– El pequeño Pete no respetaba ni a sus mayores -añadió Milo-. Le permitieron entrar en el negocio y acabaron muertos.
Leí por segunda vez el informe del juez de instrucción. La respiración se me cortó y se me hizo un nudo en el pecho. Dejé que el aire saliera lentamente.
– ¿Hemos pasado algo por alto? -preguntó Milo.
– La llamada anónima no fue nunca comprobada. Que alguien encontrara un cuerpo porque sí a esas horas es poco probable. ¿No sentirías curiosidad?
– Yo la investigaría -respondió Petra.
– Roger era un criminal y un tío raro, a nadie le preocupaba quién se había ocupado de él. ¿Por qué tú sí? -replicó Milo.
– Ten paciencia conmigo. Es poco probable que fuera un transeúnte, la suposición más lógica sería un vecino. El cuerpo de Bandini fue encontrado en un edificio en dirección este del dúplex de Patty. Seguramente Patty no quería que Tanya se despertara y viese aquello.
– Y Patty sabía que allí fuera, en la calle, había un cadáver porque… -intervino Petra.
– Mató a un hombre cerca -dije.
Milo y Petra se miraron.
– Estaba cualificada para drogar a Bandini -apunté-. Pensadlo: su sangre estaba colapsada con anfetas y Valium, había estado chutándose metanfetaminas desde hacía años, pero no se menciona que se encontraran sedantes en ningún lugar de su chaqueta. El Valium es muy común en los hospitales.
Milo arrugó el rostro.
– Algo más que la búsqueda de datos de Isaac no obtendría, porque fue catalogada como muerte accidental -dije.
– ¿Cuál sería el móvil de Patty? -preguntó Petra-. ¿Y cómo crees que sucedió?
– A menos que encontremos a De Paine y cante, puede que nunca conozcamos los detalles. En mi opinión, él y Bandini estaban presionando a Patty para la prescripción de drogas. Él sabía que era enfermera porque había cuidado a su padre y ahora que era la inquilina de su madre, intentó aprovecharlo. Quizá empezó sonsacándole, ella opuso resistencia y ejerció más presión. La forma más efectiva pudo ser amenazar a Tanya, de forma encubierta o no.
– ¿Patty habría cedido?
– Puede que lo hiciera, por miedo -contesté-. Quizá tuvo serias sospechas, como los Stark.
Petra frunció la sien y dijo:
– ¿Se preguntaba qué había sido de las chicas?
– Si De Paine silenció a Jordan porque sabía algo de las chicas, ¿cómo podía haberlo averiguado Jordan? Patty debió hablar con él sobre su díscolo hijo.
– Esto comienza a ponerse cada vez mejor, ahora resulta que un montón de gente sabía lo de las chicas.
– Cuando los Stark se quejaron -continuó Milo-, el departamento los ignoró, ¿por qué alguien más pensaría en dar la cara? ¡Jesús!
Petra tenía cara de: «Tierra… trágame.»
– Esto hace que me sienta orgullosa de ser un especialista que lucha por el cumplimiento de la ley… Alex, ¿de verdad crees que Patty pudo provocarle una sobredosis a alguien de forma premeditada? Y sigo con la misma pregunta: ¿cómo lo hizo?
– Supongamos que Bandini y Pete estaban detrás de los robos nocturnos y que Bandini lo intentara con Patty. Trae su equipo una noche, a altas horas, corta el candado y empieza a buscar drogas. Patty se despierta y se enfrenta a él, utiliza su arma para hacerle retroceder. Patty no llamaría a la Policía porque eso no solucionaría el problema de forma permanente. Bandini se quedaría fuera por el momento, pero quizá podía regresar. Así que tranquiliza la situación ofreciéndole un pacto a Bandini que no pueda rechazar.
– Yo te proporciono tu dosis y, si te comportas, habrá más en adelante -replicó Milo-. Pero no te acerques merodeando por mi casa de noche. Un drogadicto enfermo lo habría aceptado. Él se sienta en la cocina, ella prepara la aguja, Bandini espera su dosis de anfetas, pero en lugar de eso, ella le prepara un cóctel.
