Marion Lennox - El amor vive al lado

Здесь есть возможность читать онлайн «Marion Lennox - El amor vive al lado» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El amor vive al lado: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El amor vive al lado»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Todo tenía un precio, y a Tom McIver le había llegado el momento de pagar.
La pequeña Hannah, de seis semanas de edad, era el resultado de su azarosa vida sentimental. Pero la niña no tenía madre y él necesitaba una esposa.
Sin saber cómo, Annie se encontró accediendo a su propuesta de matrimonio, pero era un matrimonio de conveniencia, un acuerdo donde el amor no tenía cabida… si no fuera porque ella ya estaba perdidamente enamorada de él.

El amor vive al lado — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El amor vive al lado», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tom miró a Annie. Sonrió ligeramente.

– No. Me ha costado mucho preparar esta comida y no estoy dispuesto a que no te dignes a probarla. No querrás que Tiny y Hoof acaben por tomársela.

Annie miró una y otra vez a la mesa.

Estaba muerta de hambre y olía divinamente.

– Bueno, de acuerdo. Pero no te hago promesas.

– Cállate, y come como un buen doctor -dijo Tom-. Después ya veremos.

Así es que Annie se sentó y comió gustosa el estupendo guiso que él había preparado. Tenía que admitir que le encantaba estar con Tom. Aunque no era capaz de relajarse ni un minuto en su presencia.

Por fin, Tom apartó el plato y suspiró.

– Eres muy inquieta, Annie.

– Si descansara, sería demasiado superior a ti -dijo Annie y lo miró conteniendo una sonrisa-. De acuerdo, Tom. Ya me has alimentado y me siento mucho mejor. Te ayudaré si puedo, pero no voy a cuidar a tu hija durante seis semanas.

– Sólo por esta noche.

Silencio.

– ¿Esta noche?

– Es la fiesta del hospital, ¿recuerdas? -dijo Tom-. Sarah espera que la lleve. Y tú estás de guardia.

– ¿Quieres que cuide a Hannah esta noche?

– Bueno, algo así.

– Pero si estoy de guardia no me puedo ocupar de ella.

– Ya he avisado a Robbie para que llame a una enfermera. Lo único que tienes que hacer es decir que sí.

– Tom, sólo tendrás a tu hija durante dos días y la vas a dejar con una desconocida para divertirte con Sarah.

Tom la miró de un modo extraño.

– Annie…

– ¿Qué? -aquello era increíble. Le estaba pidiendo que se quedara con la pequeña para poder salir con otra mujer.

¡Era el colmo!

¿Cómo podía seguir viviendo allí? Estaba loca, loca, loca y completamente enamorada de un hombre que jamás se daría cuenta de que existía Annie Burrows. Bueno, sí, como colega o como canguro… ¡qué consuelo!

– Annie, no puedo permitirme que Sarah se enfade -le aseguró-. Es una chica encantadora.

– Y con la cabeza llena de algodón.

– Creo que estás siendo bastante injusta. Es maestra, Annie.

Sí, sin duda estaba siendo injusta. Pero, ¿y qué? ¿No lo era él con ella?

– ¿Vas en serio con Sarah?

– Creo que sí.

Annie se levantó y llevó los platos al fregadero.

– La semana pasada era otra.

– Sí, pero…

– ¿Pero?

– Como ya te he dicho, Sarah es maestra -dijo Tom-. Le gustan los niños y sabe tratarlos. Quizás podría persuadirla para que… Bueno, quizás quisiera ocuparse de Hannah y de mí.

Annie se volvió a él con gesto incrédulo.

– ¿Estás pensando en crear una familia?

Tom se ruborizó.

– Bueno… sí. He estado dándole vueltas. Si pudiera pasar algún tiempo con Sarah, quizás podría conseguir que aceptara o, al menos, que se lo pensara.

Miró al bebé durante un rato. La niña estaba profundamente dormida.

– Se parece tanto a mí, Annie -dijo él-. Yo no tengo ni idea de cómo se cuida un bebé. Pero Henry tiene razón. Estoy prendado de ella. Bueno, a lo mejor piensas que es una locura. Pero tengo dos días para pensármelo. Ya sé que quiero a mi hija. Ahora necesito saber si Sarah me aceptaría con el bebé.

– Pero, ¿quieres a Sarah? -Annie no salía de su asombro.

– Bueno… -Tom pareció considerar durante unos segundos sus palabras-. No creo que el amor romántico que uno siente por una esposa pueda ser comparable al que se siente por una hija. Lo que sí creo es que es importante elegir a alguien que sea sensato.

– ¿Y Sarah es sensata?

– Creo que sí.

