Hugo Ardiles - Regreso Al Tíbet

Здесь есть возможность читать онлайн «Hugo Ardiles - Regreso Al Tíbet» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Regreso Al Tíbet: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Regreso Al Tíbet»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Regreso Al Tíbet — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Regreso Al Tíbet», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Roberto se sobresaltó y confundido le contestó: "Usted…". "No", le respondió Baba, y del aire sacó un gran anillo con el rostro de Jesús y se lo entregó. Roberto usa permanentemente ese anillo en Buenos Aires.

En el año siguiente, Roberto tuvo un accidente viajando en su auto a Pinamar por una ruta de tierra que tomó para acortar camino. Como había llovido un poco en la zona, resbaló, su coche hizo un trompo y milagrosamente se detuvo y volvió a colocarse derecho en la ruta. Frente a él, sobre el camino, estaba de pie Sai Baba. Cuando me lo contaba se emocionó mucho y se le humedecieron los ojos. Y agregó con pudor: "No sé si fue imaginación mía, pero él estaba allí…"

Nos pasan cosas maravillosas y después no sabemos si fue cierto o no… A los hindúes no les sucede lo mismo. Un Sai Baba hace milagros y ellos están seguros de que él está allí para que escuchemos su mensaje y aprendamos sus enseñanzas, porque si hace esos milagros es porque es un enviado de Dios. A los hindúes no les da vergüenza sus creencias ni tienen que explicar y buscar pruebas y comprobaciones cuando hablan de reencarnación o de milagros. Esto forma parte de la trascendencia que dan a cada momento de sus vidas. Los tibetanos, por su parte, ni siquiera hablan de esto porque no se imaginan que alguien pueda dudar de lo que ellos sienten o creen.

Sai Baba pasó solemnemente ante mi vista y ante miles de personas que se levantaron a las cuatro y media de la mañana para hacer colas larguísimas y así poder entrar al jardín y sentarse en el pasto para verlo lo más cerca posible. Con una túnica larga, de mangas cortas y muy anchas, con su frondosa cabellera oscura que rodeaba su cara como un halo luminoso, con rostro sonriente y estático, como mirando la eternidad, se desplazaba por un sendero elevado para que todos lo pudiéramos ver. De vez en cuando recibía una carta con algún pedido, der ramaba su ceniza milagrosa ("bibuti") sobre la cabeza de alguien o levantaba suavemente su mano derecha y de ella brotaba gran cantidad de caramelos que como fuegos artificiales se abrían en abanico por el aire… y yo pensaba: "Si yo llevara un kilo de caramelos en mi mano y los tirara para arriba, no llegarían ni a un metro de altura y caerían todos en el mismo lugar…"

Leí alguno de sus libros y me maravilló la sencillez con que enseñaba que Dios era uno, que todas las religiones eran una misma con modalidades diferentes, como diferentes somos los hombres… y repetía las mismas maravillas que todos los grandes Maestros de la humanidad nos han enseñado de mil formas distintas, pero a veces no sabemos oírlas… y muchas veces las olvidamos.

Pero cuando se refería a sí mismo tenía un tono de altanería que me sorprendía… y me molestaba.

En una oportunidad, los guardias del ashram me pidieron que me detuviera antes de cruzar una de las calles cerca de la puerta de salida, tras la cual se veía gente pobremente vestida, esperando que los turistas les dieran limosnas al salir. Dentro del ashram no los dejaban entrar: Sai Baba solía decir que no había que dar limosnas sino enseñarles a vivir. Me detuve en el borde de la calzada y frente a mí pasó un hermoso Mercedes Benz verde oscuro, dentro del cual iba Sai Baba sentado en el asiento de atrás, con las ventanillas cerradas. Sentí un estrujón en el corazón aunque no podía darme una explicación racional de lo que me pasaba. ¿Hubiera preferido que saliera sentado en la giba de un camello o en el lomo de un burro…? ¿Por qué me parecía lógico, en cambio, que el presidente de Francia viajara en una limusina negra por las calles de París…?

Recuerdo que el Dr. Martínez Bouquet, cuando volvió de aquel congreso de Psicología Transpersonal en la India, contó sonriente que cuando fueron a visitar al Dalai Lama en Dharamsala (India), mientras esperaban que llegara Su Santidad, un monje alto y levemente encorbado, se puso a arreglar las sillas para ellos. Cuando terminó de acomodarlas les pidió que se sentaran y se presentó como el Dalai Lama. La humildad de los lamas tibetanos contrasta con la solemnidad y el boato de los swamis hindúes. Lo mismo sucede con los ritos católicos: alrededor de los grandes representantes de la Iglesia se forma un clima de solemnidad y de secreto que hace que la persona quede oculta tras su rol grandilocuente. Los grandes maestros, en cambio, se muestran como son, sin pompa ni ocultamiento, porque lo importante de ellos es lo que transmiten con su persona y con el ejemplo de su vida…

La presencia y la persona de Sai Baba me impresionaron muchísimo y me cautivaron sobremanera, pero quedé con la convicción de que mi línea espiritual era la budista tibetana y no la hindú, como ya lo había confirmado antes con las regresiones a vidas pasadas hechas en Buenos Aires.

