John Darnton - Experimento

Здесь есть возможность читать онлайн «John Darnton - Experimento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Experimento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Experimento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un cadáver mutilado, sin rostro ni huellas dactilares ha aparecido en extrañas circunstancias… Un thriller de máxima actualidad sobre la clonación y la manipulación genética, donde se mezcla la ciencia más avanzada con el suspense más estremecedor.

Experimento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Experimento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Qué cosas. Hacía años y años que no lo pasaba tan bien en la cama.

Cuando regresó al dormitorio encontró a Tizzie erguida, en actitud de esfinge, con la espalda apoyada en la cabecera de la cama. Jude fue junto a ella y sirvió dos copas. Cuando Tizzie alargó el brazo para coger la suya, la manta que la cubría resbaló dejando al descubierto los pechos, pequeños, redondos y con los pezones erectos. Jude asintió con la cabeza aprobador y alzó su copa en brindis.

– Por tu buen aspecto, muñeca.

Ella alargó una mano, le desanudó el cinturón y le abrió la bata. Mirando su desnudez, le devolvió el brindis:

– Y por el tuyo, Louie. Esto podría ser el principio de una bonita amistad.

Jude sonrió, rodeó la cama y se sentó junto a ella. Tizzie le preguntó por los objetos que adornaban la habitación, y él le explicó de dónde había sacado cada uno y qué le había hecho elegirlo. Había pinturas, pequeñas esculturas y cachivaches comprados en mercadillos. Ella manifestaba curiosidad e interés, y a él le encantaba darle explicaciones. Volvió a tomar conciencia de lo a gusto que se sentía junto a Tizzie. Pero no pudo por menos que reconocer que aquélla no era la íntima charla poscoital que había anticipado.

– ¿Y qué me dices de eso? -preguntó Tizzie señalando hacia el armario entreabierto, en cuyo interior había un negligé negro de Betsy.

– Eso no es más que el vestigio de algo que probablemente nunca debió empezar y que, de todas maneras, ya ha terminado.

– No creas que estoy celosa, porque no lo estoy.

– ¿Ah, no?

– No.

Tizzie dio un sorbo a su vino y comentó pensativa.

– Esa chica debía de estar auténticamente enfadada si no regresó a recogerlo.

– Pues sí, contenta no estaba.

– Lo de ir dejando por ahí la ropa de una es una mala táctica. Nunca sabes quién terminará poniéndosela. Podría ser yo, por ejemplo.

– Si te apetece, por mí no te prives -dijo él.

– El negligé no es tuyo, así que mal puedes darme permiso.

El tono había sido de reprensión, y Jude, en vez de contestar, pasó un brazo en torno a Tizzie. Con la mano libre, acarició el cuerpo de la joven siguiendo sus curvas y contornos, hasta que de pronto encontró algo, una especie de costurón. Retiró la manta y miró el costado de la muchacha, donde había una larga y pálida cicatriz.

– ¿Qué es esto? -preguntó.

– Una operación.

– Eso ya lo imagino. ¿Qué clase de operación?

– Hace muchos años, estuve enferma y perdí un riñón.

– ¿Un riñón? ¿Y cómo fue?

– Tuve una mala reacción a un antibiótico que me administraron. Se llama gentamicina y es bastante corriente. Se utiliza para las infecciones urinarias, que era lo que yo tenía. Pero resulta que en casos muy contados tiene efectos nefrotóxicos y acaba con los riñones. Así que me trasplantaron uno.

– Cristo.

– No tiene importancia. Sucedió hace mucho. Ya ni siquiera pienso en ello. Incluso me gusta la cicatriz.

– A mí también me gusta -dijo él, y se inclinó para besarla.

Después de otra copa y de un nuevo rato de charla, Jude advirtió sorprendido que volvía a estar excitado. Excitado como llevaba tiempo sin estarlo. Alargó el brazo para acariciar la espalda de su compañera. Ella, tras unos momentos, respondió al avance colocándose encima de él e hicieron el amor otra vez.

Después, Jude quedó con la vista en el techo recordando los acontecimientos del día. Pensó en comentarle a Tizzie la extraña advertencia de Bashir y la conversación telefónica con Raymond, pero ahora todo aquello le parecía una nadería, pues lo que le estaba ocurriendo en esos momentos era muchísimo más importante.

