Jessica Hart - Una chica prudente

Здесь есть возможность читать онлайн «Jessica Hart - Una chica prudente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una chica prudente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una chica prudente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Jane era una chica prudente, todos lo decían. Diez años antes, su prudencia le había impedido escaparse con Lyall Harding, un muchacho de su pueblo. Ahora, Lyall había vuelto y, lejos de ser el chico impulsivo, irresponsable y descarado que todos recordaban, se había convertido en el reputado director de una multinacional.
Jane necesitaba conseguir un contrato de su empresa para mantener el negocio familiar. Pero, tal y como estaban las cosas, iba a ser Lyall quien decidiera las condiciones…

Una chica prudente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una chica prudente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No puedes comprar un pasaporte. Y aunque pudiera, no podría marcharme y dejar en estos momentos la empresa… Tenemos un trabajo importante que cumplir.

– No hemos tenido oportunidad de hablar, y hay muchas cosas que quiero decirte. Ahora voy a estar dos semanas fuera. Cancelaría el viaje, pero hemos tardado años en conseguir el trato. Ahora no puedo abandonar a todo el mundo.

– Por supuesto que no puedes. Podemos hablar cuando vuelvas -dijo besándolo con ternura-. Siempre sabes dónde encontrarme.

– Me imagino -dijo, retirándole el pelo de la cara para darle un último beso-. Es mejor que me vaya. Judith vendrá a recoger algunos papeles, así que puede llevarte a por la furgoneta. Pero puedes seguir durmiendo, vendrá más tarde.

Lyall la acarició una última vez y se fue. Jane se quedó echada y se estiró perezosamente. Había olvidado que era posible sentir esta satisfacción, esta plenitud. Los recuerdos de la noche anterior flotaron como burbujas hasta quedar dormida de nuevo.

El teléfono la despertó un poco más tarde. Pensó que sería Lyall telefoneando desde el coche. ¿Quién si no podía ser? Se levantó rápidamente, impaciente por oír su voz, tomó un albornoz colgado detrás de la puerta, y cuando llegó el teléfono paró de sonar. Entonces se encendió la máquina de fax. Contrariada porque no hubiera sido Lyall, se quedó mirando los papeles que había en su mesa. De repente, vio el nombre de Penbury Manor en uno de ellos y no pudo evitar leerlo.

Era un mensaje de Judith de hacía una semana.

Dennis Lang telefoneó y quiere hablar contigo urgentemente antes de que vayas a Japón. Ha estado buscando algunos edificios para ocupar, en sustitución de Penbury Manor y ha encontrado dos disponibles, te mandará detalles, pero quiere que te decidas lo antes posible sobre si dejarás de trabajar en Penbury inmediatamente o terminarás la primera fase.

Lyall había contestado algo a Judith:

He hablado con Dennis esta tarde. Va a negociar con los propietarios de Dilston House, y se pondrá en contacto contigo para tramitar los contratos. Una vez que estén finalizados, solucionaré las cosas con Penbury Manor. Hasta entonces, por favor, mantén secreto este cambio de planes.

Jane leyó el mensaje dos veces, luego lo volvió a dejar cuidadosamente y lo cubrió con otros. ¿Un cambio de planes? ¿Por qué no se lo había dicho? ¿La iba a despedir?

No, no podía ser, no después de lo que había pasado la noche anterior. Jane recordó la mirada de despedida y se tranquilizó, aunque no completamente. Así que se duchó, se vistió y salió del apartamento sin esperar a Judith. Era muy temprano y las calles estaban solitarias, pero encontró pronto un taxi que la dejó en el aparcamiento de Multiplex.

La duda creció mientras conducía por la autopista. ¿Por qué Lyall había cambiado de opinión? ¿Era una manera de castigarla por la pelea que habían tenido?

Jane intentaba desesperadamente no sucumbir a la tristeza recordando la noche anterior, pero no servía de nada. No podía decir a los hombres que se quedarían sin trabajo hasta que Lyall no lo dijera claramente, pero no iba a poder disimular como si todo fuera de maravilla.

Jane se dirigió directamente a la mansión, donde los hombres descargaron las chimeneas. Dio una vuelta para revisar los trabajos y terminó en el dormitorio de Lyall. Recordó estar en la ventana junto a él, y cómo él había sonreído y le había preguntado si era ése el tipo de dormitorio donde le gustaría despertarse. El recuerdo era tan vivo que estuvo a punto de darse la vuelta para ver si estaba detrás de ella. Los ojos se le llenaron de lágrimas. Lo echaba de menos tan intensamente que casi le dolía todo el cuerpo. Si pudiera apoyarse contra él y sentir sus brazos… si estuviera allí para explicarle que todo era un malentendido…

Fue hacia la ventana e hizo un gesto con la mano. Era todo un error. Tenía que serlo. Había malinterpretado la nota, y era el castigo por haber leído algo que no era asunto suyo. Esta vez confiaría en él.