– Y sobre todo guapísima -Annie sonrió-. Muy sensato por su parte, doctor. ¡Pobre Sarah!

– ¡Maldición, Annie! Entonces, ¿qué se supone que debería hacer?

– No tengo ni la más ligera idea -dijo Annie-. Estoy segura de que lo que pretendes hacer es lo más adecuado y que, después, viviréis todos felices para siempre.

– ¡No hace falta que seas tan sarcástica!

– ¡No, claro que no! -Annie se levantó. ¡Aquel hombre estaba completamente ciego! ¿Es que no se daba cuenta de que la estaba destrozando? Él no creía en el amor y Annie lo sentía con tal intensidad que era capaz incluso de quedarse con la niña para que él encontrara a la madre de sus sueños-. Así que me voy a seguir siendo una doctora, sensata, trabajadora y vulgar. Sí, la misma doctora Burrows que está ahí siempre que la necesitas y lo suficientemente estúpida como para ocuparse de tu hija esta noche. ¡Pero sólo esta noche!

Se dirigió a la puerta y la abrió de par en par.

Él la miró como si, de pronto, se hubiera vuelto loco.

Tal vez así era.

– Será mejor que me dejes estudiar el poco rato que me queda antes de que me vuelvan a llamar. Necesito espacio -protestó-. Pero, sí. Me responsabilizaré de su bebé, doctor McIver. ¡Sólo por esta vez! En el futuro…

¿Quién sabía lo que le depararía el futuro? ¿Se iba a pasar el resto de su vida en Bannockburn, siendo la vecina del doctor McIver y su bebé?

¡No, no y no! Tenía que marcharse de allí.

– Y el futuro es tu problema -le dijo Annie-. Tu futuro no tiene nada que ver conmigo, ¡nada!

En cuanto Tom y la niña salieron, cerró la puerta con ímpetu.

El sábado por la noche comenzó siendo tranquilo.

Annie estaba en una de las salas, cuando Tom y Sarah aparecieron con la niña.

Hacían una pareja de esas de película: Tom, guapo, moreno y bronceado; Sarah, alta, con una hermosa mata de pelo rubio cayéndole por los hombros y unas piernas interminables.

Eran tan guapos que le quitaban el sentido a quien pasara a su lado.

Allí se quedaron un rato, junto a la cuna, sonriéndose el uno al otro agarraditos de la mano.

Mientras la doctora Burrows, o Cenicienta Burrows, como ella se sentía, se quedaba en un rincón oscuro y trataba, desesperadamente, de no convertirse en una calabaza.

– ¿No te parecen la pareja perfecta? -dijo Chris, la enfermera que se iba a encargar de Hannah aquella noche-. ¡Ay! ¡Cómo me gustaría ser como Sarah!

– Sí, ya somos dos que sueñan con la luna -Annie se metió las manos en los bolsillos de la bata blanca.

La adorable pareja se marchó y el vacío en el hospital sin la presencia de Tom se hizo patente.

Annie arrugó la nariz y se reajustó las gafas.

– Bueno, no todas podemos ser Blanca Nieves. No es que nosotras seamos feas, es que Sarah es tan impresionante que haría palidecer a la Bella Durmiente.

– ¡Mucho sabes de cuentos de princesas! -se mofó Chris.

Annie se encogió de hombros y sonrió.

– Bueno, supongo que será una noche tranquila. La mayor parte de la gente del pueblo está en la fiesta. Tienes toda la noche para un único y saludable paciente: Hannah.

– ¡Es fantástico! -se rió Chris-. Sé exactamente lo que voy a hacer. Me voy a meter en mi novela y, por favor, doctora Burrows, no me encuentre ningún paciente más. Estoy ansiosa por saber cuándo Jack se enamora de Kimberley. Voy por la página ciento veinte y todavía no se ha dado cuenta de que existe como mujer.

Desde luego aquella noche no sabría lo que acontecería a Jack y Kimberley. Media hora después, Murray Ferguson, de ocho años, llegó al hospital con un ataque de asma. Chris y Annie pasaron dos horas de incesante actividad, hasta que lograron estabilizar la respiración del pequeño.

Poco después, llegó Ray Stotter con un fuerte dolor en el pecho. Annie y Helen estuvieron otras dos horas con él, haciéndole todo tipo de pruebas, para determinar de qué se trataba. Por lo que aparecía en los test y por los síntomas, parecía una angina de pecho. Pero Annie consideró necesario que el enfermo quedara hospitalizado para tenerlo en observación.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El amor vive al lado»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El amor vive al lado» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El amor vive al lado»

Обсуждение, отзывы о книге «El amor vive al lado» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x