Philip Farmer - Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)

Здесь есть возможность читать онлайн «Philip Farmer - Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1985, Издательство: Ultramar Editores, S.A., Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos): краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«A Vuestros Cuerpos Dispersos», «El Fabuloso Barco Fluvial», «El Oscuro Designio» y «El Laberinto Mágico» constituyen los cuatro volúmenes de una de las series mas famosas de la literatura mundial de ciencia ficción: El Mundo del Río.
El mundo imaginado por Philip José Farmer es un mundo cruzado por un único y caudaloso río que lo atraviesa de parte a parte y cuya fuente es desconocida, y al que van a parar todos los seres muertos sobre la Tierra y, resucitados por una desconocida y extraña entidad con propósitos ignorados, en ese extraño planeta.
La vida puede ser muy apacible allí: la subsistencia está asegurada y la resurrección, tras cualquier tipo de muerte, también esta asegurada. Pero el hombre es un ser social, y las relaciones de esa sociedad artificial no son sencillas precisamente. La vida, aun en un mundo así, puede ser terriblemente difícil…
Philip José Farmer escandalizó a la puritana sociedad norteamericana en 1952 con su novela «Los Amantes», donde relataba, mas allá de todo convencionalismo, los amores de un terrestre con una mujer alienígena, por encima de todos los tabúes sociales y religiosos. Más adelante seguiría escandalizando al público con novelas como «Extrañas Relaciones», «Dare», con casi pornográficas como «Carne» y «La Imagen De La Bestia», y con novelas satíricas escritas al estilo Burroughs en las que enfrentaba a su gran personaje Tarzán con otros personajes literarios de la más diversa índole. Nada de su obra sin embargo ha alcanzado la resonancia universal de su serie del Mundo del Río…

Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos) — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

«También sé acerca de ella — continuó —, si es la mujer que creo que es.

— Eso es más de lo que sé yo — replicó Burton. Se detuvo. Habían subido la ladera de la primera colina, y estaban en la cima. Dejaron el cuerpo sobre el suelo, bajo un gigantesco pino rojo.

Inmediatamente, Kazz, con un cuchillo de calcedonia en la mano, se acurrucó junto al cadáver. Alzó la cabeza al cielo y murmuró algunas pocas frases que debían de haber sido parte de un cántico religioso. Luego, antes de que los otros pudieran objetar, había abierto el cadáver, sacándole el hígado.

La mayor parte del grupo gritó horrorizado. Burton gruñó. Monat miró.

Los grandes dientes de Kazz se clavaron en el sangrante órgano y arrancaron un gran trozo. Sus mandíbulas, de grandes músculos y gruesos huesos, comenzaron a masticar, y entrecerró los ojos extasiado. Burton se adelantó hacia él y tendió la mano, intentando que se detuviese. Kazz sonrió ampliamente, cortó un trozo, y se lo ofreció a Burton. Se sintió muy sorprendido por el rechazo de Burton.

— ¡Un caníbal! — dijo Alice Hargreaves —. ¡Oh, Dios mio, un sangriento y maloliente caníbal! ¡Y ésta es la vida venidera prometida!

— No es peor que nuestros propios antepasados — dijo Burton. Se había recuperado del shock, e incluso estaba disfrutando, un poquito, de la reacción de los otros —. En un lugar en el que parece haber bastante poca comida, su acción es eminentemente práctica. Bueno, queda resuelto nuestro problema de cómo enterrar un cadáver sin las herramientas adecuadas. Además, si estamos equivocados acerca de que los cilindros sean una fuente de comida, quizá antes de que pase mucho estaremos emulando a Kazz.

— ¡Nunca! — dijo Alice —. ¡Antes prefiero morir!

— Eso es exactamente lo que le sucedería — replicó Burton fríamente —. Sugiero que nos retiremos y le dejemos que coma tranquilo. No me resuelve mi propio apetito, y encuentro que su comportamiento en la mesa es tan abominable como el de un yanki de las fronteras. O un prelado campesino — añadió, en beneficio de Alice.

Caminaron hasta perder de vista a Kazz, tras uno de los grandes árboles nudosos. Alice exclamó:

— ¡No quiero que esté con nosotros! ¡Es un animal, una abominación! ¡No iba a sentirme segura ni un solo segundo si lo tengo cerca de mí!

— Usted me pidió protección — dijo Burton —. Se la daré mientras sea usted miembro de este grupo. Pero tendrá que aceptar mis decisiones. Y una de ellas es que el hombre-mono permanece con nosotros. Necesitamos su fuerza y sus habilidades, que parecen ser muy apropiadas para este tipo de país. Nos vamos a convertir en primitivos; por consiguiente, tenemos mucho que aprender de un primitivo. El se queda.

