David Brin - Gente de barro

Здесь есть возможность читать онлайн «David Brin - Gente de barro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 2003, ISBN: 2003, Издательство: Ediciones B, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Gente de barro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Gente de barro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dentro de cincuenta años, las nuevas copiadoras-horno permitirán hacer copias perecederas de las personas. Esas copias, los llamados “ídem”, la gente de barro, tienen una vida prevista de un día, carecen de derechos legales o sociales, y son de diverso color según su función. Se les encargan las ocupaciones menos interesantes o las más peligrosas, todas las que rechazan los seres humanos verdaderos. Al final de su existencia, si es posible, los ídem “descargan” en su personaje original, el arquetipo o “archi”, las memorias recopiladas de ese día.
narra las peripecias del detective Albert Morris y sus múltiples duplicados de barro en esa nueva sociedad. En el idemburgo se están haciendo copias pirata de una famosa cortesana, Gineen Wammaker, y Morris debe impedirlo. Un trabajo que no parece excesivamente difícil, pero que le llevará a descubrir una intrincada red de conspiraciones en en esa sociedad del futuro donde los ídem carecen de derechos y de todo tipo de consideración.
David Brin, galardonado ya con diversos premios Nebula y Hugo, utiliza una narración detectivesca, del tipo
, para mostrar las complejidades de una sociedad en la que existe una curiosa versión de los “replicantes” del
cinematográfico.
Novela finalista del premio Hugo 2003.
Novela finalista del premio Arthur C. Clarke 2003.

Gente de barro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Gente de barro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Localizo al matón, con sus amigos, todos vestidos de negro como si hubieran inventado esa moda. Patético.

Cierran los puños y aprietan los dientes. En unos momentos, la evaluación racional ganará la partida y se impondrá a los reflejos cavernícolas. Cargarán a través de la fría luz. Pero, rodeado de mirones, qué puedo hacer…

De inmediato d sonido cambia. La atronadora música de baile se desvanece. Los gritos de furia se apagan. Más allá del silbido de mi hiperrespiración, penetra una voz amplificada.

—IdMorris, si es tan amable…

Girando de nuevo, hago una finta ante los bravos. Ellos se apartan, tal vez por última vez mientras entornan sus ojos furiosos.

Luego, bruscamente, retroceden, empujados por un grupo de recién llegados, pequeños pero fuertes, que usan varas de sonido para abrirse paso. Hembras rojas que devuelven el orden a su club.

Ya era hora.

Retrocediendo hacia el Pozo de Rencor, el jefe de los matones me dirige una última mirada, sorprendentemente carente de pasión, ni si-quiera divertida o agradecida. La vibrante «música» regresa. El Arco Iris no tarda en volver a la normalidad.

Una de las frenes, sin pedir disculpas, agita su dedo rojizo.

—idMorris, suelte por favor esa mesa!

Me cuesta un instante obedecer. El instinto, ya sabes.

—Por favor, basta de retrasos. Le esperan. La colmena espera.

La holoimagen se apaga y yo suelto mi arma improvisada. ¿Ya está? ¿Ninguna disculpa por dejarme a merced de unos idiotas?

Oh, guárdate las quejas, Albea. No es que tu vida estuviera en peligro, ni nada importante.

Sacudiendo la cabeza carmesí, mi guía me indica que la siga hacia el fondo del club, y luego a través de una lujosa cortina. De repente se hace un bendito silencio, mientras la gruesa cortina cae tras nosotros. Silencio tan de agradecer que me tambaleo. No consigo pensar hasta pasados varios segundos. Entonces…

«Espera… ya había visto esta habitación.»

Durante la reunión en el Estudio Neo, una Irene de barro rojo es-taba conectada a una pantalla que mostraba montones de duplicados pardos congregados alrededor de una figura pálida, tumbada en un cómodo sofá de mantenimiento vital. Ahora, de cerca, veo a la mujer real tendida entre el bullicio, mirando ciegamente mientras la atienden duplicados a escala de un tercio. En su boca gotea un fluido. Brazos mecánicos masajean sus miembros. La cara, aunque flácida y distante, es claramente el modelo de todas las rojas que he visto en este lugar. En la cabeza afeitada lleva una medusa de cables retorcidos, conectados a congeladores y hornos de potencia industrial.

Una copia recién cocida emerge del horno, todavía brillante. Se despereza durante un lánguido instante antes de aceptar unas prendas de papel, y luego se marcha, dispuesta a hacer alguna tarea sin consejo ni instrucciones. Mientras tanto, otra llega del mundo exterior, con sus células claramente agotadas. Sin más ceremonias, dos hermanas cortan limpiamente la cabeza de un día de edad, vaciándola en un aparato de transferencia de recuerdos.

El pálido rostro de la archi da un leve respingo durante la carga. El cuerpo descartado rueda para ser reciclado.

