• Пожаловаться

Danielle Steel: El Largo Camino A Casa

Здесь есть возможность читать онлайн «Danielle Steel: El Largo Camino A Casa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Danielle Steel El Largo Camino A Casa

El Largo Camino A Casa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Largo Camino A Casa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Con apenas siete años, Gabriella sabe que es culpable de algo, porque así se lo han dicho y que por eso su irascible madre la somete a terrible castigos y malos tratos. Y también sabe que su padre es incapaz de protegerla. Su mundo, una confusa mezcla de miedo, soledad y dolor, da un repentino vuelco cuando su madre la abandona en un convento. Allí crecerá al amparo del cariño y el afecto de las monjas, pero el amor prohibido que le despierta un joven sacerdote provocará otro dramático cambio en su vida y la obligará a salir al mundo real para enfrentarse a sus duros retos… La odisea de una niña maltratada que, una vez convertida en mujer, tiene valor para liberarse del pasado y tomar las riendas de su propio destino. Toda una lección de entereza, esperanza y amor.

Danielle Steel: другие книги автора


Кто написал El Largo Camino A Casa? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El Largo Camino A Casa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Largo Camino A Casa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Gabriella! ¿Qué haces ahí arriba? -preguntó la mujer con una dulce sonrisa a la niña del camisón de franela rosa oculta en el último escalón.

– Shhh… -se llevó un dedo a los labios y frunció el entrecejo. Si sus padres la descubrían, tendría serios problemas.

– Oh… -Marianne Marks comprendió la situación, o por lo menos eso creía, y echó a correr escaleras arriba. Llevaba unas sandalias de raso blanco con tacón y no hizo ningún ruido. Su marido esperaba abajo contemplando sonriente a su mujer y a la hermosa niña que ahora susurraba algo a Marianne mientras ésta le daba un abrazo-. ¿Qué haces aquí? ¿Contemplando a los invitados?

– ¡Estás guapísima! -exclamó Gabriella al tiempo que respondía con un asentimiento de la cabeza.

Marianne Marks era todo lo que su madre no era: guapa y rubia, de ojos grandes y azules como los suyos y una sonrisa que iluminaba cuanto había a su alrededor. Para Gabriella era casi mágica y a veces se preguntaba por qué no podía tener una madre como ella. Marianne tenía aproximadamente la misma edad que Eloise y su rostro se entristecía cada vez que explicaba que no tenía hijos. A lo mejor todo era un error, a lo mejor Gabriella estaba destinaba a una mujer como Marianne pero había ido a parar a sus padres porque era muy mala y merecía que la castigaran. No podía imaginarse a Marianne castigando a nadie. Era demasiado dulce y amable y siempre parecía feliz. Y cuando se inclinó para besarla, Gabriella pudo oler el delicioso aroma de su perfume. Odiaba el perfume de su madre.

– ¿Por qué no bajas un rato? -le preguntó Marianne, deseosa de cogerla en brazos y llevársela abajo.

La pequeña le tenía conquistado el corazón. Todo en ella le hacía querer amarla y protegerla. Gabriella era una de esas almas frágiles que conmovían, y cuando Marianne le cogió la mano, sus dedos menudos y fríos le dieron un tirón fuerte e implorante.

– No, no… no puedo bajar… -susurró-. Mamá se enfadaría mucho. Debería estar en la cama. -Gabriella conocía el castigo por levantarse en contra de las órdenes de su madre, pero la tentación de observar a los invitados era demasiado grande. Y de tanto en tanto le caía un premio como éste-. ¿Es una corona de verdad?

Marianne parecía el hada madrina de Cenicienta , y Robert Marks, que la esperaba pacientemente al pie de la escalera, estaba guapísimo.

– Es una diadema -rió Marianne. Gabriella tenía que llamarla tía Marianne o señora Marks. El castigo por dirigirse a los adultos por su nombre de pila era severo-. Pertenecía a mi abuela.

– ¿Tu abuela era reina? -preguntó Gabriella con aquellos enormes ojos avispados que tanto enternecían el corazón de Marianne Marks.

– No, mi abuela sólo era una vieja dama de Boston. Pero conoció a la reina de Inglaterra en una ocasión y fue cuando lució esta diadema. Pensé que sería divertido ponérmela esta noche. -se la quitó con cuidado y la colocó sobre los rubios tirabuzones de Gabriella-. Ahora pareces una princesa.

– ¿De verdad? -preguntó la niña con cara de pasmo. ¿Cómo alguien tan malo como ella podía parecer una princesa?

– Ahora lo verás.

Marianne la condujo hasta un espejo antiguo que había en el pasillo. Y Gabriella se quedó boquiabierta. La hermosa mujer estaba junto a ella mirándola con una tierna sonrisa, y la diadema de diamantes refulgía sobre su cabeza.

– Oh, es preciosa… y tú también.

Fue uno de los momentos más mágicos de su corta vida, un momento que quedó grabado en su corazón. ¿Por qué Marianne era siempre tan amable con ella? ¿Por qué ella y su madre eran tan diferentes? Para Gabriella constituía un misterio inescrutable, salvo que en el fondo sabía que nunca había hecho nada para merecer una madre como Marianne.

