John Connolly - Voces que susurran

Здесь есть возможность читать онлайн «John Connolly - Voces que susurran» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Voces que susurran: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Voces que susurran»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En mayo de 2009, pocos meses después de su regreso de Iraq, el joven soldado Damien Patchett se suicida disparándose con un revólver durante un paseo. Su padre, Bennett Patchett, que sospecha que algo turbio se esconde tras su muerte, acude a ver al detective privado Charlie Parker para pedirle que lo investigue. Extrañamente, ese mismo día, un agente de policía ha aparecido muerto junto a las ruinas calcinadas del siniestro bar Blue Moon. En sus pesquisas, Parker pronto descubrirá que Patchett formaba parte de un grupo de ex combatientes desencantados que cruzan a menudo la frontera entre Maine y Canadá, un lugar propicio para el tráfico no sólo de drogas, sino también de alcohol, personas y dinero. Entretanto, un misterioso anciano, enfermo pero capaz de una violencia despiadada, se acerca a Maine en busca de venganza. Charlie Parker necesitará la ayuda de sus amigos Louis y Ángel. Aun así, tendrá que vérselas con un ser al que teme más que a ningún otro.

Voces que susurran — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Voces que susurran», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Eso sí puedo hacerlo, pero cabe la posibilidad de que ella no te lo agradezca.

– Estoy dispuesto a correr el riesgo.

– ¿Quieres saber mis honorarios?

– ¿Vas a cobrarme de más?

– No.

– En ese caso supongo que vales lo que pides. -Dejó un sobre en la barra-. Aquí hay dos mil dólares. ¿Eso cuánto cubre?

– Suficiente. Si necesito más, me pondré en contacto contigo. Si gasto menos, te lo reembolsaré.

– ¿Me dirás lo que averigües?

– Te lo diré. Pero ¿y si descubro que es un hombre decente?

– No lo es -declaró Bennett con firmeza-. Un hombre que pega a una mujer no puede considerarse decente.

Toqué el sobre con las yemas de los dedos. Sentí el impulso de devolvérselo. En lugar de eso, señalé el artículo de Jandreau.

– Viejos fantasmas -comenté.

– Viejos fantasmas -concedió-. A veces voy allí, ¿sabes? No podría decirte qué me empuja a ir, como no sea la esperanza de viajar atrás en el tiempo para salvarla. Normalmente me limito a rezar por ella al pasar por delante. Deberían borrar ese sitio de la faz de la Tierra.

– ¿Conocías a Foster Jandreau?

– A veces venía a la cafetería. Como todos los policías: los estatales, los municipales. Los tratamos bien. Pagan la cuenta como cualquiera, eso por supuesto, pero nos aseguramos de que no se vayan con hambre. Aunque a Foster lo conocía un poco más. Su primo, Bobby Jandreau, sirvió con Damien en Iraq. Bobby perdió las piernas. Un horror.

Esperé antes de volver a hablar. Allí faltaba algo.

– Has dicho que en cierto modo esta reunión tenía que ver con la muerte de Damien. ¿El único vínculo es Karen Emory?

De pronto, Bennett pareció apesadumbrado. Toda mención a su hijo debía de afligirlo, pero no era sólo eso.

– Tobias volvió muy afectado de esa guerra, pero mi hijo no. Es decir, había visto atrocidades, y algunos días me daba cuenta de que le volvían a la memoria, pero seguía siendo el hijo que yo conocía. Me repitió una y otra vez que había tenido una buena guerra, si eso es posible. No mató a nadie que no intentara matarlo a él, y no sentía el menor odio por los iraquíes. De hecho, lamentaba la situación en la que estaban, e hizo lo que pudo por ellos. Perdió a algunos amigos allí, pero no estaba obsesionado con lo que había vivido, no al principio. Todo eso vino después.

– No sé gran cosa del estrés postraumático -comenté-, pero, por lo que he leído, puede tardar un tiempo en manifestarse.

– Esa es una posibilidad, sí -convino Bennett-; yo también lo he leído. Estuve leyendo sobre el tema antes de la muerte de Damien, con la idea de que quizá podría ayudarlo si comprendía mejor lo que le pasaba. Pero, verás, a Damien le gustaba el ejército. No creo que quisiera dejarlo. Sirvió en varios reemplazos, y habría vuelto. En realidad, cuando llegó sólo hablaba de reengancharse.

– ¿Y por qué no lo hizo?

– Porque Joel Tobias lo quería aquí.

– ¿Cómo lo sabes?

– Por lo que Damien me contó. Acompañó a Tobias a Canadá en un par de viajes, y me dio la sensación de que se traían algo entre manos, algún asunto que prometía un buen dinero. Damien empezó a hablar de montar su propio negocio, de dedicarse quizás a la segundad si no volvía al ejército. Ahí comenzaron los problemas. Ahí Damien empezó a cambiar.

– Cambiar ¿cómo?

