Joseph Finder - Paranoia

Здесь есть возможность читать онлайн «Joseph Finder - Paranoia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Paranoia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Paranoia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Adam Cassidy tiene veintiséis años y odia su empleo miserable en una compañía tecnológica, pero su vida cambia por completo cuando le ofrecen convertirse en espía infiltrado en la Trion Systems, el principal competidor de su empresa. Sus superiores le preparan, le proporcionan información sobre su nueva empresa y, en cuanto empieza a trabajar en ella, se convierte en empleado estrella ascendiendo rápidamente a puestos de gran responsabilidad. Ahora su vida es perfecta: adora su trabajo, conduce un Porsche y tiene una novia que quita el sueño; lo único que tiene que hacer para mantener las cosas como están es traicionar a todos los que le rodean.
«Ha llegado el nuevo Grisham… Paranoia es un thriller magistralmente narrado y tremendamente absorbente» People Magazine

Paranoia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Paranoia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Había un inmenso club deportivo con instalaciones de última generación, dos mil metros cuadrados donde muchos ricos que no vivían allí hacían ejercicio o jugaban a squash o hacían Pilates o yoga taoísta y tomaban saunas e ingerían proteínas en forma de exquisiteces en la cafetería.

Ni siquiera tenías que aparcar coche. Lo dejabas a la entrada del edificio, y el mozo se lo llevaba a algún lado y lo aparcaba él mismo, y luego podías llamar para que te lo devolvieran.

Los ascensores viajaban a velocidad supersónica -tan rápido que los oídos se te tapaban-, tenían paredes de caoba y suelos de mármol y eran más o menos del mismo tamaño que mi anterior piso.

La seguridad también era muchísimo mejor aquí. Los matones de Wyatt no podrían entrar tan fácilmente y registrar mis cosas. Eso me gustó.

Ninguno de los pisos de Harbor Suites costaba menos de un millón, y el mío pasaba de los dos millones, pero todo era gratis -muebles incluidos- como cortesía de Trion Systems, una especie de beneficio extra.

La mudanza fue indolora, porque no conservé nada de mi viejo piso. Goodwill y el Ejército de Salvación vinieron y se llevaron el sofá grande y horrible, la mesa de formica de la cocina, la cama y el colchón de muelles y toda esa basura, hasta mi viejo escritorio de mierda. Del sofá cayó toda la basura del mundo cuando lo levantaron para llevárselo: papeles de Zig-Zag, toda la parafernalia del drogadicto. Conservé mi ordenador, mi ropa y la cacerola de hierro negro de mi madre (por razones sentimentales, porque nunca la usaba). Lo metí todo en el Porsche, lo cual da una idea de lo poco que había, porque en el maletero de un Porsche hay cero espacio. Todos los muebles los mandé traer de esa tienda de muebles lujosos, Domicile (fue sugerencia del agente): sofás grandes, acolchonados y demasiado rellenos en los cuales uno podía ahogarse, con sus sillones a juego, y una mesa de comedor con sillas que parecían venir de Versalles, una cama gigantesca con cabecera de hierro, tapetes persas. Colchones Dux, supercaros. Todo. Un ojo de la cara, pero no era yo quien pagaba.

De hecho, los de Domicile estaban trayéndome los muebles cuando el portero, Carlos, me llamó para decirme que abajo me esperaba un visitante, un señor Seth Marcus. Le dije que lo hiciera pasar.

La puerta principal estaba ya abierta para los del almacén, pero Seth llamó al timbre y se quedó parado en el vestíbulo. Llevaba una camiseta de Sonic Youth y vaqueros Diesel rotos. Sus ojos marrones, que normalmente se veían tan llenos de vida, casi maníacos, parecían muertos. Estaba apagado, y no supe si se sentía intimidado o celoso o cabreado -o una combinación de las tres cosas- por el hecho de que yo hubiera desaparecido de su radar.

– Hola, tío -dijo-. Te he encontrado.

– Hola -le dije y le di un abrazo-. Bienvenido a mi humilde morada.

No sabía qué más decir. Por alguna razón me sentía avergonzado. No quería enseñarle el lugar. Él se quedó en el vestíbulo.

– ¿No ibas a decirme que te mudabas?

– Ha sido una cosa repentina -dije-. Iba a llamarte.

Sacó una botella de champán barata de esa mochila de lienzo que llevaba como si fuera un cartero. Me la dio.

– He venido a celebrarlo. He pensado que una caja de cerveza era poco para ti.

– ¡Genial! -dije, recibiendo la botella e ignorando el ataque-. Pasa, pasa.

– Joder, esto es magnífico -dijo con voz plana y poco entusiasta-. Inmenso, ¿no?

– Ciento ochenta y cinco metros. Ven, te lo enseño.

Le hice el tour. Seth dijo cosas graciosas como «Si eso es una biblioteca, ¿no necesitas libros?» y «lo único que te hace falta para amueblar la habitación es una chati». Dijo que mi piso era «una mierda» y «que apestaba», lo cual era su forma falsamente gangsteril de decir que le gustaba.