– Eres una niña muy especial, Gabriella -dijo suavemente Marianne, y se inclinó a besarla. Luego levantó la diadema con cuidado, la prendió de nuevo en su cabeza y echó una última mirada al espejo-. Tus padres son muy afortunados de tenerte. -en ese momento la mirada de Gabriella se entristeció. Si Marianne supiera lo mala que era no diría esas cosas-. Será mejor que baje. El pobre Robert lleva rato esperándome.

Gabriella asintió con la cabeza, todavía abrumada por el comportamiento de Marianne, por el beso, la diadema, las caricias, las dulces palabras. Nunca lo olvidaría. La mujer no podía imaginar el valioso regalo que acababa de hacerle.

– Ojalá viviera contigo -barboteó Gabriella cuando regresaban a la escalera cogidas de la mano.

A Marianne le extrañaron aquellas palabras.

– A mí también me gustaría -respondió. Detestaba tener que dejarla. Notaba cómo la criatura tiraba de su corazón, y la tristeza de sus ojos le encogía el estómago-. Pero mamá y papá se quedarían muy tristes.

– No es verdad -aseguró Gabriella, y Marianne la miró preguntándose si sus padres la habían regañado. Ella sería incapaz de regañar a una niña como Gabriella.

– Dentro de un rato volveré para saludarte -dijo Marianne-. ¿Quieres que suba a verte a tu cuarto?

Una promesa era la única manera de tranquilizar su conciencia por abandonar a esa criatura de mirada implorante que le desgarraba el corazón. Pero Gabriella sacudió la cabeza.

– No puedes venir a verme -dijo con voz seria. si su madre las descubría, el precio que tendría que pagar sería altísimo. Eloise no soportaba que sus amigas hablaran con Gabriella y todavía menos que subieran expresamente a verla. Ella sabía que la furia de su madre no tendría límite-. No te dejarán.

– Intentaré escaparme dentro de un rato… -le aseguró Marianne. Empezó a bajar y le envió un último beso por encima de su elegante hombro. Luego, cuando se hallaba a medio tramo, se volvió hacia la pequeña-. Volveré Gabriella… te lo prometo.

Llegó al vestíbulo con un desasosiego en el corazón que no alcanzaba a comprender. Su marido iba por la segunda copa de champán y estaba hablando con un apuesto conde polaco. Los ojos del conde se iluminaron al ver a Marianne, y Gabriella vio cómo le besaba la mano. Luego se alejaron para reunirse con los demás invitados. A Gabriella le dieron ganas de bajar corriendo y agarrarse a Marianne, de buscar en ella seguridad y protección. Sintiendo la mirada de la pequeña todavía clavada en ella, Marianne levantó la vista, agitó una mano y desapareció cogida del brazo de su marido. Gabriella cerró los ojos y apoyó la cabeza contra la barandilla. Todavía podía ver la diadema sobre su cabeza y recordar la mirada de la mujer y el delicioso aroma de su perfume.

Transcurrió otra hora antes de que llegaran los últimos invitados, y ninguno de ellos reparó en Gabriella. Sonrientes y charlatanes, dejaban sus abrigos al entrar, cogían su copa de champán y se dirigían al salón para reunirse con los demás invitados. Eran más de las cien y Gabriella sabía que su madre no subiría a verla. Daba por sentado que estaba en la cama. A sus padres no se les ocurría que pudiera estar espiando a los invitados desde lo alto de la escalera.

– No te muevas de la cama. No respires siquiera -habían sido las últimas palabras de su madre.

Pero la magia que tenía lugar abajo era demasido tentadora para Gabriella. Le habría gustado bajar y comer algo. Cuando llegaron los últimos invitados estaba hambrienta. En la cocina había mucha comida tatas, pasteles, bombones, galletas. Por la tarde había visto cómo preparaban un enorme jamón, un tajo redondo y un pavo. Como siempre, había caviar, pero a Gabriella no le gustaba. Sabía demasiado a pescado y en cualquier caso su madre tampoco le dejaba comerlo. Tenía prohibido tocar la comida que se servía en las fiestas. Gabriella, no obstante, habría dado cualquier cosa por un pastelito. Había relámpagos de chocolate, tarteletas de fresa y petisús, su dulce favorito. Pero todo el mundo andaba tan ocupado que habían olvidado darle de cenar. Y no era una buena idea pedirle a su madre algo de comida cuando se estaba preparando para una fiesta. Eloise e había pasado horas en el lavabo bañándose, arreglándose el pelo y maquillándose. No tenía tiempo para pensar en la niña y Gabriella sabía que más le valía pasar desapercibida. Su madre se ponía muy nerviosa antes de las fiestas.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Largo Camino A Casa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Largo Camino A Casa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Allison Brennan
Danielle Steel: El viaje
El viaje
Danielle Steel
Danielle Steel: Un Hotel En Hollywood
Un Hotel En Hollywood
Danielle Steel
Danielle Steel: Un Puerto Seguro
Un Puerto Seguro
Danielle Steel
Отзывы о книге «El Largo Camino A Casa»

Обсуждение, отзывы о книге «El Largo Camino A Casa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.