Jennifer Greene - Un toque caliente

Здесь есть возможность читать онлайн «Jennifer Greene - Un toque caliente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un toque caliente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un toque caliente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ella tenía la norma de no mezclar los negocios con el placer… pero había normas que había que romper…
Aceptar un cliente como Fox Lockwood era buscarse problemas, pero Phoebe Schneider utilizaba su talento como masajista para curar a quien la necesitaba. Fox no tardaría en hacerle considerar la idea de cruzar una línea a la que jamás se había atrevido a acercarse siquiera. Cuanto más tiempo pasaba Fox con Phoebe, más vivo se sentía, pero había algo que impedía que Phoebe permitiera que la relación fuese más allá del deseo y él iba a descubrir el misterio.

Un toque caliente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un toque caliente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lo último que recordaba era que estaban sentados, uno frente al otro. Ahora los dos estaban tumbados en la alfombra, cara a cara, los dos desnudos de cintura para arriba. Los pantalones de yoga se ataban a la cintura, pero las cintas se habían soltado y tenía la cinturilla por el ombligo… sin revelar nada más que sus caderas… pero él parecía ver la promesa de su desnudez. La miraba, la saboreaba con los ojos. La deseaba.

Y ella también. Quería ser la que curase a Fox. La que lo hiciera sentir otra vez. La que le hiciera querer sentir otra vez.

Phoebe llevó las manos de Fox a sus pechos, animándolo para que la tocara. Con la otra mano, desabrochó el botón de sus vaqueros y bajó la cremallera. La habría bajado mucho más rápido de haber sabido que el malvado no llevaba ropa interior. El «muelle» saltó como un resorte, tan rápido que estuvo a punto de engancharse en los dientes de la cremallera, pero ella lo protegió envolviéndolo en su mano. Estaba caliente y palpitaba.

– No…

– ¿Ese es un «no» de esos,que quieren decir «sí»? -sonrió Phoebe.

– No te rías de mí.

– ¿Sabes una cosa, Fox? Si algún hombre ha necesitado reírse alguna vez, ese eres tú -como para probar que tenía razón, su «Charlie» soltó una gotita-. Ah, sí, esto te gusta -murmuró Phoebe y luego, de repente, se quedó parada.

En un segundo pasó del calor tropical al frío del Polo. Lo que ocurrió fue que oyó su propia risa ronca, notó que él respondía haciéndole el mismo tipo de caricia ardiente… Ella no quería ser una seductora, no quería que la viera como una amante desinhibida.

Esa contradicción le provocó una ansiedad terrible. Lo deseaba. Totalmente. Deseaba hacer el amor con él, compartir cosas con él, ayudarlo a curarse. Pero no quería… rendirse. Podría hacerlo, pero le daba miedo sentirse avergonzada después, sentirse sucia, como Alan la había hecho sentirse.

Sabía que Fox no era Alan. Sabía que no era la misma situación, pero…

– ¿Qué pasa? -preguntó él, mientras besaba su cuello.

– Fox, ¿tú quieres hacer el amor?

– Claro que sí. Contigo. Ahora mismo, si tú quieres.

– Yo quiero. En teoría.

– Me parece bien lo de la teoría -le aseguró él, sin dejar de besarla.

– Pero no quiero que esperes…

– ¿Esto es por lo que pasó la última vez? ¿No te gusta el sexo?

– No he dicho que no me gustara el sexo. Pero no soy una persona muy sexual, así que si esperabas algo escandaloso… además, apenas nos conocemos.

– Phoebe, tú me conoces mucho mejor que nadie… me guste a mí o no. Has atravesado mis defensas, has hecho que me rinda.

– Fox…

– Sé que esto está bien, A lo mejor es una locura, pero está bien. Aunque no puedo prometerte un futuro.

– No te lo estoy pidiendo.

– No eres tú. No tengo nada en contra de las relaciones serias. Pero mi vida ahora mismo…

– No te estoy pidiendo promesas de futuro -repitió Phoebe.

Él arrugó el ceño, como si estuviera dispuesto a mantener una seria discusión sobre el tema. Pero eso no iba a pasar. Sólo un tornado podría aplacar el fiero brillo de sus ojos.

– Así que no eres una persona muy sexual -dijo con tono paciente.

– No lo soy -dijo Phoebe.

Al menos, estaba decidida a no serlo.

– Muy bien. Vamos a llegar a un compromiso. Si hago algo que no te gusta, dímelo. ¿Te parece bien?

Como ella no contestó de inmediato, Fox fue directo al grano. De los besos en el cuello pasó a besar sus pechos, su ombligo, su vientre.

Después, tiró del pantalón de yoga. Ella no tuvo tiempo de prepararse, de pensar. Así que le bajó los vaqueros. Quería desesperadamente que Fox pensara que era una mujer buena. Una mujer responsable con la que se podía contar, a la que él podía respetar.

