Ian Rankin - Una cuestión de sangre

Здесь есть возможность читать онлайн «Ian Rankin - Una cuestión de sangre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una cuestión de sangre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una cuestión de sangre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un antiguo miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército irrumpe en un acto de locura en un colegio privado del norte de Edimburgo, mata a dos alumnos de diecisiete años y acto seguido se suicida. Tal como dice el inspector Rebus «No hay misterio» salvo en el móvil. Interrogante que le conduce al corazón de una pequeña localidad conmocionada por la tragedia. Rebus, que también ha servido en el Ejército, fascinado por la figura del asesino, comprueba que una investigación militar del caso entorpece la suya. Al ex comando no le faltaban amigos ni enemigos: desde personajes públicos hasta jóvenes góticos de atuendo negro y oscuros habitantes de la pequeña localidad cuyas vidas transcurren en un trasfondo de secretos y mentiras. Pero Rebus tiene que hacer también frente a sus propios apuros. Un malhechor, que acosa a su amiga y colega Siobhan Clarke, aparece muerto en su casa tras un incendio cuando el mismo Rebus acaba de salir del hospital con las manos totalmente quemadas.

Una cuestión de sangre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una cuestión de sangre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Eran unos gilipollas.

– ¿Y eso es una razón?

– James -intervino el padre-. No quiero que sigas declarando.

– Tenían que morir -añadió el hijo sin hacerle caso.

Jack Bell se quedó boquiabierto y mudo mientras su hijo daba vueltas sin cesar al vaso de agua.

– ¿Por qué tenían que morir? -preguntó Rebus con voz tranquila.

– Ya lo he dicho -contestó el muchacho encogiéndose de hombros.

– Porque no te gustaban -aventuró Rebus-. ¿Sólo por eso?

– Muchos chicos como yo han matado por menos. ¿O es que no ven los telediarios? Estados Unidos, Alemania, Yemen… A veces basta con que no te gusten los lunes.

– Ayúdame a entenderlo, James. Ya sé que teníais distintos gustos musicales…

– No sólo en música: en todo.

– ¿Veíais la vida de forma distinta? -aventuró Hogan.

– Tal vez en cierto modo querías impresionar a Teri Cotter -añadió Rebus.

– No la meta en esto -replicó James lanzándole una mirada iracunda.

– Es difícil no hacerlo, James. Al fin y al cabo, Teri te dijo que le obsesionaba la muerte, ¿no es cierto? -El muchacho guardó silencio-. Yo creo que te obnubilaste un poco con ella.

– ¿Usted qué sabe? -replicó desdeñoso el adolescente.

– En primer lugar estuviste en Cockburn Street haciéndole fotos.

– Yo hago muchas fotos.

– Pero la suya la guardabas en ese libro que le prestaste a Lee Herdman. No te gustaba que se acostase con ella, ¿verdad? Ni te gustó que Jarvies y Renshaw te dijeran que habían entrado en su página y la habían visto en su dormitorio. -Rebus hizo una pausa-. ¿Qué tal voy? -añadió.

– Es muy listo, inspector.

Rebus negó con la cabeza.

– No; hay muchas cosas que no sé, James. Y espero que tú puedas llenar las lagunas.

– No tienes por qué decir nada, James -gruñó el padre-. Eres menor y hay leyes que te protegen. Has sufrido un trauma y ningún tribunal… -Miró a los policías-. ¿No debería hablar en presencia de un abogado?

– No lo necesito -espetó el muchacho.

– Tienes que aceptarlo -replicó el padre horrorizado.

– Tú ya no pintas nada, papá -añadió el hijo-. ¿No te das cuenta? Ahora soy yo el protagonista. Soy yo quien te va a hacer salir en la primera página de los periódicos, pero por los peores motivos. Y por si no lo sabes, no soy menor: tengo dieciocho años. Tengo edad para votar, y para muchas cosas -añadió como si esperase la réplica del padre, pero al no producirse, se volvió hacia Rebus-. ¿Qué es lo que quiere saber?

– ¿Tengo razón respecto a Teri?

– Yo sabía que se acostaba con Lee.

– Cuando le prestaste el libro, ¿dejaste deliberadamente en él la foto?

– Supongo.

– ¿Esperando que la viese y que reaccionase? -preguntó Rebus; el joven se encogió de hombros-. Tal vez te bastaba con que se enterara de que a ti también te gustaba. -Rebus hizo una pausa-. Pero ¿por qué ese libro concretamente?

James le miró.

– Porque Lee quería leerlo. Conocía la historia de aquel hombre que se había tirado de un avión. Él no era… -añadió sin encontrar las palabras adecuadas. Lanzó un suspiro-. Tiene que pensar que era un hombre muy desgraciado.

– ¿Desgraciado en qué sentido?

James encontró la palabra:

– Obsesionado -dijo-. Ésa era la impresión que daba. Obsesionado.

Se hizo un silencio que rompió Rebus.

– ¿Cogiste la pistola en el piso de Lee?

– Eso es.

– ¿Él no lo sabía?

James Bell negó con la cabeza.

– ¿Tú sabías que tenía una Brocock? -preguntó Hogan sin levantar la voz.

