Jean Rabe - El héroe caído

Здесь есть возможность читать онлайн «Jean Rabe - El héroe caído» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Год выпуска: 2010, Издательство: Timun Mas, Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El héroe caído: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El héroe caído»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿Hasta qué punto puede un héroe deshornarse? ¿Tanto como para perder su alma? Dhamon Fierolobo, Héroe del Corazón del pasado, se ha sumido en una amarga vida de crimen y sordidez. Ahora, mientras los poderosos dragones, señores supremos de la Quinta Era, conspiran fríamente para consolidar su dominio y destruir a sus enemigos, Dhamon debe encontrar la fuerza de voluntad para redimirse. Aunque tal vez ya sea demasiado tarde.

El héroe caído — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El héroe caído», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Fiona —afirmó Rig con suavidad—. Todo esto gira alrededor de ella. Maldred siente más que cariño por ella. Le mintió sólo para mantenerla cerca.

Dhamon no respondió a eso.

—Sospecho que los dos habríais venido con nosotros desde el principio si no hubierais estado tan empeñados en ir a Takar para pagar el rescate de un caballero solámnico. Lo siento, el cadáver de un caballero. El plan de Maldred es tan noble como el vuestro. Sólo que no tan peligroso… o inútil.

—No vamos a seguir adelante. —Fiona retrocedió, cerrando los dedos sobre la empuñadura de su espada—. Con ninguno de vosotros. —Su tono era tan venenoso como el de Dhamon, su postura rígida—. Rig tenía razón desde el principio, y yo fui una estúpida al no escucharlo. ¿En qué pensaba? Están mis sentidos tan confundidos que…

Rig la tomó del brazo y la arrastró unos pasos lejos de Dhamon.

—No podemos permitirnos una confrontación aquí —susurró, mientras sus ojos se movieron veloces entre Dhamon y Maldred, que seguía ocupado dando órdenes; varios ogros se habían reunido con el hombretón.

—Ojalá pudiera entender lo que dicen —refunfuñó—. No se puede confiar en ellos. No sé qué dicen. —Su expresión se suavizó al contemplar el rostro ovalado de la mujer—. Escucha, realmente son demasiados, y sé ahora con seguridad que no se puede confiar en uno solo de ellos.

—Estoy de acuerdo. ¿Podemos hallar el camino a Takar solos? Si mi hermano está realmente muerto… —Dejó que el pensamiento se apagara, aspiró con fuerza y adoptó de nuevo su actitud militar—. Es culpa mía por no encontrar otra vía para conseguir las monedas y las joyas. Y ahora el rescate que había conseguido sacarle al caudillo Donnag ha desaparecido. —Apartó los dedos del pomo del arma y unió las yemas de ambas manos en su acostumbrado gesto de nerviosismo.

—Fiona…

—Oh, Rig. Quizá no necesite las monedas. Si vamos a Takar puedo encontrar al viejo draconiano. Lo reconocería al instante. Quizá podría persuadirlo para que me dijera con toda seguridad si mi hermano está realmente muerto. Debo obtener algo más que tu visión. Tal vez, sólo tal vez, la hembra Negra podría entregarlo… —Hizo una pausa—. Mi espada tiene un valor, mi armadura. Tal vez no todo está perdido.

—Fiona por favor —Rig posó las manos en sus hombros—. Pongamos fin a esto. Olvida Takar. Si quieres honrar a tu hermano, olvida su situación. Olvida todo esto. Vayamos a Shrentak en su lugar, intentemos rescatar a los prisioneros que aún siguen vivos. Puede que donde una guarnición fracasó, dos personas tengan éxito. Inadvertidos. Escabulléndonos de un lado a otro. Eso sería una acción honrosa.

El rostro de la mujer se suavizó por un momento, sus ojos se llenaron de lágrimas y su postura se relajó. Parecía como si pudiera darle la razón, pero entonces Maldred se aproximó, extendió el brazo y la tocó en el hombro, atrayendo su atención. Los ojos de Fiona se encontraron con los suyos y se iluminaron al instante.

—Fiona —empezó a decir el hombretón; sujetaba una antorcha, que mostraba con toda claridad los ángulos de su rostro y las heridas que había sufrido, los grandes ojos oscuros que sostenían la mirada de ella a pesar de su furia—. Pensamos liberar a los ogros que la Negra hace trabajar como esclavos en las minas Leales. Son gente de Donnag, buenas personas todos ellos, y la hembra de dragón los está matando a trabajar. Dhamon y yo queremos vuestra ayuda.

—¡No pensamos ayudar! —respondió Rig, dirigiendo una venenosa mirada a Dhamon y a Maldred—. ¡No pensamos seguir ni un paso más con gentes como vosotros!

