— Disfruten de su estancia — y siguió leyendo.
En Bellingham, la salida de la estación de la Lanzadera de Vancouver desemboca en el vestíbulo inferior del Bellingham Hilton; frente a nosotros había un cartel resplandeciente flotando en el aire:
DESAYUNOS BAR Bistecs — Platos rápidos — Cócteles Se sirven desayunos las veinticuatro horas
Georges dijo:
— Señora Tormey, amor mío, ocurre que olvidé cenar.
— Señor Tormey, tienes toda la razón. Vamos a tomar un bocado.
— La cocina de la Confederación no es exótica, no es sofisticada. Pero a su propia manera robusta puede ser completamente satisfactoria… especialmente si uno ha tenido tiempo de acumular un auténtico apetito. He comido en este establecimiento antes. Pese a su nombre, puede conseguirse una gran variedad de platos. Pero, si aceptas el menú del desayuno y me permites ordenarlo por ti, creo que puedo garantizarte que tu hambre resultará placenteramente sofocada.
— Georges… quiero decir «Ian»… he comido tu sopa. ¡Puedes ordenar por mí siempre que quieras!
Era realmente un bar… no había mesas. Pero los taburetes tenían respaldos y estaban acolchados y podías subirte a la barra sin darte en las rodillas… confortable. Los aperitivos de zumo de manzana estaban situados ya frente a nosotros cuando nos sentamos. Georges ordenó por los dos, luego se bajó del taburete y se dirigió hacia el mostrador de recepción y tecleó nuestras inscripciones. Cuando regresó, dijo mientras se sentaba de nuevo:
— Ahora puedes llamarme «Georges», y tú eres la «señora Perreault». Así es como nos hemos inscrito. — Alzó su aperitivo —. Santé, ma chère femme.
Alcé el mío.
— Merci. Et à la tienne, mon cher mari. — El zumo era burbujeantemente frío, y tan dulce como el sentimiento. Mientras no tuviera intención de tener de nuevo un marido, Georges podía ser uno bueno, ya fuera como una broma, como ahora, o en la realidad. Pero simplemente me había sido prestado por Janet.
Nuestro «desayuno» llegó:
Zumo de manzana Yakima helado.
Fresones del Valle imperial con crema Sequim.
Dos huevos, poco hechos y con las yemas mirándonos, descansando sobre un bistec de buen tamaño tan tierno que podía cortarse con un tenedor… «Huevos a caballo».
Grandes bollos calientes, mantequilla Sequim, salvia y miel al trébol.
Café Kona en tazas enormes.
El café, el zumo y los bollos eran renovados constantemente… nos ofrecieron un segundo servicio de bistec y huevos, pero tuvimos que rechazarlo.
El nivel de ruido y la forma en que estábamos sentados no animaba la conversación.
Había una pantalla de Anuncios de Oportunidades al fondo del bar. Cada anuncio permanecía en la pantalla sólo el tiempo suficiente para ser leído pero, como de costumbre, cada uno estaba codificado con un número para poder ser solicitado al gusto de cada uno en las terminales individuales que cada cual tenía frente a su asiento en el bar. Fui leyéndolos distraídamente mientras comía:
La Nave Libre Jack Pot está reclutando miembros para su tripulación en el Mercado Laboral de Las Vegas. Bonos para los veteranos de guerra.
¿Podía una nave pirata anunciarse tan claramente? ¿Incluso en el Estado Libre de Las Vegas? Era difícil de creer, pero aún era más difícil leerlo de cualquier otra forma.
¡Fume lo que fumaba Jesucristo! PORROS ÁNGEL Garantizados no cancerígenos El cáncer no me preocupaba, pero la nicotina no es para mí; la boca de una mujer debe ser dulce.
DIOS está esperándote en la suite 1208 de las Torres Lewis y Clark. No hagas que El tenga que venir a buscarte. No te gustará.
No me gustaba de ningún modo.
¿HASTIADO? Estamos a punto de desembarcar un grupo pionero en un planeta virgen tipo T-13. Garantizado porcentaje de sexo 50-40-10+2 % Bioedad media 32+1. No se requiere test de temperamento. No inversión — No contribuciones — No rescate.
