• Пожаловаться

Isaac Asimov: Fundación y Tierra

Здесь есть возможность читать онлайн «Isaac Asimov: Fundación y Tierra» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1987, ISBN: 84-01-32217-0, издательство: Plaza y Janés, категория: Космическая фантастика / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Isaac Asimov Fundación y Tierra

Fundación y Tierra: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fundación y Tierra»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La serie de la Fundación (Fundación, Fundación e Imperio, Segunda Fundación y Los límites de la Fundación) es la obra de ciencia ficción más leída de todos los tiempos. Como gran acontecimiento editorial, la saga monumental continúa con Fundación y Tierra, que es la quinta y más emocionante novela de la serie. Golan Trevize, ex consejero de la Primera Fundación, se encuentra con que debe realizar una tarea formidable: determinar el futuro del desarrollo galáctico. Pero, ¿qué fuerza instintiva ha llevado a Trevize a esta extraordinaria idea? ¿Procede acaso de lo más profundo de la Historia antigua de otro gran mundo llamado Tierra? Trevize tiene que saber la respuesta a estas preguntas. Al descubrir que toda referencia a la Tierra ha desaparecido misteriosamente de la Biblioteca Galáctica de Trantor, sale en busca del planeta «perdido». Y él y sus compañeros, el historiador Janov Pelorat y la hermosa gaiana Bliss, al viajar de un mundo prohibido a otro, se enfrentan audazmente a una odisea llena de peligros, de la que dependerá el destino del Imperio y de la propia Humanidad. Continuación de la serie «La Fundación». Ésta es una novela soberbia en la que vemos cómo la Humanidad, en un lejano futuro galáctico, busca sus orígenes en un planeta perdido llamado Tierra…

Isaac Asimov: другие книги автора


Кто написал Fundación y Tierra? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Fundación y Tierra — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fundación y Tierra», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—«Yo-nosotros-Gaia» no sabemos cómo has llegado a la decisión adecuada. ¿Es importante saberlo, siendo así que aquélla ha sido tomada Ya?

—Hablas por todo el planeta, ¿verdad? Por la conciencia común de cada gota de rocío, de cada grano de arena, incluso del núcleo liquido central del planeta, ¿no?

—Sí, y lo propio puede hacer cada porción del planeta donde la intensidad de la conciencia común sea lo bastante grande.

—¿Y se contenta toda esa conciencia común con emplearme como una caja negra? Mientras la caja negra funcione, ¿no importa lo que haya dentro de ella? Eso no me convence. No quiero ser una caja negra. Deseo saber qué hay dentro. Necesito saber cómo y por qué escogí Gaia y Galaxia como el futuro, para que pueda descansar y estar tranquilo.

—Pero, ¿por qué no te gusta o desconfías de tu decisión? Trevize respiró hondo y dijo lentamente, en voz grave y forzada:

—Porque no quiero formar parte de un superorganismo. No deseo ser una parte prescindible que pueda ser arrojada por la borda cuando el superorganismo considere que eso puede redundar en beneficio del todo.

Dom miró a Trevize reflexivamente.

—Entonces, ¿quieres cambiar tu decisión, Trev? Sabes que puedes hacerlo.

—Me gustaría cambiarla, pero no puedo hacer eso por el mero hecho de que no me guste. Para hacer algo ahora, tengo que saber si la decisión es equivocada o correcta. No basta con sentir que es correcta.

—Si sientes que tienes razón, es que la tienes.

Aquella voz lenta y amable hacía que Trevize se excitara más, por el contraste con su propio torbellino interior.

Entonces, Trevize dijo, en voz baja y rompiendo la insoluble oscilación entre el sentimiento y el conocimiento:

—Debo encontrar la Tierra.

—¿Porque tiene algo que ver con tu apasionada necesidad de saber?

—Porque hay otro problema que me inquieta de un modo insoportable y siento que hay una relación entre los dos. ¿No soy una caja negra? Siento que hay una relación. ¿No basta esto para ser aceptado como un hecho?

—Tal vez —dijo Dom, con ecuanimidad.

—Dando por sentado que ahora hace miles de años, tal vez veinte mil, que la gente de la Galaxia dejó de preocuparse de la Tierra, ¿cómo es posible que todos hayamos olvidado nuestro planeta de origen?

—Veinte mil años supone mucho más tiempo del que te imaginas.

Hay muchos aspectos del Imperio primitivo de los que sabemos muy poco; muchas leyendas que son falsas casi con seguridad, pero que seguimos repitiendo, e incluso creyendo, por falta de algo que las sustituya. Y la Tierra es más vieja que el Imperio.

—Pero seguramente tiene que haber algunos documentos. Mi buen amigo Pelorat recoge mitos y leyendas de la primitiva Tierra; todo lo que puede extraer de cualquier fuente. Es su profesión y, más importante aún, su hobby. Conoce todos los mitos y leyendas. Pero no tiene testimonios escritos, documentos.

—¿Documentos de veinte mil años atrás? Estas cosas se estropean, perecen, son destruidas por la falta de cuidado o por la guerra.

—Pero tendría que haber alguna referencia al respecto; copias, copias de copias, copias de copias de copias; materiales útiles que tengan mucha menos de veinte mil años. Sin embargo, han desaparecido. «La Biblioteca Galáctica» de Trantor tuvo que poseer documentos concernientes a la Tierra. Se hace referencia a ellos en relatos históricos bien conocidos, pero los documentos ya no están allí. Las referencias sobre ellos existen, mas no hay ninguna cita tomada de aquéllos.

