• Пожаловаться

Joseph Finder: Paranoia

Здесь есть возможность читать онлайн «Joseph Finder: Paranoia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Joseph Finder Paranoia

Paranoia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Paranoia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Adam Cassidy tiene veintiséis años y odia su empleo miserable en una compañía tecnológica, pero su vida cambia por completo cuando le ofrecen convertirse en espía infiltrado en la Trion Systems, el principal competidor de su empresa. Sus superiores le preparan, le proporcionan información sobre su nueva empresa y, en cuanto empieza a trabajar en ella, se convierte en empleado estrella ascendiendo rápidamente a puestos de gran responsabilidad. Ahora su vida es perfecta: adora su trabajo, conduce un Porsche y tiene una novia que quita el sueño; lo único que tiene que hacer para mantener las cosas como están es traicionar a todos los que le rodean. «Ha llegado el nuevo Grisham… Paranoia es un thriller magistralmente narrado y tremendamente absorbente» People Magazine

Joseph Finder: другие книги автора


Кто написал Paranoia? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Paranoia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Paranoia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Adam -me llegó la voz de Seth, plana y entrecortada.

Apreté el botón del costado.

– Sí.

– Hay problemas.

– ¿Qué quieres decir?

– Regresa aquí.

– ¿Por qué?

– Te digo que regreses, joder.

Mierda.

Me di media vuelta, dejé el cubo de la limpieza y empecé a correr hasta que recordé que me estaban observando. Me obligué a reducir el paso y caminar. ¿Qué coño podía haber sucedido? ¿Nos habían delatado las cuerdas? ¿Se había caído la rejilla? ¿O habían abierto la puerta del cuarto de máquinas y encontrado a Seth?

La caminata de regreso me pareció interminable. La puerta de un despacho se abrió delante de mí y salió un tipo de mediana edad. Llevaba pantalones de poliéster marrón con pinzas y una camisa amarilla de manga corta, y parecía un ingeniero técnico de la vieja guardia. Tal vez había decidido comenzar temprano; tal vez había pasado la noche trabajando. Me miró y luego bajó los ojos sin decir nada.

Yo era el de la limpieza. Yo era invisible.

Un par de docenas de cámaras de vigilancia habían capturado mi imagen, pero no iba a atraer la atención de nadie: yo era el tío de la limpieza, el de mantenimiento. Debía estar allí. Nadie me miraría más de una vez.

Por fin llegué al cuarto de máquinas. Me detuve frente a la puerta y traté de escuchar por si había voces, preparado para correr si alguien estaba adentro con Seth, aunque tampoco quería dejarlo allí. Lo único que se oía era el débil graznido de la radio policial.

Abrí la puerta. Seth estaba del otro lado de la habitación con la radio pegada al oído.

Estaba asustado.

– Tenemos que salir de aquí -susurró.

– Qué…

– El tío del tejado. El del séptimo, quiero decir. El tío de seguridad que nos llevó al tejado.

– ¿Qué le ha pasado?

– Debe de haber regresado al tejado. Por curiosidad, por lo que fuera. Ha mirado hacia abajo, no nos ha visto, ha visto las cuerdas y los arneses, pero ni rastro de los limpiaventanas, y ha flipado. No sé, tal vez ha creído que nos había pasado algo, quién sabe.

– ¿Qué dices?

– ¡Escucha!

Hubo un chillido en la radio policial, un murmullo de voces. Oí un fragmento: «¡Planta por planta, cambio!»

Y luego:

– Unidad Bravo, adelante.

– Bravo, cambio.

– Bravo, sospecha de entrada ilegal, ala D, David. Parece que unos limpiaventanas han abandonado su equipo en el tejado. No hay señales de ellos. Quiero un registro del edificio planta por planta. Esto es un Código Dos. Unidad Bravo, que sus hombres cubran la primera planta, cambio.

– Entendido.

Miré a Seth.

– Creo que Código Dos quiere decir urgente -le dije.

– Están registrando el edificio -susurró Seth; su voz apenas era audible con el estruendo de la maquinaria-. Tenemos que largarnos de aquí.

– ¿Cómo? -dije entre dientes-. No podemos bajar con las cuerdas, aunque sigan en su sitio. ¡Y lo más seguro es que no podamos salir por esta planta, que es toda ella una trampa!

– ¿Qué coño vamos a hacer?

Respiré profundo, exhalé, traté de pensar con claridad. Quería un cigarrillo.

– Bien. Encuentra un ordenador, cualquier ordenador. Entra en la página de Trion. Busca la página de procedimientos empresariales de seguridad, mira dónde están las salidas de emergencia. Me refiero a ascensores de carga, escaleras de incendios, lo que sea. Cualquier forma de salir, aunque sea saltando.

– ¿Yo? ¿Y tú qué vas a hacer?

– Yo vuelvo allá afuera.

– ¿Qué? ¿Me estás tomando el pelo? El edificio está lleno de guardias de seguridad, no seas imbécil.

