Raye Morgan - Dulce Atracción

Здесь есть возможность читать онлайн «Raye Morgan - Dulce Atracción» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dulce Atracción: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dulce Atracción»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lisa buscaba a un hombre hogareño y que fuera un buen padre en potencia y sabía que a los playboys como Carson James tenía que evitarlos a toda costa.
El sólo tenía que mirar a una mujer para que ésta se derritiera, pero lo último que deseaba era formar una familia. Estaba dispuesto para el amor, sí, pero ¿serían los encantos de Lisa suficientes como para hacerlo desear un matrimonio… e hijos?

Dulce Atracción — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dulce Atracción», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ella respiró hondo y apartó la vista de la comida.

– Tengo el estómago revuelto.

– Ah, ¿sí? -dijo él mirándola preocupado-. ¿Algo que has comido?

Ella tragó saliva, evitando los ojos de Carson.

– No, es sólo que… yo creo que son los nervios. Me he sentido un poco rara desde el momento en que decidimos poner en marcha el Loring's Family Center.

– ¿Por qué no tomas algo? -dijo él acariciándole los cabellos-. Seguro que Ben tiene algo en el armario de las medicinas.

– No, no -se apresuró a decir Lisa-. No, no puedo tomar nada.

– ¿Por qué no?

– Porque… bueno, porque nunca tomo nada. No me gusta tomar medicamentos a lo loco.

Carson la contempló durante unos instantes y luego salió para ayudar a Jeremy a buscar su pelota de baloncesto. Lisa salió al pasillo y se miró en el espejo. Lentamente, levantó la mano y se tocó la mejilla. ¿Cuándo iba a decidirse a admitirlo? Lo que sentía desde hacía unos días no podía ser simplemente nervios. Todo su cuerpo estaba cambiando. ¿Y si estaba embarazada?

Le había parecido imposible en un principio. Al fin y al cabo, había sido muy cuidadosa. Pero había habido aquella primera vez…

Una visita al médico un par de días más tarde lo confirmó.

– Sí -le dijo-, creo que estás embarazada desde hace más de un mes. ¿Qué es lo que piensas hacer?

Ella le miró sorprendida.

– ¿Qué quieres decir?

– Bueno, sé que no estás casada. Y tienes treinta y cinco años. Es una decisión difícil.

Una decisión difícil. La cabeza le daba vueltas. Estaba embarazada de Carson, llevaba a su hijo en las entrañas, y no podía decírselo. No podía decírselo a nadie.

Qué irónico resultaba todo aquello. Ahora tenía lo que tanto había deseado. Pero no de esta manera, las dos cosas que más había deseado en el mundo estaban ahora a su alcance. Pero para lograr una de ellas tendría que renunciar a la otra.

Estaba enamorada de Carson. Estaba locamente, salvajemente enamorada de Carson. Lo necesitaba tanto como el aire que respiraba. Pero no podía ir a él en aquel estado. El había dejado bien claro que un bebé era algo que no aceptaría de ningún modo. No podía hacerle eso a Carson.

Y al mismo tiempo quería a su niño, lo quería y lo necesitaba con una fuerza instintiva e imperiosa a la que le resultaba imposible resistirse. Y ahora que había concebido a aquel niño, tenía la responsabilidad de cuidarlo y quererlo de la forma que se merecía. Lo cual quería decir renunciar a Carson.

Renunciar a Carson. No podía ni soportar la idea. Su cuerpo se había hecho adicto a él. ¿Cómo podría vivir sin él?

El fue a su casa a cenar aquella noche, y llevó comida china para que ella no tuviera que cocinar. Lisa se sintió como una traidora por guardarle el secreto, pero ¿qué otra cosa podía hacer?

Peor aún, ¿qué sería lo que él querría que hiciera? No quería ni pensar en ello.

Hicieron el amor y pasearon por la playa, y Lisa se comportó todo el rato como si no hubiera nada nuevo, riendo y bromeando con él como si todo fuera como siempre. Y a cada minuto que pasaba sin que le dijera la verdad, sentía como si algo dentro de su alma fuera muriendo.

Un bebé. Su bebé. ¿Sería un niño? ¿Se parecería a él? Este debería ser el momento más feliz de su vida. Sin embargo, se sentía como si el peso del mundo le hubiera caído sobre los hombros.

Y entonces, justo antes de dormirse, Carson le recordó que él se marcharía pronto.

– Me marcho a Tahití justo después de la inauguración -dijo tomándola en sus brazos-. ¿Vendrás conmigo?

Se lo preguntaba a pesar de que ya sabía la respuesta. Ella se volvió e intentó sonreír.

