• Пожаловаться

Lucy Gordon: Un sueño imposible

Здесь есть возможность читать онлайн «Lucy Gordon: Un sueño imposible» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Lucy Gordon Un sueño imposible

Un sueño imposible: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un sueño imposible»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Toni y Donna parecían la pareja perfecta: eran jóvenes, se querían y estaban esperando un bebé. Cuando Donna se enteró de que estaba embarazada, Toni quiso formalizar su relación casándose con ella y Donna se sintió la mujer más feliz del mundo. Pero antes tenían que viajar hasta Italia para que la familia de Toni la conociera y les diera su bendición… y ahí empezaron los problemas. Rinaldo Manzini, el hermano de Toni, no estaba igual de contento. Sospechaba que Donna sólo perseguía a Toni por su dinero, para asegurarse una vida sin problemas económicos. Entonces Toni desapareció trágicamente de sus vidas y Rinaldo insistió en que Donna se convirtiera en su esposa, para que el bebé no naciera sin padre. Casarse con Rinaldo era casarse con su peor enemigo. Pero ¿cómo podía negarle la oportunidad de cuidar al hijo de su hermano?

Lucy Gordon: другие книги автора


Кто написал Un sueño imposible? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Un sueño imposible — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un sueño imposible», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lo encontró incorporado en la cama, sofocado y nervioso.

– Tranquilízate, abuelo -le dijo-. Todo saldrá bien.

– No… no… -Piero se esforzaba por hablar, pero cuanto más nervioso se ponía, más le costaba articular palabra-. Donna… -se tumbó sobre las almohadas.

– ¿Qué pasa con Donna?

Pero Piero no podía decir nada más. Rinaldo lo miró a los ojos y vio en ellos que su abuelo sabía algo importante que él desconocía.

– ¿Qué le pasa? Intenta decírmelo, traza las letras en mi mano -Rinaldo agarró la mano del abuelo y la colocó sobre su palma. Piero trazó una D-. Donna, ¿verdad? ¿Qué le pasa a Donna?

Piero trazó más letras. Al principio, Rinaldo no entendía nada; pero, María, que lo había seguido a la habitación del abuelo, sacó a Rinaldo de su aturdimiento.

– Amor -dijo ella con firmeza-. Donna te ama.

Eso es lo que está diciendo tu abuelo.

– Eso parece, ¿verdad? -Dijo Rinaldo con amargura-. Mirad, agradezco lo que los dos…

– ¡Basta! -lo interrumpió María. Rinaldo la miró sorprendida, pues María no le había hablado así desde que él era muy pequeño-. ¡Basta ya! Cuando eras un niño sabías escuchar. Ahora que eres un hombre no oyes nunca a los demás. De lo contrario, habrías entendido lo que tu mujer lleva intentando decirte todo este tiempo. Ella te ama. Lo sé. El signor Piero lo sabe. Hasta el idiota de Enrico lo sabe. Todos menos tú. Porque tú no escuchas.

– De acuerdo, María. No escucho -respondió con docilidad-. Pero no me lo creo, lo siento. ¿Por qué se aleja de mí sí me quiere? Explícamelo.

– Yo no puedo. Pero él sí -dijo señalando a Piero.

– ¿Por qué se ha ido, abuelo? -le preguntó. Piero trazó una S y una e-. ¿Selina?, ¿qué pasa con ella?

M, e, n, t, i, r, a, s.

– ¿Mentiras? ¿Selina dice mentiras?, ¿qué mentiras?

S, e, l, i, n, a, a, m, a, n, t, e.

– Sí, pero eso fue hace tiempo. Se acabó antes de casarme con Donna.

D, i, j, o a D, o, n, n, a.

– ¿Le dijo que ella y yo todavía…? ¿Estás seguro?

La oí -le indicó letra a letra-. Calabria… tú y ella… Selina dijo.

– ¿Le dijo a Donna que había estado conmigo en Calabria? -preguntó Rinaldo, asombrado.

– ¿ Es verdad ? -le preguntó Piero.

– No, por supuesto que no es verdad -explotó Rinaldo. Piero siguió trazando letras y Rinaldo adivinaba lo que quería decir antes de que terminara las palabras-. ¿Le dijo a Donna que nuestro matrimonio fue idea de Selina?, ¿que yo había planeado divorciarme, casarme con Selina y quedarme con el bebé?, ¿lo oíste todo? -preguntó indignado.

Selina estúpida -sonrió Piero-. Cree que no puedo hablar… Pero por Donna…

– Sí, sí que es estúpida -suspiró Rinaldo-. Y yo he sido más estúpido dejando que me engañara. Y ahora mi mujer huye de mí porque piensa que estoy maquinando un plan monstruoso. ¿Cómo puede creerme capaz de algo así, por mucho que se lo dijera Selina?

– ¿Y por qué iba a pensar bien de ti? -Lo atacó María-. ¿Cómo la has tratado desde que llegó a esta casa?

– Lo he hecho lo mejor que he podido. No ha sido fácil para ninguno de los dos.

