• Пожаловаться

Robert Silverberg: Regreso a Belzagor

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg: Regreso a Belzagor» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Madrid, год выпуска: 1981, ISBN: 84-270-0681-0, издательство: Martínez Roca, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Robert Silverberg Regreso a Belzagor

Regreso a Belzagor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Regreso a Belzagor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando los humanos abandonan el planeta Belzagor, siguiendo la política de descolonización consistente en dar independencia a todos los alienígenas con cultura propia, el administrador imperial Gundersen retorna para emprender un viaje etnológico-sentimental-místico-iniciático… donde hallará o no hallará lo que esperaba, pero en todo caso no retornará el mismo que se puso en camino… como tampoco el lector volverá a ser el mismo después del viaje maravilloso que esta novela propone.

Robert Silverberg: другие книги автора


Кто написал Regreso a Belzagor? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Regreso a Belzagor — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Regreso a Belzagor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Eso es absolutamente falso —aseguró Gundersen. Se levantó, cogió otra botella de aguardiente del armario y regresó a la mesa.

—Se la habría traído —dijo Van Beneker—. Bastaba con que me lo pidiese.

—Da igual. —Gundersen enfrió la bebida y la tomó velozmente—. Van, está diciendo muchas tonterías. Hice todo lo que podía por esta gente. Para que progresaran, para exaltarlos hacia la civilización. Solicité para ellos cintas, cápsulas de sonido, cultura a toneladas. Hice promulgar nuevos reglamentos relativos al trabajo máximo. Insistí en que mis hombres respetaran sus derechos en tanto cultura indígena dominante. Yo…

—Los trató como animales muy inteligentes. No como a personas extrañas inteligentes. Gundy, quizás usted no se dio cuenta, pero yo sí y Dios sabe que ellos también. Los degradó al hablar de ellos. Fue amable con ellos de un modo equívoco. Todo su interés por elevarlos, por hacerlos progresar… caca, Gundy, poseen su propia cultura. ¡No querían la suya!

—Mi deber consistía en guiarlos —sostuvo Gundersen con rigidez—. Aunque era inútil pensar que un puñado de animales que carece de un lenguaje escrito, que no posee… —Se detuvo, horrorizado.

—Animales —repitió Van Beneker.

—Estoy cansado. Quizás he bebido demasiado. Se me escapó.

—Animales.

—Deje de presionarme, Van. Hice cuanto podía y si me equivoqué, lo siento. Intenté hacer lo que era correcto. —Gundersen empujó el vaso vacío por encima de la mesa—. Déme otro trago, por favor.

Van Beneker llenó el vaso y cogió otra jeringa para él. Gundersen aceptó de buena gana la interrupción de la conversación y al parecer Van Beneker también, pues permanecieron en silencio largo rato y evitaron mirarse. Un sulidor entró en el bar y recogió los recipientes vacíos, agachado para no rozar el techo a escala terráquea. La charla de los turistas se apagó a medida que el ser de aspecto feroz se movía por la sala. Gundersen observó la playa. Los nildores se habían ido. Una de las lunas se ponía en el este y dejaba una encendida estela en las aguas agitadas. Descubrió que había olvidado los nombres de las lunas. No importaba, ahora los viejos nombres dados por los terráqueos eran historia muerta. Finalmente decidió preguntar a Van Beneker:

—¿Por qué decidió quedarse aquí después de la retirada?

—Me sentía cómodo. Sí, hace veinticinco años que estoy aquí. ¿Para qué irme a otra parte?

—¿No tiene lazos familiares en otra parte?

—No. Además, aquí estoy cómodo. Recibo una pensión de la Compañía. Los turistas me dejan propinas. También cuento con el salario del hotel. Es suficiente para cubrir mis necesidades. Y lo que más necesito son jeringas. ¿Por qué habría de irme?

—¿Quién es el propietario del hotel? —preguntó Gundersen.

—La confederación de los nildores del continente occidental. La Compañía se lo cedió.

—¿Y los nildores le pagan un salario? Creí que no formaban parte de la economía monetaria galáctica.

—Así es. Arreglaron algo con la Compañía.

—Pero lo que usted está diciendo es que la Compañía aún dirige este hotel.

—Si es posible afirmar que alguien lo dirige, sí, la Compañía se ocupa de ello —reconoció Van Beneker—. Pero no se trata de una violación de la ley de retirada. Sólo hay un empleado: yo. Obtengo el salario de lo que los turistas pagan por el alojamiento. El resto lo gasto en artículos importados de la esfera monetaria. Gundy, ¿no se da cuenta de que es una gran broma? Es una rutina destinada a permitirme traer alcohol, eso es todo. El hotel no es un asunto comercial. La Compañía se ha ido realmente de este planeta. Se ha ido por completo.

—Está bien, está bien, le creo.

—¿Qué busca en la región de las brumas? —inquirió Van Beneker.

