Cathy no dijo nada.
—¿No es cierto, señora Hobson? —Era la primera vez que la llamaba «señora».
—Uh, bien, sí, supongo que lo es.
—Alguien me dijo que había dormido con muchas de las mujeres de la compañía. ¿Ha oído cosas similares sobre él?
Cathy alisó una arruga inexistente en la falda.
—Supongo que sí.
—¿Pero no pensó que valía la pena mencionarlo?
—No quería… —dejó de hablar.
—No quería hablar mal del fallecido. Por supuesto, por supuesto. —Sandra sonrió con amabilidad—. Perdóneme por preguntarlo, pero… ah, ¿tuvo alguna vez una relación con él?
Cathy la miró.
—Por supuesto que no. Soy…
—Una mujer casada —dijo Sandra—. Por supuesto. —Sonrió de nuevo—. Discúlpeme por tener que preguntárselo.
Cathy abrió la boca para dar más objeciones, luego, después de un momento, la cerró. Sandra reconoció el drama que se ejecutaba en el rostro de Cathy. Me parece que la dama protesta demasiado.
—¿Conoce a alguien con quien tuviese alguna relación? —preguntó Sandra.
—No con seguridad.
—Claro que si tenía esa reputación debía haber rumores por ahí.
—Ha habido rumores. Pero no creo en repetir habladurías, detective, y —Cathy recuperó algo de fuerza ahí— no creo que tenga autoridad para obligarme.
Sandra asintió, como si aquello fuese completamente razonable. Cerró la tapa del ordenador de mano.
—Gracias por su sinceridad —dijo, con tono neutral como para evitar que fuese imposible caracterizar el comentario como sincero o sarcástico—. Sólo una pregunta más. De nuevo, me disculpo, pero tengo que preguntarlo. ¿Dónde estaba el 14 de noviembre entre las ocho y las nueve de la mañana? Ése es el momento de la muerte de Hans.
Cathy inclinó la cabeza.
—Veamos. Ése fue el día antes de que nos enterásemos. Bien, por supuesto, estaría de camino al trabajo. De hecho, ahora que lo dice, ése sería el día en que recogí a Carla y la llevé a su trabajo.
—¿Carla? ¿Quién es ésa?
—Carla Wishinski, una amiga. Vive a un par de manzanas de nuestra casa. Su coche estaba en el taller, así que acepté llevarla.
—Entiendo. Bien, muchas gracias. —Miró la lista de nombres—. Cuando salga, ¿podría pedirle por favor al señor Stephen Jessup que pase?
Librarse de Hans Larsen había sido fácil. Después de todo, ¿por qué molestarse en cubrir las huellas? Sí, la policía investigaría el crimen, pero pronto descubrirían que había al menos una docena de personas a las que le hubiese gustado ver al mariposón de Hans muerto en aquella forma de justicia poética.
Para la segunda eliminación, sin embargo, el sim sabía que tendría que ser más sutil. Era necesario que fuera algo imposible de seguir… algo que ni siquiera pareciese asesinato.
Con los costes sanitarios subiendo cada vez más, la mayor parte de los países civilizados se pasaban a la prevención barata más que al tratamiento catastrófico. Eso exigía identificar riesgos particulares de cada paciente, y para eso no tenía precio un conocimiento detallado de la historia familiar. Pero originalmente no todos habían tenido acceso a esa información.
En el 2004, un grupo de adultos que habían sido adoptados de niños obligaron con éxito a los gobiernos provinciales y federales de Canadá para que estableciesen una Base de Datos Confidencial de Registros Médicos a nivel nacional. Se llamó «MedBase». La idea era simple: todos los datos sanitarios deberían estar centralizados para que cualquier doctor tuviese acceso a la información, eliminando los nombres para proteger la intimidad, de los familiares de cualquiera de sus pacientes… incluso si, como era frecuente en el caso de las adopciones, los individuos en cuestión no supiesen siquiera que estaban emparentados.
