Harlan Coben - No Se Lo Digas A Nadie

Здесь есть возможность читать онлайн «Harlan Coben - No Se Lo Digas A Nadie» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

No Se Lo Digas A Nadie: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «No Se Lo Digas A Nadie»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante trece años,Elizabeth y David Beck han acudido al lago Charmaine para dejar testimonio,en la corteza de un árbol, de un año más de felicidad. Ya no es así. Fue la trece su última cita.Una tragedia difícil de superar. Han pasado ocho años, pero el doctor David Beck no consigue sobreponerse al horror de semejante desgracia porque, aunque Elizabeth esté muerta y su asesino en el corredor de la muerte, aquella última cita puso fin a algo más que a una vida.

No Se Lo Digas A Nadie — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «No Se Lo Digas A Nadie», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se calló.

– Continúe -dije.

– Es bastante evidente, ¿no le parece?

– Aun así, continúe.

Flannery se encogió de hombros.

– Supongo que quería ahorrarse… y ahorrarle a usted, la vergüenza. Por eso insistió en que se llevara el asunto con absoluto secreto. Ella estaba en casa de González, doctor Beck. Hacía dos meses que se acostaban juntos.

No reaccioné. Nadie dijo nada. Oí un pájaro que graznaba a lo lejos. Seguramente el de la sala de espera. Me levanté. Tyrese retrocedió un paso.

– Gracias por el tiempo que me ha dedicado -dije con la voz más tranquila de este mundo.

Flannery asintió, mirando las persianas.

– No es verdad -le dije.

No respondió. Pero esta vez yo tampoco había esperado que lo hiciera.

33

Carlson estaba sentado en el coche. Su corbata seguía impecablemente anudada. Su chaqueta colgaba de una percha de madera en el asiento de atrás. El aire acondicionado soplaba con fuerza y denuedo. Carlson leyó el sobre de la autopsia: Elizabeth Beck, expediente 94-87002. Desató el cordel con los dedos. Abrió el sobre. Sacó su contenido y lo extendió en el asiento de al lado.

¿Qué habría querido averiguar el doctor Beck?

Stone ya le había dado la respuesta: Beck quería saber si había algo que podía incriminarlo. Esto encajaba con sus primeras teorías, al fin y al cabo el propio Carlson había sido el primero en poner en duda la versión aceptada del asesinato de Elizabeth Beck. Él había sido el primero en creer que aquel asesinato no era lo que parecía y que quien lo había planeado, en realidad, había sido el doctor David Beck, el marido.

Pero ¿por qué ya no aceptaba aquella versión?

Había analizado con máxima atención las lagunas que se perfilaban en aquella teoría, pero Stone las había rellenado de forma convincente. En todos los casos había lagunas. Carlson lo sabía. En todos los casos había incongruencias. Y si no aparecían era porque se había pasado algo por alto.

¿Por qué, pues, ahora tenía dudas con respecto a la culpabilidad de Beck?

Tal vez tenía que ver con que ahora el caso se convirtiese en algo demasiado perfecto, que de pronto todas las pruebas se pusieran en fila para corroborar su teoría. O quizá porque sus dudas se basaban en algo tan poco fiable como la «intuición», pese a que Carlson nunca había sido partidario de ese aspecto particular de la labor investigadora. La intuición solía suavizar los ángulos, una técnica excelente para sustituir pruebas y hechos evidentes por algo mucho más escurridizo y caprichoso. Carlson sabía que los peores detectives eran los que confiaban en la llamada intuición.

Cogió la primera hoja. Información general. Elizabeth Parker Beck. Su dirección, su fecha de nacimiento (tenía veinticinco años al morir), mujer caucásica, altura ciento sesenta y nueve centímetros, peso cuarenta y cuatro kilos y medio. Complexión delgada. El examen externo reveló que el rigor mortis se había atenuado. Las ampollas de la piel rezumaban líquido a través de los orificios. Esto situaba a más de tres días el momento de la muerte. La causa de la muerte era una herida de arma blanca en el pecho. La razón de la muerte era pérdida de sangre y hemorragia masiva de la aorta derecha. También tenía cortes en manos y dedos, en teoría porque había querido defenderse de un ataque con arma blanca.

Carlson sacó un bloc y su pluma Mont Blanc. Escribió: «Heridas de arma blanca en las manos?!?!». Y subrayó repetidas veces las palabras. Heridas defensivas. No era el estilo de KillRoy. KillRoy torturaba a sus víctimas. Las ataba con una cuerda, hacía con ellas lo que quería y, cuando había llegado tan lejos que ya no valía la pena seguir, las mataba.

¿Por qué, pues, heridas en las manos?

Carlson siguió leyendo. Pasó por encima el color del cabello y de los ojos y, cuando ya iba por la mitad de la segunda página, encontró otro dato horripilante.

