• Пожаловаться

Harlan Coben: Muerte en el hoyo 18

Здесь есть возможность читать онлайн «Harlan Coben: Muerte en el hoyo 18» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Harlan Coben Muerte en el hoyo 18

Muerte en el hoyo 18: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Muerte en el hoyo 18»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El golf, precisamente, no es el deporte preferido de Myron Bolitar. Pero ahí está: presenciando entre bostezos el Abierto de Estados Unido. Es el mejor escaparate para un agente deportivo en busca de clientes. Y parece que va a tener suerte: Linda Coldren, número uno en la lista de ganancias en el circuito americano promete contratarle. Antes, sin embargo, tendrá que encontrar a su hijo, que ha desaparecido misteriosamente justo cuando el marido de Linda, Jack, parece que va a tener de nuevo la posibilidad de ganar el torneo. Win, para sorpresa de Bolitar, sin embargo, le va a pedir que no acepte el caso. Myron, por una vez, decide ignorarle y se lanza a la búsqueda de Chad. Muy pronto comprenderá que nunca debió de hacerlo. Descubrirá que un mundo de falsas apariencias, estafas, dolor y muerte, pero, sobre todo, obligará a Win a revivir su pasado, traumas de la infancia que no se olvidan jamás.

Harlan Coben: другие книги автора


Кто написал Muerte en el hoyo 18? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Muerte en el hoyo 18 — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Muerte en el hoyo 18», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Norm Zuckerman levantó los ojos hacia Myron.

– Oye, en cuanto llegué a este país, me convertí en el judío más panfletario que hayas visto jamás. ¿No es cierto? Dime la verdad, ¿soy o no soy el judío más panfletario que has conocido?

– Vaya si lo eres -dijo Myron.

– Puedes apostar tu flaco trasero a que lo soy. Y cuando comencé, todo el mundo me decía que no me pusiera tanto en evidencia. No seas tan judío, me decían. Tan étnico. Nunca serás aceptado. -El rostro de Norm revelaba genuina esperanza-. Quizá pueda hacer lo mismo. Volver a dar la cara, ¿entiendes lo que digo?

– Sí, lo entiendo -respondió Myron en voz baja y preguntó-: ¿Quién más sabía lo tuyo con Jack?

– ¿Cómo?

– ¿Se lo contaste a alguien?

– No, claro que no.

Myron hizo un ademán hacia Esme.

– ¿Qué me dices de una de esas novias que llevas del brazo? ¿Qué me dices de alguien que prácticamente vive contigo? ¿No le habría resultado de lo más fácil descubrirlo?

Norm se encogió de hombros.

– Supongo que sí. Cuando estás tan unido a alguien terminas confiando en él. Bajas la guardia. De modo que tal vez lo supiera. Pero ¿qué más da?

Myron miró a Esme.

– ¿Prefieres contárselo tú?

– No sé de qué me estás hablando -repuso Esme con absoluta calma.

– ¿Contarme el qué?

Myron no apartó sus ojos de los de ella.

– Me preguntaba por qué habías seducido a un chico de dieciséis años. No me malinterpretes. Tu actuación merece un fuerte aplauso, con toda esa verborrea sobre la soledad y lo tierno que era Chad y su falta de prejuicios. Era de lo más elocuente, pero aun así me sonó hueca.

– ¿De qué demonios estás hablando, Myron? -intervino Norm.

Myron hizo caso omiso de él.

– Y luego estaba el asunto de esa coincidencia tan extraordinaria -prosiguió dirigiéndose a Esme-. Tú y Chad aparecéis en el mismo motel al mismo tiempo que Jack y Norm. Demasiado extraño. No me lo pude tragar. Aunque, claro, tú y yo sabemos que no fue mera coincidencia. Tú lo planeaste así.

– ¿Qué planeó? -quiso saber Norm-. Myron, ¿puedes decirme que diablos está pasando?

– Norm, me explicaste que Esme trabajaba en la campaña de baloncesto de Nike -dijo Myron-. Que dejó ese empleo para unirse a tu equipo.

– ¿Y qué?

– ¿Aceptó un salario inferior?

– Un poco. -Norm se encogió de hombros-. No mucho.

– ¿Cuándo se incorporó a Zoom exactamente?

– No lo sé.

– ¿Dentro de los últimos ocho meses?

Norm meditó por unos instantes.

– Sí, ¿y qué?

– Esme sedujo a Chad Coldren. Se citaron en el Court Manor Inn, pero no lo llevó allí en busca de sexo o porque se sintiera sola. Llevarlo allí formaba parte de una encerrona.

– ¿Qué clase de encerrona?

– Quería que Chad viera a su padre con otro hombre.

– ¿Qué?

– Quería hundir a Jack. No fue una coincidencia. Esme conocía tus hábitos. Se enteró de tu aventura con Jack, de modo que se las ingenió para que el chico viera qué clase de hombre era su padre en realidad.

Esme guardaba silencio.

– Dime una cosa, Norm -añadió Myron-. ¿Jack y tú teníais que veros el jueves por la noche?

– Sí -respondió Norm.

– ¿Qué ocurrió?

– Jack me llamó para cancelar la cita. Cuando llegó al aparcamiento, se asustó. Me dijo que había un coche conocido.

