Christie Ridgway - Atrévete a amarme

Здесь есть возможность читать онлайн «Christie Ridgway - Atrévete a amarme» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Atrévete a amarme: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Atrévete a amarme»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La reportera Angel Buchanan se ha llevado una sorpresa enorme al descubrir que el difunto pintor Stephen Whitney, quien se autodenominaba el «Artista del corazón» y se caracterizó por defender los valores familiares, es el padre que la abandonó cuando tenía cuatro años. Y no hay nada como la lectura de un testamento para que aparezcan parientes cuya existencia era hasta entonces desconocida: la afligida viuda junto a su sexy hermana gemela… y un tipo de muy buen ver. Se trata de C. J. Jones, un conocido abogado que quiere comprar el silencio de Angel sobre la no tan ejemplar vida secreta de su padre. Ella no ignora que C. J. intentará cortejarla para salirse con la suya, pero ¿quién podría resistirse? Y encima en un escenario como Tranquility House: una mansión plagada de habitaciones y románticos rincones.

Atrévete a amarme — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Atrévete a amarme», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Y cuando ella se rindió a la evidencia de la inmediata llegada del clímax, él redobló su empuje y lo llevó a su máximo…

Por primera vez en su vida, Angel sintió las oleadas cumbre del placer haciéndose dueñas de su cuerpo y también del de un hombre; del de Cooper, que no vivía algo parecido desde que los médicos le devolvieran la vida.

Ambos gritaron al unísono.

13

– Cooper me pidió prestada una copa de vino ayer por la noche.

Sentada frente a Judd, los bonitos ojos marrones de Beth brillaban de curiosidad.

– ¿Qué crees que está ocurriendo? -le preguntó.

Judd se encogió de hombros y sonrió.

– Venga ya. Lo sabes de sobra, pero no me lo quieres decir.

El hombre soltó una carcajada. Tenía gracia que una mujer que tenía el corazón roto se preocupara del estado en el que se encontraba el corazón de los demás. Y a él le encantaba ver aquel brillo en sus ojos y el color de nuevo en sus mejillas. Con gesto ausente, Beth se quedó pensando mientras acariciaba al gato, y eso hizo que Judd se sintiera aún mejor.

Beth obtenía placer en algo que él le había regalado. Obtenía placer con él.

Cuando, unos días antes, Judd se vio obligado a admitir que llevaba años evitando enfrentarse a dos verdades importantes, tocó fondo. Una: que estaba enamorado de una mujer con la que había fingido querer solo una amistad. Y dos: la mujer a la que amaba había estado fingiendo no estar enamorada del marido de su hermana. En ese momento creyó que su relación con Beth sería imposible.

Sin embargo, debería haberse dado cuenta de que estaba equivocado. En el Tao-te Ching , libro fundamental del taoísmo, Lao-Tzu escribió:

«Lo que está bien establecido, no se arranca.

»Lo que está bien sujeto, no se escapa».

Tras recordar estas palabras, Judd se dio cuenta de que Beth y él habían construido una amistad sobre cimientos fuertes, y que aún podía llegar a más. Buda había dicho que todo tenía su momento, así que mientras esperaba a que llegara el suyo con Beth, Judd avanzaba por el Camino Medio, viviendo en armonía como dictaba la Cuarta Noble Verdad del budismo. Gracias a la meditación y al tai-chi que practicaba a diario, había conseguido recuperar el equilibrio de sus emociones.

Sonó el teléfono y Judd observó a Beth mientras esta dejaba al gato en el suelo y se levantaba para responder. Era tan elegante, pensó. Tan refinada. Llevaba unos pantalones naranja de cintura baja y una camiseta blanca de tirantes, uno de los cuales no se mantenía en su sitio y dejaba al descubierto la piel tostada de su hombro.

¿Qué pensaría Beth si hundiera en él sus labios?

¿Qué pensaría si le quitara la camiseta?

Después le desabrocharía las sandalias que cubrían sus estrechos y delicados pies, y cuando estuviera desnuda le arrancaría la pulsera tobillera que le había regalado Stephen. Y así, Beth sería suya.

Solo suya.

Toda suya.

– ¿Judd?

El hombre abandonó la ensoñación para mirarla. Ya había colgado el auricular y lo observaba con expresión de extrañeza.

– Me estás mirando las sandalias. Son un poco llamativas, ya lo sé, pero hoy me apetecía llamar la atención.

Judd inspiró profundamente en un intento de controlar la ira hacia Stephen y el arrebato de pasión que sentía por Beth.

Pero entonces la mujer le sonrió y, tras un suspiro, Judd relajó la tensión que se le empezaba a acumular en el vientre. Era en ese punto, en el tan tien , donde se concentraba su chi o energía vital. Volvió a sentir la presión y se le escapó el chi , recorriéndole todo el cuerpo en una oleada de calor.

Judd apretó los dientes e intentó disimular la reacción señalando al teléfono y haciendo un gesto con la cabeza para preguntar quién había llamado.