—Teníamos nuestro propio plan —admitió el hombretón—. Sólo resultó conveniente que quisierais viajar a través del pantano de la Negra. Pensamos que podríamos utilizar vuestras habilidades para el combate durante el trayecto. Sois buenos en una pelea, los dos. Sin duda habríamos perdido más ogros contra las serpientes de no haber estado vosotros.

Maldred hizo un gesto con la mano y dio la vuelta. Fiona lo siguió, mientras Rig contemplaba anonadado cómo ambos se encaminaban hacía los ogros que estaban reunidos. Maldred empezó a hablarles.

—¿Fiona? ¿Qué estás haciendo?

Ella se mantuvo a la altura del hombretón y no respondió al marinero.

—Ojalá pudiera comprenderte, Fiona —refunfuñó Rig—. No puedo. Ni tampoco puedo confiar en ellos. No comprendo nada de lo que dicen. —Su expresión se suavizó un poco al mirar a Fiona; el rostro de la mujer estaba en calma, lo que le inquietó.

—Dama guerrera —empezó Maldred, hablando en voz baja, para que el marinero no pudiera oírlo—. Queridísima Fiona, es cierto que tenemos nuestro propio plan, uno que evidentemente me equivoqué al ocultarte. —Su voz era profunda y uniforme, tan agradable al oído, que era casi un melódico canto—. Pero sinceramente quiero rescatar a tu hermano al mismo tiempo. Liberaremos a estos ogros, luego iremos directamente a Takar. Tienes mi palabra. Puedes confiar en mí, mi amor.

—Rig cree que mi hermano está muerto. —La mujer siguió mirándolo fijamente a los ojos—. Dice que vio una imagen…

—Lo oí. Y Dhamon también me lo contó. Pero no puedes confiar en una visión, Fiona. No puedes confiar en Rig. Recuerda, él no te merece. Por encima de todo, debes mantener la esperanza de que tu hermano está vivo. Me gustaría mucho conocerlo, ya lo sabes. Continúa hasta las minas con nosotros y luego iremos a Takar y encontraremos a ese viejo draconiano del que hablaste.

—El de la cicatriz —repuso ella con suavidad—. El que lleva un grueso collar de oro.

—Sí, lo encontraremos. Quédate conmigo. Y obtendremos la liberación de tu hermano.

—Pero no tengo el rescate.

—Ya pensaremos algo. Las minas mismas están llenas de plata.

La guerrera sacudió la cabeza, con las rojas trenzas azotando el aire a su espalda como un látigo. De todos modos, sus ojos no abandonaron los de él, y sus dedos siguieron firmemente cerrados sobre la empuñadura de su espada. Fiona parpadeó con furia, como si intentara despejar su cabeza. Por un instante se sintió débil, y dobló las rodillas para no perder el equilibrio. Cuando recuperó la serenidad, sus ojos brillaban y estaban llenos de ira.

—No. —Fiona devolvió la sorprendida mirada de Maldred—. No sé en qué estoy pensando. Hablando contigo. Un ladrón. Y un embustero. No obtendrás ninguna ayuda mía en estas minas a las que vas, Maldred. Este engaño que has ideado, alejándome de Takar. Os dejo a ti y a tu pequeña banda. Creo a Rig. Creo que mi hermano está muerto. Y creo que podría haber impedido esta tragedia si hubiera encontrado otro modo de conseguir el rescate. Si al menos hubiera actuado antes.

Rig permanecía en silencio, observando a ambos, aunque su mirada se posaba de vez en cuando en Dhamon, que se hallaba a sólo unos pocos metros de distancia. Alrededor, los ogros se reunían formando una columna al tiempo que inspeccionaban sus armas, sin dejar de parlotear en voz baja en una lengua que sonaba primitiva y tosca. Finalmente, Rig se deslizó más cerca de la mujer, resuelto a oír la conversación entre ella y Maldred.

—Hermosa dama guerrera.

Las palabras del hombre se tornaron más suaves, más musicales, y su expresión se relajó, también. Una mano oculta en los pliegues de la capa empezó a gesticular para aumentar el efecto de su conjuro. La cólera de la mujer había disminuido el control de Maldred sobre ella, y tenía que corregir la situación.

—Dama guerrera, desde las alturas donde fui retenido cautivo en los árboles te vi combatir a las serpientes. Vales como cuatro de estos hombres, eres más formidable de lo que creí en un principio. Necesito tu ayuda. Por favor.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El héroe caído»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El héroe caído» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jean Rabe - Redención
Jean Rabe
Jean Rabe - Redemption
Jean Rabe
Jean Rabe - Betrayal
Jean Rabe
Jean Rabe - El Dragón Azul
Jean Rabe
Jean Rabe - Goblin Nation
Jean Rabe
Jean Rabe - The Rebellion
Jean Rabe
Jean Rabe - Red Magic
Jean Rabe
Jean Rabe - Downfall
Jean Rabe
Отзывы о книге «El héroe caído»

Обсуждение, отзывы о книге «El héroe caído» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x