– Más que conocido -dijo Myron-. Era el de su hijo. Se fue antes de que Chad tuviera ocasión de verlo; -Se puso en pie y se acercó a Esme-. Ya casi puedo reconstruirlo desde el principio -le dijo-. Jack era el líder del Open. Chad estaba allí, delante de tus narices. Así que secuestraste a Chad para desconcentrar a Jack. Ocurrió tal y como me lo imaginaba, sólo que se me escapó tu verdadero motivo. ¿Por qué secuestrar a Chad? ¿Por qué deseabas vengarte de Jack Coldren? Sí, el dinero era parte del motivo. Sí, querías que la nueva campaña de Zoom fuese un éxito. Sí, sabías que si Tad Crispin ganaba el Open te proclamarían el genio mundial de la mercadotecnia. Todo eso estaba en juego, pero, claro, no explicaba por qué habías llevado a Chad al Court Manor Inn antes, repito, antes de que Jack encabezara la clasificación del torneo.

Norm suspiró.

– Dínoslo tú, Myron. ¿Qué razón podía tener Esme para desear hacer daño a Jack?

Myron metió la mano en el bolsillo y sacó una vieja fotografía. La primera página del álbum de boda. Lloyd y Lucille Rennart. Sonrientes. Felices. De pie el uno al lado del otro. Lloyd de esmoquin. Lucille sosteniendo un ramo de flores, deslumbrante en su vestido blanco. Pero aquello no era lo que había conmocionado a Myron hasta la médula. Lo que le había impresionado no tenía nada que ver con lo que Lucille llevaba o sostenía; se trataba más bien de lo que era.

Lucille Rennart era asiática.

– Lloyd Rennart era tu padre -afirmó Myron-. Tú ibas en el coche el día en que se estrelló contra un automóvil aparcado. Tu madre murió. A ti también te ingresaron en el hospital.

Esme permanecía inmóvil, pero su respiración se hizo entrecortada.

– No estoy seguro de lo que pasó luego -prosiguió Myron-. Supongo que tu padre tocó fondo. Era alcohólico. Acababa de matar a su mujer. Se sentiría acabado e inútil. Así que tal vez comprendió que no podía ocuparse de ti. O de que no te merecía. O quizá llegó a alguna clase de acuerdo con la familia de tu madre. A cambio de no presentar cargos, Lloyd renunciaría a tu custodia. No sé lo que ocurrió, pero a ti terminó criándote la familia de tu madre. Cuando Lloyd hubo rehecho su vida es probable que considerara que no estaba bien arrancarte de tu nuevo hogar. O quizá temiese que su hija no aceptaría al padre que había sido responsable de la muerte de su madre. Como quiera que fuese, Lloyd guardó silencio. No le habló de ti ni siquiera a su segunda esposa.

Las lágrimas rodaban por las mejillas de Esme Fong. Myron también tenía ganas de llorar.

– ¿Me equivocó en algo, Esme?

– Ni siquiera sé de qué estás hablando.

– Aparecerán documentos -señaló Myron-. El certificado de nacimiento, por descontado. Es probable que haya papeles de tu adopción. A la policía no le llevará mucho tiempo seguir las pistas. -Levantó la fotografía y continuó, en voz baja-. El parecido entre tú y tu madre será más que suficiente.

Esme seguía derramando lágrimas, pero no lloraba. Nada de sollozos. Nada de temblores. Sólo lágrimas.

– Puede que Lloyd Rennart fuese mi padre -le dijo al fin Esme-, pero sigues sin poder demostrar lo demás. El resto es pura conjetura.

– No, Esme. En cuanto la policía confirme vuestro parentesco, el resto vendrá rodado. Chad les dirá que fuiste tú quien sugirió tomar una habitación en el Court Manor Inn. Investigarán con más detenimiento la muerte de Tito. Hallarán alguna conexión. Fibras. Cabellos. Todas las piezas encajarán. Aunque hay algo que quisiera preguntarte.

Ella no se inmutó.

– ¿Por qué le cortaste el dedo a Chad? -preguntó Myron.

De pronto, Esme salió corriendo. Myron se abalanzó para cortarle el paso, sin éxito. Ella no se precipitó hacia la salida, sino hacia el dormitorio. Su dormitorio. Myron saltó por encima del sofá y corrió a la habitación, pero llegó demasiado tarde.

Esme Fong empuñaba una pistola. Apuntaba al pecho de Myron, que al ver sus ojos comprendió que no habría confesión alguna, ninguna explicación, nada de charla. Estaba dispuesta a disparar.

– No te molestes -dijo Myron.

– ¿Cómo?

Sacó su teléfono móvil y se lo tendió.

– Es para ti.

Esme permaneció inmóvil por unos instantes. Luego, sin bajar el arma, alargó el brazo y tomó el teléfono. Se lo llevó al oído. Myron percibió con claridad que una voz decía:

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Muerte en el hoyo 18»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Muerte en el hoyo 18» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Harlan Coben: Alta tensión
Alta tensión
Harlan Coben
Harlan Coben: El último detalle
El último detalle
Harlan Coben
Harlan Coben: Un paso en falso
Un paso en falso
Harlan Coben
Harlan Coben: Tiempo muerto
Tiempo muerto
Harlan Coben
Harlan Coben: Golpe de efecto
Golpe de efecto
Harlan Coben
Отзывы о книге «Muerte en el hoyo 18»

Обсуждение, отзывы о книге «Muerte en el hoyo 18» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.