Corporación de Expansión de Sistemas División de Demografía y Ecología Luna City, GPO apartado DEMOo teclee Tycho 800-2300 Recuperé aquel último y lo releí. ¿Cómo me sentiría emprendiendo la aventura de un mundo completamente nuevo codo con codo con camaradas?… gente que no podría llegar a saber mi origen. O que no le importaría. Mis perfeccionamientos podían hacer que me respetaran en vez de convertirme en un fenómeno… siempre que no me vanagloriara demasiado de ellos…
— Georges, mira esto, por favor.
Lo hizo.
— ¿Qué hay con ello?
— Puede ser divertido ¿no?
— ¡No! Marjorie, en la escala T cualquier planeta por encima de ocho requiere enormes gastos, gran cantidad de equipo, y colonos muy entrenados. Un trece es un exótico camino al suicidio, eso es todo.
— Oh.
— Lee este. — Ofreció:
W. K. — Haga su testamento. Le queda tan sólo una semana de vida. A.C.B.
Lo leí.
— Georges, ¿es realmente una amenaza de asesinato contra ese W.K.? ¿En un anuncio público? ¿Puede ser rastreado hasta su origen?
— No lo sé. Puede que no sea fácil de rastrear. Estoy preguntándome qué veremos en el anuncio mañana… ¿dirá «seis días»? ¿Luego «cinco días»? ¿Está W.K. esperando que caiga el golpe sobre él? ¿O es alguna especie de promoción?
— No lo sé. — Pensé en ello en relación con nuestra propia situación —. Georges, ¿es posible que todas esas amenazas en los canales sean alguna especie de truco terriblemente complejo?
— ¿Estás sugiriendo que nadie ha sido asesinado y que todas las noticias eran falsas?
— Oh, no sé lo que estoy sugiriendo.
— Marjorie, hay una trampa ahí, sí… en el sentido que tres grupos distintos se están adjudicando a la vez la responsabilidad, y en consecuencia dos grupos están intentando engañar al mundo. No creo que los informes de asesinatos sean falsos. Como con las pompas de jabón, hay un límite máximo al tamaño de una falsedad, tanto en número de personas como en tiempo. Esto es demasiado grande… demasiados lugares, demasiado extendido… para ser falso. O a estas alturas habría desmentidos por todas partes. ¿Más café?
— Gracias, no.
— ¿Alguna otra cosa?
— Nada. Un bollo más con miel y estallaré.
Desde fuera era simplemente la puerta de una habitación de hotel: 2100. Una vez dentro, dije:
— ¡Georges! ¿Por que?
— Una novia debe tener una suite nupcial.
— Es maravillosa. Es espléndida. Es encantadora. Y no deberías haber gastado tu dinero. Hemos convertido un viaje triste en una excursión. Pero si esperas que esta noche me comporte como una novia, no deberías haberme alimentado con huevos a caballo y toda una cesta grande de bollos calientes. Estoy inflada, querido. No sugestiva.
— Estás sugestiva.
— ¡Querido! Georges, no juegues conmigo… ¡por favor, no lo hagas! Me descubriste cuando maté a Dickey. Sabes lo que soy.
— Sé que eres una dulce y valerosa y galante dama.
— Sabes a qué me refiero. Estás en la profesión. Me descubriste. Me desenmascaraste.
— Estás perfeccionada. Sí. Vi eso.
— De modo que sabes lo que soy. Lo admito. He pasado años ocultándolo. He adquirido mucha práctica en hacerlo, pero… ¡ese bastardo no debiera haber apuntado a Janet con esa pistola!
— No, no debiera haberlo hecho. Y respecto a lo que hiciste tú, siempre voy a estar en deuda contigo.
— ¿De veras? Ian pensaba que no hubiera debido matarlo.
— La primera reacción de Ian es siempre convencional. Luego se lo piensa mejor. Ian es un piloto natural: piensa con sus músculos. Pero, Marjorie…
— No soy Marjorie.
— ¿Eh?
— Tienes derecho a saber mi auténtico nombre. Mi nombre de la inclusa, quiero decir.
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