Jean Rabe - El héroe caído

Здесь есть возможность читать онлайн «Jean Rabe - El héroe caído» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Год выпуска: 2010, Издательство: Timun Mas, Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El héroe caído: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El héroe caído»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿Hasta qué punto puede un héroe deshornarse? ¿Tanto como para perder su alma? Dhamon Fierolobo, Héroe del Corazón del pasado, se ha sumido en una amarga vida de crimen y sordidez. Ahora, mientras los poderosos dragones, señores supremos de la Quinta Era, conspiran fríamente para consolidar su dominio y destruir a sus enemigos, Dhamon debe encontrar la fuerza de voluntad para redimirse. Aunque tal vez ya sea demasiado tarde.

El héroe caído — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El héroe caído», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Su nombre es Mulok, y es viejo, según me han dicho, para ser un ogro. Estuvo en las ruinas cuando la Negra empezaba a instalarse en su pantano.

Rig giró la cabeza para aliviar el tortícolis del cuello, y le soltó el brazo al tiempo que decía en voz baja:

—Yo podría llevarte a Takar. Solos. Tú y yo y ese cofre de piedras preciosas.

—Ni tú ni yo hemos estado allí, sólo tenemos instrucciones para llegar. Es una suerte que uno de los hombres de Donnag haya estado en las ruinas.

—Pero la información de que disponemos es de fiar.

—Tener a Mulok con nosotros es mejor, creo. —Retrocedió un paso—. Maldred confía en él. Además, tú te orientas por las estrellas , y no hemos visto otra cosa que nubes desde hace algún tiempo.

—No sé qué decirte. —Rig introdujo los pulgares en el cinturón y sus dedos tamborilearon sobre el cuero—. No me gusta, Fiona. No me gusta este plan.

Ella soltó una larga bocanada de aire y juntó las yemas de los dedos, dejando que el silencio descendiera sobre ellos. Él estaba acostumbrado a aquel gesto, que ella ponía en práctica inconscientemente cuando se sentía trastornada. Tras unos minutos, la mujer continuó:

—Rig, el plan es simple, y lo hemos repasado ya. El bozak, el viejo draconiano que se dirigió al Consejo de Caballeros Solámnicos, está destinado en Takar. Yo lo reconoceré. Por el collar de oro tachonado de joyas, por las cicatrices del pecho. Cuando lo vi… bueno, resultaba tan característico que no tendré problemas para distinguirlo. Lo encontramos. Le damos las joyas. Y él me entrega a mi hermano… o el cadáver de mi hermano. Hay suficientes gemas y monedas para pagar el rescate de otros prisioneros. El plan funcionará. Tiene que hacerlo.

—No creo que puedas confiar en el esbirro de Sable, en ese viejo draconiano —Rig frunció el entrecejo—. Podría no estar esperándote en Takar. Podría haberse cansado de esperar. O podría haberte mentido, a ti y al consejo desde el principio, que es lo que sospecho. No confío ni me gusta su señoría Donnag. Y desde luego no me gusta Maldred, que admitió ser un ladrón. Y no me gusta Dhamon. Ya no.

—¿Te gustó alguna vez?

Su voz tenía un deje mordaz. Abrió la boca para decir algo más, pero Maldred se acercó entonces, atrayendo su atención.

Iba vestido con una armadura negra de cuero, y una capa verde oscuro colgaba de sus enormes espaldas. Una espada para dos manos sobresalía por detrás de su cuello, y sus cabellos habían sido cortados muy cortos, lo que daba a su rostro un aspecto aún más anguloso y llamativo.

Dhamon lo acompañaba, cubierto con un jubón de cuero verde, oscuro y adornado con un elaborado dibujo de hojas. Iba atado al frente con cintas, pero quedaba abierto lo suficiente para mostrar los músculos del pecho. Los pantalones, cortos y tejidos con gruesa lona teñida de negro, terminaban en mitad del muslo Dhamon no intentaba en absoluto ocultar la escama de su pierna. Su capa estaba hecha de piel de reptil de color oliváceo, fina y flexible; llevaba el pelo algo más corto, justo por debajo de la mandíbula, y su rostro estaba perfectamente afeitado. Una larga espada colgaba de una vaina de cuero negro labrado, y Dhamon mantenía una mano sobre la empuñadura mientras andaba. La otra mano estaba envuelta por un vendaje.

—Me alegro de que cambiases de idea —decía Maldred a Dhamon.

—No lo he hecho… exactamente.

El guerrero había explicado al hombretón unos minutos antes la pregunta que había hecho a la espada y la visión que ésta le había proporcionado de la ciénaga.

—De todos modos, me alegro de que vengas con nosotros, aunque haya sido Wyrmsbane quien te convenciera.

—Os acompañaré durante un tiempo —repuso él, encogiéndose de hombros.

—¿Hasta que te dé más información? —Maldred dirigió una mirada al arma.