– Me encantaría ir contigo. Ya lo sabes.

– Pero no puedes -dijo él contestando por ella. Y en sus ojos apareció algo parecido a la rabia.

Ella asintió, sin poder articular palabra.

El se dio la vuelta y se puso a mirar el océano. Sentía su alma llena de desesperación. No sabía qué iba a hacer sin ella. ¿Debería quedarse?

No. No podía quedarse. Quedarse sería lo mismo que hacerle promesas que nunca podría cumplir. Quedarse sería una mentira. Tenía que marcharse.

Lisa levantó la vista, preguntándose por qué Carson había quedado en silencio. Estaba tan frío, tan inexpresivo. Sabía que estaba preocupado, pero no estaba segura de cuál era la razón. ¿Debería contárselo? ¿Qué haría él cuando se enterara?

No, no podía. No podía atraparlo de aquella manera. Había prometido que no lo haría, y mantendría su promesa.

De pronto él se inclinó hacia ella.

– Me voy a marchar -dijo él, con voz casi iracunda-, y sigo teniendo ese maldito gato en mi casa. ¿Podrías quedártelo?

Michi Ann no había vuelto todavía. Pero mientras tanto, él tenía que seguir cuidando de Jake. En todo aquel tiempo, habían llegado casi a hacerse amigos, y Carson encontraba que de algún modo iba a echar de menos a aquel loco animal.

– Por supuesto que me quedaré con Jake -dijo ella. Luego respiró hondo antes de continuar-. Espero que tengas buen viaje.

El se volvió para mirarla. Ninguno de los dos pudo sonreír. Los dos sabían lo que sentían, y sabían que aquella situación no tenía remedio.

A lo mejor, pensó Lisa con la mirada perdida en la oscuridad después que él apagó la luz, este era el precio que había que pagar. Pero ¿renunciaría ella al mes que había pasado con él con tal de no tener que sufrir?

Nunca.

La inauguración de la tienda fue un tremendo éxito. A la gente de San Feliz, le gustaba ir a Kramer's para ver qué había de nuevo, pero iba a Loring's para comprar lo que necesitaba. Lisa estaba contenta, pero su viejo deseo de vencer a Mike le parecía ahora un poco pueril.

Tenía la idea de dejar a Greg a cargo de todo. Había discutido con Carson esta decisión y a él le había parecido buena idea. De modo que el éxito casi le resultaba irrelevante. En aquellos momentos tenía otras cosas en que pensar. Estaba embarazada, y el hombre al que amaba estaba a punto de desaparecer de su vida.

Carson se marchaba. Esa frase se repetía una y otra vez en su cabeza, golpeando como un tambor. No sabía si podría soportarlo.

Pasaron una última noche juntos. Lisa intentó reír y hacer bromas, pero se sentía todo el rato a punto de llorar. No podía dejar de pensar en la vida que había dentro de ella. No podía dejar de pensar que debía decírselo. Dios mío, él iba a marcharse sin saberlo.

Hicieron el amor, y luego, cuando estaban los dos tendidos sobre las almohadas, Lisa tomó una decisión. Pasara lo que pasara, tenía que saberlo.

Había respirado profundamente y estaba a punto de contarle aquello que tanto le asustaba, cuando Carson la sorprendió.

– No me voy a Tahití -dijo.

– ¿No? -preguntó ella.

– Por lo menos, no ahora mismo. Me voy a Kansas. Voy a ver a mi padre.

– Oh, Carson -dijo ella-. Me alegro mucho.

– Pensaba que así sería -dijo él besándola en los labios-. Y debes estar contenta, porque si voy es gracias a ti.

Ella se levantó y se acercó a la ventana. La noche era clara, y una luna de plata navegaba sobre la oscuridad del océano. ¿Cómo podía decírselo ahora? No quería hacer nada que pudiera hacerle cambiar de idea sobre lo de ir a reconciliarse con su padre.

– Me gustaría que pensaras sobre lo de venirte conmigo, Lisa -siguió diciendo él-. Podría pasar a recogerte en mi viaje de vuelta.

Ella sacudió la cabeza, todavía mirando en dirección al mar.

– No. No puedo marcharme. Hay ciertas cosas de las que tengo que ocuparme.

El se acercó a ella y la rodeó con sus brazos.

– Quiero que sepas -dijo-, que nunca he sentido nada parecido por nadie. Tú has cambiado mi vida, Lisa. No te olvidaré nunca.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dulce Atracción»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dulce Atracción» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dulce Atracción»

Обсуждение, отзывы о книге «Dulce Atracción» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x