• Пожаловаться

Ted Dekker: Rojo

Здесь есть возможность читать онлайн «Ted Dekker: Rojo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Ted Dekker Rojo

Rojo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Rojo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Todo gira en torno a Thomas Hunter, un escritor de poco éxito que sobrevive trabajando en el café Java Hut, en Denver. Pero su aparentemente monótona vida sufrirá un vuelvo radical cuando fuerzas desconocidas liberen un arma bacteriológica en la atmósfera. Al final de la jornada, tres millones de personas serán portadoras del virus más letal que haya conocido la humanidad, y en sólo un par de días habrá noventa millones de infectados. El punto es que no existe ninguna vacuna… pero extrañamente, la única esperanza es Thomas Hunter. ¿Cómo? ¿Por qué? Él no lo sabe, pero su existencia amenaza importantes planes y por eso debe morir.

Ted Dekker: другие книги автора


Кто написал Rojo? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Rojo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Rojo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dio un largo salto por encima de la línea de rocas, se bajó del caballo y cayó de rodillas a tiempo para ver la primera descarga silenciosa de flechas desde el arco del despeñadero hacia las hordas.

Ahora siguió una nueva clase de caos. Caballos relinchaban y encostrados gritaban, y los muertos se amontonaban donde caían. El ejército de las hordas estaba temporalmente atrapado por una represa formada por sus propios guerreros.

– Nuestras pérdidas son enormes -comentó Mikil al lado de él, respirando con dificultad-. Trescientos.

– ¡Trescientos! -exclamó mirándola.

El rostro de Mikil estaba enrojecido por la sangre y los ojos le brillaban con una extraña mirada de rebeldía. Fatalismo.

– Necesitaremos más que cadáveres y rocas para hacerlos retroceder – opinó ella y escupió a un lado.

Thomas examinó las hondonadas. Los arqueros aún lanzaban flechas sobre el atrapado ejército. Tan pronto como el enemigo saltara sobre los cadáveres y dirigiera los caballos hacia arriba, veinte catapultas a lo largo de cada precipicio comenzarían a lanzar rocas a las hordas.

Entonces el asunto empezaría de nuevo. Otro ataque de frente por parte de Thomas, seguido de más flechas y de más rocas. Rápidamente hizo cálculos. A este ritmo podrían someter al enemigo en cinco series de asaltos.

– Aunque logremos contenerlos hasta el anochecer, mañana marcharán sobre nosotros -la voz de Mikil expresó los pensamientos de Thomas.

El cielo se limpió de flechas. Comenzaron a caer rocas. Thomas había estado trabajando en el contrapeso de las catapultas sin perfeccionarlas. Aún eran inútiles en terreno plano, pero tenían suficientes rocas grandes sobre un precipicio para hacer buen uso de la gravedad. Las rocas de más de medio metro eran terribles proyectiles.

Un sordo golpe precedió al temblor de tierra.

– No será suficiente -siguió diciendo Mikil-. Tendríamos que arrojar todo el desfiladero encima de ellos.

– ¡Tenemos que bajar el ritmo! -exclamó Thomas-. La próxima vez solo a pie, y salir de la batalla con una rápida retirada. Pasa la voz. ¡Vamos a pelear defensivamente!

Dejaron de caer rocas y las hordas retiraron más cadáveres. Thomas dejó que sus combatientes atacaran otra vez veinte minutos después.

Esta vez jugaron con el enemigo, usando el método de combate Marduk que Rachelle y Thomas habían desarrollado y perfeccionado con los años. Se trataba de una mejora al combate aéreo que Tanis había practicado en el bosque colorido. Los guardianes del bosque lo conocían muy bien y se podían oponer a una docena de encostrados bajo las circunstancias adecuadas.

Pero aquí, en un espacio tan abarrotado de cadáveres y espadas se les limitaba la movilidad. Pelearon con valentía por treinta minutos y mataron como a mil.

Esta vez perdieron la mitad de su gente.

A este ritmo las hordas les cruzarían las líneas en una hora. Los moradores del desierto se detendrían durante la noche como acostumbraban, pero Mikil tenía razón. Aunque los guardianes pudieran contenerlas todo ese tiempo, los guerreros de Thomas estarían acabados en la mañana. Las hordas llegarían a su Bosque Intermedio en menos de un día. Rachelle. Los niños. Treinta mil civiles indefensos serían asesinados.

Thomas observó los desfiladeros. Elyon, dame fuerzas. El frío que había sentido antes se le extendió por los hombros.

– ¡Traigan los refuerzos! -expresó súbitamente-. Gerard, estás al mando. Mantenlos en esa línea, por cualquier medio. Observa las señales en las hondonadas. Coordina los ataques.

Le lanzó el cuerno de carnero al teniente.

– La fortaleza de Elyon -animó, sosteniendo el puño en alto.

