Jessica Steele - Heredad en conflicto

Здесь есть возможность читать онлайн «Jessica Steele - Heredad en conflicto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Heredad en conflicto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Heredad en conflicto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Se rumoreaba que el acaudalado financiero Stallard Beauchamp tenía debilidad por las mujeres bonitas. No obstante, desde el principio él aclaró que consideraba a Farran como un ser despreciable, una chica materialista a quien sólo le interesaba el dinero que podía ganar.
No era justo, ¿pero cómo podría ella convencerlo de que estaba equivocado? ¿Y por qué le importaba tanto su opinión, si nada significaba para él?

Heredad en conflicto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Heredad en conflicto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Al entrar en la casa, Farran vio primero a Henry Presten y entonces fue cuando se le ocurrió que la herencia de su padrastro también significaba mucho para éste. Quería tener un torno nuevo y, puesto que nadie pensó que la señorita Newbold hubiera podido cambiar su testamento, no una sino dos veces, Farran se dio cuenta de que quizá ya habría ordenado el torno nuevo.

– ¿Cómo estuvo todo? -inquirió el padrastro al dirigirse hacia el taller.

– El funeral estuvo bien, pero…

– Bien, bien -Henry no pareció oír el "pero" y siguió su camino.

Quizá, se imaginó la chica con cierta cobardía, sería mejor decírselo cuando Georgia estuviera presente. Quizá padre e hija se consolarían uno a otro por la pérdida de la fortuna.

Mas nada pudo consolar a Georgia cuando ésta llegó a casa. No pudo esperar hasta la hora de cenar y, tan pronto como entró en la casa, se dirigió a la sala de estar en donde estaba Farran.

– ¿Lo tienes? -esa fue la primera pregunta, evitando hacer toda alusión al funeral.

– Creo que será mejor que te sientes -replicó Farran y le narró, tan rápido como pudo, todo lo que sucedió desde que casi tuvo un infarto al oír la voz de Stallard Beauchamp que inquirió con suavidad: "¿Es esto le que busca?"

– No puedo creerlo -jadeó Georgia; palideció tanto que el rubor de sus mejillas sobresalió mucho. Acto seguido, le pidió a Farran que le contara todo de nuevo.

Después de la segunda vez, Farran sintió más simpatía por su hermanastra, ya que ésta no pareció molestarse al enterarse de que la tía Hetty la incluyó, en el primer cambio de testamento, para heredarle la tercera parte de la fortuna. Pero Georgia sí se molestó mucho al enterarse de que un perfecto extraño heredara la totalidad del dinero de la señorita Newbold.

Destrozada por lo que eso provocaría a su negocio, Georgia lloró de rabia.

– Debemos conseguir esa herencia. Además de haber pedido un amplio crédito en el banco, ya le he contado a demasiadas clientas y amigas mis planes, para retractarme ahora. Seré el hazmerreír de todo Banford si no sigo adelante con ellos.

Farran pasó casi todo el día siguiente entristecida por su hermanastra. Pero no dejó de admirar el estoicismo con el que Henry Presten recibió la noticia. Al principio se lamentó de no poder conseguir ahora un nuevo torno, pero pronto estuvo concentrado en otros asuntos… como el invento en que el trabajaba.

Cuando Farran no pensaba en Georgia o en su padrastro, recordaba a Russell Ottley y a ese otro reptil al que tuvo la desgracia de conocer el día anterior. Cuando pensar en Stallard Beauchamp sólo lograba enfurecerla, se concentraba entonces en el hecho de que era una desempleada. El entusiasmo que necesitaba para ir en busca de un empleo la evadió.

Cuando se acercó la hora en que su hermanastra llegaría a la casa, Farran esperó que Georgia hubiera ya empezado a aceptar que no recibiría la herencia de la tía Hetty. Y sí, le pareció que sus deseos se cumplieron al ver llegar a Georgia esa tarde a casa.

Farran estaba ayudando a la señora Fenner en la cocina, cuando Georgia entró en la casa. Farran se percató con alivio de que parecía estar mucho más contenta con su suerte que ayer.

Farran contuvo el impulso de hablar del tema que con seguridad estaba en la mente de todos. Era claro que Georgia intentaba olvidar el duro golpe recibido, al charlar con su padre acerca de la jornada. Farran decidió que no serviría de nada recordarle la fuerte desilusión.

– Si a nadie le importa -Henry Preston se dirigió a su hija y a su hijastra-, regresaré al taller… Debo resolver un problemilla… -murmuró y siguió murmurando cosas mientras salía de la habitación.

