Dick Francis - Fuerza Maligna

Здесь есть возможность читать онлайн «Dick Francis - Fuerza Maligna» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuerza Maligna: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuerza Maligna»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

No en todos los deportes o competencias hípicas se puede permanecer más allá del tiempo natural de actividad. Cada uno exige cierto límite. Uno de esos oficios es ser jinete de caballos entrenados para carrera de obstáculos y, para Freddy Croft, con haber pasado los treinta años resultó suficiente.
Encara entonces el negocio de transporte de caballos con cierta fortuna, hasta que un día, dentro de su camión, encuentra un cadáver.
No toda esa complicación termina todavía cuando, de pronto, asesinan a uno de sus empleados y, el ex jockey, ya no tuvo ninguna duda de que alguien lo quería perjudicar.
Inicia una investigación por su cuenta, creyendo que podrá llegar hasta las puertas mismas del extraño complot.

Fuerza Maligna — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuerza Maligna», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Crees que el Trotador haya estado tirado aquí todo el tiempo mientras los conductores se presentaban a trabajar y sacaban los camiones?

Harvey se veía muy preocupado.

– No lo sé. Tal vez. Es escalofriante, ¿verdad?

Farway y Sandy sacaron sus teléfonos y convocaron a sus compañeros. Harvey y yo nos sentíamos molestos e inseguros y nos dirigimos a la oficina.

– ¿Crees que se haya caído? -le comenté a Harvey al entrar al sitio sagrado que solíamos compartir e hice una pausa.

– No quisiera ni pensar en la otra opción.

– Yo tampoco. ¿Quién estuvo en la taberna, ayer por la noche, con el Trotador?

– Sandy, desde luego. Dave… -interrumpió horrorizado-. Qué quieres decir con ¿quién estuvo en la taberna que lo oyó hablar acerca de los extraños debajo de los camiones? No querrás decir que…

Negué con la cabeza, aunque, ¿cómo podía evitar pensarlo?

– Pero esa caja registradora escondida estaba vacía -insistió preocupado Harvey-. Nadie querría asesinar al Trotador por una cosa vacía e inservible como ésa.

Harvey, notablemente aprehensivo, clavó la mirada en la hilera de camiones.

– Cuando encontré al Trotador -dijo-, regresé a casa y llamé por teléfono a tu línea personal, pero me contestó una grabación. Después llamé a Isobel y me dijo que creía que estabas en casa de los Watermead, ya que Nigel le había comentado que ibas a comer ahí. Parece que Tessa se lo informó. Así que Sandy dijo que iría a buscarte.

Harvey empezó a dar preocupantes señales de indecisión que, por el largo tiempo de conocernos, de inmediato identifiqué como duda sobre si debía decirme o no algo que tal vez yo no quisiera escuchar.

– Habla ya.

– ¡Oh, vaya! Nigel dijo que Tessa quería ir a Newmarket el viernes con él y las potrancas. Se subió al camión y se acomodó en el asiento del pasajero.

– Espero que no la haya llevado.

– No, pero a Nigel se le complicó la existencia. Quiero decir, por un lado estabas tú con tus amenazas de despedir a quienes llevaran gratis a alguien y, por el otro, se encontraba ella, la hija del entrenador, que quería ir con él -hizo una pausa-. Esa chica es una damita muy educada y Nigel es un hombre muy atractivo, por lo menos eso dice mi esposa y, no me malentiendas, pensé que sería mejor que te enteraras.

– Te lo agradezco -dije sinceramente-. No quiero perder el trabajo de Michael Watermead sólo porque su hija, Tessa, se ha encaprichado con uno de nuestros empleados. Lewis, por supuesto, era el conductor favorito de Michael, pero a menudo los caballos de Watermead requerían más de un camión.

Después de un tiempo, un auto de la policía avanzó despacio entre las rejas. Traía a unos oficiales del Departamento de Investigaciones Criminales de Scotland Yard, un médico forense y un fotógrafo. Harvey y yo salimos al granero, donde Sandy mostró el cadáver del Trotador a sus colegas vestidos de civil mientras que Bruce Farway conversaba, dándose mucha importancia, con su contraparte policíaca. Tomaron la declaración de Harvey sobre el descubrimiento del cadáver. Bajé al foso, al lado de mi pobre mecánico, para confirmar que su cuerpo estaba tal como lo encontramos, La misma carroza fúnebre que se llevó a Kevin Keith Ogden llegó, y otra vida que había concluido abandonó mis terrenos en un ataúd metálico.

La policía, sin sonreír, lo siguió.

– Todo esto resulta muy triste -comentó Farway con cierta vivacidad, indiferente a lo que sucedía.

– Era todo un personaje -puntualizó Sandy, al mismo tiempo que asentía.

"No es para tanto", pensé. Luego pregunté:

– Sandy, cuando llevaste a casa al Trotador anoche, ¿fue en tu auto o en el suyo?