– La fortaleza de Elyon -contestó Gerard agarrando el cuerno-. Cuente conmigo, señor.

– Cuento contigo. No tienes idea cuánto -le aseguró Thomas, luego se dirigió a Mikil-. Ven conmigo.

Giraron sus cabalgaduras y retumbaron por el cañón.

Mikil lo siguió sin cuestionar. Él la guió por una pequeña colina y luego doblaron por el sendero hacia un mirador cerca de la cima.

El campo de batalla se extendía a la derecha. Los arqueros lanzaban de nuevo una lluvia de flechas sobre los encostrados. Los muertos se apilaban cada vez más. Al ver las líneas frontales de las hordas, un observador podría creer que los guardianes del bosque estaban derrotando al enemigo. Pero una rápida mirada por el cañón indicaba una historia diferente. Miles, miles y miles de guerreros encapuchados esperaban en inquietante silencio. Esta era una guerra de desgaste.

Era una batalla imposible de ganar.

– ¿Algún mensaje de los tres grupos al norte? -indagó Thomas.

– No. Oremos porque no los hayan superado.

– No los superarán.

Thomas desmontó y analizó los desfiladeros.

Mikil adelantó ligeramente su caballo, luego lo devolvió refunfuñando.

– Sí, sé que estás impaciente, Mikil -asintió Thomas; a él le molestaba algo acerca de los desfiladeros-. Te estás preguntando si me he vuelto loco, ¿verdad? Mis hombres están muriendo y yo desmonto para observarlo todo.

– Estoy preocupada por Jamous. ¿Cuál es tu plan?

– Jamous puede cuidarse solo.

– Jamous está en retirada! Él nunca retrocedería. ¿Cuál es tu plan?

– Ninguno.

– Si no se te ocurre uno pronto, nunca volverás a planificar -objetó ella.

– Lo sé, Mikil -concordó él caminando de un lado al otro.

– No podemos sentarnos simplemente aquí…

– ¡No estoy sentado simplemente aquí! -la interrumpió Thomas, mirándola, de repente furioso y sabiendo que no tenía derecho de estarlo; no con ella-. ¡Estoy pensando! ¡Deberías comenzar a pensar!

Él extendió un brazo hacia las hordas, a las que ahora volvían a bombardear con rocas.

– ¡Mira allá y dime qué podría detener a un ejército tan monstruoso! ¿Quién crees que soy? ¿Elyon? ¿Puedo palmear y hacer que todos estos desfiladeros aplasten…?

Thomas se detuvo.

– ¿Qué pasa? -quiso saber Mikil, mirando alrededor por si había un enemigo, espada en mano.

– ¿Qué fue lo que dijiste antes?

– Inquirió él girando hacia el valle.

– ¿Qué, que deberías estar con tus hombres?

– ¡No! Los precipicios. Dijiste que tendríamos que arrojarles encima el desfiladero.

– Sí, pero también podríamos tratar de tirarles encima el sol. Ese era un pensamiento absurdo.

– ¿De qué se trata?

– ¿Y si hubiera una manera de tirarles encima el desfiladero…?

– No la hay.

– Pero, ¿y si la hubiera? -objetó él corriendo hacia el borde-. Si pudiéramos derribar las paredes del cañón exactamente por la retaguardia de ellos les cerraríamos el paso, los traeríamos aquí y los atraparíamos para asesinarlos fácilmente desde arriba.

– ¿Qué quieres hacer, calentar todo el precipicio con una hoguera gigante y vaciar encima el contenido del lago para resquebrajarlo?

Él no le hizo caso. Se trataba de algo temerario, pero era mejor que no hacer nada.

– Allí hay una falla a lo largo de la depresión. ¿La ves? Él señaló y ella miró en esa dirección.

– Por supuesto que hay una falla. Aún no veo cómo podría yo…

– ¡Desde luego que no puedes! Pero sí pudiéramos, ¿funcionaría?

– Si pudieras dar una palmada y derribar el barranco encima de ellos, entonces yo diría que tenemos una posibilidad de hacer enviar hasta el último de los encostrados al bosque negro al que pertenecen.

Un grito de batalla inundó el cañón. Gerard estaba dirigiendo otra vez sus recién reforzadas tropas hacia el campo de batalla.

– ¿Cuánto tiempo crees que podemos contenerlos? -exigió saber Thomas.

– Otra hora. Quizás dos.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Rojo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Rojo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Jillian Hunter: Perverso como el pecado
Perverso como el pecado
Jillian Hunter
Ted Dekker: Blanco
Blanco
Ted Dekker
Ted Dekker: Negro
Negro
Ted Dekker
Ted Dekker: Verde
Verde
Ted Dekker
Отзывы о книге «Rojo»

Обсуждение, отзывы о книге «Rojo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.