John Case - Código Génesis
Здесь есть возможность читать онлайн «John Case - Código Génesis» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Código Génesis
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:4 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Código Génesis: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Código Génesis»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Código Génesis — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Código Génesis», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
La segunda parte del libro de Baresi se concentraba en el papel de las reliquias dentro del cristianismo. La creencia en el poder mágico de las reliquias cristianas para exorcizar demonios y curar enfermedades ya estaba profundamente arraigada en el siglo iv. Y no era de extrañar que la popularidad de las reliquias creciera con el paso de los siglos, pues se trataba de una representación de poder fácilmente asimilable por el vulgo. En el siglo ix ya existía una red especializada de comercio, con base en Roma, que vendía reliquias sagradas por toda Europa. En la Edad Media casi todas las iglesias, por pequeñas que fueran, custodiaban en elaborados relicarios un fragmento de hueso, una uña o un diente de algún santo o mártir. La búsqueda de reliquias estaba tan extendida y la fe en sus poderes era tan fuerte que surgieron buscadores que acechaban a posibles santos y mártires, sobre todo si estaban enfermos, y que hervían sus cuerpos al morir para llevarse todos los huesos.
Las reliquias más poderosas eran las relacionadas con la Virgen María y con Jesucristo. El prepucio de Cristo estaba repartido entre los lujosos relicarios de media docena de iglesias. Y lo mismo ocurría con su pelo, su cordón umbilical, sus dientes de leche, sus uñas y hasta su sangre y sus lágrimas. El cabello de la Virgen María se podía encontrar en multitud de iglesias, al igual que frascos con la leche de su pecho; hasta había piedras blanqueadas por el contacto con la leche virginal. En cuanto a las reliquias de la pasión, había innumerables clavos, espinas de la corona de Cristo, incluso la corona entera, tres lanzas distintas con las que Cristo había sido herido en el costado y varios trozos de tela impregnados con su sudor, además del famoso sudario de Turín. Había fragmentos de la lápida de mármol de la tumba de Cristo, telas, sandalias y cualquier objeto imaginable que pudiera haber estado enterrado con él. Eso sí, no había ni huesos ni dientes, pues todo su cuerpo había ascendido a los cielos.
Baresi mencionaba algunos de los milagros atribuidos a varias reliquias. Aunque existían claros ejemplos fraudulentos -como demostraba el hecho de que hubiera suficientes fragmentos de madera de la cruz como para construir, no una, sino multitud de casas, -la creencia en el poder de las reliquias era tan primitiva y básica que la idea de que no existieran reliquias verdaderas de Cristo era un desafío al sentido común. Baresi argumentaba que, si la gente moderna era capaz de creer en algo tan inmaterial como que una aparición de la Virgen podía dar a conocer el emplazamiento de una fuente de aguas milagrosas, entonces resultaba absurdo pensar que ninguno de los numerosos seguidores de Cristo hubiera preservado reliquias auténticas de alguien que, después de todo, era un dios viviente.
Para finalizar, Baresi argumentaba que el ritual de la eucaristía, donde el vino y la hostia se transforman en la sangre y el cuerpo de Cristo, era una práctica basada en las primitivas creencias animistas del poder de las reliquias. La transubstanciación no era más que una transformación espiritual de la reliquia simbólica, el vino, en la reliquia auténtica, la sangre.
(Nota: He obtenido la mayoría de la información de una tesis doctoral, escrita en 1989, por una estudiante de la Universidad de Georgetown. Se llama Marcia A. Ingersoll. Si desea más información, tengo su dirección. Deva.)
CAPÍTULO 33
Durante la semana siguiente, Lassiter apenas progresó nada.
El investigador que habían contratado en Maine informó que no había nacido nadie con el nombre de Marie A. Williams en ese estado el 8 de marzo de 1962.
– Puede que se cambiara el nombre -sugirió el investigador por teléfono. -De ser así, no podemos hacer nada. Los cambios de nombre no aparecen en el registro, y no puedo buscar a todas las niñas nacidas en Maine el 8 de marzo del 62. Lo que sí he hecho es buscar a Mary Williams, por si el nombre propio estaba mal escrito.
– ¿Y qué ha encontrado?