—¿Realmente le interesa saberlo?

—El momento de hacer preguntas pasa.

—Quiero presenciar la ceremonia del renacimiento. Nunca la vi mientras estuve aquí.

Los ojos saltones de Van Beneker parecieron sobresalir aún más.

—Gundy, ¿por qué no puede hablar en serio?

—Es lo que hago.

—Resulta peligroso meterse con el ritual del renacimiento.

—Estoy dispuesto a correr los riesgos.

—Primero debería hablar de este asunto con alguna gente de aquí. No debemos entrometernos en eso.

Gundersen suspiró.

—¿La ha visto?

—No. Nunca. Jamás me interesó verla. Cualquier cosa que los salidores hagan en las montañas, que la hagan sin mí. Sin embargo, le diré con quién tiene que hablar: con Seena.

—¿Ha presenciado el renacimiento?

—Su marido lo ha visto.

Gundersen se sintió acongojado.

—¿Quién es su marido?

—Jeff Kurtz. ¿No lo sabía?

—Que me cuelguen —musitó Gundersen.

—Se pregunta qué vio ella en él, ¿no?

—Me pregunto cómo pudo decidirse a vivir con un hombre así. ¡Y usted habla de mi actitud hacia los nativos! Aquí tiene a alguien que los trató como a su propiedad personal y…

—Hable con Seena sobre el renacimiento. Vaya a las Cataratas de Shangri-la. —Van Beneker rió.

—. Está jugando conmigo, ¿no? Sabe que estoy borracho y se divierte.

—No. En absoluto. —Gundersen se puso de pie trabajosamente—. Ahora yo debería descansar.

Van Beneker lo acompañó hasta la puerta. En el momento en que Gundersen salía, el hombrecillo se le acercó y dijo:

—Gundy, sabrá que lo que los nildores hicieron antes en la playa… no lo hicieron por los turistas. Lo hicieron por usted. Ése es su sentido del humor. Buenas noches, Gundy.

3

Gundersen despertó temprano. Estaba sorprendentemente despejado. Hacía poco había amanecido y el sol teñido de verde apenas asomaba en el cielo.

El cielo oriental, sobre el océano: un cálido matiz de terrenidad. Gundersen bajó a la playa para darse un baño. Soplaba un suave viento del sur y a lo lejos aparecían algunas nubes. Los árboles rebosaban de frutas; la humedad era tan elevada como siempre; los truenos resonaban desde las montañas que trazaban un arco paralelo a la costa, a un día de viaje tierra adentro. Los montículos de excrementos de los nildores cubrían la playa. Gundersen caminó cautelosamente, zigzagueó por la arena crujiente y se arrojó al agua. Se sumergió bajo la primera hilera enroscada de rompientes y con brazadas rápidas y enérgicas se dirigió hacia los bancos. Había bajamar. Cruzó el banco de arena descubierto y siguió nadando más allá de éste hasta que comenzó a fatigarse. Al regresar a la orilla, descubrió que dos de los turistas —Christopher y Miraflores— también habían ido a nadar. Los hombres le sonrieron inseguros.

—Estuve nadando —comentó—. No hay nada como el agua salada.

—¿Por qué no mantienen limpia la playa? —inquirió Miraflores.

Un hosco sulidor sirvió el desayuno: frutas nativas, pescados locales. Gundersen estaba hambriento. En principio, ingirió tres frutas amargas verdidoradas, después limpió diestramente un pez araña entero y comió la carne dulce y rosada como si participara en un concurso de velocidad. El sulidor le llevó otro pescado y un cuenco con velas del bosque de aspecto fálico. Gundersen aún comía cuando entró Van Beneker, vestido con ropa limpia aunque raída. Parecía sofocado y arrepentido. En lugar de unirse a la mesa de Gundersen, saludó superficialmente y siguió de largo.

—Siéntese conmigo, Van —ofreció Gundersen.

Van Beneker obedeció incómodo.

—Con respecto a anoche…

—Olvídelo.

—Estuve insufrible, señor Gundersen.

—Había bebido. Queda disculpado. In vino veritas. Además, anoche me llamó Gundy. Puede seguir haciéndolo esta mañana. ¿Quién se ocupa de coger los peces?

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Regreso a Belzagor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Regreso a Belzagor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Jack Kerouac: En el camino
En el camino
Jack Kerouac
Gao Xingjian: La Montaña del Alma
La Montaña del Alma
Gao Xingjian
Robert Silverberg: Mutazione
Mutazione
Robert Silverberg
Hermann Hesse: Viaje a Oriente
Viaje a Oriente
Hermann Hesse
Robert Silverberg: La Faz de las Aguas
La Faz de las Aguas
Robert Silverberg
Отзывы о книге «Regreso a Belzagor»

Обсуждение, отзывы о книге «Regreso a Belzagor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.