– En el mío. Ese vejestorio todavía debe de estar en la taberna.

– Ese vejestorio me pertenece en realidad -le informé-. Voy a recogerlo más tarde. ¿Todavía tienes las llaves?

Estaban en su casa, aparentemente. Le dije que pasaría a recogerlas, y el alguacil se retiró para aprovechar lo poco que quedaba de su domingo libre.

Salió Bruce Farway, quien me hizo una seña con la cabeza a manera de fría despedida. Harvey regresó a su casa y yo deambulé por el granero, me asomé al foso, ahora vacío, e inspeccioné la bodega. Por lo que pude apreciar, nada había sido alterado. Cerré con llave la bodega y caminé hasta la mesa de trabajo del granero.

No había herramientas esparcidas en ninguna parte. Nada con lo que un hombre pudiera haber tropezado, a pesar de que estuviera muy borracho.

De mal talante, dejé el granero y, como era la costumbre, dejé abierta la puerta que daba al patio. Siempre había creído que no era bueno exagerar. Teníamos un candado en la entrada principal. La seguridad podía convertirse en una obsesión y, de todos modos, o había intentado protegerme de los ladrones, no de contrabandistas. Ni de asesinos.

Me retraje dolorosamente ante esa palabra. No quería creer que algo así pudiera suceder. No al Trotador. Requería de sus servicios como si hubiera sido un aditamento o un accesorio, al igual que la granja y los camiones, transacción que, al parecer, había sido de su agrado. Me consideré afortunado por tenerlo y no sabía cómo encontraría a alguien con tanta experiencia, tan poco exigente y tan comprometido. Simplemente lamenté su pérdida, sin ningún interés egoísta. Lo lloré como hombre.

UN POCO MÁS TARDE, cuando empezaba a caer la noche, me dirigí hacia la casa de Sandy y recogí las llaves del vehículo que el Trotador usaba. Proseguí mi camino hasta la taberna, donde encontré la camioneta en el estacionamiento. Las dos puertas posteriores estaban entreabiertas y, adentro, donde debía haber estado la tarima y un revoltijo de herramientas en una caja grande de plástico rojo, no había nada, excepto polvo oxidado sobre el viejo piso de metal.

Suspiré. Docenas de parroquianos habían visto que Sandy se llevaba a casa al Trotador, dejando detrás de él una camioneta con cosas fáciles de hurtar. Supuse que debería sentirme contento de que el vehículo no hubiera desaparecido también.

Conduje la corta distancia que me separaba de la granja y me cuestioné el motivo por el que el Trotador había ido al granero sin sus llaves o su auto… y cuándo… y cómo… y con quién.

En las oficinas, el cuaderno de bitácora del Trotador se encontraba sobre el escritorio de Isobel, listo para que mi secretaria pasara los detalles a la computadora. Tomé el cuaderno y me lo llevé a mi oficina. Me senté a leer lo que había escrito el Trotador.

Sólo detalles escuetos del viaje. Ningún comentario. Nada importante. Había recogido a cuatro caballos de salto en una caballeriza de Pixhill y los había llevado por la M 4 a las carreras de Chepstow. Anotó la hora de salida de la base, la hora en que recogió a los animales, las horas de llegada y salida del hipódromo, la hora en que devolvió los caballos a la caballeriza y la hora de regreso a la base. El total de horas trabajadas y la cantidad de horas que había pasado tras el volante.

Nada acerca de extraños o llaneros solitarios.

Deprimido, volví a colocar el cuaderno donde lo había encontrado y concluí que no había nada qué hacer por el momento. Cuatro de los camiones de la flotilla todavía estaban fuera, sin contar el que había ido a Francia, pero Harvey se encargaría de su regreso. Bostecé, cerré y me fui a casa.

Reviví con un trago del whisky de Escocia y me senté en mi sillón giratorio de cuero verde. Rebobiné la cinta de la máquina contestadora de mi línea privada. La había encendido antes de salir a la comida de los Watermead y, así permaneció desde entonces. La cinta retrocedió diligentemente.

Oprimí el botón para reproducir y casi me caigo del sillón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuerza Maligna»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuerza Maligna» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Dick Francis - Straight
Dick Francis
Felix Francis - Dick Francis's Gamble
Felix Francis
Dick Francis - Versteck
Dick Francis
Dick Francis - Todsicher
Dick Francis
Dick Francis - Sporen
Dick Francis
Dick Francis - Rivalen
Dick Francis
Dick Francis - Knochenbruch
Dick Francis
Dick Francis - Gefilmt
Dick Francis
Dick Francis - Festgenagelt
Dick Francis
Dick Francis - Hot Money
Dick Francis
Dick Francis - For Kicks
Dick Francis
Отзывы о книге «Fuerza Maligna»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuerza Maligna» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x