—Debes recordar que Trantor fue saqueada hace unos cuantos siglos.

—Pero la Biblioteca se conservó intacta. El personal de la Segunda Fundación la protegió. Y fue aquel mismo personal el que descubrió recientemente que el material relativo a la Tierra no existía. Había sido sacado de allí deliberadamente en tiempos recientes. ¿Por qué? —Trevize dejó de pasear y miró fijamente a Dom—. Si encuentro la Tierra, descubriré lo que se esta ocultando…

—¿Ocultando?

—Ocultando o siendo ocultado. En cuanto descubra eso, tengo la impresión de que sabré por qué he preferido Gaia y la Galaxia a nuestra individualidad. Entonces, supongo, sabré, no sentiré, que tengo razón —añadió, encogiéndose de hombros—, no habrá más que hablar.

—Si eso es lo que sientes —dijo Dom—, si sientes que debes buscar la Tierra, desde luego te ayudaremos en todo lo que podamos. Sin embargo, esa ayuda será limitada. Por ejemplo, «yo-nosotros-Gaia» no sabemos dónde puede ser localizada la Tierra entre el inmenso enjambre de mundos que constituyen la Galaxia.

—Aun así —dijo Trevize—, debo buscarla. «Aunque el número infinito de estrellas de la galaxia haga que la empresa parezca desesperada, y deba realizarla yo solo.»

Trevize se hallaba rodeado por el tranquilo ambiente de Gaia. La temperatura, como siempre, era suave y el aire soplaba agradablemente, fresco pero no frío. Algunas nubes surcaban el cielo, interrumpiendo los rayos del sol de vez en cuando, y era seguro que, si el grado de humedad descendía por debajo de lo normal en algún lugar, habría lluvia suficiente para restablecer el nivel normal.

Los árboles crecían regularmente espaciados, como en un huerto, y lo propio debían hacer en todas partes. La tierra y el mar estaban poblados de animales y plantas vivos en número adecuado y de las variedades más convenientes para producir un correcto equilibrio ecológico, y todos ellos aumentaban o decrecían numéricamente, en una lenta oscilación alrededor del nivel óptimo. Lo mismo ocurría con el número de seres humanos.

De todos los objetos que Trevize podía abarcar con la mirada, lo único chocante era su nave, la Far Star.

Algunos de los habitantes humanos de Gaia habían limpiado y restaurado la nave con eficacia; abasteciéndola de comida y bebida; renovando o sustituyendo sus accesorios, y comprobando sus aparatos mecánicos debidamente. El propio Trevize había examinado el ordenador de la nave con sumo cuidado.

Ésta no necesitaba repostar por ser una de las pocas naves graviticas de la Fundación funcionando con la energía del campo gravitatorío general de la galaxia, el cual era suficiente para abastecer todas las flotas posibles de la humanidad durante todas las eras de su probable existencia, sin perder sensiblemente intensidad.

Tres meses atrás, Trevize había sido nombrado consejero de Terminus. En otras palabras, era miembro de la Legislatura de la Fundación y, de derecho, uno de los hombres importantes de la galaxia. ¿Hacía sólo tres meses? Tenía la sensación de que había pasado en ese puesto la mitad de los treinta y dos años de su vida, y su única preocupación había sido saber si el gran «Plan Seldon» había sido válido o no; si el auge de la Fundación, que de aldea planetaria había pasado a la grandeza galáctica, había sido o no debidamente proyectado de antemano.

Sin embargo, en ciertos sentidos, no había existido ningún cambio. Él continuaba siendo consejero. Su posición y sus privilegios seguían inalterados, aunque no esperaba volver a Terminus para reclamarlos. No se adaptaría al enorme caos de la Fundación, más de lo que se adaptaba al orden tranquilo de Gaia. Se hallaba incómodo en todas partes, como un huérfano en cualquier lugar.

Apretó las mandíbulas y pasó los dedos con irritación por sus negros cabellos. Antes de perder el tiempo lamentando su destino, debía encontrar la Tierra. Si sobrevivía a la búsqueda, tendría tiempo más que suficiente para sentarse y llorar. Tal vez encontrase entonces mejores razones para hacerlo.

Con resuelta impasibilidad, recordó…

Hacía tres meses que él y Janov Pelorat, el capacitado e ingenuo erudito, habían abandonado Terminus. Pelorat se había sentido impulsado por su entusiasmo por lo antiguo a descubrir la situación de la Tierra perdida, y Trevize le había seguido, empleando la meta de Pelorat como pretexto para lo que él creía que era su verdadero y propio objetivo. No encontraron la Tierra, pero sí Gaia, y entonces Trevize se había visto obligado a tomar su decisión crucial.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fundación y Tierra»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fundación y Tierra» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Andrés Trapiello: Al Morir Don Quijote
Al Morir Don Quijote
Andrés Trapiello
George Stewart: La Tierra permanece
La Tierra permanece
George Stewart
Gueorgui Martinov: Guianeya
Guianeya
Gueorgui Martinov
Отзывы о книге «Fundación y Tierra»

Обсуждение, отзывы о книге «Fundación y Tierra» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.