Vuelvo a pensar en la necesidad de los hombres de creer en lo sobrenatural y de ver milagros, en la necesidad de creer en algo superior a los mismos seres humanos. ¿Será una necesidad o una intuición de que todo lo que vemos es sólo el reflejo de lo trascendente, manifestado en lo concreto que miramos y tocamos? Al mismo tiempo, nuestro intelecto pide pruebas y más pruebas sin que nos demos cuenta de que las cosas pasan por planos diferentes: lo que sentimos con las emociones funciona en un nivel al que difícilmente tendrá acceso el intelecto con su intento de saber y comprobar. La fe es emocional, no racional. No le sirven las explicaciones ni las comprobaciones. Comprobamos, miramos, tocamos y pedimos pruebas. Al día siguiente nos olvidamos de esa vivencia y no estamos seguros si fue cierto o nos habíamos sugestionado, o habíamos tenido una alucinación. ¿Y la sugestión, la alucinación y la ilusión, no son acaso formas de emoción, como lo es lo que impulsa a la creatividad de un músico o un pintor? ¿La videncia, la precognición, la visión de un Maestro durante la meditación o la oración, no son acaso formas de nuestra mente? Aunque diferentes del intelecto, con el que aprendemos, recordamos o sabemos, y que necesita de la lógica para avalar todo lo que nos sucede.

Un sacerdote que venía a nuestra escuela a hacer gimnasia me contaba que había incorporado en sus oraciones matutinas algunos ejercicios y asanas del yoga antes de ponerse a orar. "Cuando oro sin la gimnasia, me decía, siento que todo pasa por la cabeza. Cuando hago las oraciones después de moverme y de relajarme, toda mi energía se pone en juego y puedo comunicarme de verdad con el contenido de mis oraciones."

Vuelve a mí lo que conversé una vez con un abogado hindú que conocí en Kathmandú. Era además periodista y dirigía una revista con contenido social. Con su profunda espiritualidad hinduista vivía cada momento de su vida con un sentido trascendente, de modo que lo que salía de su boca no eran necesariamente palabras religiosas sino que transmitía la verdad de lo que sentía. "Nos han enseñado que los dioses que cuidan y dirigen a los seres humanos están siempre dispuestos a ayudar-nos. Sólo hace falta pedirles para que ellos, presurosos, acudan a satisfacernos. Pero es necesario que antes los alabemos y les hagamos ofrendas para predisponerlos en nuestro favor. Los dioses no necesitan las flores que podamos regalarles ni las hermosas palabras que podamos dirigirles, pero nosotros sí necesitamos decir y regalar. Es el acto de fe, de devoción y de amor lo que nos beneficia y nos predispone a obtener lo que le pedimos." Nosotros, occidentales e intelectuales dualistas agregaríamos: "De modo que no es Dios el que me concede mi pedido sino el estado mental en el que me pongo durante mi oración o cuando pido algo con devoción lo que me permite acceder a lo deseado".

Es muy particular la insistencia con la que algunos Maestros hablan de la devoción. ¿Cuál es la importancia de la devoción? ¿Por qué se insiste tanto en ella en las religiones? El religioso precisa una figura a la cual respetar, adorar o rogarle para lograr lo que necesita o cuando sufre alguna miseria de las que padecemos a diario. Pero, además, el religioso necesita sentir que aquel ser a quien dirige sus oraciones es muy superior a él mismo y tiene toda la bondad que él espera de los seres a quienes ama. Debe visualizado con poder infinito. Un lama nos explicaba cierta vez: "Si usted siente y cree de ver-dad que la mujer que ama es maravillosa, que es la más hermosa que conoció, la que tiene más bondad y capacidad para atender a sus necesidades y deseos, usted va a ser el más dichoso y feliz de los hombres sobre la tierra. De la misma manera, si concibe, siente y cree de verdad que su Maestro, el ser en quien confía y a quien dirige sus oraciones es sabio, perfecto, amoroso y que lo ama a usted con toda la fuerza que usted necesita, seguramente encontrará lo que busca para su vida. Tiene que llegar a sentir que su Maestro es maravilloso y entonces le pasarán cosas que de ninguna manera le sucederían si cree que él tiene defectos y no es capaz de ayudarlo".

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Regreso Al Tíbet»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Regreso Al Tíbet» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Regreso Al Tíbet»

Обсуждение, отзывы о книге «Regreso Al Tíbet» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x