Tomó a Tizzie entre sus brazos, pero ella, al cabo de unos momentos, se soltó del abrazo y le dijo que en aquella posición no le era posible dormir.

A la mañana siguiente, viernes, Jude tuvo un encuentro con Jenks Simmons.

Simmons era uno de esos tipos insufriblemente jactanciosos que hay en todos los periódicos, y que presumen de estar al corriente de todo cuanto ocurre, pero no en Bosnia, ni en el Ayuntamiento, ni en otros puntos críticos del mundo, sino en la propia redacción. No vivía para las noticias, sino para los chismes. Se decía de él que a veces, en sus artículos, omitía detalles clave -como que la policía sabía que el asesino era varón porque habían encontrado una ensangrentada huella dactilar en la parte inferior de la tapa del váter-, ya que prefería reservarse tales detalles para las tertulias de sobremesa. Le gustaba ser el centro de la atención. Para empeorar las cosas, y para aumentar la antipatía general que su persona inspiraba, Simmons tenía talento.

Se tropezó con él en la puerta de los servicios de caballeros cuando Jude salía y Simmons entraba.

– Bueno -dijo Simmons con una sonrisa de suficiencia-, ahora ya sabemos por qué te encargaron a ti el reportaje sobre los gemelos.

– ¿Cómo? ¿A qué te refieres?

Pero Simmons ya había desaparecido en el interior del baño, así que Jude tuvo que esperarlo fuera, en el concurrido pasillo de la redacción. La espera fue larga, tanto que el hombre comenzó a pasear de arriba abajo, cosa que, generalmente, bastaba para que por la redacción comenzara a rumorearse que un reportero estaba teniendo dificultades con uno de sus trabajos.

Al fin, Simmons salió de los servicios y sonrió satisfecho al ver que Jude seguía allí. A Jude no le importó, pues necesitaba averiguar qué era lo que Simmons sabía.

– Explícame de una vez a qué te referías.

– ¿A qué me refería? -preguntó Simmons simulando no entender.

– Lo que comentaste de los gemelos. ¿Qué demonios quisiste decir?

– Simplemente que está clarísimo por qué te encargaron a ti el trabajo. Fue porque tú mismo tienes un gemelo.

Jude se quedó totalmente desconcertado y sin saber qué decir.

– Y, si no tienes ningún gemelo -siguió Simmons-, entonces, debías de ser tú mismo el que ayer estaba en Central Park buscando comida en los cubos de basura. Al menos eso cuenta Helen, la que trabaja en Inmobiliaria. Dijo que el tipo se parecía mucho a ti. Salvo, naturalmente, por la forma de vestir, porque parece que el individuo carecía de tu proverbial elegancia y distinción. También dijo que el hombre… y parto de la base de que no eras tú, porque generosamente te concedo el beneficio de la duda…

– Simmons, como no hables más claro, te voy a borrar esa sonrisa de los labios…

– Vale, vale. Cálmate. Lo que Helen comentó fue que el tipo tenía un aspecto patético. «Parecía un perro apaleado», fue la expresión que usó.

Jude lo miraba con cara de pocos amigos, como si estuviera pensando en emprenderla a golpes con él.

– Bueno, no te sulfures. No era tu gemelo. Pero te conviene saber que por ahí anda alguien que se parece mucho a ti.

Jude dio media vuelta y comenzó a alejarse, pero Simmons lo hizo volverse con un último comentario:

– Bueno, ¿qué? ¿Merecía esperar por la noticia o no?

Al mediodía, Jude se encontró con Betsy en la cafetería. Él acababa de terminar sus espaguetis cuando la vio pagar en caja y dirigirse con su bandeja hacia lo que, con claro eufemismo, recibía el nombre de comedor. Clavó la vista en su postre, pero ella lo vio y fue a sentarse frente a él. La sonrisa que había esbozado Jude no tardó en borrarse, pues el interés que vio en el rostro de Betsy lo dejó desconcertado.

– Jude… ¿te encuentras bien? O sea… Supongo que si te ocurriese algo malo, me lo dirías, ¿no?

La mujer sonreía de oreja a oreja. Sólo la noticia de que él se había colgado de una viga le habría producido una satisfacción mayor.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Experimento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Experimento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Experimento»

Обсуждение, отзывы о книге «Experimento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x