a Woody Alien no sería ni la mitad de emocionante que tomar el pelo, digamos, a Hugo Jackman.

Pero sólo porque me guste vacilarle no quiere decir que acepte que él me lo haga a mí.

– ¿Has estado hablando con papá? -pregunté con desconfianza.

– Por supuesto que sí. Sé que me meto en un asunto muy serio con esto de casarme contigo, de modo que aceptaré cualquier consejo experto que reciba. Me dijo que seleccionara las batallas, que no empezara a defender el territorio por tonterías que no me importaban un carajo. Mientras dejes en paz mi sillón y la tele, yo conforme.

No sabía si enfurruñarme o sentir alivio. Por otro lado, papá no iba a darle mal ejemplo, y mi vida sería mucho más fácil si no tenía que ocuparme yo sólita de toda la formación de Wyatt. Por otro lado, bien, me gusta tocar los cataplines.

– Pues entonces ya puedes firmarme un talón y me pondré manos a la obra -dije con alegría-. Cuando necesite más, te lo haré saber. Conozco un carpintero genial, y aunque es probable que no tenga tiempo para empezar de inmediato, podría quedar con él la semana que viene y enseñarle lo que quiero para que se ponga a pensar en los bosquejos.

Se paró y otra vez receló.

– ¿Un talón? ¿Un carpintero? ¿Qué bosquejos?

Ah, qué cataplines tan magníficos, debidamente tocados. La vida era una gozada.

– Recuerdas cómo ha empezado esta conversación, ¿verdad?

– Sí. Tú y Siana estabais hablando de mi polla.

– No esa conversación, esta conversación. La de las reformas.

– Entendido. Aún no he dado con la conexión entre mi polla y el tratamiento de las ventanas -dijo con sequedad-, pero por ahora me contentaré. ¿Qué pasa con el inicio de esta conversación?

– Una despensa. No tienes despensa. Necesito una.

Una mirada increíble se apoderó de sus ojos.

– ¿Me estás echando de mi despacho, y esperas que pague por ello?

– Espero que pagues buena parte, sí. Tienes más dinero que yo. Dio un resoplido.

– Conduzco un Chevrolet. Tú conduces un Mercedes. Hice un gesto desdeñoso. Detalles.

– No te estoy echando. Te estoy trasladando a un nuevo despacho. Distribuiré el salón. -Era una gran habitación, y no necesitaba tanto espacio para mi oficina casera. La mayor parte, sí, pero no todo-. De cualquier modo, necesitas una oficina más grande; has metido tantas cosas en la despensa que ya casi no entras ni tú.

Eso era la pura verdad. Para mí era un misterio, ya que en el momento de comprar la casa había hecho una reforma de gran envergadura, pero no había incluido un despacho como Dios manda para él. La única explicación que se me ocurría era que Wyatt era un tío. Al menos había una cantidad suficiente de cuartos de baño, aunque tal vez eso fuera idea del constructor; estaba claro que lo de poner una despensa no era idea de Wyatt.

Le vi dar vueltas a la idea de un despacho mayor y percatarse de que yo tenía razón; necesitaba más espacio, y yo necesitaba una despensa.

– De acuerdo, de acuerdo. Haz lo que quieras, y yo lo pago. -Se pellizcó el caballete de la nariz-. He venido aquí para contarte lo de las cintas de seguridad y, de algún modo, he acabado gastando veinte mil dólares, como mínimo -refunfuñó, hablando sobre todo consigo mismo.

¿Veinte mil dólares? Ya le gustaría. No obstante, me guardé eso para mí. Muy pronto se enteraría.

– ¿Tienes las cintas del aparcamiento? -Soné un poco incrédula-. Pensaba que no las conseguirías, ya que no me tocó. ¿El centro comercial te las pasó sin más ni más?

– En realidad, sí, pero las habría conseguido de todos modos.

– Habrías necesitado una orden, y no se cometió ningún delito.

– La imprudencia temeraria es un delito, cielo.

– Anoche no dijiste nada de imprudencia temeraria.

Se encogió de hombros. Según su punto de vista, los asuntos de polis eran cosa suya, del mismo modo que, digamos, mantener bien clorada la piscina pequeña de Great Bods era asunto mío. Yo no consultaba todos los detalles del gimnasio con él y, de hecho, pensándolo bien, él me comentaba muy pocos asuntos de polis. No es que yo estuviera de acuerdo del todo con eso, porque los asuntos policiales son mucho más interesantes que la cloración de piscinas, y ése era el motivo de que yo husmeara en sus expedientes de tanto en tanto. Vale, cada vez que tenía ocasión.