María emitió un sonido que se acercó peligrosamente a una risa cínica. Rinaldo frunció el ceño, pero ella estaba sonriendo a Piero y no lo vio. Rinaldo salió de la habitación y fue en busca de Selina.

La encontró en el jardín de Loretta, sentada en la fuente. Se giró hacia él y lo miró como si estuviera sufriendo lo indecible. Luego, cuando oyó a Rinaldo, se quedó helada.

– Sal de esta casa y no vuelvas a poner un pie en ella en toda tu vida -le ordenó él.

– ¿Por qué? -Más que sus palabras, era el tono de su voz lo que la había intimidado-. Rinaldo…

– Cállate y escucha, porque ésta es la última vez que vamos a hablar tú y yo. Hace dos años, cuando reapareciste en mi vida lanzándome indirectas sobre los viejos tiempos, te dejé bien claro que nosotros jamás nos casaríamos. Me acosté contigo porque mi orgullo me exigía salirme con la mía. No estoy orgulloso de mi comportamiento, pero nunca te mentí -arrancó Rinaldo-. Debería haberme olvidado de ti por completo después de casarme, pero me rogaste y suplicaste que siguiéramos siendo «sólo amigos», para que no fueras el hazmerreír de todos. Fui tonto y te hice caso. Hasta presumí de mi amistad contigo, aunque me dabas lástima. Y tú, mientras tanto, has estado todo el rato intentando volver a mi mujer en mi contra. Sé las mentiras que le has dicho hoy. Piero te oyó y me lo ha contado todo.

– No te creo -dijo azorada-. ¡Si ni siquiera puede decir dos palabras seguidas!

– Encontró una manera de comunicarse, gracias a Donna. Jamás pensé que fueras capaz de algo tan miserable.

– ¿Cómo puedes hablarme así? -preguntó Selina llorosa-. No lo entiendo.

– Exacto -dijo Rinaldo con ironía-. No entiendes nada. Nunca has entendido nada. Tú no conoces a las personas y por eso haces el tonto. Tú jamás podrías apreciar a una mujer como Donna. Su belleza interior, su forma de hacerse querer por todos. Y, por supuesto, de lo que no tienes ni la más remota idea es de lo que significa amar.

– ¡Vamos! -Protestó Selina-, ¡Si ahora me vas a venir con el cuento de que la amas!

– No pienso discutir contigo lo que siento por Donna -dijo con frialdad-. El mero hecho de hablarlo contigo ensuciaría mis sentimientos. Y considérate afortunada porque no te eche de casa igual que mi mujer.

La pequeña posada estaba alejada de la carretera y no sajía hospedar a muchos inquilinos. Eso era esencial, pues en un hotel grande le habrían pedido el pasaporte a Donna y, al reconocerla, habrían llamado a la policía. Porque seguro que Rinaldo había dado la voz de alerta a la policía.

Había aparcado el coche entre unos matorrales y se había acercado a la posada caminando, llevando al bebé en brazos. Los posaderos le ofrecieron una habitación para pasar la noche, juguetearon con Toni un rato y le pusieron una buena cena a Donna, que, aunque no tenía mucha hambre, se obligó a comer para reponer fuerzas.

Se retiró a su habitación pronto y se sentó en la cama junto a Toni. Había cerrado las contraventanas, de manera que no se viera luz en su habitación desde fuera. Estaba a salvo, pero no se sentiría segura hasta no haber llegado a Inglaterra.

Donna sabía que debía intentar dormir, pero le resultaba imposible. Estaba muy inquieta y, a pesar de que la habitación estaba caliente, Donna no paraba de temblar. Nunca había llegado a conocer a Rinaldo del todo, pero había llegado a creer que podía confiar en él. Ahora veía que no era así, que se había ido enamorando de él tontamente y que, cegada por su amor, no había sido incapaz de ver la realidad.

Rinaldo era un hombre dominante e inflexible, obstinado en salirse siempre con la suya, sin importarle si tenía que pasar por encima de alguien para conseguirlo.

Pero Donna no podía olvidar aquellos momentos en que Rinaldo se había mostrado inesperadamente tierno. Se estremeció al pensar que sólo habían formado parte de un plan diabólico para engañarla; pero no le quedaba más remedio que aceptar que aquélla era la cruda realidad.

Toni se despertó y ella atendió sus necesidades. Luego volvió a quedarse dormido, mientras Donna lo abrazaba y sentía el agradable calor de su precioso cuerpecito. Correría cualquier riesgo por su bebé, superaría cualquier miedo, soportaría cualquier padecimiento.

Pero la cabeza la traicionaba. Seguía empeñada en recordar el amor con que Rinaldo había sonreído a Toni, la ternura con la que le había cambiado los pañales, cariñoso como el mejor de los padres. Había perdido a su hermano Toni, y ahora estaba perdiendo al hijo de su hermano. Era terrible hacerle algo así, pero no tenía más remedio que alejarse de él.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un sueño imposible»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un sueño imposible» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un sueño imposible»

Обсуждение, отзывы о книге «Un sueño imposible» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.