Charles Sheffield - Las crónicas de McAndrew

Здесь есть возможность читать онлайн «Charles Sheffield - Las crónicas de McAndrew» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1991, ISBN: 1991, Издательство: Ediciones B, Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las crónicas de McAndrew: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las crónicas de McAndrew»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Como Newton en el siglo XVII o Eintein en el XX, McAndrew es el genio indiscutido de la física del siglo XXII. Los
, minúsculos agujeros negros cargados y en rotación, no tienen secretos para quien ha descubierto la forma de usarlos como fuente de energía. Su dominio de la ciencia y un sin par sentido práctico le llevan a inventar los más sorprendentes artilugios como la primera nave interestelar sin efectos de inercia. La pilota su compañera, la capitana Jeanie Roker y juntos explorarán a fondo el sistema solar interior, el Halo de cometas que le rodea y llegarán a viajar a Alfa Centauro, en medio de las más sorprendentes situaciones.
Seguir a McAndrew en sus aventuras es adentrarse con gran amenidad en un mundo de brillante especulación y saborear las delicias de la inteligencia.

Las crónicas de McAndrew — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las crónicas de McAndrew», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Es el eje de una perforadora? —pregunté—. Parece como si se hubieran dispuesto a insertar una planta de fusión en medio del Manna.

—No tendría sentido. —McAndrew gruñía, abstraído, mientras se frotaba la calva incipiente—. Lanhoff sabía muy bien que el Manna tiene un núcleo líquido. Ellos contaban con los mismos datos que nosotros. Con semejante núcleo, no necesitaba ninguna planta de fusión. El interior tendría temperatura suficiente para que sus enzimas actuaran.

—¿Estaría buscando material radiactivo? —pregunté, pero pude responder por mí misma—. Tampoco tendría sentido. Podría haberlo localizado como hemos hecho nosotros, con medición remota. ¿Para qué penetrar hacia el núcleo?

—Yo os diré para qué —dijo Anna de pronto—. Arne siempre fue así. Cada vez que veía algo que no comprendía, sentía el impulso de investigar. No podía resistirse. Seguro que penetró hasta el centro para ver de cerca algo que detectó allí. Algo que no podía examinar desde fuera.

La cápsula se acercaba cada vez más a las compuertas de la Sección de Control. Intuí que perdería su visión cuando los tres estuvieran dentro.

—Mac. En cuanto entres, enciende todos los monitores y di al ordenador que transmita las señales al Hoatzin. —Levanté la voz—. Y uno de vosotros debe quedarse en la Sección de Control si decidís penetrar bajo la superficie. ¿Me habéis oído?

Asintió vagamente, pero ya se dirigía a la portezuela. Anna lo seguía. Lo último que vi antes de que la cámara dejara de enfocarlos fue el rostro preocupado de Will Bayes, que paseaba la mirada por la cápsula con inquietud.

Desierta, pero en perfecto estado de funcionamiento. Ésa fue la conclusión que arrojó el examen exhaustivo de la Sección de Control del Star Harvester.

Yo había seguido por los monitores remotos la inspección que realizaban, paso a paso, y no podía acusarlos de falta de precaución.

Por fin, cuando regresaron a la sala principal de control, McAndrew dijo:

—Aquí no encontraremos a Lanhoff ni a su tripulación. Seguramente han ido al interior del Marina. Mirad esto.

Frente a mí, en la pantalla, apareció un perfil realizado por ordenador del conducto que se introducía en la superficie. Penetraba la cáscara helada exterior y terminaba en una esclusa de aire que conducía al núcleo líquido. En el gráfico, el ancho conducto parecía una aguja del espesor de un cabello perforando un huevo. De nuevo me sorprendió el tamaño del planetoide. Su núcleo líquido contenía medio millón de kilómetros cúbicos de fluido. Tal vez nunca pudiésemos encontrar allí a Lanhoff ni a su tripulación.

—Sabemos que bajaron allí —prosiguió McAndrew, como si leyera mis pensamientos. Sostenía un gran recipiente transparente lleno de un turbio líquido amarillento—. ¿Lo ves? Trajeron muestras. Te enviaré los análisis, pero ya puedo adelantarte que los resultados son los que predijo Lanhoff.

—Son materiales orgánicos de alto nivel —agregó Anna. Me miraba triunfal—. Le dije que debíamos venir hasta aquí para encontrar algo que nos sirviese. Esto es lo que esperábamos, pero mucho más concentrado aún. Hemos hallado un verdadero caldo de cultivo. El interior del Manna es como una sopa nutritiva. Cualquiera de nosotros podría beber una taza y quedar satisfecho.

Will Bayes miraba el líquido con expresión temerosa, como si esperase que Anna le ordenara beber un sorbo.

—Tiene cosas vivas dentro —comentó.

Volvieron a acosarme mis viejos temores.

—Mac, ten cuidado con la forma en que manejas este asunto. Si hay organismos…

—Sólo unicelulares. —McAndrew estaba excitado—. Lanhoff pensaba que podría encontrar vida primitiva en este lugar. Y no se equivocó.

—Y tienen estructura de ADN —agregó Anna—. Como nosotros.

