John Katzenbach - Juicio Final

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - Juicio Final» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Juicio Final: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Juicio Final»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

John Katzenbach, maestro del suspenso psicológico, nos enfrenta de nuevo a una trama tan hipnótica como las de El psicoanalista y La historia del loco.
Matthew Cowart, un famoso y ya establecido periodista de Miami, recibe la carta de un hombre condenado a muerte que asegura ser inocente.
Pese a su escepticismo inicial, Cowart empieza a investigar el caso, comprende que el acusado no cometió los delitos que se le imputan y pone al descubierto mediante sus artículos una información que permite al convicto Robert Earl Fergurson salir en libertad.
Cowart obtiene entonces un premio Pulitzer por su tarea periodística. Sin embargo, y para su horror, el escritor se percata de que ha puesto en marcha una tremenda máquina de matar y que ahora le toca a él intentar, en una carrera contra el reloj, que se haga justicia fuera de los tribunales.

Juicio Final — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Juicio Final», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero los dos hombres continuaban alejados, mirándose con recelo de una punta a otra de la pequeña habitación.

– Ya. Quiere alguien a quien culpar. Siempre la misma historia -dijo Ferguson con frialdad.

Observó la pistola que lo apuntaba. Luego buscó la mirada del policía, entornando los ojos para que su gesto pareciera tan duro como su voz.

– No voy armado -dijo, extendiendo las manos con las palmas hacia arriba-. Y no he hecho nada. No necesita el arma.

Brown no movió la pistola un centímetro y Cowart notó un fugaz asomo de duda y nerviosismo en el rostro de Ferguson, pero al punto se desvaneció. Su voz había sonado como la de un hombre intocable. Cowart miró a Brown y cayó en la cuenta: «No puede tocarlo.»

El asesino se volvió hacia Cowart, ignorando al policía. Esbozó una lenta sonrisa que provocó un escalofrío al periodista.

– ¿Usted también ha venido por lo mismo, señor Cowart? Esperaba la visita del teniente, pero creí que usted habría entrado en razón. ¿O le ha traído algún otro motivo?

– No. Sigo buscando respuestas -le respondió Cowart con voz ronca.

– Pensaba que en nuestra charla del otro día habría encontrado todas las respuestas. No se me ocurre qué otras preguntas puede tener, señor Cowart. Pensaba que las cosas habían quedado bastante claras. -Pronunció las últimas palabras con un tono áspero.

– Las cosas nunca quedan del todo claras -respondió Cowart.

– Bueno -dijo Ferguson señalando a Brown-, ya tiene una respuesta. Acaba de ver cómo se comporta este hombre. Destroza mi puerta y me amenaza con una pistola. Seguro que se está preparando para arrearme otra paliza. ¿Qué piensa sonsacarme a golpes esta vez, teniente?

Brown no respondió.

Cowart negó con la cabeza y dijo:

– Esta vez no habrá errores.

Ferguson montó en súbita cólera y tensó los brazos.

– No puedo decirles nada -les espetó Ferguson.

Dio un paso hacia el periodista, pero se detuvo. Cowart vio que luchaba por mantener el control. Lo logró y se apoyó contra una pared.

– Yo no sé nada. Por cierto, teniente, ¿dónde está su compañero? Si van a darme otra paliza echaré de menos al detective Wilcox. Va a necesitar su ayuda, ¿no le parece?

– Tú sabrás decirme dónde está… -repuso Brown con tono cortante-. Eres la última persona que lo vio.

– ¿No me diga? -Al parecer, Ferguson se había pasado la noche en vela preparando las respuestas, como si supiera lo que iba a suceder aquella mañana. Elevó la voz-. ¿Puedo bajar las manos si vamos a hablar?

– No. ¿Qué le pasó a Wilcox?

Ferguson sonrió de nuevo y, a pesar de la negativa, bajó las manos.

– Y yo qué coño voy a saber. ¿Se ha ido a alguna parte? Espero que al infierno. -Ensanchó la sonrisa con gesto burlón.

– A Newark -dijo Brown.

– Pues Newark es el mismísimo infierno -respondió Ferguson.

El teniente entornó los ojos. Tras una breve pausa, Ferguson dijo:

– Nunca lo he visto por allí. Maldita sea, llegué a Pachoula ayer mismo por la noche. Desde Jersey es un viaje bastante largo. ¿Dice que Wilcox estaba en Newark?

– Él te vio. Te persiguió.

– ¡Alto ahí! Yo de eso no sé nada. La otra noche un blanco pirado empezó a perseguirme, pero no logré verle la cara. En ningún momento se acercó lo suficiente. De todas formas, lo perdí de vista en un callejón. Llovía mucho. No sé qué le pasó. Ya sabe, en mi barrio hay persecuciones a todas horas. No es extraño tener que largarse por piernas en un momento dado. Y le aseguro que no me gustaría estar en el pellejo de un blanco que ande solo de noche por allí, ya me entiende. Es un lugar muy poco recomendable. Allí la gente te arranca el corazón para canjearlo por una raya de coca.

Volvió la mirada hacia Cowart.