Elizabeth Beck había sido marcada post mórtem.

Carlson leyó de nuevo. Sacó el libro de notas y garrapateó la palabra post mórtem. No era lo normal. KillRoy siempre había marcado a sus víctimas mientras todavía estaban con vida. Se había hablado mucho en el juicio de que disfrutaba con el olor a carne quemada, de que le encantaban los alaridos de sus víctimas en el momento de socarrarles la piel.

En primer lugar, las heridas en las manos. Y ahora esto. Había algo que no encajaba.

Carlson se quitó las gafas y cerró los ojos. Confusión, se dijo para sí. La confusión lo desorientaba. Cabía esperar algunas lagunas en la lógica del caso, pero esto eran auténticos lagos. Por otra parte, la autopsia venía a corroborar su hipótesis inicial: el asesinato de Elizabeth Beck se había presentado de manera que pareciese obra de KillRoy. Sin embargo, de ser verdad, la teoría comenzaba a desmontarse.

Trató de revisarla paso a paso. En primer lugar, ¿por qué Beck tenía tanto interés en ver aquel informe? Considerando las cosas de una manera superficial, la respuesta parecía obvia. Cualquiera que viese los resultados advertiría al momento que era muy probable que KillRoy no hubiera asesinado a Elizabeth Beck. A pesar de todo, tampoco podía darse por sentado que fuera así. Pese a las cosas que se leen, los asesinos en serie no suelen tener unos hábitos establecidos. Podía ser que KillRoy hubiera modificado su modus operandi o querido diversificarlo. Pese a todo, lo que leyó Carlson bastaba para hacerle reflexionar.

Todo esto, sin embargo, suscitaba la gran pregunta: ¿por qué nadie había reparado en su momento en aquellas evidentes incongruencias?

Carlson quiso barajar todas las posibilidades. A KillRoy no se le había juzgado nunca por el asesinato de Elizabeth Beck. Las razones de que hubiera sido así estaban ahora muy claras. Tal vez los detectives habían sospechado la verdad. Tal vez habían advertido que Elizabeth Beck no encajaba en el cuadro general pero que, divulgar este hecho, no haría más que contribuir a la defensa de KillRoy. El problema que plantea el juicio de un asesino en serie es que hay que echar unas redes tan grandes que es fácil que se cuele por ellas algún pececillo. Todo lo que tiene que hacer la defensa es apartar un caso, buscar las discrepancias que puede haber con un asesinato y ¡patapam! todos los demás casos quedan inmediatamente tocados por la asociación. Por consiguiente, si no media una confesión, rara vez se juzga enseguida al asesino por todos los asesinatos que ha podido cometer. Se procede paso a paso. Es probable que los detectives, al seguir el procedimiento, quisiesen pasar por alto el asesinato de Elizabeth Beck.

Sin embargo, aquella versión también tenía sus problemas.

El padre y el tío de Elizabeth Beck, dos hombres comprometidos con el deber del cumplimiento de la ley, habían visto el cadáver. Era probable, además, que también hubieran visto el informe de la autopsia. ¿No se habrían planteado ninguna duda ante las incongruencias que presentaba? ¿Habrían dejado que el asesino quedara impune con tal de que KillRoy fuera condenado? Carlson lo dudaba.

Así pues, ¿en qué situación quedaba él?

Continuó revisando el expediente y tropezó con otra sorpresa. El aire acondicionado del coche lo había dejado helado, el frío había calado hasta sus huesos. Carlson bajó el cristal de una ventana y sacó la llave del contacto. En la parte superior de la hoja decía: Informe de Toxicología. Según las pruebas, en la sangre de Elizabeth Beck se había encontrado cocaína y heroína. También se habían encontrado restos de estas sustancias en el cabello y ropa de la víctima, lo que indicaba que su uso no era algo esporádico.

¿Encajaba esto en el cuadro general?

Lo estaba sopesando cuando sonó el móvil. Contestó.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «No Se Lo Digas A Nadie»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «No Se Lo Digas A Nadie» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Harlan Coben - Don’t Let Go
Harlan Coben
Harlan Coben - W głębi lasu
Harlan Coben
Harlan Coben - Motivo de ruptura
Harlan Coben
Harlan Coben - Tiempo muerto
Harlan Coben
Harlan Coben - Play Dead
Harlan Coben
Harlan Coben - Caught
Harlan Coben
libcat.ru: книга без обложки
Harlan Coben
Harlan Coben - The Innocent
Harlan Coben
Harlan Coben - Just One Look
Harlan Coben
Harlan Coben - Bez Skrupułów
Harlan Coben
Harlan Coben - Tell No One
Harlan Coben
Harlan Coben - Jedyna Szansa
Harlan Coben
Отзывы о книге «No Se Lo Digas A Nadie»

Обсуждение, отзывы о книге «No Se Lo Digas A Nadie» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x