Ursula Le Guin - La costa más lejana

Здесь есть возможность читать онлайн «Ursula Le Guin - La costa más lejana» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1987, ISBN: 1987, Издательство: Minotauro, Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La costa más lejana: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La costa más lejana»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El joven Arren, príncipe de Enlad y heredero del trono de Morred, llega a la isla de Roke con malas noticias. No sólo no hay magia en el mundo: una inquieta desazón se ha extendido por los Confines. La gente no encuentra sentido a la vida. Los artesanos y el comercio están arruinándose, las leyes declinan, la esclavitud aumenta. Algo perturba el Equilibrio del mundo.
Decidido a descubrir el mal que está causando el desequilibrio y amenazando a Terramar, Ged el Archimago se hace a la mar acompañado por el joven Arren y llegan eventualmente a la costa más lejana, la isla de Selidor, donde alguien ha abierto la puerta que lleva de la vida a la muerte. Sólo atravesando el reino de los muertos —descubre Arren—, escalando las Montañas del Dolor, encontrará el equilibrio, ayudará a restaurarlo, y será capaz de gobernar las vidas de otros hombres.

La costa más lejana — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La costa más lejana», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero la verdad varía, según el hombre.

Así pues, el Transformador, sosteniéndola y escudriñando a través de la superficie irregular y granulosa las profundidades infinitas, tenuemente coloreadas, centelleantes, decía en alta voz lo que veía: —Veo la tierra, como si estuviese en lo alto del Monte Onn en el centro del mundo y lo contemplara todo a mis pies, hasta la isla más lejana de los más lejanos Confines, y aún más allá. Y todo es claro. Veo navíos en las rutas de Illien, y los fuegos en los hogares de Torheven, y los tejados de la torre en que estamos ahora. Pero más allá de Roke, nada. En el sur, ninguna tierra. En el oeste, ninguna tierra. No puedo ver Wathort donde tendría que estar, ni ninguna isla del Confín del Poniente, ni siquiera una tan cercana como Pendor. Y Osskil y Ebosskil ¿dónde están? Hay una bruma sobre Enlad, una grisura que es como una telaraña. Cada vez que miro, nuevas islas han desaparecido, y el mar en que se levantaban se extiende vacío como antes de la Creación… —y la voz le tropezó en la última palabra como si le subiera con dificultad a los labios.

Puso otra vez la piedra en el atril de marfil, y se alejó. Parecía extenuado.

—Dime qué ves tú —dijo.

El Maestro Invocador tomó el cristal entre las manos y lo hizo girar lentamente como si buscara en la superficie áspera y vidriosa una abertura para la visión. Largo rato la manipuló, con expresión concentrada. Al cabo la puso sobre el atril, y dijo: —Transformador, veo poca cosa. Fragmentos, visiones fugitivas, nada completo.

El Maestro de cabellos grises se estrujó las manos. —¿No es eso extraño?

—¿Cómo, extraño?

—¿Suelen ser ciegos tus ojos? —gritó el Transformador, como enfurecido—. ¿No ves que hay —y tartamudeó varias veces antes de poder hablar— que hay una mano sobre tus ojos, así como una mano sobre mi boca?

El Invocador dijo: —Estás demasiado excitado, mi señor.

—Invoca la Presencia de la Piedra —dijo el Transformador, dominándose, pero con la voz un poco ahogada.

—¿Por qué?

—Porque yo te lo pido.

—Vamos, Transformador, ¿me desafías… como niños delante de la guarida de un oso? ¿Somos niños acaso?

—Sí. Ante lo que veo ahora en la Piedra de Shelieth, yo soy un niño… un niño aterrorizado. Invoca la Presencia de la Piedra. ¿He de implorártelo, mi señor?

—No —dijo el alto Maestro, pero arrugó el entrecejo y se apartó del hombre mayor. Luego, extendiendo los brazos en el amplio ademán con que comienzan los sortilegios del arte, levantó la cabeza y pronunció las sílabas de invocación. Mientras hablaba, una luz se encendía y crecía en el interior de la Piedra de Shelieth. Alrededor de ella la estancia se oscureció; las sombras se congregaron. Cuando la oscuridad fue profunda y la piedra muy luminosa, el Invocador juntó las manos, levantó el cristal, y escudriñó aquella luz radiante.

Durante un rato permaneció en silencio, y luego habló: —Veo las Fuentes de Shelieth —dijo en voz baja—. Los estanques y las cuencas y las cascadas, las grutas con cortinas de plata rutilante en donde los helechos crecen en bancos de musgo, las arenas onduladas, los saltos y el fluir de las aguas, los manantiales brotando de las entrañas de la tierra, el misterio y la dulzura de la fuente, el manantial…

Una vez más calló, y así estuvo un largo rato, silencioso, el rostro pálido como de plata a la luz de la piedra. De pronto, lanzó un grito sin palabras, y soltando la piedra se dejó caer de rodillas, la cara escondida entre las manos.

No había más sombras. El sol del verano llenaba la desordenada habitación. La gran piedra yacía debajo de una mesa entre el polvo y los residuos, intacta.

