• Пожаловаться

Robert Silverberg: Valentine Pontífice

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg: Valentine Pontífice» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Mallorca, год выпуска: 1988, ISBN: 84-7386-497-2, издательство: Ultramar, категория: Фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Robert Silverberg Valentine Pontífice

Valentine Pontífice: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Valentine Pontífice»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lord Valentine, antes de asumir el cargo de Pontífice, debe afrontar las tareas de gobierno en una época de rebelión y enfrentarse al duro y pragmático Hissune, a fin de regir un planeta bruscamente turbulento. El conflicto de los dos hombres y su resolución constituye la esencia de este mosaico poblado de personajes, como los esquivos metamorfos de forma humanoide, que ponen a prueba al futuro Pontífice. “Valentine Pontífice” es el remate incitante y conmovedor de una fantasía brillantemente ejecutada.

Robert Silverberg: другие книги автора


Кто написал Valentine Pontífice? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Valentine Pontífice — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Valentine Pontífice», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—No, mi señor —dijo tristemente Aarisiim.

Hissune dirigió la mirada hacia los duikos, muy serio. ¿La Danipiur muerta? Después de eso no quedaría esperanza de llegar a un acuerdo con los cambiaspectos: únicamente ella, así lo consideraba Hissune, podía mitigar la furia de los rebeldes y tolerar la firma de algún pacto. Sin ella iba a ser una batalla hasta el final.

—¿Dónde está hoy el Pontífice? —dijo a Alsimir.

—Al oeste de Khyntor, tal vez en Dulorn, en alguna parte de la Fractura.

—¿Y podemos hacerle llegar un mensaje?

—Los canales de comunicaciones que nos unen con esa región son muy inseguros, mi señor.

—Lo sé. Quiero que le llegue esta información como sea y antes de dos horas. Ensaya cualquier cosa que pueda dar resultado. Magos. Predicadores. Comunícate con la Dama y que ella lo intente con sus sueños. Todos los canales imaginables, Alsimir, ¿lo has entendido? Valentine debe saber que Faraataa planea asesinar a la Danipiur esta noche. Que le llegue esa información. Como sea. Como sea. Y comunícale que tan sólo él puede salvarla. Como sea.

7

Para lograrlo, pensó Valentine, necesitaré el aro de la Dama tanto como el diente de Maazmoorn. No debe haber fallos de transmisión, ninguna distorsión del mensaje: haré uso de todos los medios disponibles.

—Quédate muy cerca —dijo a Carabella. Y repitió las mismas palabras a Deliamber, Tisana y Sleet—. Rodeadme. Cuando extienda los brazos, cogedme de la mano. No digáis nada, simplemente cogedme.

El día era brillante y despejado, el ambiente matinal, vigorizador, fresco, dulce como el néctar de alabandina. Pero en Piurifayne, muy al este, la noche estaba cayendo ya.

Se puso el aro. Asió el diente del rey acuático. Llenó sus pulmones de aquel aire fresco y dulce hasta que prácticamente se mareó.

—¿Maazmoorn?

La llamada brotó de Valentine con tanta potencia que los que le rodeaban debieron captar la reacción: Sleet reculó, Carabella se llevó las manos a las orejas y los tentáculos de Deliamber se agitaron con bruscos movimientos.

—¿Maazmoorn? ¿Maazmoorn?

El tañido de campanas. Las vueltas lentas y pesadas de un cuerpo gigantesco que descansa en frías aguas septentrionales. La suave agitación de unas alas negras y enormes.

—Te escucho, hermano Valentine.

—Ayúdame, Maazmoorn.

—¿Ayudarte? ¿Cómo? ¿Ayudarte yo?

—Permíteme recorrer el mundo con tu espíritu.

—Ven a mí, hermano rey, hermano Valentine.

Fue asombrosamente fácil. Valentine notó que perdía peso, se deslizaba hacia arriba, flotaba, ascendía y volaba. Debajo estaba el gran arco del planeta, perdiéndose en la noche por el este. El rey acuático le transportaba sin esfuerzo, serenamente, como un gigante que lleva un gatito en la palma de su mano. Adelante, adelante, en un mundo que se abría por completo a él mientras lo sobrevolaba. Tuvo la sensación de que él y el planeta eran una sola cosa, que él personificaba a los veinte mil millones de habitantes de Majipur, humanos, skandars, yorts, metamorfos y demás. Todos avanzaban con él igual que los corpúsculos de su sangre. Estaba en todas partes al mismo tiempo, él era la pena del mundo, la alegría, los anhelos, las necesidades. Él era todo. Era un universo que bullía de contradicciones y conflictos. Percibió el calor del desierto, la lluvia cálida de los trópicos y el frío de las altas cumbres. Rió, lloró, murió, hizo el amor, comió, bebió, bailó, luchó, cabalgó frenéticamente por montañas desconocidas, trabajó duramente en los campos y se abrió paso por junglas enmarañadas de lianas. En los océanos de su alma inmensos dragones marinos salieron a la superficie, lanzaron monstruosos gruñidos y se zambulleron de nuevo, hasta las profundidades extremas. Miró hacia abajo y vio los parajes destrozados del mundo, los lugares heridos y arruinados donde la tierra se había alzado y chocado contra sí misma, y comprendió la forma de curarles las heridas, recomponerla y serenarla. Porque todo tendía de nuevo a la serenidad. Todo se agrupaba en torno a lo Real. Todo formaba parte de una armonía inmensa y sin fisuras.

