Jennifer Greene - Por arte de magia

Здесь есть возможность читать онлайн «Jennifer Greene - Por arte de magia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Por arte de magia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Por arte de magia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

No era la gripe. Nicole estaba embarazada. Y no recordaba haberse acostado con ningún hombre en los últimos cuatro años. ¿Era posible que hubiese tenido relaciones con Mitch, su empleado… en unas circunstancias poco claras? En efecto, ella no se acordaba, pero así había sido. Y su caballero andante acabó rindiéndose a sus pies.
La propuesta de Mitch estaba motivada por el deber, pero en sus ojos brillaba una pasión auténtica… ¿Podía un matrimonio forjado por el bien de un futuro hijo convertirse en un amor de cuento de hadas entre la Bella Durmiente y su Príncipe Azul?

Por arte de magia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Por arte de magia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero lo había visto. Volvieron los recuerdos de otra habitación de la casa… la única habitación donde Nik no había anulado cada ápice de su personalidad. Su dormitorio. Lo recordaba perfectamente. La gruesa moqueta rosada. La cama de estilo antiguo. La lámpara con perlas de cristal. Todo a base de ricas texturas y colores sensuales. Pero no fue la decoración del dormitorio lo que le robó el corazón la noche de la fiesta. Fue la Bella Durmiente que se despertó entre sus brazos, cobrando vida de repente…

Mitch oyó un ruido de pisadas. Se dio media vuelta y vio a Nicole bajando las escaleras, vestida con unos pantalones vaqueros y un jersey negro muy ancho y suelto.

– Que me aspen -murmuró-. ¿Quién hubiera imaginado que tienes prendas sin cuello? Estoy impresionado.

– Nada de bromas. Es un jersey sagrado para mí -dijo ella con desenfado.

– Comprendo. Yo tengo una camiseta sagrada de cuando jugaba al baloncesto en la universidad. Cuando mi padre enfermó, hace unos años, me presenté en el hospital con la camiseta. Mi madre se enfadó mucho, pero a mí no me importó. Deseaba darle suerte a mi padre.

Una sonrisa asomó a los ojos de Nicole, pero enseguida ladeó la cabeza.

– ¿Cómo está tu padre ahora?

– Sano como un caballo. ¿Preparada para salir?

– Sí, pero… no estoy segura de que sea una buena idea. Aún llevas los zapatos del trabajo. Temo que se estropeen en la playa. Y hace fresco… Podría dejarte una chaqueta, pero no creo que ninguna de las mías te quede bien.

Mitch pensó que sería una tarea ardua enseñarle a ser un poco egoísta. Como de costumbre, y a pesar de las circunstancias, Nicole sólo se preocupaba por él, y no por sí misma.

– Estos zapatos ya han visto arena otras veces. Y tengo una chaqueta de lana en el coche. La recogeré cuando salgamos.

– Muy bien. Entonces, vamos.

Fuera, el cielo se había oscurecido hasta adquirir un aterciopelado tono azul oscuro. La emergente luna les iluminó los pasos. Mitch recogió la chaqueta de lana y se la abrochó hasta el cuello, sintiendo en los pulmones el vigorizante aire salado. La espuma de las olas lamía la arena, dejando tras de sí una estela como de nieve. En la oscuridad, entre las escarpadas rocas y los grandes riscos que sobresalían del agua, ambos parecían los juguetes de un gigante.

Mitch se ajustó al paso de Nicole, ligero por naturaleza. Pasearon en silencio durante un rato, saboreando la magia del mar, de la noche, del aire fresco. Mientras caminaba al lado de Nicole, Mitch apreció su pequeña estatura, consciente de cómo los ceñidos vaqueros mostraban la forma de sus esbeltas piernas; consciente de las miradas furtivas que ella le lanzaba de tanto en tanto.

– Antes vivía en Seattle -dijo al fin.

– Lo sé. Recuerdo el dato de tu currículo. Trabajabas como arquitecto en una firma llamada Strickland's.

– Sí, trabajaba allí como arquitecto. Lo que no mencioné en mi currículo es que la empresa era mía.

Nicole ladeó el rostro y enarcó las cejas inquisitivamente.

– ¿Por qué no lo dijiste?

– Cuando empecé a buscar trabajo, recibí una serie de negativas. Sobre el papel, estaba sobrevalorado y cualificado en exceso. No conseguía que nadie creyera que realmente me interesara en el trabajo que se ofrecía.

– Debe de haber algo más en toda esa historia -instó ella.

