– Miles y miles de pájaros cantores y aves marinas, ¿te puedes imaginar lo que parece, miles de aves alimentándose en la orilla? -Ella había sacudido su cabeza, y la cola de caballo negra se había balanceado seductoramente-. Estoy pensando en llevar una furgoneta con niños el año próximo. Si estás en casa de la universidad, tal vez te gustaría ir.
Había asentido. Seguro. Por supuesto, iré… Iré a todas partes contigo.
Pero por supuesto, no lo había hecho. Oh, había llegado a casa desde la universidad en mayo, pero no hubo viaje a Cape May, con Jenny ese año. O cualquier año después.
– Tú te lo buscaste, Jenny.
Dijo las palabras en voz alta, seguro de que ella lo había escuchado.
Su pensamiento giró hacia Cass. Ella le había arruinado las cosas una vez más. Primero con Jenny, luego con la otra.
Suspiró profundamente. Iba a tener que ser castigada. Tal vez si la eliminaba, sería bueno, al igual que hacer borrón y cuenta nueva.
Encontró la imagen de hacer borrón y cuenta nueva con la sangre de la hija de Jenny muy atractiva.
Quizá entonces él podría encontrar lo que había estado buscando y podrían estar juntos para siempre. Ella no trataría de huir de él, y él no la habría herido.
Bueno, simplemente iba a tener que ocuparse de ella, de una vez por todas.
Tomó una rama baja de un árbol y la quebró.
Crack. Justo así.
– Annie. -Rick estaba de pie en la única escalinata de ladrillo que pasaba por un porche a la entrada del edificio municipal de Bowers-. ¿Quieres cenar algo?
A medio camino de su automóvil, Annie giró hacia él.
– Gracias, pero voy de camino a la granja Landry. Mitch quiere que revise los informes que ha estado recibiendo en los últimos días. Al parecer, muchas cosas han salido después de un largo letargo. Quiero ver lo que tiene antes de regresar a Virginia.
– ¿Cuándo logras a ver a ese prometido tuyo? -Sonreía mientras caminaba hacia ella.
Ella le sonrió en respuesta.
– Nos arreglamos. Es detective. Ambos conocemos la rutina.
– ¿Crees que puedes construir una vida en torno a los horarios como los que ustedes dos tienen?
– Haremos todo lo posible.
– ¿Cuando es la boda?
– No hemos fijado una fecha aún. Pienso que tal vez alrededor de las fiestas. Ninguno de nosotros quiere postergarlo demasiado tiempo. -Ella hizo malabares con las llaves de su automóvil, y resonaron suavemente unas contra otras, mientras lanzaba el llavero de un lado a otro y viceversa.
– Por supuesto espero estar en la lista de invitados. -Sonrió abiertamente-. Tengo mi corazón puesto en capturar el ramo.
Ella se rió.
– Agarras el ramo, y tienes que dar marcha atrás, Cisco. ¿Hay algo que no sepa? Lo último que oí, es que no has tenido una verdadera cita desde que Livy Bach azotó la puerta en tu cara una noche después…
– Ouch. -Se estremeció ante la referencia a una relación con una compañera agente, una que nunca llegó a despegar-. Eso es cruel, McCall. Realmente cruel.
– Estás de suerte, -dijo ella mientras abría la puerta de su automóvil-. Livy no es tu tipo.
Él frunció el ceño.
– ¿Qué se supone que quiere decir eso?
– Livy Bach es el prototipo de chica de fiesta. Tú necesitas una roca, mi amigo. Livy Bach es una muñeca y más divertida que casi cualquiera que conozca, pero lleva escrito angustia por todas partes de ella. No sólo para ti, para cualquiera que intente acercarse demasiado. Hay paredes allí que temo que nadie puede escalar.
– Bueno, gracias por el análisis, doctora McCall.
– Lo digo tal como yo lo veo. -Se deslizó detrás del volante de su coche-. Quiero mucho a Livy, pero tiene un montón de problemas, Rick. Una gran cantidad de equipaje. Ella no es lo que tú necesitas.
