Lorenzo Silva - La Sustancia Interior

Здесь есть возможность читать онлайн «Lorenzo Silva - La Sustancia Interior» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Sustancia Interior: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Sustancia Interior»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un país indeterminado, en una época tampoco especificada, un extranjero llega a una catedral en construcción para tallar la sillería del coro. Allí, entre andamios, herramientas, albañiles y capataces, descubre una compleja organización, gobernada por oscuros personajes, que convierten la complicada tarea de erigir el templo en un instrumento para otros fines. Poco a poco, el extranjero se va adentrando en los desconcertantes entresijos de una intriga que desembocará en un final sorprendente. A medida que se desarrolla la trama, descubrimos un mosaico de caracteres fascinantes, y asistimos a una conmovedora historia de amor.
Novela de intriga y de ideas a un tiempo, La sustancia interior es una obra que se desarrolla a varios niveles y permite diversas lecturas, mostrándonos un registro más profundo y poco conocido del autor de El lejano país de los estanques.
Las intrigas y pasiones que rodean la construcción de una catedral son el telón de fondo sobre el que se desarrolla la historia de la lucha interior que todo hombre lleva consigo.

La Sustancia Interior — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Sustancia Interior», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Eres un indeseable.

– Supongo que tienes razón.

– Siempre -se despidió Camila, poniendo un beso en la palma de la mano y dejándolo caer mientras salía de la celda de Bálder.

Durante las jornadas que siguieron, en la nave fue imponiéndose poco a poco un ambiente de trabajo más o menos organizado. Níccolo velaba por la disciplina y Alio por la ejecución de la labor de carpifítería. Contra la previsión de Bálder, su segundo dejaba que Alio le aconsejara respecto a la manera en que la madera debía ser tratada. El carpintero, por su parte, se conducía con tiento y era el primero en atender las órdenes que daba Níccolo en el ejercicio de sus responsabilidades. Bálder despachaba regularmente con los dos, siempre que podía con ambos a la vez para evitar rencillas. Pero cuando estuvo solo con Alio, no hubo la menor alusión a su coincidencia en el subterráneo. Tan sólo Bálder debía esforzarse por separar al hombre en ropa de trabajo del individuo impasible que se paseaba con una rubia borracha al cuello por las profundidades nocturnas.

Mientras los hombres trabajaban en las piezas de la estructura, Bálder comenzó a ensayar en bloques y planchas sueltos tallas y relieves. Hendía la madera con sus gubias sin pararse apenas a pensar. Tomaba la dirección que seguían sus manos a partir de las primeras heridas que abría con sus herramientas, recogiendo al paso las formas que había apuntado en los bocetos. Golpe a golpe, surco a surco, desbordaba la idea que había puesto en el papel y llegaba a resultados imprevistos. Faenaba fríamente, usando el arte como una evasión que le relevaba de sus cavilaciones. Aquello que hacía no era, en modo alguno, lo que había planeado en las horas de la tormenta de nieve, cuando había concebido la sillería. Era un pasatiempo, una renuncia, una rutina sin ambición. Como artista que era o había sido, podía distinguir cuando luchaba por atrapar lo desconocido de cuando sólo se entretenía probando sus mañas, sin atreverse a rozar lo que su alma ansiaba dar al mundo.Y sin embargo, tarde tras tarde, al examinar con recelo lo que había hecho durante el día, hallaba que sus obras podían embaucar a un juzgador desprevenido. Recordaba más de un día de trabajo obsesivo que había arrojado resultados muy inferiores a los de aquellas improvisaciones. Fuera como fuese, no le servía de consuelo.

El capataz, una vez que hubo puesto a disposición de Bálder los suministros, recuperó el gusto por aparecer por el coro, licencia que se había abstenido de tomarse mientras estaba en deuda. La primera vez que se acercó por allí, una semana después de recibir la madera, los hombres estaban en plena actividad y el extranjero acuchillaba una tabla de mediano grosor. Aulo atravesó el coro observando de reojo los movimientos de los operarios y se detuvo junto a Bálder. Éste continuó a lo suyo, a pesar de la presencia del capataz. Cuando notó que estaba tras él, se concentró en seguir atacando la madera.

– No pareces un aficionado -aprobó cautelosamente Aulo.

– Si tratas de halagarme pierdes el tiempo. No eres un crítico autorizado -estimó Bálder, sin énfasis.

– Ah, gracias.

– Lo que estás viendo no es nada. Cualquiera que haya aprendido cómo se cogen las herramientas puede hacerlo igual. Está apenas empezado. Si vienes dentro de tres horas podrás hablar con algún fundamento.