– Sí, lo hay -Mitch agarró una piedra lisa y la lanzó al agua. Dio tres saltos antes de hundirse. Había perdido práctica-. Provengo de una larga familia de triunfadores. Mi padre, mi madre y mis dos hermanos lograron abrirse un exitoso hueco en el mundo de los negocios. Mi padre solía decir que yo tenía un talento especial para convertir un centavo en un dólar… y que por eso estaba orgulloso de mí. Empecé a invertir en acciones cuando tenía catorce años, y a los veinticuatro ya poseía la mayor parte de Strickland's. Naturalmente, la empresa pasaba por un momento más bien bajo, y cualquiera podría haberla adquirido con facilidad. Era tan joven y tan tonto que no sabía en lo que me estaba metiendo. En fin, cuando la vendí, hace dos años, Strickland's había pasado de ser una empresa con unos cuantos empleados a una compañía fuerte con una plantilla de más de sesenta miembros. Y ganábamos dinero a manos llenas.

– ¿Y ése era el problema? -inquirió ella irónicamente.

– Para mí, sí. No podía soportar la tensión. El estrés. Dormía cuatro horas cada noche. Tenía una úlcera que se negaba a sanar. Perdí a una mujer que realmente me interesaba porque descuidé nuestra relación de pareja. Y lo peor era que, siendo arquitecto, sólo me dedicaba a la gestión del negocio. Quizá tenía talento para las finanzas, sí, pero ésa no era la cuestión. Lo odiaba. Estudié arquitectura porque mi sueño era construir, crear. No me gusta el papeleo. Sin embargo, el negocio iba tan bien que me resultaba difícil cortar con todo. Estaba dejando que las expectativas de mi familia gobernaran mi vida, fingiendo ser algo que no era.

Por un instante, los ojos de ella emitieron un brillo de curiosidad.

– Sí, sé lo que es eso… tratar de satisfacer las expectativas de la familia. En fin, dices que vendiste el negocio…

– Sí. Y, por un tiempo, nada pareció salirme bien. Compré una casa aquí, adquirí un barco, practiqué la pesca y el montañismo. No puedo decir que necesitara ese descanso. Pero sí necesitaba tiempo para estar seguro de mí mismo, para pensar en lo que quería hacer. Y cuando creí tener ordenadas mis ideas, envié unos cuantos currículos… y entré a trabajar contigo.

Nicole titubeó.

– Es increíble que no intuyera algo de tu pasado antes. Tú y yo hemos chocado en el trabajo a menudo. Ahora todo tiene sentido. Estás acostumbrado a mandar. A tomar decisiones rápidas para solventar los problemas. Y siempre que lo haces mejor que yo, mi orgullo se resiente.

– Si crees que nuestros choques han formado parte de una lucha por el poder, olvídalo. No quiero tu puesto, Nik. Nunca lo he querido. Personalmente, opino que la tensión que existe entre nosotros tiene un origen muy distinto.

– ¿Cuál?

Mitch pensaba que la química existente entre ambos causaba una fricción sexual suficiente como para arrasar un bosque entero. Pero, de momento, no creía que Nicole estuviese preparada para oír aquello.

– Podemos hablar sobre ello en otra ocasión. Sólo te he hablado de mi pasado para estimular tu memoria. Porque no te he dicho nada de mí que no sepas ya.

Ella se detuvo en seco, con expresión confusa.

– No, no sabía…

– Sí que lo sabías. Hablamos sobre ello la noche de la fiesta -tal vez, hasta ese momento, Mitch no había creído realmente que no recordara nada. Pero vio cómo tragaba saliva, cómo sus ojos le penetraban ansiosamente el rostro. Lentamente, siguió diciendo-: Los demás se fueron poco después de media noche. Tú y yo nos quedamos un rato charlando. Me contaste muchos detalles personales de tu vida…

– Oh, Dios mío. ¿Qué te dije?

– Nada que deba preocuparte. Sólo intento explicar cómo transcurrió la noche. Bebí mucho champán. Igual que tú. No planeé acabar metido en tu cama, Nik… Diablos, hubiera llevado preservativos de haber atisbado la menor posibilidad de que eso sucediera. Simplemente, empezamos a hablar. Y tú nunca habías hablado realmente conmigo hasta entonces. Sí, estábamos bebidos, pero creo, sinceramente, que no hasta ese punto. Tal como yo lo interpreté, ambos tomamos la decisión en nuestro sano juicio.

Nicole agarró nerviosamente una piedra lisa y la lanzó al agua, como él hizo minutos antes. La suya rebotó seis veces, aunque ella no se detuvo a contemplarla. Volvía a mirar a Mitch a la cara.

– Mitch, jamás se me ha pasado por la cabeza culparte de nada. Ya suponía que todo fue culpa mía.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Por arte de magia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Por arte de magia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jennifer Greene - Ruchome Piaski
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Wintergreen
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Wild in the Field
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Un regalo sorpresa
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Toda una dama
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Sunburst
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Matrimonio por Honor
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Man From Tennessee
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Dziecko, on i ta trzecia
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Blame It on Chocolate
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Lucky
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Prince Charming's Child
Jennifer Greene
Отзывы о книге «Por arte de magia»

Обсуждение, отзывы о книге «Por arte de magia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x