Pero había una discordancia en aquella armonía.

Chilló, dio alaridos, aulló, bramó. Los gritos fustigaron la estructura del mundo igual que un cuchillo y dejaron un rastro de sangre. Se había desgarrado el conjunto.

Incluso aquella disonancia, comprendió Valentine, era un aspecto de lo Real. No obstante ese aspecto, al otro lado del mundo, turbio, agitado, rugiente y demente, era el único aspecto de lo Real que no aceptaba lo Real. Era una fuerza que pronunciaba un potente ¡no! a todas las demás. Se alzaba contra los que deseaban recobrar la armonía, reparar la estructura, hacer total la totalidad.

—¿Faraataa?

—¿Quién eres?

—Soy Valentine el Pontífice.

—Valentine el necio. Valentine el niño.

—No, Faraataa. Valentine el Pontífice.

—Eso no significa nada para mí. ¡Yo soy el Rey Real!

Valentine se echó a reír y su risa roció el planeta como una lluvia formada por gotas de dorada miel. Con las alas del gran rey de los dragones se alzó casi hasta el confín del cielo, desde donde pudo atravesar la oscuridad y ver la punta del Monte del Castillo que taladraba el firmamento en el otro extremo del mundo, y el Gran Océano más allá. Bajó la mirada hacia la jungla de Piurifayne y se echó a reír de nuevo, y contempló al furioso Faraataa, que se retorcía y debatía bajo el torrente de risa.

—¿Faraataa?

—¿Qué quieres?

—No puedes matarla, Faraataa.

—¿Quién eres tú para decirme que no puedo hacerlo?

—Soy Majipur.

—Eres el necio Valentine. ¡Yo soy el Rey Real!

—No, Faraataa.

—¿No?

—Veo el resplandor de la vieja leyenda en tu mente. El Príncipe Venidero, el Rey Real: ¿cómo puedes tener esas pretensiones? No eres ese príncipe. Jamás podrás ser ese rey.

—Estás obstruyendo mi mente con tus estupideces. Déjame en paz o te ahuyentaré por la fuerza.

Valentine captó el empujón, la arremetida. La esquivó.

—El Príncipe Venidero es un ser que carece por completo de odio. ¿Puedes negarlo, Faraataa? Forma parte de la leyenda de tu pueblo. Él no tiene ansia de venganza. No tiene deseos destructivos. Tú no eres más que odio, venganza y destrucción, Faraataa. Si te libraras de todo ello, serias un caparazón, un pellejo.

—Necio.

—Tu pretensión es falsa.

—Necio.

—Permíteme librarte de la cólera y el odio, Faraataa, si es que deseas ser el rey que afirmas ser.

—Hablas como un necio.

—Vamos, Faraataa. Suelta a la Danipiur. Entrégame tu alma para que pueda curarla.

—La Danipiur morirá antes de una hora.

—No.

—¡Fíjate!

Las entrelazadas bóvedas de los árboles de la selva se separaron y Valentine pudo contemplar Nueva Velalisier iluminada por el resplandor de las antorchas. Los templos de troncos entrecruzados, las banderas, el altar, la pira llameante ya. La metamorfa, silenciosa, digna, encadenada al bloque de piedra. Los rostros que la rodeaban, inexpresivos, extraños. La noche, los árboles, los sonidos, los olores. La música. Los cánticos.

—Suéltala, Faraataa. Y luego ven a verme, tú y ella, y hagamos lo que debemos hacer.

—Nunca. La entregaré a los dioses con mis propias manos. Y con su sacrificio expiaremos el crimen de la Profanación, cuando matamos a nuestros dioses y fuimos castigados con vuestra presencia.

—Incluso en eso estás equivocado, Faraataa.

—¿Qué?

—Los dioses se sacrificaron voluntariamente, aquel día en Velalisier. Fue su sacrificio, que tú interpretas mal. Habéis inventado el mito de la Profanación, un mito incorrecto. Faraataa, es un error, es un error total. El rey acuático Niznom y el rey acuático Domsitor se ofrecieron al sacrificio aquel día tan remoto, del mismo modo que los reyes acuáticos se ofrecen a nuestros cazadores cuando bordean la curva de Zimroel. Y tú no lo entiendes. No comprendes nada en absoluto.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Valentine Pontífice»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Valentine Pontífice» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Robert Silverberg: Lord Valentine's Castle
Lord Valentine's Castle
Robert Silverberg
Adriana Trigiani: Valentine, Valentine
Valentine, Valentine
Adriana Trigiani
Robert Silverberg: Crónicas de Majipur
Crónicas de Majipur
Robert Silverberg
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Robert Silverberg
Robert Silverberg: Valentine Pontifex
Valentine Pontifex
Robert Silverberg
Отзывы о книге «Valentine Pontífice»

Обсуждение, отзывы о книге «Valentine Pontífice» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.