• Пожаловаться

Stephanie Laurens: La Dama Elegida

Здесь есть возможность читать онлайн «Stephanie Laurens: La Dama Elegida» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Исторические любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Stephanie Laurens La Dama Elegida

La Dama Elegida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Dama Elegida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tristan Wemyss, conde de Trentham, nunca esperó tener que casarse en el plazo de un año para no perder su herencia. Pero él no se someterá a los deseos de las madres casamenteras de la sociedad. No, él se casará con una dama de su propia elección. Y la dama que ha escogido es su encantadora vecina. La señorita Leonora Carling tiene belleza, espíritu y pasión; desgraciadamente, el matrimonio es la última cosa en su mente. Para Leonora, los besos de Tristan son muy tentadores. Pero, como dice el refrán, el que se quema con leche cuando ve una vaca llora y ella ha decidido alejarse del matrimonio. Tristan es un veterano experimentado y no aceptará la derrota. Por eso, cuando un misterioso hombre intenta ahuyentar a Leonora y su familia de su casa, Tristan comprende que tiene la excusa perfecta para ofrecer sus servicios como protector, seductor y marido.

Stephanie Laurens: другие книги автора


Кто написал La Dama Elegida? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La Dama Elegida — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Dama Elegida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Creo que ya casi terminamos con todo el trabajo de renovación, a excepción de ese par de armarios en el estudio -Billings alzó la vista-. Si pudiera ir a echarle una mirada para ver si captamos la idea de forma correcta lo terminaríamos, y luego empezaremos a pintar, lustrar y limpiar, para que ustedes se puedan instalar.

– Muy bien -Tristan se movió-. Voy -le dio una última mirada al jardín de al lado, y vio a un niño de suave cabello rubio corriendo por el césped hacia la dama. Vio que ella se volvía, lo veía, y aguardaba expectante… seguramente eran las noticias que había estado esperando.

No tenía ni idea de por qué la encontraba fascinante; prefería a las rubias de encantos más exuberantes y a pesar de su desesperada necesidad de esposa, la dama era demasiado mayor para estar aún en el mercado matrimonial; seguramente ya estaría casada.

Apartó la mirada de ella.

– ¿Cuánto tiempo piensa que falta para que la casa sea habitable?

– Unos pocos días más, tal vez una semana. La planta de abajo ya casi está lista.

Haciéndole señas a Billings para que fuera delante, Tristan lo siguió.

– ¡Señorita, señorita! ¡El caballero está aquí!

¡Al fin! Leonora Carling inspiró profundamente. Se enderezó, y la espalda se le puso rígida por la anticipación, luego se relajó para sonreírle al limpiabotas.

– Gracias, Toby. ¿Es el mismo caballero que vino antes?

Toby asintió.

– El que Quiggs dice que es uno de los dueños.

Quiggs era un carpintero a jornal que trabajaba en la casa de al lado; Toby, siempre curioso, había hecho amistad con él. A través de esa ruta Leonora se había enterado de suficientes cosas acerca de los planes que tenían los caballeros dueños de la casa de al lado, como para decidir que tenía que saber más. Mucho más.

Toby, con el cabello desgreñado, y las mejillas coloradas donde el viento lo había azotado, brincaba de un pie al otro.

– Aunque debe salir prontito si quiere cogerlo… Quiggs dijo que Billings estaba arreglando los últimos detalles con él y que después el caballero seguramente se iría.

– Gracias -Leonora le dio una palmadita a Toby en el hombro, y lo llevó con ella mientras caminaba rápidamente hacia la puerta trasera. Henrietta, su lebrel, galopaba a sus talones-. Me pasaré por allí ahora mismo. Has sido una gran ayuda… veamos si podemos persuadir a Cook de que te mereces una tarta de mermelada.

– ¡ Bien ! -los ojos de Toby se abrieron; las tartas de mermelada de Cook eran legendarias.

Harriet, la doncella de Leonora, que había estado en la familia desde hacía muchos años, una tranquila pero perspicaz mujer con una masa de rizado cabello rojizo, la estaba esperando en el vestíbulo justo detrás de la puerta trasera. Leonora mandó a Toby a que pidiera su recompensa; Harriet esperó hasta que el niño estuvo fuera del alcance de su voz para preguntar.

– No vas a hacer nada imprudente, ¿verdad?

– Por supuesto que no -Leonora miró su vestido; tironeó del corpiño-. Pero debo saber si los caballeros de al lado son los mismos que previamente habían estado interesados en esta casa.

– ¿Y si lo son?

– Si lo son, entonces o estaban detrás de los incidentes, en cuyo caso los incidentes cesarán, o bien no saben nada de los intentos de robo, o de los otros acontecimientos, en cuyo caso… -frunció el ceño, luego pasó junto a Harriet-. Debo irme. Toby dijo que el hombre se iría pronto.

