Raye Morgan - Enamorada del jefe

Здесь есть возможность читать онлайн «Raye Morgan - Enamorada del jefe» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Enamorada del jefe: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Enamorada del jefe»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En opinión de esta secretaria de Allman, el nuevo pez gordo de la empresa era un traidor.
La rivalidad entre los McLaughlin y los Allman había dividido Chivaree, Texas, desde hacía más de un siglo. ¿Por qué entonces Kurt McLaughlin habría decidido cambiar de bando y trabajar para la empresa de la familia de Jodie Allman… y ser su jefe? Aunque Jodie se sentía secretamente atraída por el guapísimo ejecutivo, lo cierto era que no se fiaba de él. Pero el destino iba a obligarlos a pasar mucho tiempo juntos… y Jodie tendría la oportunidad de ver cuánto adoraba Kurt a su angelical hija. ¿Cómo podría seguir adelante con su vida después de probar la vida familiar junto a él?

Enamorada del jefe — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Enamorada del jefe», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Era Pam -dijo-. Va a traer a Lenny para que juegue con Katy el sábado, cuando vengan a la ciudad de compras.

– ¿El sábado? Genial -no pudo evitar que se notase el alivio que sentía-. No estaré aquí.

Él la miró y después miró a los juguetes cubiertos por el cojín del sofá.

– ¿Por qué odias a los niños? -le preguntó.

La palabra «odiar» hizo que se estremeciera.

– Yo no odio a los niños -protestó ella.

– Me fijé en ti ayer en casa de Pam. Parecías creer que los niños tuvieran algo contagioso -entonces se había dado cuenta.

– Oh, por favor -dijo ella, sentándose de nuevo a la mesa-. Nunca he estado con niños y no me siento cómoda interactuando con ellos -se arriesgó a mirarlo a la cara y vio que él seguía con el ceño fruncido-. No están en mi vida, eso es todo.

– Qué terrible.

– En absoluto -dijo ella, poniéndose a la defensiva-. Estoy perfectamente.

Kurt se sentó frente a ella y la miró, preocupado.

– ¿No quieres tener hijos en algún momento?

– Eso -dijo ella, sacudiendo la cabeza-, está bien para algunas personas.

Sabía que era estúpido ponerse nerviosa por el tema de los niños, pero no podía evitarlo. ¿Por qué no podía la gente respetarlo y dejarla tranquila? Cuando la gente tenía hijos, parecían querer que a todo el mundo les encantasen también. Hasta aquel momento había tenido la suerte de evitar a la hija de Kurt, pero sabía que su suerte no duraría eternamente, así que ya había planeado excusas para evitar hacer nada con la niña. No era que no pudiese estar con un niño, sino que no quería.

Kurt parecía haber abandonado y volvía a estar centrado en sus problemas.

– Me temo que voy a tener algún problema con Katy -dijo como ausente, mientras jugueteaba con un lápiz-. Mi hermana y mi madre han estado cuidándola todo este tiempo, pero Tracy dice que se va a marchar muy pronto.

– ¡Oh!

– Dice que ha encontrado al amor de su vida -dijo él con amargura.

– Tal vez así sea.

– Tal vez. Pero como es el novio perfecto número… ya he perdido la cuenta, no apostaría mucho por ello -sonrió casi con tristeza-. Ella nunca deja de luchar por lo que quiere. Ya se ha divorciado dos veces y parece que va en busca del tercero.

– Creo que estás siendo demasiado cínico -contestó Jodie, casi sin creer estar defendiendo a su hermana, después de lo cruel que había sido con ella cuando ambas eran más jóvenes. Tal vez lo que defendiera era el gesto tan femenino de cambiar de idea-. Tal vez éste sí sea por fin el amor de su vida.

En su sexy boca se dibujó una sonrisa.

– Me conformaría con que buscara novio en un lugar donde haya buenos tipos, en lugar de en los sitios donde sólo van inútiles.

– ¿Quieres decir en los bares?

– En el bufete de abogados donde trabaja.

– ¡Kurt!

– Lo digo en serio. Todos los hombres a los que trae a casa quieren ser mi asesor legal y financiero, y poco después, dejan caer que tienen una idea estupenda para un negocio y que sólo les hace falta un préstamo.

– Vaya -dijo ella, haciendo una mueca-. ¿Aprovechados?

– De un modo u otro. Y soñadores. Son tan optimistas como ella.

Ella lo miró y vio que se sentía frustrado por la falta de buen criterio de su hermana, pero también que se preocupaba por ella. Aquello era evidente. Por lo que Jodie recordaba de Tracy, preocuparse por ella estaba muy justificado.

– No es malo soñar -dijo ella.