«Algunos predicen que éste es nuestro futuro —me digo—. Cuan-do puedas crear incontables copias para realizar cualquier tarea, tu cuerpo orgánico duradero tendrá una sola función, la de depósito y transmisor de recuerdos; será un prisionero sagrado como la hormiga reina, mientras las obreras realizan las actividades reales de la vida y la saborean»

La perspectiva me parece repugnante. Pero mis abuelos pensaban lo mismo de la imprintación básica. Las palabras «golem» e «ídem» eran epítetos, hasta que nos acostumbramos a ellas. ¿Quién soy yo para juzgar qué considerarán normal las generaciones futuras?

—IdMorris, bienvenido.

Me doy la vuelta. La Irene que está frente a mí tiene la textura de piel de un gris de alta calidad, teñida con su tono pardo característico.

Cerca está el otro rox que conocí en el Estudio Neo, «Vic» Manuel Codios, con la piel a cuadros que lastima la vista.

— ¿Llama a esto una bienvenida? Me gustaría saber por qué me dejó ahí fuera para que…

Collins levanta una mano.

—Las preguntas más tarde. Primero, déjenos encargarnos ’de sus reparaciones.

¿Reparaciones?

Al mirar hacia abajo, recibo malas noticias. ¡Tajos profundos en mi lado izquierdo! Un corte en la pierna de más de la mitad de su longitud que rezuma feamente. Excitado por las enzimas de acción, apenas lo siento.

Estoy perdido.

¿Pueden reparar esto? —Mi emoción dominante es una curiosidad atónita.

—Venga-dice la lrene más cercana—. Lo arreglaremos en un momento.

« ¿Un momento?», reflexiono aturdido mientras la sigo. Para un ídem, un «momento» representa mucho.

11

Fantasmas en el viento

…de cómo realAlbert hace un poco de trabajo de investigación moderna…

Por lo visto poco podía hacer yo respecto a mis duplicados desaparecidos.

El gris número dos estaba en modo autónomo, incapacitado legal-mente para contactar conmigo, y la maestra podía incluso impedírselo si quería. El verde había enviado una extraña declaración de independencia antes de largarse por su cuenta. Y no había ni rastro del gris número uno, esfumado en la mansión Kaolin junto con el fantasma de Yosil Maharal. El personal de seguridad de Hornos Universales se había hecho cargo de ese misterio poniendo patas arriba la mansión en busca de los dos ídems desaparecidos. Hasta ahora sin resultado.

No esperaba que consiguieran gran cosa. Es fácil meter a un rox en una casa. Millones de ellos, almacenados como momias en CeramWrap, son enviados por toda la ciudad cada día en camión, por mensajero o tubo pneumático. Y es incluso más fácil deshacerse de uno muerto: sólo hay que tirar los restos a un reciclador. Sin su placa, una hornada de masa de golem no se diferencia de cualquier otra.

De cualquier forma, yo tenía investigaciones de las que ocuparme, incluida una para una dienta dispuesta a pagar la tarifa máxima. Ritu Maharal quería que investigara la misteriosa muerte de su padre. Como heredera legal, podía acceder ahora a sus archivos, desde las compras a crédito hasta las llamadas de su teléfono de muñeca. Los movimientos de Maharal durante la época que pasó trabajando para HU eran otra cuestión. Pero cuando Ritu le pidió a Vie Eneas Kaolin esas crónicas, el magnate asintió, a regañadientes, para que ella no hiciera públicas «historias descabelladas» sobre el asesinato de su padre.

Los permisos llegaron poco después de que yo terminara un aspecialista ébano, perfeccionado para concentrarse totalmente en habilidades profesionales. Ese duplicado se puso de inmediato a trabajar, agitando los brazos y parloteando rápidamente bajo los pliegues de un chador de realidad virtual, inmerso en un mundo de datos globales y zoomimágenes de fuego rápido. Todo lógica y concentración, el ébano podía manejar el resto de mis casos por el momento, dejándome a mí concentrarme en una tarea: descubrir dónde pasó Yosil Maharal las últimas semanas.

No importa lo que digan los cibervendedores sobre sus bonitos programas de búsqueda autónoma. Buscar datos es un arte. Puede que vivamos en una sociedad «transparente», pero la ventana de cristal está empañada y llena de escarcha en incontables lugares. Asomarse a esos huecos requiere habilidad.

Empecé emplazando un avatar digital (una sencilla representación de mí mismo en software) y lanzándolo a través de las redes de cámaras públicas. Aunque menos inteligente y flexible que una criatura con Onda Establecida, tenía parte de mi experiencia combinada con un implacable impulso por cazar cualquier imagen que Yosil pudiera haber dejado mientras recorría las calles de la ciudad. Ritu me dio unos sesenta lugares sólidos para ir empezando, lugares donde se había confirmado que había estado su padre en momentos exactos. El avatar se lanzó a esascoordenadas de espacio-tiempo, y luego intentó seguir al científico mientras pasaba de una escena grabada a otra. Gradualmente, empezó a formarse un mapa que detallaba sus movimientos duran-te los meses anteriores a su muerte.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Gente de barro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Gente de barro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Gente de barro»

Обсуждение, отзывы о книге «Gente de barro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x