No tenía que amarla, pero necesitaba su respeto, eso era lo más importante.

Aunque su pasión también le importaba. Y mucho.

No recordaba haber sentido aquella excitación en toda su vida, aquella conexión con otra persona… no había forma de explicarlo. Pero era como si entendiera su dolor. Como si él entendiera el suyo. Rodaron por la alfombra bajo la suave luz de la lámpara y luego de nuevo entre las sombras. Era estupendo que viviera frugalmente porque no había muchos muebles con los que chocarse. Pero, para ser un hombre al que lo último que le hacía falta era otro moratón, Fox parecía poco preocupado por darse un golpe y sí muy interesado en besarla, en tocarla, en acariciarla.

Phoebe tenía miedos. Tenía serios miedos, pero estaba decidida a abandonarlos. Cuando se tumbó sobre ella, enredando las piernas en su cintura, no pudo hacer nada. Había alegría en sus ojos. Intensa frustración, un deseo increíble, pero también alegría. Esa alegría de vivir que sólo podía darte conectar con otra persona…

Phoebe cerró los ojos y levantó las caderas para recibirlo. Se acoplaban perfectamente, como un guante. Él dejó escapar un gruñido como un león liberado después de años de cautiverio en el zoo. Ella dejó escapar un gemido como una gatita feliz con su propio poder.

Por un momento se quedaron parados, como intentando grabar ese momento, mirándose a los ojos.

Y entonces se pusieron en marcha. Los dos moviéndose al mismo ritmo, un ritmo frenético, primitivo. Sus cuerpos estaban cubiertos de sudor. Un teléfono sonó en algún sitio, se oía el ruido de un coche en la calle, el ruido de la nevera…

Pero nada de eso estaba en su mundo. Phoebe se agarró a él, con los ojos cerrados, sintiendo que el alivio escapaba de ella como un chorro de dulce liberación, sintiendo el de Fox como un chorro de amor, tan caliente, tan dulce que la llevó a un lugar desconocido.

Y luego los dos intentaron respirar con normalidad.

Pasaron los minutos.

Ella no se quedó dormida, pero cuando abrió los ojos tenía la camiseta puesta y Fox estaba tumbado de lado, con un brazo sobre la cara, la otra mano en su pelo. Sus ojos habían perdido esa fiera intensidad y eran oscuros, impenetrables.

Phoebe se quedó un momento absorbiendo una profunda sensación de felicidad, de bienestar. Le parecía perfecto haber hecho el amor con él… más perfecto que nada en toda su vida.

– Oye -murmuró Fox.

– Oye tú.

– No sabía que esto podía pasar.

– ¿No sabías cómo se hacía?

– Tonta. Pensé que jamás volvería a hacerlo en mi vida.

– ¿Qué te pasó en Oriente Medio, Fox?

– No lo sé.

– Sí lo sabes -murmuró Phoebe, acariciando su cara.

– Me perdí -contestó él por fin-. Dejé de creer en mí mismo, en mis valores. En mí como hombre.

– ¿Porqué?

– Eso da igual. Lo que importa es que pensé que no volvería a hacer el amor nunca más.

Phoebe quería ayudarlo. Más que nada en el mundo, quería ayudar a aquel hombre.

– No me gusta decir esto, chaval, pero me has dado pistas más de una vez de que tu cuerpo funcionaba perfectamente.

– Una erección es una cosa, hacer el amor es otra muy distinta. Y sentir… sentir otra completamente diferente. Pero… hay algo que… no sé, quizá he sido injusto.

– ¿Lo lamentas?

– Estamos en el sur, pelirroja. Mi madre no crió a sus hijos para que se aprovecharan de las mujeres.

– No te has aprovechado de mí.

– Sí lo he hecho. Llevaba siglos sin hacer el amor y tú te me has subido a la cabeza. No es una excusa, pero es lo que ha pasado.

– Yo quería que pasara.

– Tú no querías que pasara con un tipo que está hecho polvo, que no tiene vida… al menos, por ahora.

– Estás recuperándote, Fox. Y no ha pasado nada que yo no quisiera que pasara.

– Mi madre no estaría de acuerdo, te lo aseguro -sonrió él. Estaba bromeando, pero había dejado de tocar su pelo, había dejado de estar en conexión con ella-. Tú te mereces algo más de lo que yo puedo ofrecerte, pelirroja…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un toque caliente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un toque caliente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jennifer Greene - Ruchome Piaski
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Wintergreen
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Un regalo sorpresa
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Toda una dama
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Sunburst
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Pink Satin
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Orgullo y seducción
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Man From Tennessee
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Dziecko, on i ta trzecia
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Blame It on Chocolate
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Lucky
Jennifer Greene
Jennifer Greene - Prince Charming's Child
Jennifer Greene
Отзывы о книге «Un toque caliente»

Обсуждение, отзывы о книге «Un toque caliente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x