—La espada da a entender que debo viajar al interior del pantano —contestó Dhamon, asintiendo—. Y prefiero hacerlo con compañía. Sí, al menos durante un tiempo. Así que me trago mis palabras. Os ayudaré con las minas primero. Y luego nos separaremos, y yo seguiré con mi propia búsqueda.

—No vamos a separarnos, amigo mío. —Maldred bajó la voz al darse cuenta de que Rig los observaba—. Estoy contigo hasta el final. Encontraremos un remedio para esa escama que te aflige. Así que después de las minas, con la hermosa solámnica a mi lado o sin ella, te seguiré a donde sea que te conduzca la espada.

Dhamon sorprendió la mirada fija del marinero y se giró para quedar de espaldas a Rig.

—Ya hablaremos de la espada y de dónde podría conducir más tarde…

—Cuando nos hallemos lejos de Donnag —finalizó Maldred.

—Sí, temo que busque vengarse.

—Su señoría no te hará nada en absoluto —indicó el hombretón—. No levantará una mano contra tu persona. Pero probablemente no volverá a hacer un trato contigo en la vida.

—Eso es una certeza por mi parte.

—En cualquier caso, Donnag y yo hemos tenido varias largas charlas durante los últimos dos días; mientras se hacía venir a Sombrío Kedar de modo intermitente para que lo atendiera. Sobre cómo tenías la espada que querías, y él su vida. Sobre mantener la palabra dada y el precio de engañar a otros.

Dhamon enarcó una ceja.

—También me engañó a mí, amigo. Lobos. ¡Ja! —Maldred sonrió malicioso—. Y si quiere mantener nuestra amistad, dejarte tranquilo es el precio.

—Está lleno de mentiras.

La voz de Dhamon sonó apagada. El guerrero vigilaba a Donnag con el rabillo del ojo, mientras el caudillo ogro volvía a pavonearse ante sus mercenarios.

—Bueno, aquí tienes una mentira que encontrarás divertida —Maldred rió por lo bajo—. Dijo a Sombrío que había rodado por las escaleras de su mansión y se había roto la mandíbula. Y Donnag contó a sus guardias la misma historia. —Maldred alzó la mano y jugueteó con una cadena de platino que colgaba alrededor de su cuello y se alargaba por debajo de su túnica de cuero; había un bulto en el pecho, donde descansaba la Aflicción de Lahue—. El soberano de Blode no puede admitir que ha sido vapuleado por un humano insignificante.

—De todos modos —dijo Dhamon—, me sentiré mejor lejos de aquí.

—¿Y qué hay de Rikali? —Maldred palmeó la espalda de su amigo.

—Todavía se está reponiendo en casa de Sombrío. Las heridas que sufrió en la caída evidentemente eran más graves de lo que pensé. Estará allí unos cuantos días más.

—¿Y sabe que no vas a esperarla, que marchas con nosotros?

—Sí —asintió él—. Y no está demasiado contenta.

—¿Sabe que no vas a regresar? —La expresión de Maldred se ensombreció.

Dhamon sabía, por una breve conversación con Rig, que la semielfa había estado fluctuando entre la conciencia y la inconsciencia durante el viaje de regreso a Bloten y que no sabía que él la había dejado atrás. Rig no se lo había dicho, al parecer considerando que ese asunto no era de su incumbencia. Dhamon la había visitado la víspera, entrada la noche, en la casa del sanador ogro, y le había dicho que iría a verla cuando regresaran a Bloten de su viaje al pantano.

—No —respondió—. No lo sabe. Y al menos no tengo que preocuparme de que vaya a seguirnos. Odia la idea de tener que arrastrarse por una ciénaga.

—Hasta el mismo fondo del Abismo contigo, Dhamon Fierolobo —susurró Rig, que se había deslizado hasta ellos lo bastante cerca como para escuchar la última parte de su conversación.

* * *

El pantano se cerró alrededor. Era bochornoso, caluroso y sofocante, y si bien lo poco que podían ver del cielo aparecía notablemente encapotado, estaba exento de la lluvia que seguía azotando las montañas. Fiona se esforzaba por mantener el paso de los ogros y aunque su armadura solámnica la hacía sentirse fatal, rehusaba quitársela. Ni siquiera Maldred pudo convencerla.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El héroe caído»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El héroe caído» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jean Rabe - Redención
Jean Rabe
Jean Rabe - Redemption
Jean Rabe
Jean Rabe - Betrayal
Jean Rabe
Jean Rabe - El Dragón Azul
Jean Rabe
Jean Rabe - Goblin Nation
Jean Rabe
Jean Rabe - The Rebellion
Jean Rabe
Jean Rabe - Red Magic
Jean Rabe
Jean Rabe - Downfall
Jean Rabe
Отзывы о книге «El héroe caído»

Обсуждение, отзывы о книге «El héroe caído» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x