Jean-Christophe Grange - El Imperio De Los Lobos

Здесь есть возможность читать онлайн «Jean-Christophe Grange - El Imperio De Los Lobos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Imperio De Los Lobos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Imperio De Los Lobos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

París, época actual. Anne Heymes, esposa de un alto funcionario francés, sufre una insólita alteración psicológica: se siente extraña a sí misma, como si su cuerpo estuviera habitado por otra persona, su marido la pone en tratamiento psicológico, que solo consigue despertar en Anne la ansiedad de reencontrar a alguien que intuye perdido en algún rincón de su mente.
De forma simultánea aparecen los cadáveres terriblemente mutilados de tres inmigrantes clandestinas turcas. Todo apunta hacia crímenes de carácter ritual, por lo que el inexperto inspector encargado del caso acude a Schiffer, un veterano policía que está en el dique seco a causa de su poco limpia trayectoria moral, pero perspicaz y buen conocedor de la comunidad turca de París.
Dos anécdotas, aparentemente inconexas, de las muchas que salpican el día a día de la ciudad. Pero estas estaban llamadas a encontrarse, a resolverse la una por la otra. De este modo, la explotación del trabajo clandestino, las rutas del tráfico de drogas, la manipulación de las mentes, la crispada política turca son otros tantos hilos conductores de una intriga dura, absorbente, cruelmente verosímil, que combina thriller científico, novela policíaca clásica, suspenso político e incluso terror, y que sin duda se encuentra en la cumbre de la novela negra de nuestros días.
A finales de 2005 se ha estrenado una película, dirigida por Chris Nahon e interpretada por Jean Reno, basada en este libro.

El Imperio De Los Lobos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Imperio De Los Lobos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Marek Cesiuz, emperador de la falsificación y la mentira, rey del tráfico y la trapisonda…

El Cifra soltó una carcajada estentórea que era también un rugido y clavó una mirada amenazante en su interlocutor:

– Desembucha, cabrón, antes de que pierda la paciencia.

El rostro del turco se endureció como si fuera de cristal. Irguió el cuerpo en el sillón y encendió el cigarrillo.

– No tienes nada, Schiffer. Ni una orden, ni un testigo, ni un indicio. Nada. Solo has venido a pedirme un consejo que no puedo darte. Te aseguro que lo siento. -Marius lanzó una larga bocanada de humo gris hacia la puerta-. Ahora, más vale que cojas a tu amigo, os marchéis y demos por zanjado este malentendido.

Schiffer se plantó en la maltratada moqueta, delante del escritorio.

– Aquí solo hay un malentendido, y eres tú. En este puto despacho todo es falso. Tus octavillas de los cojones. Te partes el pecho pensando en los últimos gilis que se pudren en las cárceles de tu país.

– ¿Cómo te…?

– Tu pasión por la música. Para un musulmán como tú, el rock es una emanación de Satán. Si pudieras prenderle fuego a tu propia sala, no te lo pensarías dos veces. -Marius fue a levantarse, pero Schiffer volvió a sentarlo de un empujón-. Tus muebles atestados de papelajos, tus aires de hombre atareado… ¡Todo eso no oculta otra cosa que tus tráficos de negrero! -El viejo policía se acercó a la guillotina y acarició la cuchilla-. Y tú y yo sabemos que este juguete no te sirve más que para separar los ácidos que recibes en forma de pañuelos impregnados de LSD.-Schiffer abrió los brazos en un gesto de comedia musical e invocó al mugriento cielo raso-: ¡Oh, hermano mío, háblame de esas tres mujeres, antes de que ponga patas arriba tu despacho y encuentre con qué mandarte a Fleury para una larga temporada! -Marek Cesiuz no paraba de lanzar miradas a la puerta. El Cifra se colocó tras él y se inclinó hacia su oído-. Tres mujeres, Marius -recalcó masajeándole los hombros-. En menos de cuatro meses. Torturadas, desfiguradas y abandonadas en plena calle. Tú las trajiste a Francia. Entrégame sus fichas y nos largaremos.

Las lejanas pulsaciones del concierto llenaban el silencio. Parecía el corazón del turco latiendo en el vacío de su caja torácica.

– Ya no las tengo -murmuró.

– Por qué?

– Las he destruido. Tras la muerte de cada chica, hice desaparecer su ficha. Nada de huellas, nada de problemas.

Paul sintió crecer el miedo en su interior, pero agradeció la revelación. Por primera vez, el objeto de su investigación adquiría corporeidad. Las tres víctimas existían en tanto que mujeres: estaban cobrando vida ante sus ojos. Los Corpus eran inmigrantes ilegales.

Schiffer volvió a situarse frente al escritorio.

– Vigila la puerta -le dijo a Paul sin apartar la vista de Marius

– ¿C… cómo?

– La puerta.

Antes de que Paul pudiera reaccionar, Schiffer saltó sobre el turco y le aplastó la cara contra la esquina del escritorio. El hueso de la nariz crujió como una nuez entre los dientes de un cascanueces. El policía retirado le levantó la cabeza y la hizo chocar contra la pared. La sangre chorreaba por el rostro del turco.

– ¡Las fichas, cabrón!

Paul se abalanzó hacia Schiffer, pero este lo rechazó de un empujón. Paul se llevó la mano a la pistolera, pero la negra boca de un Manhurin 44 Magnum lo petrificó. El Cifra había soltado a Marius y desenfundado en un visto y no visto.