Alice miró a los otros con una súplica silenciosa. Monat agitó las cejas. Frigate se alzó de hombros y dijo:

— Señora Hargreaves, si le resulta posible, olvide sus costumbres, sus convencionalismos. No estamos en un correcto cielo victoriano para la alta sociedad. De hecho, en ningún tipo de cielo que jamás se soñase. No puede usted pensar y comportarse como acostumbraba en la Tierra. Fíjese en un simple detalle: usted procede de una sociedad en la que las mujeres se tapaban del cuello hasta los pies con gruesos ropajes, y en el que la visión de las rodillas de una mujer era un acontecimiento sexual estremecedor. No obstante, no parece sufrir demasiada vergüenza por estar desnuda. Se muestra usted tan digna y segura de sí misma como si llevase un hábito de monja.

— No me gusta como voy — dijo Alice —. Pero ¿por que iba a sentirme avergonzada? Donde todo el mundo está desnudo, nadie se siente desnudo. De hecho, es lo único que podemos hacer. Si algún ángel me diera un vestuario completo, no lo usaría. No iría de acuerdo con la moda. Y tengo un tipo excelente. Si no lo tuviera, quizá sufriera mas.

Los dos hombres rieron, y Frigate dijo:

— Eres fabulosa, Alice. Absolutamente. ¿Puedo llamarte Alice? Señora Hargreaves parece demasiado formal cuando uno va desnudo.

Ella no le replicó, sino que se marchó rápidamente, desapareciendo tras un gran árbol. Burton comentó:

— Tendremos que hacer algo al respecto del saneamiento y la higiene personal en un próximo futuro. Lo que significa que alguien tendrá que decidir una política de salubridad y tener el poder de dar disposiciones y hacer que se cumplan. ¿Cómo forma uno cuerpos legislativo, judicial y ejecutivo a partir del presente estado de anarquía?

— Volviendo a un problema más inmediato — dijo Frigate —, ¿qué hacemos con el muerto?

Solamente estaba un poco menos pálido que un momento antes, cuando Kazz había hecho la incisión con el cuchillo de calcedonia.

— Estoy seguro de que la piel humana, debidamente curtida, o la tripa humana, adecuadamente tratada, será muy superior a la hierba para hacer cuerdas o ataduras. Pienso cortar algunas tiras. ¿Quiere ayudarme?

El silencio solo fue roto por el viento que agitaba las hojas y las puntas de las hierbas. El sol siguió descendiendo, e hizo aparecer sudor, que se secó rápidamente al viento. No piaba ningún pájaro, ni zumbaba ningún insecto. Y entonces, la aguda voz de la niña quebró la quietud. La voz de Alice le contestó, y la niña corrió hacia ella, detrás del árbol.

— Lo intentaré — dijo el estadounidense —. Pero no se. Ya he tenido más que suficiente para un solo día.

— Haga lo que quiera — le respondió Burton —. Pero quienquiera que me ayude tendrá prioridad en el uso de la piel. Y quizá desee tener un poco para atar una cabeza de hacha a un mango.

Frigate tragó audiblemente saliva, y luego dijo:

— Iré.

Kazz seguía acurrucado sobre la hierba, junto al cadáver, sosteniendo el sangrante hígado con una mano, y el ensangrentado cuchillo de piedra con la otra. Al ver a Burton, sonrió con labios manchados y cortó un trozo de hígado. Burton negó con la cabeza. Los otros: Galeazzi, Brontich, María Tucci Filippo Rocco, Rosa Nalini, Caterina Capone, Fiorenza Forri, Babich y Giunta, se habían retirado de la repugnante escena. Estaban al otro lado de un pino de grueso tronco, hablando en voz baja en italiano.

Burton se puso en cuclillas junto al cadáver y clavó la punta del cuchillo, comenzando una incisión justo encima de la rodilla derecha y llegando hasta la clavícula. Frigate se quedó junto a él, mirando. Se tornó aún más pálido, y su temblor se incrementó. Pero se quedó firme hasta que dos largas tiras le hubieron sido arrancadas al cadáver.

— ¿Quiere hacer una prueba? — preguntó Burton. Hizo girar el cuerpo sobre su costado para que pudiera tomar otras tiras, aún más largas. Frigate tomó el cuchillo de ensangrentada punta y empezó a trabajar, con los dientes muy apretados.

— No tan profundamente — le dijo Burton. Y, un momento después —. Ahora no está cortando lo bastante profundamente. Vamos, deme el cuchillo. ¡Mire!

— Tenía un vecino que acostumbraba a colgar sus conejos tras el garage y cortarles el cuello después de retorcerles el pescuezo — explicó Frigate —. Lo contemplé hacerlo una vez. Me bastó.

— No puede permitirse el lujo de tener un estómago susceptible o de mostrarse pusilánime — le indicó Burton —. Está usted viviendo en las condiciones más primitivas. Tiene que ser primitivo para sobrevivir, le guste o no.

Brontich, el alto y delgado esloveno que en otro tiempo había sido tabernero, corrió hacia ellos.

— He encontrado otra de esas grandes piedras en forma de seta — les dijo —. A unos cuarenta metros de aquí. Estaba oculta tras unos árboles, en una depresión.

La primera sensación de contento de Burton al adoctrinar a Frigate había pasado. Comenzaba a sentir pena por el tipo. Lo tuteó.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)»

Обсуждение, отзывы о книге «Mundo Río (A vuestros cuerpos dispersos)» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x