El Invocador estiró el brazo a ciegas, agarrándose como un niño a la mano del otro hombre. Tomó aliento. Al fin se levantó, y apoyándose un poco sobre el Transformador, dijo con los labios trémulos y tratando de sonreír: —No volveré a aceptar tus desafíos, mi señor.

—¿Qué viste, Thorion?

—Vi las fuentes. He visto cómo se hundían en los abismos, y los ríos que se secaban, y los manantiales que se replegaban en la tierra. Y allá abajo era todo negro y seco. Tú has visto el mar antes de la Creación, pero yo he visto la… lo que viene después… Yo he visto la Destrucción. —Se humedeció los labios—. Desearía que el Archimago estuviese aquí —dijo.

—Y yo que nosotros estuviésemos con él.

—¿Dónde? No hay nadie que pueda encontrarlo ahora. —El Invocador alzó los ojos hacia las ventanas que mostraban un cielo azul, sin una nube—. Ninguna presencia que proyectásemos llegaría hasta él, ninguna invocación podría alcanzarlo. Está allí, donde tú viste un mar vacío. Se está aproximando al paraje donde se secan los manantiales. Está allí donde nuestras artes son inútiles… Sin embargo, quizá aún haya sortilegios capaces de alcanzarlo, ciertos encantamientos del Saber de Paln.

—Pero ésos son sortilegios para traer a los muertos entre los vivos.

—Algunos llevan a los vivos entre los muertos.

—¿No pensarás que está muerto?

—Pienso que va hacia la muerte, que es atraído hacia la muerte. Como todos nosotros. Nuestro poder nos está abandonando, y nuestra fuerza; y nuestra suerte y nuestra esperanza. Los manantiales se están secando.

El Transformador lo observó un momento con inquietud. —No intentes invocarlo ahora, Thorion —dijo al cabo de un rato—. Él sabía lo que buscaba mucho antes de que nosotros lo supiésemos. Para él el mundo es como esta Piedra de Shelieth: él mira, y ve lo que es y lo que ha de ser… No podemos ayudarlo. Los grandes sortilegios se han vuelto muy peligrosos, y sobre todo los del Saber que tú nombraste. Tenemos que esperar, como él lo ordenó, y velar por los muros de Roke, y porque se recuerden los Nombres.

—Sí —dijo el Invocador—. Pero necesito pensarlo. —Y salió de la habitación de la torre, con un andar un tanto rígido, aunque erguida la noble y oscura cabeza.

Por la mañana el Transformador fue a buscarlo. Al entrar en el aposento, después de haber llamado en vano, lo encontró tendido sobre el suelo de piedra, como si lo hubiesen derribado de un poderoso golpe. Estaba con los brazos extendidos como en el ademán de invocación, pero tenía las manos frías, y los ojos abiertos no veían nada. Pese a que el Transformador se arrodilló junto a él y lo llamó con la autoridad de un mago, repitiendo tres veces su nombre, Thorion no se movió. No estaba muerto, pero el corazón le latía con lentitud, y apenas tenía aire en los pulmones. El Transformador le tomó las manos, y reteniéndolas entre las suyas murmuró: —Oh Thorion, yo te obligué a escudriñar la Piedra. ¡Esto es mi obra! —Salió de prisa de la habitación y dijo en voz alta a quienes se le cruzaban, Maestros y estudiantes—: ¡El enemigo ha llegado a nosotros, a Roke la fortificada, y ha herido nuestra fortaleza en pleno corazón! —Aunque era un hombre bondadoso, parecía tan obsesionado y frío que quienes lo veían le tenían miedo—. Contemplad al Maestro de Invocaciones —decía—. Mas ¿quién lo llamará para hacerlo volver ahora que él mismo, el maestro, ha desaparecido?

Se encaminaron a su aposento, y todos se apartaron para dejarlo pasar.

Mandaron buscar al Maestro de Hierbas, quien hizo que acostaran a Thorion y lo arropasen; pero no preparó ninguna tisana de hierbas curativas, ni cantó ninguno de los cánticos que alivian los males del cuerpo o los trastornos de la mente. Uno de sus alumnos estaba con él, un muchacho joven que aún no había sido nombrado hechicero, pero ya hábil en las artes de curar, y preguntó: —Maestro, ¿no hay nada que se pueda hacer?

—No de este lado del muro —dijo el Maestro Curador. Luego, comprendiendo con quién hablaba, continuó—: No está enfermo, muchacho; pero aun cuando esto fuese una fiebre o una enfermedad del cuerpo, no sé si nuestras artes servirían de mucho. De un tiempo a esta parte no hay sabor en mis hierbas; y aunque pronuncio las palabras de nuestros sortilegios, no hay virtud en esas palabras.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La costa más lejana»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La costa más lejana» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ursula Le Guin - L'autre côté du rêve
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin - Le Dit d'Aka
Ursula Le Guin
libcat.ru: книга без обложки
Ursula Le Guin
libcat.ru: книга без обложки
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin - The Wave in the Mind
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin - Winterplanet
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin - A praia mais longínqua
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin - I venti di Earthsea
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin - Deposedaţii
Ursula Le Guin
Отзывы о книге «La costa más lejana»

Обсуждение, отзывы о книге «La costa más lejana» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x