Inspeccioné más de cerca el líquido amarillento.

—Así que las viejas teorías eran correctas… la vida llegó a la Tierra desde el exterior.

—Ésa es la verdadera trascendencia de lo que encontraron en el Manna —dijo McAndrew—. La vida no se originó en la Tierra. Comenzó aquí, en el Halo, o en algún lugar todavía más lejano, y viajó hasta nuestro planeta, tal vez en la cabeza de un cometa o formando parte de meteoritos más pequeños. Pero observa la diferencia: en la Tierra hay presiones que nos han hecho evolucionar hasta lo que hoy somos a partir de un organismo unicelular. Aquí hay calor de los materiales radiactivos que forman el centro del planetoide, y hay alimento en abundancia. No hay motivos que fundamenten una evolución como la nuestra. Por eso no comparto tu temor a que entremos. No hay razón evolutiva para suponer que haya predadores en el Manna.

No encontraremos tigres ni tiburones. Es el Jardín del Edén.

Anna asintió y le estrechó el brazo. Estaban tan excitados que me pregunté si no sería yo la irracional. Cuanto más entusiastas se volvían, más inquieta me sentía yo. Tal vez no hubiese tigres ni tiburones. Pero de todas formas, ¿no habría selección natural aunque hubiese tenido lugar con mucha mayor lentitud?

Sombras de la doctrina malthusiana: el número de organismos crece en progresión geométrica y los recursos alimentarios son finitos. Llegado el momento habría un equilibrio, un estado constante en que los organismos que mueren son reemplazados por los nuevos. Entonces ocurriría una selección natural, donde las distintas formas competirían por la subsistencia. No seguía la lógica estricta, pero intuitivamente sentía que algo no andaba bien. Y sabía que Mac no era biólogo. Contemplé la pantalla y moví la cabeza.

—¿Entonces qué ocurrió con Lanhoff y su tripulación? —pregunté.

Se hizo un silencio largo e incómodo.

—Tienes razón, Jeanie —dijo McAndrew por fin—. Todavía no tenemos respuesta a eso. Pero vamos a tenerla. Will se quedará aquí, y Anna y yo vamos a bajar ahora mismo.

—No. —Mi corazón echó a galopar—. No lo permitiré. Es demasiado peligroso.

—No estamos de acuerdo —intervino Anna suavemente—. Ya ha oído a McAndrew: dice que debemos bajar. Nos pondremos los trajes para estar bien protegidos.

El necio corre a donde el ángel teme poner pie, reza el dicho. Anna Griss sabía cómo subsistir en medio del alboroto burocrático de la Tierra, pero estaba muy lejos de su ambiente. Y si confiaba en el instinto de Mac para salvar el pellejo…

—¡No! —estallé—. ¿Me habéis oído? Os lo prohíbo. Es una orden.

—¿Una orden? —Anna no levantó la voz—. Como verá, ya no estamos en modalidad de contacto, capitana Roker. El Star Harvester está sujeto al planetoide. Eso significa que aquí mando yo, no usted. —Se volvió a McAndrew—. Vamos, preparémonos bien. No quiero que corramos ningún riesgo.

Antes de que pudiera volver a hablar, acercó la mano al monitor. De pronto me encontré mirando la pantalla en blanco.

Me llevó cinco largos minutos establecer una comunicación de recambio entre el ordenador del Star Harvester y el del Hoatzin.

Cuando la pantalla auxiliar se encendió, vi a Will Bayes toqueteando el banco de control.

—¿Dónde están, Will?

Se volvió rápidamente.

—Van rumbo al interior del planetoide, Jeanie. No pude disuadirlos. Dije que no debían ir, pero Anna ni siquiera reparó en mis advertencias. Y ha convencido a Mac.

Conocía a McAndrew. Ni habría tenido que convencerlo siquiera. Si uno le mostraba un problema intelectual interesante, la preservación de su persona pasaba a ser un asunto secundario y cedía ante la curiosidad.

—No se preocupe por eso, Will. Conécteme con el ordenador de la cápsula de transbordo.

—¿Qué piensa hacer?

—Ir tras ellos. Tal vez Mac tenga razón, y no corran ningún peligro. Pero quiero cubrir la retaguardia e ir a cierta distancia de ellos, por si las moscas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las crónicas de McAndrew»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las crónicas de McAndrew» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Charles Sheffield - Godspeed (novel)
Charles Sheffield
Charles Sheffield - Marea estival
Charles Sheffield
Charles Sheffield - Proteo desencadenado
Charles Sheffield
Charles Sheffield - El ascenso de Proteo
Charles Sheffield
Charles Sheffield - The Amazing Dr. Darwin
Charles Sheffield
Charles Sheffield - Resurgence
Charles Sheffield
Charles Sheffield - Divergence
Charles Sheffield
Charles Sheffield - The Compleat McAndrews
Charles Sheffield
Charles Sheffield - The Spheres of Heaven
Charles Sheffield
Ezequiel Cisnero Torres - Las crónicas de Jonathan
Ezequiel Cisnero Torres
Отзывы о книге «Las crónicas de McAndrew»

Обсуждение, отзывы о книге «Las crónicas de McAndrew» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x