El sim tuvo que probar más de veinte veces, pero acabó encontrando una forma de entrar en MedBase… y, de ahí, una forma de obtener la información que quería.
Login: jdesalle
Password: ellased
>1
Escriba la provincia o territorio de residencia del paciente (L para listar):
>Ontario
Entre el número de seguridad social del paciente:
>33 1834 22 149
Hobson, Catherine R. ¿Correcto? (S/N)
>S
¿Qué le gustarla hacer?
[1] ¿Mostrar los registros del paciente?
[2] ¿Buscar en la historia familiar del paciente?
>2
¿Buscar por? (A para ayuda)
El sim eligió A, leyó la pantalla de ayuda, y luego formuló la pregunta:
>Riesgos familiares, Enfermedades del corazón
Hubo una pausa mientras el sistema buscaba.
Se ha encontrado una correlación.
El ordenador mostró los registros de seis parientes de Cathy que habían tenido problemas de corazón a lo largo de los años. Aunque no se daban los nombres, el sim no tuvo problemas para deducir cuál pertenecía a Rod Churchill, basándose en la edad a la que se produjeron los problemas coronarios por primera vez.
El sim pidió los registros completos de ese paciente. El ordenador se los dio, de nuevo sin dar el nombre del paciente. Estudió detenidamente la historia médica. En ese momento, Rod tomaba medicación para el corazón y algo llamado fenelzina. El sim se conectó a MedLinea, una base de datos genérica de información médica, y comenzó a buscar información sobre esas drogas en la literatura médica.
Necesitó algo de tiempo, y el sim tuvo que acceder continuamente a un diccionario médico en línea para poder entenderlo, pero finalmente tenía lo que quería.
Finalmente, el largo día de interrogatorios en Doowap Advertising llegó a su término. La detective Sandra Philo condujo de vuelta a su apartamento vacío. En el camino, se aprovechó del teléfono del coche para comprobar un par de cosas.
—¿Carla Wishinski? —le dijo al micrófono del salpicadero.
—¿Sí? —dijo la voz por el altavoz.
—Soy la detective Alexandria Philo de la Policía Metropolitana. Tengo una pregunta rápida para usted.
Wishinski parecía nerviosa.
—Uh, sí. Sí, por supuesto.
—¿Estaba usted con Catherine Hobson la mañana del 10 de noviembre?
—¿Con Cathy? Deje que mire la agenda. —Unos sonidos de teclas—. ¿El 10? No, me temo que no. ¿Tiene algún problema?
—¿Dije el 10? —Sandra giró el coche en Lawrence West—. Ha sido un error. Quería decir el 14.
—No creo… —Más pulsaciones—. Oh, espere. Ése es el día en que se me estropeó el coche. Sí, Cathy me recogió y me llevó al trabajo… es un encanto en cosas como ésas.
—Gracias —dijo Sandra. Era una técnica normal… primero determinar que la persona no dirá una mentira refleja para proteger a su amiga, y luego hacer la pregunta de verdad. Cathy Hobson tenía aparentemente una coartada válida. Aun así, si había sido un profesional, el hecho de que estuviese en otro sitio cuando se cometió el delito no probaba mucho.
—¿Algo más? —preguntó Carla Wishinski.
—No, eso es todo. ¿Planea salir de la ciudad?
—Mm, sí… yo… ah, me voy de vacaciones a España.
—Bien, entonces, ¡qué tenga un buen viaje! —dijo Sandra.
Nunca se cansaba de hacer eso.
Espíritu, el sim de la vida después de la muerte, examinó la red, buscando nuevos estímulos. Todo era tan estático, tan inalterable… Oh, podría absorber un libro o un grupo de noticias con rapidez, pero la información misma era pasiva y, finalmente, eso la hacía aburrida.
Espíritu también vagaba por los ordenadores en Mirror Image. Finalmente encontró el banco de juegos de Sarkar e intentó jugar al ajedrez, al Tetris, al Go y al Bollix y otros similares, pero no eran mejores que los juegos interactivos de la red.
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