– ¡Hola! -Jane se dio la vuelta y vio a Dimity.

Jane dio la vuelta y contestó. A pesar de lo que le habían contado sobre ella y Alan, estaba segura de que la muchacha había ido a la mansión para ver a Lyall.

– ¿Otra vez aquí? Eres muy responsable.

– Sólo quería dar una vuelta -explicó Dimity, con una expresión de exagerada nostalgia.

– ¿Qué quieres decir? -preguntó Jane suspicaz.

– ¿No te ha hablado Lyall sobre el cambio de planes?

– No.

– Será mejor que no te diga nada entonces…

– ¿He de entender que Multiplex no va a seguir con la obra de Penbury Manor? -exclamó con voz cortante, y aunque Dimity extendió las manos disculpándose, sus ojos parecían reír.

– Creí que Lyall te lo habría dicho -dijo con dulzura-. Después de todo, el cambio te afecta a ti más que a nadie.

– Sí, hubiera sido un detalle.

– Lyall me dijo algo el fin de semana -explicó Dimity, acariciándose el cabello rizado-. Por supuesto, me quedé horrorizada al saber que había decidido restaurar otra mansión más adecuada, pero me aseguró que mi trabajo no cambiaría. Dilston House es muy bonita, pero esta casa tiene algo especial, ¿verdad?

– Sí. ¿Tú seguirás siendo la decoradora para el nuevo edificio?

– ¡Claro que sí! -como si hubiera sido algo que no hubiera que dudar-. Quiero decir que mi trabajo aquí no ha servido para nada, pero Lyall me ha dicho que me compensará de todas maneras -se acercó un poco más a Jane y habló más bajo-. Dilston está cerca de Oxford y es un poco lejos para que tus hombres vayan allí todos los días, ¿no crees? Creo que emplearán a alguna empresa de allí. Es una pena, tus hombres han hecho un buen trabajo. Quizá los nuevos propietarios quieran que ellos terminen con la renovación.

– Quizá -contestó Jane. Consiguió decir adiós sin saber cómo, y se dirigió hacia la furgoneta, donde estuvo sentada sin hacer nada unos minutos.

Así que era verdad. Lyall iba a dejar Penbury bruscamente cuando volviera, y ella era la única persona a la que no le había dicho nada.

Llamó a la mañana siguiente, cuando Jane estaba a punto de dejar el despacho. Enseguida supo que era él, y ni siquiera se sobresaltó.

– ¡Por fin te encuentro! -exclamó Lyall con alegría desde el otro lado del mundo-. Creí que no iba a poder llamarte. ¿Cómo estás?

– Bien -contestó Jane, que nunca se había sentido peor.

– ¿Estás segura? No pareces la chica que dejé ayer por la mañana, ¿o es sólo el teléfono?

– Creo que es mejor que olvidemos la noche de ayer.

Hubo un silencio brusco.

– ¿Olvidarlo? -repitió Lyall con incredulidad-. ¿De qué estás hablando?

– Yo prefiero olvidar lo que ocurrió.

– Pero, ¿por qué? -estalló Lyall-. ¿Qué ha pasado?

Había pasado todo.

– Nada.

– ¡No me hagas esto! Un día me estás dando un beso de despedida y no quieres que me vaya, y al siguiente me tratas como si fuera un extraño. ¿Por qué intentas disimular lo que ha significado la noche pasada?

– No estoy disimulando -dijo, sorprendida por la firmeza de su voz. ¿Para qué iba a preguntarle nada? Dimity se lo había contado.

– ¿Por qué dormiste conmigo? No tenías que haberme besado. No tenías que haber hecho el amor.

– ¿Qué esperabas que hiciera cuando tú me acababas de ofrecer dinero?

Nada más decirlo se dio cuenta que había ido demasiado lejos. Hubo un silencio largo y peligroso, roto por la voz enfadada de Lyall a miles de kilómetros.

– ¿Cómo te atreves? Sabes perfectamente que no tuvo nada que ver con lo que pasó entre nosotros.

– Para mí, sí.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una chica prudente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una chica prudente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una chica prudente»

Обсуждение, отзывы о книге «Una chica prudente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x