– Con la escasa experiencia que tenía en sedantes, una cantidad así de Valium pudo pararle de golpe el corazón.
– Puedo imaginarme que Patty tuviera Valium -añadió Milo-, resultaría fácil sacarlo del hospital. Pero, ¿dónde encontró metadona?
– El análisis de toxicología mencionaba las anfetaminas, no especificaba. Muchos estimulantes con receta podrían causar ese efecto. Un segundo test podría haber sacado algo más específico, pero nadie pensó que era necesario.
– Sigo imaginándomelo -intervino Petra-. Le suministra la dosis, se sienta y ¿lo ve morir?
– Bandini entró en su casa -afirmó Milo.
– Sigue siendo muy frío. Y si tenía las anfetas y los sedantes preparados, lo tenía bien planeado.
Se hizo el silencio en la habitación.
– Patty se confiesa a Tanya y le dice que mató a un tipo -dijo Milo-. Nosotros éramos los únicos que creíamos que lo decía en sentido figurado. Y qué demonios, si Alex tiene razón sobre lo que la condujo a hacerlo, un allanamiento de morada con nocturnidad, las chicas desaparecidas, presuntas amenazas a Tanya, tengo la conciencia tranquila si digo que fue justificado.
– Pasara lo que pasara -alegó Petra-, la mujer ya no está entre nosotros, no tiene sentido juzgarla… volvamos al escenario por un segundo. Bandini la palma, Patty tiene un cadáver, lo saca a la calle, espera unos minutos y llama por teléfono… supongo que cuadra.
– Seguro que cuadra la cuadratura del círculo -replicó Milo.
Petra sonrió ligeramente.
– Tú y tus juegos de palabras, señor «Don Lenguaje» -respondió ella.
– «Teniente Don Lenguaje.», Empezaron a bromear uno con el otro y dejaron de pensar en Patty.
– Habría algo más que cuadraría -añadí-, las herramientas que utilizaba Bandini para entrar en las casas fueron encontradas bajo su cadáver, lo que coincide con la idea de que alguien quería simular la muerte por sobredosis de un chico malo. Pero no se hace ninguna mención a marcas de aguja en su cuerpo, ni en el expediente del juez de instrucción ni en el de la Policía. O nadie buscó si había pinchazos.
Petra examinó los dos informes. Hizo un movimiento de negación con la cabeza.
– Nadie comprobó si había marcas de pinchazos recientes en los brazos del tipo. Vaya, hombre, esto sí que fue de lo mejorcito que han hecho los agentes de la ley. -Se dirigió a Milo- ¿Conoces a este tal Rahab?
– No.
– Quizá Stu sí…, aunque no es que valga la pena remover la mierda del pasado… Otra pregunta, Alex: si Patty mató a Bandini, me imagino que dejaría allí sus herramientas para mostrar que era un mal tipo y además, añadir alguna pequeña distracción. Pero, ¿por qué no hizo lo mismo con la aguja?
– Sus huellas estaban en la aguja -contesté-. Puede que le preocupara no poder limpiarlas totalmente o que hubiera alguna manera de que la aguja condujera a la poli hasta el Cedars y hasta ella. O simplemente se olvidó. Era una simple aficionada.
– Proteger a su pequeña… mamá osa se vuelve agresiva -apuntó Petra.
Su propia madre murió al dar a luz de ella.
– Volvamos a pensar que matara a Bandini en primer lugar -intervino Milo-. Si pretendía proteger a Tanya, ¿por qué dejó vivir a Pete?
– Él era joven y no estaba relacionado con los robos -respondí-, al menos directamente. Tener a alguien que hiciera por él el trabajo sucio es coherente con todo lo que sabemos de él. Quizá Patty lo sabía y se imaginó que él no la molestaría por sí solo.
– Además -añadió Petra-, está la conexión personal con su padre.
– La vieja jerarquía del caos -dijo Milo-: está bien matar a un coyote, pero a la prole de tu vecino no, tuvo remordimientos.
– O con un asesinato tuvo más que suficiente -afirmó Petra.
– Ver cómo se apaga una persona puede frenar considerablemente tu entusiasmo -argumentó Milo.
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