– Dejo de comer. Le costaba dormirse, y cuando al final le vencía el sueño, hablaba dormido, gritaba.

– ¿Oías lo que decía?

– A veces. Le pedía a alguien que lo dejase en paz, que parase de hablar. No, que parase de susurrar . Se volvió más nervioso y agresivo. Estallaba conmigo por cualquier cosa. Cuando no estaba trabajando para Tobias, se quedaba solo en cualquier sitio, fumando, con la mirada perdida. Le sugerí que hablara con alguien del tema, pero no sé si lo hizo. Llevaba tres meses aquí cuando empezó todo, y se mató dos semanas después. -Me dio una palmada en el hombro-. Investiga a ese tal Tobias, y ya hablaremos.

Dicho esto, se despidió de Kyle y Tara y abandonó la cafetería. Lo vi encaminarse lentamente hacia su coche, un Subaru maltrecho con una pegatina de los Sea Dogs en el guardabarros trasero. Al abrir la puerta del coche, me sorprendió observándolo. Asintió con la cabeza y levantó la mano en un gesto de despedida, que yo le devolví.

Kyle salió de la cocina.

– Voy a cerrar ya -anunció-. ¿Has acabado?

– Sí, gracias -respondí. Pagué la cuenta y dejé una buena propina, tanto por la comida como por la discreción de Kyle. Eran pocas las cafeterías donde dos hombres podían reunirse y hablar de lo que Bennett y yo habíamos hablado sin temor a ser escuchados.

– Es un buen hombre -comentó Kyle mientras el coche de Bennett salía del aparcamiento.

– Sí, lo es.

En el camino de vuelta a Scarborough, di un rodeo para pasar frente al Blue Moon. La cinta amarilla del precinto policial, prendida de una cañería, aleteaba en la brisa, resplandeciente en contraste con el esqueleto ennegrecido del bar. Las ventanas seguían tapiadas, y la puerta atrancada con un robusto cerrojo, pero en el techo se veía el agujero abierto por las llamas hacía ya años, y si uno se acercaba, percibía el olor a madera húmeda y, aún ahora, chamuscada. Kyle y Bennett tenían razón: debería haberse demolido, pero allí permanecía, como una oscura célula cancerígena contra el campo de tréboles rojos que se extendía detrás.

Seguí adelante, y por el espejo retrovisor vi cada vez más lejos los escombros del Blue Moon, hasta perderse de vista. Sin embargo dio la impresión de que algo quedaba en el espejo, como la huella de un dedo ennegrecido, un recordatorio dejado por los muertos de la deuda que los vivos tenían con ellos.

2

Pensé en lo que había dicho Bennett Patchett cuando volví a mi casa de Scarborough y me senté ante mi escritorio para tomar notas sobre nuestra conversación. Si Joel Tobias pegaba a su novia, merecía experimentar también él cierto dolor, pero me pregunté si Bennett sabía en qué estaba metiéndose. Aun cuando yo encontrara algo que él pudiera esgrimir contra Tobias, dudaba que incidiera mucho en la relación, a menos que el hallazgo fuera tan horrendo que indujera a hacer la maleta de inmediato y huir al monte a cualquier mujer que no estuviese clínicamente loca. También había intentado advertirle que cabía la posibilidad de que Karen Emory no le agradeciera la intromisión en sus asuntos personales, por más que Tobias ejerciera violencia sobre ella. Aun así, si ésa hubiera sido la única razón de Bennett para involucrarse en la vida de su empleada, sus motivaciones habrían sido válidas, y yo bien habría podido concederle parte de mi tiempo. Al fin y al cabo, lo pagaba él.

El problema residía en que el bienestar de Karen Emory no era la única razón por la que había acudido a mí. De hecho, era un ardid, una manera de abrir una investigación aparte, pero a la vez vinculada, sobre la muerte de su hijo, Damien. Caía por su propio peso que Bennett atribuía a Joel Tobias cierta responsabilidad por el cambio operado en el comportamiento de Damien Patchett, cambio que provocó, a la postre, su autodestrucción. En último extremo, toda investigación impulsada por individuos y llevada a cabo fuera de los ámbitos empresarial o policial es de carácter personal, pero algunas lo son más que otras. Bennett deseaba que alguien rindiera cuentas por la muerte de su hijo, dado que su hijo no podía rendirlas por sí mismo. Algunos padres, en situaciones parecidas, tal vez habrían volcado su ira en el ejército, por negarse a reconocer los padecimientos de un soldado a su regreso, o en la ineptitud de los psiquiatras, pero, según Bennett, Damien había vuelto de la guerra relativamente indemne. Esa afirmación justificaba, por sí sola, ulteriores investigaciones, pero de momento Joel Tobias era, a ojos de Bennett, tan sospechoso de la muerte de Damien Patchett como si le hubiese sujetado la mano cuando éste apretó el gatillo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Voces que susurran»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Voces que susurran» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Voces que susurran»

Обсуждение, отзывы о книге «Voces que susurran» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x