– ¿No es así, señor Cowart? Claro que sí, te arrancan el corazón.

Matthew Cowart sintió una ira tan repentina como abrumadora. Miró a Ferguson y la rabia y la frustración lo embargaron. Se acercó a él y le hincó el bolígrafo en el pecho.

– Me mentiste -le espetó-. Me mentiste antes y me estás mintiendo ahora. Tú lo mataste, admítelo. Y también mataste a Joanie. Los mataste a todos. ¿A cuántos? ¿A cuántos, maldita sea?

Ferguson se irguió.

– No diga insensateces, señor Cowart -respondió con fría serenidad-. Ese hombre -señaló a Brown- le ha llenado la cabeza de cosas absurdas. Yo no he matado a nadie. Ya se lo dije el otro día. Y se lo repito ahora.

Volvió la vista hacia el policía.

– No tiene con qué amenazarme, teniente. Absolutamente nada que pueda sostenerse más de un minuto ante un tribunal, nada que cualquier abogado no pueda hacer picadillo. No tiene nada de nada.

– Yo lo tengo todo -dijo Cowart.

Ferguson le lanzó una mirada furibunda y el periodista notó un calor repentino en la cara.

– ¿Cree tener en sus manos algún dato relevante sobre la verdad, señor Cowart? Pues no, no lo tiene.

Ferguson apretó los puños con fuerza.

Brown avanzó echando chispas.

– ¡Que te den por culo, Bobby Earl! Vendrás conmigo a comisaría. Vamos…

– ¿Me está arrestando?

– Sí. Para empezar, por el asesinato de Joanie Shriver, por segunda vez. Y también por obstrucción a la justicia, por ocultación de pruebas y por mentir bajo juramento. Y como testigo material de la desaparición de Wilcox. Con eso tendremos de sobra.

El rostro de Brown parecía de acero. Introdujo la mano libre en el bolsillo de la chaqueta y sacó unas esposas. Elevó el arma a la altura de la cara de Ferguson.

– Ya conoces el trámite. De cara a la pared con las piernas abiertas.

– ¿Me está arrestando? -repuso Ferguson dando un paso atrás. Elevó el tono de voz, la ira volvía a embargarlo-. Ya fui exento de ese crimen. Y el resto no son más que tonterías. ¡No puede detenerme!

El teniente le acercó el arma al entrecejo.

– Mírame -dijo lentamente, el gesto desencajado de rabia-. No deberías haber dejado que te encontrara, Bobby Earl, porque ahora todo ha terminado para ti. En este preciso instante. Se acabó.

– No puede acusarme de nada -insistió Ferguson, riéndose fríamente-. Si pudiera, habría venido aquí con todo un ejército. No habría traído a un miserable periodista cuyas preguntas idiotas no llevan a ninguna parte. -Escupía las palabras como insultos-. Quedaré en libertad, teniente, y usted lo sabe. -Se rió-. Libre como un pájaro.

Pero las palabras de Ferguson contradecían los movimientos nerviosos de su cuerpo. Inclinaba los hombros hacia delante, el ir y venir de sus pies era constante, como si estuviera preparándose para recibir un golpe en un combate de boxeo.

Brown se percató de ello.

– Dame un motivo -dijo-. Sabes que me encantaría.

– No pienso ir con usted -dijo Ferguson-. ¿Tiene una orden?

– Vendrás conmigo -siseó Brown-. Quiero ver cómo vuelves al corredor de la muerte, ¿me oyes? Ése es tu sitio. Esto se acabó.

– Nunca se acabará -respondió Ferguson, retrocediendo.

– ¡Nadie irá a ninguna parte! -exclamó una voz quebrada.

Los tres hombres se volvieron.

Cowart vio los dos cañones de la escopeta antes que a la menuda y enjuta abuela de Ferguson. Apuntaba con el arma a Tanny Brown.

– Nadie irá a ninguna parte -repitió-. Y mucho menos al corredor de la muerte.

Brown desvió rápidamente su pistola hacia el pecho de la mujer, agazapándose mientras lo hacía. Ella llevaba un fantasmal camisón blanco que ondeaba en torno a su figura cada vez que se movía. Tenía el pelo recogido y los pies descalzos. Era como si hubiera cambiado la comodidad de su cama por una pesadilla. Apretaba la culata del arma bajo el brazo, apuntando al policía, exactamente igual que había hecho el día que disparó a Cowart.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Juicio Final»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Juicio Final» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Katzenbach - La Guerra De Hart
John Katzenbach
Ferran Torrent - Juicio Final
Ferran Torrent
John Katzenbach - Juegos De Ingenio
John Katzenbach
libcat.ru: книга без обложки
John Katzenbach
John Katzenbach - Just Cause
John Katzenbach
John Katzenbach - The Wrong Man
John Katzenbach
John Katzenbach - La Sombra
John Katzenbach
John Katzenbach - W słusznej sprawie
John Katzenbach
John Katzenbach - La Historia del Loco
John Katzenbach
John Katzenbach - El psicoanalista
John Katzenbach
Отзывы о книге «Juicio Final»

Обсуждение, отзывы о книге «Juicio Final» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x