El muchacho asintió con la cabeza.

– ¿Y por qué se presentó en el colegio? -inquirió Rebus.

– Le dejé una nota, pero no esperaba que la leyera tan pronto.

– ¿Cuál era entonces tu plan, James?

– Entrar en la sala común, donde solían estar ellos dos solos, y matarlos.

– ¿A sangre fría?

– Exacto.

– ¿A dos chicos que no te habían hecho nada?

– Dos menos en este mundo -replicó el adolescente encogiéndose de hombros-. Total… en comparación con los tifones, huracanes, terremotos, hambrunas…

– ¿Por eso lo hiciste, porque daba igual?

James Bell reflexionó un instante.

– Tal vez -contestó.

Rebus miró la alfombra intentando dominar la ira que le invadía. «Un familiar de mi misma sangre…»

– Todo sucedió muy rápido -añadió James Bell-. Me sorprendió lo tranquilo que estaba. Pum, pum: dos cadáveres… En el momento en que disparaba sobre el segundo entró Lee y me miró fijamente. Yo también a él. Estábamos los dos desconcertados -añadió sonriendo al recordarlo-. Luego, él estiró el brazo con la mano abierta para que le entregara la pistola y yo se la di. -Dejó de sonreír-. Lo que menos me imaginaba era que el gilipollas iba a disparársela en la sien.

– ¿Por qué crees que lo hizo?

James Bell negó lentamente con la cabeza.

– He intentado dar una explicación… ¿Usted qué cree? -añadió implorante, como si necesitara saberlo.

Rebus tenía varias hipótesis: porque era el dueño de la pistola y se sentía responsable, porque el incidente atraería a equipos de investigadores profesionales, incluidos los del Ejército… y porque era una solución.

Porque ya no vivía obsesionado.

– Y después tú cogiste la pistola y te disparaste en el hombro -dijo Rebus enfatizando las palabras-. ¿Y luego volviste a colocársela en la mano?

– Sí. En la otra mano llevaba la nota que yo le había dejado, y se la quité.

– ¿Y las huellas dactilares?

– Limpié la pistola con la camisa, como en las películas.

– Pero cuando llegaste allí para matarlos, deberías ir decidido a que todos lo supieran. ¿Por qué cambiaste de idea?

El muchacho se encogió de hombros.

– Porque surgió la oportunidad. ¿Sabemos en realidad por qué hacemos las cosas cuando nos arrastra un impulso? A veces nos dejamos llevar por los instintos. Los malos pensamientos… -añadió volviéndose hacia su padre.

Y en ese momento su padre se lanzó sobre él para agarrarle del cuello y los dos cayeron del sofá rodando por el suelo.

– ¡Maldito cabrón! -gritó Jack Bell-. ¿Sabes lo que has hecho? ¡Esto es mi ruina! ¡Has destrozado mi carrera!

Rebus y Hogan los separaron; el padre continuó rezongando y profiriendo maldiciones mientras el hijo, más bien sereno, observaba atento aquella ira incoherente como si fuese algo que deseara conservar como un valioso recuerdo. Se abrió la puerta y apareció Kate. A Rebus le asaltó el deseo de obligar a James Bell a arrodillarse ante ella para que la pidiera perdón. La joven contempló la escena.

– ¿Jack…? -dijo a media voz.

Jack Bell, a quien Rebus sujetaba con fuerza por detrás, la miró como si fuera una extraña.

– Vete, Kate -dijo el diputado-. Márchate a tu casa.

– No entiendo…

James Bell, sin oponer resistencia a Hogan, que le agarraba, miró hacia la puerta y luego hacia donde estaban su padre y Rebus. En su cara se esbozó lentamente una sonrisa.

– ¿Se lo decís vosotros o se lo digo yo…?

Capítulo 25

– No puedo creerlo -volvió a decir Siobhan.

La llamada de Rebus se había prolongado durante todo el trayecto desde la comisaría al ya cercano aeródromo.

– A mí también me cuesta creerlo.

Iba por la A 8 en dirección oeste. Miró el retrovisor y puso el intermitente para adelantar a un taxi en el que viajaba un hombre de negocios que leía tranquilamente el periódico antes de coger el avión. Siobhan sintió ganas de parar en el arcén, salir del coche y gritar para desahogar la confusión de sentimientos que la embargaban. ¿Era por la excitación de que se hubiera resuelto el caso? Dos en realidad: el caso Herdman y el homicidio de Fairstone. ¿O era por la frustración de no haber estado presente?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una cuestión de sangre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una cuestión de sangre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ian Rankin - Fleshmarket Close
Ian Rankin
Ian Rankin - Hide And Seek
Ian Rankin
Ian Rankin - En La Oscuridad
Ian Rankin
Ian Rankin - Resurrection Men
Ian Rankin
Ian Rankin - Aguas Turbulentas
Ian Rankin
Ian Rankin - The Complaints
Ian Rankin
Ian Rankin - Mortal Causes
Ian Rankin
Ian Rankin - Strip Jack
Ian Rankin
Ian Rankin - Westwind
Ian Rankin
Отзывы о книге «Una cuestión de sangre»

Обсуждение, отзывы о книге «Una cuestión de sangre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x