– Comprendo. Da la sensación de que esto marcha -concedió el capataz, señalando a los hombres-. Si he de ser sincero, nunca habría imaginado a Níccolo sucio de serrín. Lo que ocurre aquí es asombroso, verdaderamente.

– Nadie persigue a nadie y cada uno sabe lo que tiene que hacer.

– Hermosísimo. Trata de aplicar esa filosofia ahí fuera.

– Lo de fuera es cosa tuya.

– Qué agradable debe de ser gozar de privilegios sin que a uno le moleste la conciencia -le reprochó Aulo.

– Contigo, nunca.Tú tienes tu manera de defenderte.

– Algún día deberíamos charlar sobre eso. Creo que interpretas a la ligera mi posición.

– Me pareció entender que no le abrías tu corazón a nadie.

– Tú eres un hombre importante. No imaginas el tormento a que me han sometido los canónigos hasta que te he conseguido la maldita madera. Quizá no me convenga que alguien como tú vaya por ahí hablando mal de mí.

– Yo no hablo por ahí de ti. Ni bien ni mal.

– Ya comprendo que mi función es demasiado ruin. Lo decía por si algún día andas desocupado.

– Es improbable que lo esté tanto.

– Eso me tranquiliza. Por cierto, he visto que has entrado en cierta intimidad con Horacio, el escultor. -Es un modo apresurado de calificarlo.

– No te sorprenderá si te digo que es la compañía menos indicada para un joven de tu acreditada rectitud. -No, no creo que me sorprenda.

– Si me permites un consejo, yo seguiría frecuentando a Núbila. Es mejor escultor.

Sigo frecuentando a Núbila, aunque no te permito el consejo.

– Núbila y Horacio son como el agua y el aceite.Tendrás que elegir, y Horacio es, cómo diría, más untuoso.

Bálder interrumpió su labor y se volvió hacia Aulo. Sosteniendo en alto sus útiles, preguntó:

– ¿Desde cuándo padeces esa preocupación por mis amistades, capataz?

– No es propiamente preocupación. Debe de ser porque tengo hijos. No puedo ver a un niño con fuego sin avisarle de que va a quemarse.

Al extranjero se le ocurrió de pronto que era la ocasión de intentar coger a Aulo por la espalda.

– Hay algo que me intriga, Aulo -dijo.

– Si puedo ayudarte…

– Seguro. ¿Qué haces tú por la noche, normalmente?

– ¿Por qué te interesa eso?

– ¿Vives en el palacio o en el pueblo? ¿Dónde conociste a tu mujer? -abundó Bálder, con malicia.

Aulo borró la media sonrisa que llevaba colgada de los labios.

– No le veo la gracia. Qué te importa a ti.

– Te voy a hacer una confidencia. A estas alturas, creo poder afirmar que todas las ratas salen a cazar de noche. Esto que hacéis durante el día es una pantomima, para disimular. ¿Dónde cazas tú? No te he visto por ahí.

– Ni me verás. Eres vanidoso, maestro. Pero has escogido atropelladamente.Veremos si puedes darte ese lujo cuando estés comiendo lo mismo que ya se han comido y han cagado otros cincuenta antes que tú. Porque yo estaré mirándote, muerto de risa -prometió el capataz, recobrando el humor.

– Yo saldré limpio, como vine -alardeó Bálder, recordando lo que había conversado con Camila un par de noches atrás.

– Serías el primero. No te estorbo más. Cuando veas que vas a necesitar algo, pídelo con antelación. No me gusta que me atosiguen.

Mientras Aulo salía, Bálder captó en Alio un gesto que llamó su atención. El carpintero sonreía, absorto en el vacío que mediaba entre su rostro y sus manos que aserraban con impecable método la madera. Bálder reparó, con un escalofrío, en que era la primera vez que le veía sonreír. Durante los almuerzos seguía compartiendo mesa con Núbila. El andrógino no emitió, durante días, el menor comentario sobre el acercamiento que se había producido entre Bálder y Horacio. Aunque el extranjero tenía un trato limitado con el escultor dentro de la obra, era obvio que existía entre ambos una complicidad y que Núbila la había advertido desde el primer momento.Ya había realizado Bálder tres o cuatro expediciones nocturnas de la mano de Horacio, cuando Núbila, insospechadamente, decidió abordar la cuestión.

– Vas por ahí con Horacio, de noche -dijo, medio ausente, mientras terminaba de limpiar el primer plato.

– Sí -admitió Bálder, con innecesario pudor.

– ¿Te divierte?

– No diría tanto.

– Pero te interesa.

– No lo que veo. Sí cómo lo veo. Es una novedad.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Sustancia Interior»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Sustancia Interior» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Sustancia Interior»

Обсуждение, отзывы о книге «La Sustancia Interior» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x