– No, mientras mantengas los pies en la tierra. Los sueños no sirven de nada sin algo sólido a lo que agarrarse.

Él continuó hablando, pero Jodie sólo lo escuchaba a medias. Estaba recordando que aquella noche, pensando en la escena del helado, había encontrado el motivo por el que había despreciado el generoso gesto de Kurt. Los Allman eran muy pobres en aquella época y no tomaban helado todos los días, así que cuando tuvo el helado en la mano, levantó la mirada para agradecérselo, como le habían enseñado en casa y, detrás de Kurt, vio a Tracy y a sus amigas haciéndole muecas. Eso lo cambió todo. Se dio cuenta de que ella estaba en la posición de la niñita pobre y que se burlaban de ella por eso. A sus siete añitos, Jodie sabía que el orgullo era a veces más importante para la mente que la vergüenza, aunque tuviera que renunciar a muchas cosas por ello. Así eran los Allman. Así que tiró el helado y echó a correr llorando, pero Tracy y sus amigas no vieron sus lágrimas. ¿Debía contárselo a Kurt? Tal vez algún día, pero no entonces. Pensándolo con calma, se daba cuenta de que él no era mala persona, algo raro siendo un McLaughlin.

Aún así, trabajar con él para los Allman no era una situación fácil de asimilar. No podía reconciliarse con los fantasmas del pasado, y se preguntaba cómo lo habría hecho él.

En ese momento, Kurt empezó a hablar de las cifras de productividad y eso le dio a Jodie la oportunidad de investigar.

– ¿Por qué te interesa tanto todo lo relacionado con Industrias Allman? -preguntó, inclinándose sobre la mesa para estudiar su reacción.

El la miró, consciente de lo que le estaba preguntando.

– Trabajo aquí -dijo, simplemente.

– No te tomas tu trabajo como un trabajador normal. Te involucras demasiado. ¿Qué ocultas? -dijo ella, intentando acorralarlo.

– ¿Que qué oculto? -repitió, burlándose de ella-. ¿Tu olfato de sabueso ha detectado algún complot?

– Lo único que sé es que encajas con el perfil de alguien que intenta hacerse con el control de la compañía -dijo, apuntándolo con el dedo.

– ¿Ah, sí? -dijo con una sonrisa.

¡Ni siquiera lo negaba! ¿Qué significaba aquello? ¡Qué arrogancia!

– ¿Es ése tu plan? -ella empezaba a creérselo realmente y siguió, mirándolo fijamente-. ¿Por qué si no trabajas para mi padre? Te han educado para odiarnos -sacudió la cabeza-. Es la única explicación lógica.

Él la miró entre divertido y sorprendido.

– Una vez que empiezas, te cuesta echar el freno, ¿no?

– Kurt…

– Me toca, Jodie -interrumpió, levantando una mano-. Te voy a contar por qué firmé un contrato con Industrias Allman.

– De acuerdo -dijo ella, tomando aliento-. Empieza.

– Fue el mejor trabajo que encontré.

Ella esperó, pero él no dio más información.

– ¿Eso es todo? -preguntó ella, incrédula.

– Eso es todo -parecía disfrutar con su cara expectante, pero por fin se decidió a contarle algo más-. Yo trabajaba para una gran multinacional en Nueva York y era consciente de que al venir a Chivaree, mi sueldo se reduciría drásticamente. Pero cuando vi que mis únicas opciones eran el taller de Pete y un puesto de camarero en el café de Millie, decidí ir a hablar con tu padre, porque Industrias Allman eran el único negocio grande y próspero de la ciudad.

Muy a pesar suyo, había quedado impresionada. ¿Podía creer lo que él le decía? La única alternativa era seguir pensando que estaba maquinando algo para destruir el negocio de su padre, pero aquello empezaba a parecerle una tontería hasta a ella. No tenía motivos… Empezaba a pensar que sus razones resultaban convincentes y, además, todo el mundo creía en él.

– Creo que estoy haciendo un buen trabajo, Jodie -le dijo con sinceridad-. Estoy comprometido del todo con Industrias Allman. Ya te he dicho que me gusta esta ciudad, y tu padre la está mejorando, así que todos salimos ganando.

Tal vez tuviera razón.

Pero después recordó algunas cosas que él había dicho sobre su familia.

– Ya sé que a tu madre no le gusta que trabajes para nosotros. ¿Y al resto de tu familia?

– Mi padre no tiene opinión. No lo han visto desde hace seis meses. Está de gira por Europa.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Enamorada del jefe»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Enamorada del jefe» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Enamorada del jefe»

Обсуждение, отзывы о книге «Enamorada del jefe» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x