Lynsey Stevens - Amor traicionado

Здесь есть возможность читать онлайн «Lynsey Stevens - Amor traicionado» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Amor traicionado: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Amor traicionado»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Georgia había imaginado cientos de veces que se convertiría en la mujer de Jarrod Maclean… Hasta que lo encontró abrazando apasionadamente a su madrastra.
Para contener el dolor, trató de convencerse de que se alegraba de que Jarrod hubiera decidido marcharse a otro país.
Cuando Jarrod volvió, cuatro años más tarde, Georgia no había conseguido perdonarlo. A pesar de que lo veía más enamorado de ella que nunca, él insistía que una relación sentimental entre ellos era imposible… ¿Ocultaba algo? ¿Qué había pasado de verdad cuatro años atrás? Toda la familia parecía saberlo… excepto ella.

Amor traicionado — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Amor traicionado», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Será mejor que des las gracias -la animó Lockie, señalando al entusiasmado público.

Y Georgia hizo un esfuerzo sobrehumano para fingir una sonrisa.

– Tengo que descansar, Lockie -dijo en voz baja, inclinando la cabeza hacia adelante para ocultar los labios.

– De acuerdo. Pero querrán que vuelvas a cantar -dijo Lockie-. Ven después del próximo tema.

Georgia asintió con la cabeza. No le resultó fácil que sus piernas obedecieran la orden de avanzar.

– ¿De acuerdo? -insistió Lockie.

Y Georgia volvió a asentir, logrando, sin saber muy bien cómo, salir del escenario.

– Un gran aplauso para la fantástica Georgia Grayson -dijo Lockie, haciendo una reverencia en su dirección-. Os prometo que volverá.

Georgia estuvo a punto de desmayarse cuando llegó al camerino. Forcejeó para abrir la ventana y se apoyó en la pared, tomando aire frenéticamente. A través de la ranura abierta pudo ver un par de estrellas recortadas contra el oscuro cielo.

Jamás volvería a cantar aquella canción. En lugar de acabar con los fantasmas había logrado despertarlos y abrir todas las heridas. Y delante de un montón de gente. Dejó escapar un gemido. Especialmente, delante de uno de los miembros del público. Acababa de desnudar su alma ante Jarrod Maclean.

Y había sido tan clara. Otro gemido brotó de su garganta. ¿Clara? En todo lo relacionado con Jarrod Maclean siempre había sido así.

Después de tantos años, acababa de demostrarle a él y a sí misma que sus sentimientos no habían cambiado. Lo amaba tanto como en el pasado y su comportamiento de cuatro años atrás parecía no tener importancia.

Georgia se dijo que era una mera cuestión física. Suspiró desesperada. ¿A quién pretendía engañar? Lo cierto era que Jarrod Maclean le había robado el corazón y ella se lo había entregado sin oponer resistencia. ¡Aunque no se lo mereciera!

Georgia tenía ganas de llorar, pero el estrangulamiento que sentía en la garganta amenazaba con ahogarla. Le dolía todo el cuerpo. De un impulso se separó de la pared y miró por la ventana. Le temblaba todo el cuerpo.

Jarrod estaba en lo cierto. No tenía el temperamento para ser una estrella. Le faltaba ese algo que Lockie y los muchachos tenían: el placer de estar sobre el escenario, el ansia de ser aplaudidos. A ella le iba más estar en la sombra. Podía componer canciones pero…

Suspiró abatida. De pronto lo veía todo claro. Llevaba cuatro años sobreviviendo. Se había deslizado por la vida como un río por su cauce. Había perdido la capacidad de luchar y ni siquiera hacía un esfuerzo por recuperarla.

No había vivido, sino meramente existido, dejando pasar un día tras otro, un mes tras el siguiente. Morgan tenía razón.

¿Podía culpar a Jarrod? No, ella era la única culpable. Sólo ella era responsable de haber puesto su felicidad en manos de Jarrod y cuando él había optado por tener una vida propia, ella se había dejado hundir sin ofrecer resistencia. Comía, dormía, respiraba. Pero no vivía.

Eso tampoco significaba que pudiera perdonar a Jarrod lo que hizo. El dolor era demasiado profundo. Suspiró con desesperanza y de pronto contuvo el aliento, consciente de que ya no estaba sola.

Se giró bruscamente.

Jarrod estaba apoyado en el marco de la puerta. Llevaba una camisa color albaricoque que acentuaba el color tostado de su piel y unos pantalones color crema. Tenía las manos metidas en los bolsillos y cruzaba las piernas con aire casual.

Pero Georgia, que lo conocía bien, supo de inmediato que no estaba relajado. Un nervio le latía en la sien y sus ojos brillaban como zafiros. Georgia adivinó que apretaba las manos con fuerza.