– Era Lainey -respondió Beth-. Quiere que vayamos a la torre. Dice que se trata de una sorpresa. Parecía muy contenta.

Judd arqueó una ceja.

– Yo también siento curiosidad. ¿Nos vamos?

El hombre se levantó de inmediato con la esperanza de que el aire fresco contribuyera a mejorar su humor. Paseando uno junto al otro, Judd y Beth tomaron el atajo que llevaba a la torre que Stephen utilizaba como estudio. Cuando se encontraron debajo de la alargada sombra del edificio, ambos se detuvieron. Aquella mañana era tan calurosa como las anteriores, sin embargo, Beth sintió un escalofrío.

Sin pensárselo dos veces, Judd se acercó a ella y le frotó un brazo para que entrara en calor. La mujer lo miró, bajó la vista hasta su brazo y volvió a dirigirla a sus ojos.

– Judd…

Al hombre le pareció que aquel susurro llevaba implícitas un montón de cosas.

Quizá porque sus caricias eran ahora distintas. Estaba consiguiendo comunicarse con ella, llamar su atención, que se diera cuenta de lo que sentía. Judd decidió que Beth se había sorprendido por su acercamiento, pero que no le había molestado. Entonces observó que la mujer tenía aún la piel de gallina y la miró a los ojos. Contención. Sentía que su chi fluía por todo su cuerpo y volvió a frotarle el brazo con la mano, despacio, con afecto.

Beth le dedicó una mirada inquisitiva.

Judd asintió y bajó la vista hasta sus labios. ¿Era posible que todo fuera tan sencillo? ¿Podía ser que la muerte de Stephen hubiera traído algo bueno, al fin y al cabo?

– Daos prisa, chicos. Venid a ver esto. -Lainey los esperaba en la entrada de la torre con el rostro casi tan encendido como el de su hermana.

Sintiéndose algo culpable, Beth avanzó.

Judd se resistió a poner fin al momento y la agarró por la muñeca. Ella intentó zafarse, pero el hombre la asió con fuerza y entraron juntos en la torre.

«Lo que está bien sujeto, no se escapa.»

Lainey estaba en el centro de la única habitación del piso inferior, rodeada de lienzos. Beth se detuvo de manera tan brusca que el impulso de Judd estuvo a punto de hacerla caer.

– ¿Qué es todo esto? -preguntó sorprendida mientras parpadeaba con rapidez, como si intentara ajustar su visión a la tenue luz.

Judd veía a la perfección. Allí había unos veinticinco cuadros, todos de Whitney. Aparte de las hadas y duendes que pintaba de vez en cuando, nunca se dedicaba a las figuras, pero aquellos dibujos esbozaban recién nacidos y niños pequeños. Quizá sean la misma criatura, pensó Judd.

– Los he encontrado en el cuarto donde Stephen guardaba sus materiales. -Lainey reflejaba una luz, una energía tal que hacía que a su lado Beth apareciera pálida y vacía.

Judd le apretó los dedos y Beth se miró la mano, como si hubiera olvidado que todavía la tenía enlazada a la de él.

– ¿Qué te parece? -Lainey se paseaba por la habitación a la vez que cogía los cuadros y los ponía de pie contra la pared y los muebles-. Fíjate en este -dijo, enseñándoles uno de ellos-. ¡Mira qué bebé más hermoso!

Se trataba de una niña de mejillas sonrosadas y pelo rubio pintada en los tonos pastel que caracterizaban la obra del artista. La pequeña tenía los dedos regordetes extendidos hacia el espectador, como si intentara alcanzar algo que se encontraba fuera del cuadro.

– ¿No te dan ganas de tocarla? -preguntó Lainey.

– Pues no -respondió Beth, meneando la cabeza-. Puede que… que no sean de Stephen -añadió.

Lainey dejó el cuadro en el suelo y se volvió para levantar otro.

– Por supuesto que son de Stephen -dijo entre risas-. Es evidente, y además, están firmados.

La mujer estaba radiante.

– Creo que el hecho de haberlos encontrado es una señal. Es como si Stephen me estuviera diciendo que deberíamos organizar la exposición de septiembre.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Atrévete a amarme»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Atrévete a amarme» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Christie Ridgway - El Beso Perfecto
Christie Ridgway
Christie Ridgway - La apuesta de la novia
Christie Ridgway
Christie Ridgway - A tu Lado
Christie Ridgway
Christie Ridgway - Amor a ciegas
Christie Ridgway
Christie Ridgway - El primer bebé del año
Christie Ridgway
Christie Ridgway - Can't Fight This Feeling
Christie Ridgway
Christie Ridgway - Beach House No. 9
Christie Ridgway
Christie Ridgway - The Reckoning
Christie Ridgway
Christie Ridgway - From This Day Forward
Christie Ridgway
Christie Ridgway - Beginning With Baby
Christie Ridgway
Christie Ridgway - The Love Shack
Christie Ridgway
Christie Ridgway - His Forbidden Fiancee
Christie Ridgway
Отзывы о книге «Atrévete a amarme»

Обсуждение, отзывы о книге «Atrévete a amarme» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x