– No saben dónde estamos. Sólo saben que estamos en algún lugar del ala, y el ala tiene siete pisos.

– ¡Joder, Adam!

– Esta oportunidad no se repetirá -dije, corriendo hacia la puerta. Le mostré mi walkie-talkie Motorola-. Cuando encuentres una salida, dímelo. Me voy al Centro de Alta Seguridad. Voy a por lo que vinimos.

Capítulo 87

No corras.

Constantemente tenía que recordármelo. Calma. Caminaba por el corredor intentando parecer despreocupado mientras mi cabeza estaba a punto de estallar. No mires a las cámaras.

Iba por la mitad de la zona abierta de cubículos cuando mi walkie-talkie soltó dos pitidos.

– ¿Sí?

– Escucha, tío, me pide una identificación. La pantalla de entrada.

– Ah, mierda, claro.

– ¿Quieres que entre con tu nombre?

– Por favor no. Usa… -saqué mi cuadernito de espiral-. Usa ChadP -se lo deletreé mientras caminaba.

– ¿Contraseña? ¿Sabes la contraseña?

– MJ veintitrés -leí.

– ¿MJ?

– Seguro que es por Michael Jordan.

– Ah, claro. El veintitrés es el número de Jordan. ¿Quién es este tío, un gran jugador o qué?

¿Por qué me estaba dando conversación? ¿No estaba cagado de miedo?

– No -dije, distraído, al entrar en la zona de cubículos. Me quité el casco amarillo y las gafas, porque ya no los necesitaba, y los dejé bajo un escritorio al pasar-. Sólo un arrogante, igual que Jordan. Ambos se creen el mejor, pero sólo uno está en lo cierto.

– Vale, ya he entrado -dijo-. ¿Página de seguridad, me dices?

– Procedimientos empresariales de seguridad. Mira qué puedes averiguar acerca del muelle de carga, si podemos salir por ahí usando el ascensor. Ésa puede ser nuestra mejor forma de escapar. Tengo que colgar.

– Date prisa -dijo.

Delante de mí había una puerta de acero pintada de gris con una pequeña ventana en forma de diamante reforzada con malla metálica. Sobre la puerta había un letrero que rezaba: sólo personal autorizado.

Me acerqué a la puerta lentamente, desde un ángulo, y miré por la ventana. Al otro lado había una sala de espera pequeña, de aspecto industrial y suelo de hormigón. Conté dos cámaras de circuito cerrado montadas sobre la pared, cerca del techo: sus luces rojas parpadeaban. Estaban encendidas. También alcanzaba a ver las pequeñas vainas blancas en cada esquina de la habitación: los detectores infrarrojos de movimiento.

Pero en los detectores no había luces de encendido. No podía estar seguro de ello, pero parecían apagados. Tal vez los de seguridad los habían apagado por un par de horas, finalmente.

En una mano llevaba una carpeta con sujetapapeles; trataba de parecer «oficial», como si obedeciera unas instrucciones que llevaba escritas. Con la otra mano probé a mover el pomo de la puerta. Estaba cerrada. Montado sobre la pared, a la izquierda del marco de la puerta, había un pequeño sensor de proximidad gris, igual a los que se veían en todo el edificio. ¿Lo abriría la tarjeta de Alana? Saqué mi copia y la moví frente al sensor, deseando con todas mis fuerzas que la luz se pusiera verde.

Y escuché una voz.

– ¡Oiga! ¡Usted!

Me di la vuelta lentamente. Un guardia de seguridad de Trion corría hacia mí, y otro lo seguía.

– ¡Quieto! -gritó el primer hombre.

Mierda. El corazón se me iba a salir.

Cogido.

¿Y ahora qué, Adam?

Miré a los guardias, y mi expresión pasó de la sorpresa a la arrogancia. Respiré hondo. En voz baja, les dije:

– ¿Qué, lo habéis encontrado?

– ¿Eh? -dijo el primer guardia, disminuyendo la marcha hasta detenerse.

– ¡Vuestro maldito intruso! -dije, alzando la voz-. La alarma ha empezado a sonar hace cinco minutos y vosotros seguís corriendo por ahí como idiotas, rascándoos el culo.

Puedes hacerlo, me dije. Esto es lo tuyo.

– ¿Señor? -dijo el segundo guardia. Ambos se habían quedado paralizados, mirándome con sorpresa.

– Pero qué imbéciles. ¿No tenéis idea de por dónde ha entrado? -les gritaba como un sargento de maniobras, como si fuera a colgarlos por las pelotas-. ¿Creéis que habríamos podido poneros las cosas más fáciles? Por Dios, lo primero es hacer una revisión del perímetro. ¡Página veintitrés del puto manual! Si lo hacéis, encontraréis una rejilla de ventilación desmontada.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Paranoia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Paranoia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Paranoia»

Обсуждение, отзывы о книге «Paranoia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.