– Aparecieron diecisiete desde 1950, y cuatro de ellas tienen un segundo nombre que empieza por A. Pero no se emocione demasiado: ninguna de ellas es la que buscamos. Los cumpleaños no coinciden. La edad no coincide. No coincide nada.
No había nada más que hablar. En cuanto a Gus Woodburn y Gary Stoykavich, no había nuevas noticias. La única información nueva le había llegado de manos de un joven empleado del departamento de investigación: una caja llena de información sobre Calista Bates, que incluía una selección del material recibido de la agencia Katz y Djamma. Era una recopilación caótica de artículos de Internet, recortes de revistas y periódicos, vídeos, fotos y guiones. Además, incluía el testimonio de Calista en el juicio contra su agresor y las entrevistas que había concedido a las revistas Rolling Stone y Premiere y a un programa de televisión.
El empleado de Lassiter se disculpó.
– Hemos intentado organizado de varias maneras, pero como no sabemos lo que está buscando exactamente… -Se encogió de hombros y añadió: -Al final lo hemos puesto todo por orden cronológico.
– Está bien -contestó Lassiter. -Yo tampoco sé lo que estoy buscando. No lo sabré hasta que lo encuentre. Así que supongo que tendré que leerlo todo.
Y eso hizo. Lo leyó todo. Desde reseñas de la revista Cinema Aujourd’hui hasta los increíbles reportajes publicados por las revistas sensacionalistas sobre sus aventuras amorosas. Se enteró de cuánto dinero había ganado con cada una de sus películas, cuál era su flor favorita, cuál era su organización humanitaria preferida y lo que opinaba sobre la comida orgánica: era partidaria de ella. Se enteró de todos los sitios donde supuestamente había sido vista después de su desaparición: en una discoteca de Nueva Jersey, en un fumadero de opio de Chiang Mai y además en todos los sitios que uno pudiera imaginar. «Está en una clínica suiza, muñéndose de una enfermedad degenerativa que desfigura el cuerpo.» «Ejerce la prostitución en un antro de mala muerte en Calcuta.» Resumiendo, aunque todavía le quedaba mucho por leer, tenía la sensación de saberlo todo sobre Calista Bates, menos dónde había nacido, dónde vivía y cómo se hacía llamar actualmente.
Por las noches veía vídeos de sus películas. Los vio todos, tumbado en el salón de su casa con Buck y Pico. Salir a correr resultaba imposible, ya que las calles estaban enterradas bajo una gruesa capa de nieve y hielo, así que se dedicaba a hacer abdominales con sus niñeras.
Calista era un verdadero camaleón cinematográfico. Probablemente por eso había conseguido desaparecer con tanta facilidad. Por muy distintos que fueran los personajes que interpretaba en cada película, por muy distinta que fuera su edad o su forma de vestir, Calista siempre conseguía que resultaran creíbles.
A lo mejor era eso lo que hacía de ella una gran actriz; aunque puede que no. La realidad era que, como en tantos otros casos, Calista Bates no se había convertido en una auténtica estrella hasta que desapareció: otra brillante carrera desaprovechada por una muerte prematura.
O por una desaparición prematura.
Sus interpretaciones tenían una gran autoridad que quedaba patente al acabar la película. No se notaba que estaba actuando. Nunca se tenía la sensación de estar viendo una representación. Y no era solamente su belleza lo que enganchaba al espectador. Por el contrario, su atractivo físico a menudo quedaba oscurecido por los papeles que elegía: la juglar punki en Flautista, la ama de casa tontita en Lila de día o la científica estrecha en Lluvia de meteoritos.
Lassiter se acordó de que tenía que llamar a un científico llamado David Torgoff. Según Deva, Torgoff ya había colaborado con ellos en una ocasión como testigo experto en un caso cuyo desenlace dependía de las pruebas periciales del ADN. Era un profesor de microbiología del Instituto Tecnológico de Massachussets conocido por su lenguaje simple, o, lo que es lo mismo, una contradicción viviente. Como tal, parecía la persona indicada para guiar a Lassiter a través de la niebla polisilábica de las investigaciones genéticas de Baresi. Las palabras clave en este caso eran «lenguaje claro».
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Código Génesis»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Código Génesis» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Código Génesis» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.