– ¿Estás bien? -su voz la sobresaltó.

Georgia intento recuperar el dominio de sí misma.

– ¿Por qué?

– Has dejado el escenario precipitadamente.

Georgia se encogió de hombros.

– Los focos me estaban dando calor y necesitaba tomar un descanso.

Jarrod arqueó una ceja con escepticismo. Georgia añadió:

– Cantar es muy agotador.

– Especialmente cuando se pone tanto sentimiento -dijo él.

Georgia se quedó mirándolo sin saber qué contestar.

– Sea lo que sea lo que te pagan, no es bastante -Jarrod se separó de la puerta y miró en torno.

– La verdad es que me pagan bastante bien -dijo Georgia, rápidamente-. Una buena cantidad para contribuir al pago de mi coche.

Jarrod la observó con ojos turbios.

– ¿Recuerdas lo que te dije sobre un tiovivo y la dificultad de bajarse de él? Así es como se empieza.

– Como tú bien sabes por experiencia -dijo, Georgia, sarcástica.

Jarrod se sacó las manos de los bolsillos y las puso en jarras.

– Se ve que tienes buena memoria -replicó a su vez, en tono irritado.

– No creo que sea asunto tuyo -respondió Georgia, airada.

– Puede que no, pero alguien tiene que decirte que no puedes seguir así.

– ¿Y ésa es tu opinión después de dos actuaciones? -dijo Georgia, sarcástica.

– Sólo me preocupa que Lockie intente convencerte de que continúes con ellos. No vas a poder seguir su ritmo, Georgia. Dos noches a la semana añadidas a tu trabajo en la librería y a tus horas de estudio agotarían a cualquiera -Jarrod alzó las manos y las dejó caer-. ¿Y para qué? Es demasiado.

– No estoy más que ayudando a Jarrod -dijo Georgia, desafiante-. Mandy vuelve la semana que viene.

Jarrod masculló algo incomprensible y dio un paso adelante.

– ¿Y esa Mandy canta tan bien como tú?

– Mejor.

– Me cuesta creerlo. Escucha, Georgia, Lockie… -Jarrod sacudió la cabeza-. Ya hemos hablado de esto. Me preocupa tu salud. Mírate en el espejo.

– ¿Qué quieres decir?

– Quiero decir que tienes ojeras y has adelgazado.

Georgia apretó los labios. Había perdido siete kilos en cuatro años. O mejor, en un mes, cuatro años atrás.

– Pensaba que estaba de moda estar delgada. De todas formas, no puedes decirme nada, tú también has adelgazado.

– No estamos hablando de mí y sabes perfectamente a lo que me refiero, Georgia. No enfermes por culpa del grupo.

¡Enfermar! Georgia hubiera querido gritarle que el problema no era su salud, sino su corazón.

Le dirigió una mirada furibunda pero la preocupación que vio en los ojos de Jarrod la desarmó.

– ¿Enferma? Estoy más sana que un toro.

Jarrod dejó escapar una carcajada.

– Es posible, pero al acabar la canción has estado a punto de desmayarte.

– Eso ha sido por el tipo de canción que era -dijo ella, con picardía.

– Tengo que reconocer que es muy sensual -dijo él, secamente.

Georgia sonrió sin que sus ojos lo hicieran.

– Eso dicen los chicos y Lockie -dijo, con descaro.

– Sin embargo…, no te pega.

– ¿Tú crees? No es eso lo que he oído -dijo Georgia, provocativa-. Puedo pensar en unos cuantos hombres que me consideran sexy -mintió. Para ella sólo había habido un hombre.

– En cualquier caso, comprendo por qué Lockie la ha elegido como la canción estrella del disco -Jarrod hizo una pausa-. Es magnífica.

– Gracias -Georgia levantó la barbilla.

Jarrod seguía mirándola escrutadoramente, y Georgia sintió el impulso de decir algo que lo desconcertara, que le hiciera recordar…

– La escribí hace cuatro años -dijo, en tono seco.

Jarrod se tensó y Georgia sostuvo su mirada, decidida a paladear su venganza.

– De hecho, la escribí la primera noche que hicimos el amor -continuó-. Así que si tiene el éxito que Lockie predice, parte del mérito será tuyo.

El corazón de Georgia latía desbocado y a una parte de ella le espantaron las palabras que se oyó decir. Se volvió para tomar un cepillo de pelo y comenzó a cepillarse aunque no lo necesitaba.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Amor traicionado»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Amor traicionado» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Amor traicionado»

Обсуждение, отзывы о книге «Amor traicionado» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x