Ignorando la mirada preocupada de Harriet, Leonora se apresuró a cruzar la cocina. Sorteó las usuales preguntas domésticas de Cook, la señora Wantage, el ama de llaves, y Castor, el anciano mayordomo de su tío, prometiéndoles volver pronto para hacerse cargo de todo, y pasó a través de la puerta de vaivén tapizada, hacia el vestíbulo delantero.

Castor la siguió.

– ¿Debería mandar a buscar un coche, señorita? ¿O desea un lacayo…?

– No, no -tomando la capa, se la puso por encima de los hombros y rápidamente ató los cordones-. Sólo saldré a la calle un minuto… Regresaré enseguida.

Agarrando el sombrero del perchero que había en el vestíbulo, se lo colocó en la cabeza; mirándose en el espejo, rápidamente ató las cintas. Examinó su apariencia. No era perfecta, pero bastaría. Interrogar a caballeros desconocidos no era algo que hiciera a menudo; a pesar de ello no iba a ceder ni a acobardarse. La situación ya era demasiado seria.

Se volvió hacia la puerta.

Castor estaba de pie delante de la misma, un vago ceño arrugaba su frente.

– ¿Dónde debo decir que ha ido si Sir Humphrey o el señorito Jeremy preguntan?

– No lo harán. Si lo hacen, sólo diles que fui de visita a la casa de al lado. -pensarían que había ido al número 16, y no al número 12.

Henrietta estaba sentada al lado de la puerta, sus brillantes ojos fijos en ella, las quijadas abiertas, la lengua colgando, esperando contra toda esperanza…

– Quédate aquí.

Con un lamento, el lebrel se dejó caer desanimada, y con patente disgusto, apoyó la enorme cabeza sobre las patas.

Leonora la ignoró. Hizo un gesto impaciente hacia la puerta; tan pronto como Castor la abrió, se apresuró a salir al techado porche delantero. En lo alto de las escaleras, hizo una pausa para examinar la calle; estaba, como había esperado, desierta. Aliviada, descendió rápidamente hacia el jardín delantero de ensueño.

Normalmente el jardín la hubiera distraído, al menos la hubiera hecho observar y tomar nota. Hoy, apresurándose por el sendero principal, apenas vio los arbustos, las brillantes bayas colgando de las ramas desnudas, las extrañas hojas parecidas a encaje creciendo profusamente. Hoy, la fantástica creación de su primo lejano Cedric Carling falló en demorar su precipitada carrera hacia la reja delantera.

Los nuevos dueños del número 12 eran un grupo de Lores… eso es lo que había oído Toby, pero ¿quién podía asegurarlo? Al menos eran caballeros de la aristocracia. Aparentemente estaban remodelando la casa, pero ninguno de ellos planeaba vivir allí… lo cual era indiscutiblemente una circunstancia de lo más rara y claramente sospechosa. Combinada con todo lo demás que había estado pasando… Leonora estaba determinada a descubrir si había alguna conexión.

Durante los tres últimos meses, ella y su familia habían sido objeto de un tenaz hostigamiento que apuntaba a persuadirlos a vender su casa. Primero había habido un acercamiento a través de un agente local. De la persuasión obstinada, los argumentos del agente habían degenerado a la beligerancia y la hostilidad. No obstante, al final, había convencido al hombre, y presumiblemente a sus clientes, de que su tío no vendería.

Su alivio había sido efímero.

A las pocas semanas, hubo dos intentos de asaltar la casa. Ambos habían sido frustrados, uno por el personal de servicio, el otro por Henrietta. Podría haber desestimado los incidentes como coincidencias si no hubiera sido por los subsiguientes ataques hacia su persona.

Esos habían sido mucho más aterradores.

No le había hablado a nadie más que a Harriet acerca de esos incidentes, ni a su tío Humphrey ni a su hermano Jeremy ni a ningún otro miembro del personal. No tenía sentido alarmar al personal, y en cuanto a su tío y su hermano, si conseguía hacerles creer que los incidentes efectivamente habían ocurrido y no eran una invención de su poco fiable imaginación femenina, sólo restringirían sus movimientos, entorpeciendo adicionalmente su capacidad para lidiar con el problema. Identificando a los responsables y las razones que tenían, y asegurándose de que no hubieran futuros incidentes.

Esa era su meta; tenía esperanzas de que el caballero de la casa de al lado, la llevara un paso más allá en su camino.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Dama Elegida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Dama Elegida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Teresa Medeiros: Después De Medianoche
Después De Medianoche
Teresa Medeiros
Stephanie Laurens: La Prometida Perfecta
La Prometida Perfecta
Stephanie Laurens
Stephanie Laurens: El Sabor de la Tentación
El Sabor de la Tentación
Stephanie Laurens
Carly Phillips: El Seductor
El Seductor
Carly Phillips
Stephanie Laurens: The Lady Chosen
The Lady Chosen
Stephanie Laurens
Отзывы о книге «La Dama Elegida»

Обсуждение, отзывы о книге «La Dama Elegida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.