Después le llevaré una taza de café, pensó Farran con afecto. De pronto, se percató de que Georgia la miraba con fijeza, con un brillo de decisión sus ojos azules. Sabía que Georgia quería hacer algo. Algo que, al igual que en otras ocasiones, no le iba a agradar a Farran.

Estuvo segura de ello cuando Georgia dijo:

– Farran…

– ¡No! -interrumpió la aludida, pero con suavidad porque sabía que Georgia debió sufrir mucho por lo sucedido.

– Todavía no sabes de lo que quiero hablarte -sonrió Georgia.

– No, pero tengo la sensación de que lo remediarás de inmediato -contestó la chica. Su sonrisa desapareció al enterarse de lo que tenía en mente su hermanastra.

– La cosa es que hoy visité a mi abogado para ver si se puede rebatir el testamento de la tía Hetty.

– ¿Rebatirlo? -exclamó Farran al percatarse de que Georgia no dejaría en paz el asunto, como le pareció antes. El corazón de Farran se hundió, pues sabía, por su recuerdo, que Stallard Beauchamp no era un hombre a quien sería fácil combatir.

– No te preocupes, no tendremos líos en cortes ni juzgados… no irá tan lejos el asunto -aclaró Georgia-. Primero, porque nunca podríamos pagar si perdiéramos el caso y, como Stallard Beauchamp tiene mucho dinero, sin contar la fortuna de la tía Hetty, puede contratar al mejor de los abogados, así que tal vez de todos modos perderíamos. Yo…

– ¿Stallard Beauchamp tiene mucho dinero? -interrumpió Farran-. ¿Cómo lo sabes?

– Al parecer, todo lo saben… menos nosotros. De acuerdo con mi abogado, él es quien dirige a Deverill Group.

– ¿Deverill Group? -gimió Farran, atónita-. ¿Te refieres a los banqueros e industriales? ¿A los…?

– Así es. Es por eso que no puede necesitar la fortuna de la tía Hetty y, como tú ya lo conociste… -de pronto, dudó, como si, al llegar al punto culminante, buscara la manera más sutil de exponer el resto de su idea.

Por lo que había dicho hasta ahora, a Farran se le pusieron los pelos de punta. Sabía que no le agradaría la respuesta, pero de todos modos le hizo la pregunta.

– ¿Qué quieres que haga?

Georgia sonrió, como si no hubiera nada malo en el pedido que le haría.

– Quiero que vayas a ver a Stallard Beauchamp. Quiero que le señales que la tía Hetty era nuestra parienta y no la suya, y que le digas que, puesto que él no necesita el dinero y nosotros sí, por favor se porte como un caballero y rompa el último testamento de la tía Hetty para… que sea válido el anterior.

Farran tenía los ojos abiertos como platos cuando su hermanastra terminó de hablar.

– No hablas en serio… ¿verdad?

– Claro que sí -replicó Georgia.

Farran intentó que desistiera de la idea a la mañana siguiente, mientras desayunaban.

– ¡Pero nunca lo has visto! -protestó. La noche anterior ya había agotado todos sus argumentos-. No tienes idea de cómo es.

– Es un hombre, ¿no? También un soltero que, según me dijeron mis abogados, no parece dispuesto a sentar cabeza, pero tiene afición por las mujeres bonitas, según los rumores.

– Entonces tú ve a verlo -sugirió Farran con rapidez-. Eres muy hermosa y…

– Mi belleza es artificial -Georgia tenía una respuesta para todo-. La tuya es natural -prosiguió-. Te ves bien sin maquillaje, mientras que yo… no me pueden ver hasta que haya pasado media hora sentada frente al espejo del tocador.

– Exageras -Farran estaba sombría, pues sentía que, al final, haría lo que Georgia pedía.

– Tú recibirás una tercera parte de la fortuna, si él está de acuerdo en anular el último testamento.

– ¡Ja! -rezongó Farran sin el menor entusiasmo.

– No sé cómo puedes portarte así -Georgia ejerció aún más presión sobre Farran-. Ya te conté mis planes para ampliar mi negocio. Y sabes que mi papá desea mucho un torno nuevo.

Farran recordó, incómoda, que ni Georgia ni su padre le echaron nunca en cara el haberle dado un hogar cuando su madre la abandonó. Se le ocurrió que quizá podría devolverles el favor y pagarles su generosidad.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Heredad en conflicto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Heredad en conflicto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Heredad en conflicto»

Обсуждение, отзывы о книге «Heredad en conflicto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x