– Te he dicho que vigiles la puerta.

Paul estaba estupefacto. ¿De dónde salía aquella pipa? Marius había aprovechado la confusión para deslizarse en su sillón con ruedas y abrir un cajón.

– ¡A su espalda!

Schiffer giró en redondo y lanzó el cañón del Manhurin contra el rostro del turco. Marius dio una vuelta completa sobre el asiento y cayó de bruces sobre una pila de octavillas. El Cifra lo agarró de la camiseta y le clavó el cañón del arma bajo el mentón.

– Las fichas, turco de mierda. Si no, te juro que te mato.

Marek temblaba a sacudidas; la sangre burbujeaba entre sus dientes rotos, pero la expresión de regocijo no había desaparecido de su rostro. Schiffer enfundó y lo arrastró hasta la guillotina.

A su vez, Paul sacó la pistola y gritó:

– ¡Basta!

Schiffer levantó la cuchilla y colocó la mano derecha del turco debajo.

– ¡Dame las fichas, saco de mierda!

– ¡DETÉNGASE O DISPARO!

El Cifra ni siquiera lo miró. Empujó lentamente la cuchilla. La piel de las falanges se arrugó bajo el filo y la sangre manó en forma de pequeñas burbujas negras. Marius gritó, pero no tan fuerte como Paul:

– ¡¡¡SCHIFFER!!!

Tenía el arma agarrada con las dos manos y a Schiffer en el punto de mira. Tenía que disparar. Tenía…

La puerta se abrió violentamente a sus espaldas. Paul salió despedido hacia delante, rodó sobre sí mismo y quedó tumbado boca arriba, con la espalda contra el escritorio de hierro y la cabeza hacia la puerta.

Los dos gorilas iban a desenfundar cuando la sangre los salpicó. Un silbido de hiena llenó el despacho. Paul comprendió que Schiffer había acabado el trabajo. Apoyó una rodilla en el suelo y, agitando la pistola hacia los turcos, gritó:

– ¡Atrás!

Hipnotizados por la escena que se desarrollaba antes sus ojos, los guardaespaldas no se movieron. Temblando de pies a cabeza, Paul se levantó y les apuntó a la cara con el 9 milímetros…

– ¡Atrás he dicho, coño!

Les clavó el cañón en el pecho y, poco a poco, consiguió hacerlos retroceder hasta el umbral. Luego volvió a cerrar la puerta, apoyó la espalda contra la hoja y contempló al fin la pesadilla en acción.

Marius sollozaba de rodillas con la mano atrapada en la guillotina. La hoja no le había seccionado los dedos completamente, pero las falanges estaban a la vista, con la carne abierta sobre los huesos. Schiffer seguía agarrando el mango, con el rostro desfigurado por una mueca sardónica.

Paul enfundó el arma. Tenía que calmar a aquel loco. Iba a acercarse, cuando el turco tendió la mano sana hacia uno de los archivadores plateados, situado junto a la fotocopiadora.

– ¡Las llaves! -ladró Schiffer.

Marius intentó coger el manojo que llevaba colgado al cinturón. El Cifra se lo arrancó y fue pasando llaves delante de sus narices. El turco señaló la que abría la cerradura del archivador con un movimiento de cabeza.

El viejo policía puso manos a la obra. Paul aprovechó para liberar a su víctima. Levantó con cuidado la hoja, surcada de franjas rojizas. El turco se derrumbó al pie de la guillotina y se encogió en el suelo gimoteando:

– Hospital… hospital…

Schiffer se volvió con expresión de triunfo. Sostenía una carpe de cartón atada con una cinta. La abrió a toda prisa y encontró las fichas y las polaroid de las tres víctimas.

Paul seguía en estado de shock, pero comprendió que habían ganado.

26

Tornaron la salida de emergencia y corrieron hasta el Golf. Paul arrancó sin mirar y a punto estuvo de chocar con otro coche que pasaba en ese momento.

Apretó el acelerador, torció a la derecha y entro en la rue Lucien-Samapaix. No tardó en comprender que iba en dirección prohibida y dio otro volantazo, esta vez a la izquierda, para tornar el boulevard Magenta.

La ciudad temblaba ante sus ojos. Las lagrimas se aliaban con la lluvia del parabrisas para nublarle la vista. Apenas distinguía las luces de los semáforos, que sangraban como heridas tras la cortina de agua.

Pasó el primer cruce sin detenerse y luego el segundo, en medio de un estrépito de frenazos y bocinazos. Paró ante el tercer semáforo. Durante unos segundos, un zumbido llenó su cabeza; luego, supo lo que tenía que hacer.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Imperio De Los Lobos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Imperio De Los Lobos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Romain Rolland
libcat.ru: книга без обложки
Romain Rolland
Romain Rolland - Jean-Christophe Tome I
Romain Rolland
Jean-Christophe Notin - Les guerriers de l'ombre
Jean-Christophe Notin
Jean-Christophe Grangé - Kaïken
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - L'Empire des loups
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Les Rivières pourpres
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Los ríos de color púrpura
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - L'impero dei lupi
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Le concile de pierre
Jean-Christophe Grangé
Maira Àngels Julivert - Los Lobos
Maira Àngels Julivert
Отзывы о книге «El Imperio De Los Lobos»

Обсуждение, отзывы о книге «El Imperio De Los Lobos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x