Me ayudó a quitarle el plástico y la cinta a un sofá para que pudiéramos sentarnos. Lo habían puesto en medio del salón, cómo flotando allí, de cara al océano.

– Guay -dijo, hundiéndose en él. Parecía como si quisiera poner los pies sobre algo, pero todavía no me habían traído la mesa de centro, lo cual estaba bien, porque no quería verle poner sus Doc Martens llenas de barro sobre mi mesa.

– ¿Ahora te haces la manicura? -dijo con suspicacia.

– De vez en cuando -admití con voz tímida. No podía creer que se diera cuenta de detalles tan pequeños como mis uñas. Dios mío-. Tengo que tener pinta de ejecutivo, ¿sabes?

– ¿Y qué le pasa a tu pelo?

– ¿Qué le pasa?

– ¿No crees que es, digamos, un poco mariposa?

– ¿Mariposa?

– Como demasiado elegante, ¿sabes? ¿Te pones mierdas en el pelo, gomina o espuma o algo así?

– Un poco de gomina -dije en tono defensivo-. ¿Y qué tiene eso de malo?

Achicó los ojos y sacudió la cabeza.

– ¿Te has puesto colonia?

Quise cambiar de tema.

– Creía que trabajabas hoy por la noche -dije.

– ¿Te refieres a lo del bar? No, lo he dejado. Resultó ser una mierda.

– Parecía un sitio guay.

– No para el que trabaja allí, tío. Te tratan como a un puto camarero.

Solté una carcajada.

– Ahora tengo algo mucho mejor -dijo-. Estoy en el «equipo móvil de energía» de Red Bull. Te dan un coche genial para ir por ahí repartiendo muestras y hablando con gente, cosas así. El horario es totalmente flexible. Puedo hacerlo después de lo del bufete.

– Suena perfecto.

– Completamente. Me deja tiempo libre para trabajar en mi himno empresarial.

– ¿Himno empresarial?

– Todas las grandes compañías tienen uno. Un rock mediocre, o un rap, o algo. «¡Trion! ¡Cambia tu mundo!» -cantó-. Algo así. Si Trion no tiene uno, tal vez puedas hablarle de mí a la persona indicada. Te apuesto a que me pagarán royalties cada vez que uno de vosotros lo cante en un picnic de empresa.

– Veré qué puedo hacer -dije-. Hostia, no tengo copas. Estoy esperando un envío, pero no ha llegado. Dicen que en Italia el vidrio se sopla con la boca, me pregunto si todavía se alcanza a oler el ajo.

– No te preocupes. Lo más probable de todas formas es que el champán sea una mierda.

– ¿Sigues trabajando en el bufete?

Eso pareció avergonzarlo.

– Es mi única paga fija.

– Oye, eso es importante.

– Créeme, tío, hago lo menos posible. Hago justo lo necesario para sacarme a Shapiro de encima: faxes, copias, búsquedas, lo que sea, y me queda tiempo suficiente para navegar por la web.

– Guay.

– Gano veinte dólares a la hora por jugar a videojuegos y piratear CD y hacer como si trabajara.

– Genial -dije-. Los tienes bien engañados.

Pero la verdad es que era patético.

– Ya lo creo.

Y en ese momento, no sé por qué, se me escaparon las palabras.

– ¿Y a quién crees que engañas más, a ellos o a ti mismo?

Seth me miró de un modo extraño.

– ¿De qué hablas?

– Quiero decir que haces el gilipollas, haces trampas trabajando lo menos posible, ¿y alguna vez te has preguntado por qué lo haces? ¿Qué sacas de todo eso?

Sus ojos se encogieron, hostiles.

– ¿De qué vas?

– Llegará un momento en que tengas que comprometerte con algo, ¿sabes?

Se quedó en silencio.

– Lo que tú digas -dijo al fin-. Oye, ¿quieres salir, ir a alguna parte? Esto es demasiado adulto para mí, me pone los pelos de punta.

– Vale.

Había estado pensando en llamar al hotel y pedir que nos mandaran a un cocinero para hacer la cena, porque creí que Seth se sentiría impresionado o le parecería guay, pero de inmediato recapacité. No habría sido buena idea. Habría sacado a Seth de casillas. Aliviado, llamé al mozo y le pedí que trajera mi coche.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Paranoia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Paranoia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Кейт Новак - Finder's Bane
Кейт Новак
Joseph Finder - Guilty Minds
Joseph Finder
Ruth Warburton - Witch Finder
Ruth Warburton
Colin Harrison - The Finder
Colin Harrison
Roger Taylor - Dream Finder
Roger Taylor
Kimberly Derting - The Body Finder
Kimberly Derting
Joseph Finder - Power Play
Joseph Finder
Joseph Finder - Vanished
Joseph Finder
Gill Hasson - Career Finder
Gill Hasson
Отзывы о книге «Paranoia»

Обсуждение, отзывы о книге «Paranoia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x