No quise darle más vueltas a lo de su falta de comunicación, algo que él no tenía intención de remediar, al menos en lo referente a su trabajo.

– ¿Qué has encontrado?

– No demasiado -admitió, con la frustración reflejándose en sus ojos-. Para empezar, el centro comercial tiene un sistema anticuado que emplea cintas en lugar de material digital. La cinta está gastada, y no pude distinguir la matrícula; sólo se aprecia que, indudablemente, el coche era un Buick. Nuestros técnicos dicen que deberían haber cambiado la cinta hace un mes más o menos; literalmente tiene agujeros. No podrán sacar nada útil de eso.

– ¿El centro comercial no reemplaza las cintas con regularidad? -pregunté indignada. Eran unos dejados. Me sentí traicionada.

– En muchos sitios hacen lo mismo, al menos hasta que sucede una desgracia. Entonces quienquiera que esté al mando del sistema de vigilancia se pone hecho una furia, y durante un tiempo cambian las cintas con regularidad. No te creerías la porquería que nos dan a veces para trabajar con ella. -Su tono era duro. Wyatt no toleraba a la gente que no cumplía con su deber.

Metió el brazo debajo de la sábana y me agarró la parte interior del muslo, con fuerza, tal vez un poco áspera y, oh, tan cálida.

– No te alcanzó por centímetros -dijo con voz ronca-. Casi me da un infarto al ver lo cerca que estuvo. Esa zorra no intentaba sólo asustarte, literalmente intentaba matarte.

Capítulo 7

Mamá llegó muy poco después con mis ropas, que colgó en el minúsculo armario, y luego dejó caer mis llaves de nuevo en mi cartera.

– No puedo quedarme -dijo con expresión frustrada, un poco agobiada pero increíblemente bella, porque así es mamá: no puede no estar guapa-. ¿Cómo te encuentras, cielo?

– Mejor -contesté, porque era verdad. Había conseguido comer esos espantosos huevos ¿a que sí? Lo de «mejor» debería ir matizado por «levemente», pero quería mostrar buena voluntad -. Gracias por traerme las cosas. Ahora vete tranquila a hacer lo tuyo; no te preocupes por mí.

Me dedicó una mirada irónica en plan «sí, seguro».

– ¿Ya ha pasado algún médico?

– Ninguno.

Pareció aún más frustrada. -¿Dónde está Siana?

– Ha bajado a la cafetería cuando he llegado yo -dijo Wyatt consultando el reloj-. Lleva unos veinte minutos allí.

– No puedo quedarme hasta que vuelva, tendría que haberme ido hace ya cinco minutos. -Se inclinó y me besó en la frente, tocó la mejilla de Wyatt mientras se dirigía hacia la puerta y salió al pasillo con un «Llámame al móvil cuando me necesites». Lo dijo por encima del hombro mientras desaparecía de nuestra vista.

– No le has mencionado las cintas del aparcamiento -comentó Wyatt.

Él seguía intentando descifrar nuestra dinámica familiar. Aunque era de la opinión de que la realidad pura y dura es la plataforma operativa más estable, mamá y yo compartíamos la tendencia de seguir tangentes para no tener que pensar en las cosas malas hasta que las hubiéramos procesado y estuviéramos preparadas para asimilarlas. Yo había tenido toda la noche para procesar, y además había estado en el lugar de los hechos y sabía con exactitud el peligro que había corrido, de modo que ya había explorado unas cuantas tangentes y ahora me enfrentaba concienzudamente a la historia pura y dura.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Belleza Mortal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Belleza Mortal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Linda Howard - All The Queen's Men
Linda Howard
Linda Howard - Cercano Y Peligroso
Linda Howard
Linda Howard - Prisionera
Linda Howard
Linda Howard - Mackenzie's Mission
Linda Howard
Linda Howard - Death Angel
Linda Howard
Linda Howard - To Die For
Linda Howard
Linda Howard - Overload
Linda Howard
Linda Howard - Mackenzie's Magic
Linda Howard
Отзывы о книге «Belleza Mortal»

Обсуждение, отзывы о книге «Belleza Mortal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x