– No te voy a morder, te juro que no. -Él cerró de golpe su puerta, luego retrocedió mientras bajaba la ventana-. No te voy a preguntar cual piensas que es mi tipo o lo que piensas que necesito. Lo último que quiero ahora mismo es que tú…
– Hola, Cass. -Annie saludó a Cassie mientras caminaba hacia ellos-. ¿Te sientes bien?
– Un poco cansada, pero estoy bien. Gracias. -Cass se detuvo junto a Rick y se inclinó en la ventana-. Creo que no te di las gracias por… bien, trabajar conmigo. Parece tonto decir gracias por hipnotizarme, pero te estoy tan agradecida por ello.
– Debes sentir una gran cantidad de conflictos, sin embargo. -Annie miró la cara de Cass de cerca.
– ¿De qué manera? -Cass se levantó y dio un paso atrás del coche.
– Todos estos años, has pensado que tenías un cierre, por la muerte de tus padres y de tu hermana. Por el ataque contra ti. Ahora la puerta está abierta de par en par otra vez. Tienes que sentirte inquieta, como mínimo.
Cass asintió.
– Un poco. Nunca pensé en ese aspecto, ¿sabes? Wayne Fulmer estaba en la cárcel, nunca saldría. La justicia había cumplido. Aunque, la verdad, cuando eres una niña y has perdido a todos y todo, la justicia no es más que un concepto, uno que tiene muy poco sentido.
– Te entiendo. -Annie abrió su bolso y sacó su billetera. Entregó una tarjeta a Cass-. Todos mis números se encuentran anotados. Si quieres hablar, por favor, llámame. En cualquier momento del día o de la noche. Y si sientes que quieres o necesitas a alguien en la localidad para hablar, estaré más que feliz de ayudarte a encontrar a alguien. De hecho, una vieja amiga de la universidad tiene una práctica cerca de Red Bank… no es muy lejos de aquí, ¿no? Estoy segura de que a ella le encantaría hablar contigo, si sientes que quieres hacerlo.
– Gracias. Podría llamarla, si estás segura…
– Segurísima. -Annie giró la llave de la ignición-. No te olvides. En cualquier momento.
Ella miró a Rick mientras ponía el coche en reversa.
– Te veo pronto. Te llamaremos más tarde esta noche si sentimos que tenemos algo que podría arrojar alguna luz sobre tu caso.
Rick asintió y palmeó levemente el guardabarros cuando Annie arrancó.
– Es verdaderamente simpática, -dijo Cass mientras ella les decía adiós con la mano.
Él asintió.
– Annie es única en su especie. Es la mejor en lo que hace, y es una persona fabulosa, por si fuera poco. Todos estamos tan felices por ella, de que las cosas le hayan resultado.
– ¿Qué cosas?
– ¿Habrás notado el anillo en su dedo?
– ¿Cómo podría no hacerlo? -Cass sonrió abiertamente-. Es una buena piedra.
– Annie está comprometida con un gran tipo. Un detective en Pensilvania; todos estamos tratando de que se venga a la Oficina. Él es perfecto para ella. -Rick miró el coche de Annie girar hacia la carretera principal y desaparecer en la señal de stop.
– Es bueno, que a todos sus amigos les guste. Me alegro por ella, que conociera a alguien tan agradable.
– Es más que Evan sea un buen tipo. -Comenzó a caminar hacia su automóvil, y Cass adecuó su paso al de él-. Annie estuvo comprometida hace unos años, con un tipo con el que estuvo en la Academia. Dylan Shields fue el mejor de nuestra clase. Sólo un súper, súper hombre en todos los sentidos.
– ¿Qué pasó? ¿Rompió el compromiso?
– Fue asesinado en su trabajo hace unos años, -dijo Rick simplemente.
– Oh, Dios mío, eso es terrible. Pobre Annie. No me extraña que sus amigos estén felices de que encontrara a alguien.
– Feliz por ella, sin duda, pero a decir la verdad, estamos todos… todos nosotros los chicos que trabajamos con ella, -sonrió cuando abrió las puertas del coche y ambos entraron-, terriblemente celosos de Evan. Todos estamos un poco enamorados de Annie.
– Puedo ver eso. -Cass sonrió también-. Y puedo ver por qué. Es hermosa e inteligente y hay algo sobre ella… una verdadera dulzura, supongo que lo llamaría.
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