John Gardner - Scorpius
Здесь есть возможность читать онлайн «John Gardner - Scorpius» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Scorpius
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Scorpius: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Scorpius»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Scorpius — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Scorpius», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– Si quieres hacerte atrás, me lo dices, Harry -le sugirió-. Calculo que nuestras posibilidades de atravesar el pantano son menos de un cincuenta por ciento. Y de un cincuenta si llegamos al agua.
Le explicó que en el caso de que ella sobreviviera, pero él no, debería dirigirse al teléfono más próximo y llamar a la policía.
– Si la palmo en el pantano tendrás que cumplir la misión tú sola.
No añadió que si era afortunado o, mejor aún, si los dos conseguían su propósito, pensaba actuar de manera distinta. No llamaría a la policía local, sino a un número cuyo receptor actuaría con gran celeridad. Volvió a acordarse del avión que había visto volar aquella tarde. La idea seguía fija en su mente. ¿Se trataba de un intento en aquellos momentos ya críticos para asaltar la residencia de Scorpius con armas y gases lacrimógenos? Si lograba hacerlos entrar rápidamente, los Humildes podían ser retenidos en el interior. Hubiera deseado, a ser posible, entrar a hurtadillas, en el comedor y mirar el mapa para hacerse cargo de todos los detalles que proporcionaban las titilantes lucecitas. Pero tendría que dejarlo para más tarde.
Harriett le obligó a repetir una y otra vez todo cuanto ya le había explicado, Y al atardecer los dos se acercaron a la ventana para examinar el terreno que debían atravesar.
Durante el día unos guardianes que apenas se hicieron visibles les habían llevado alimentos y retirado los platos sucios. Antes de cenar, Bond se metió en el cuarto de baño y dejó chorrear el agua, con el fin de disimular ruidos extraños; abrió el compartimento secreto de la maleta y empezó a preparar las tres bombas de plástico. Se tomó todo el tiempo necesario, comprobando y volviendo a comprobar las mechas electrónicas, que fue colocando en lugares separados: una en el compartimento secreto, otra en la cartera propiamente dicha, y otra en el armarito del cuarto de baño. Sabia exactamente cuál de ellas debería colocar en las correspondientes blandas bolitas de plástico. Guardó todo lo demás y procedió a realizar el siguiente preparativo, que consistía en adaptar un gorro de ducha de los que el cuarto de baño estaba bien provisto, lo mismo que de otros objetos, todos los cuales llevaban etiquetas de los mejores hoteles del mundo. Estaba bien claro que Scorpius era un ladrón muy diestro. Cuando hubo terminado, con el gorro y un trozo de alambre había fabricado una pistolera perfectamente impermeable en la que introducir la Browning antes de lanzarse al agua.
Tras haber cenado estofado de pollo, buey a la Wellington y tarta de frambuesa, pudo observar que Harriett se estaba poniendo nerviosa. El miedo a lo desconocido que en este caso podía ser la muerte, empezaba a mostrarse en su mirada y en el modo en que paseaba de un lado a otro de la habitación. La comida fue retirada y los dos se bañaron antes de meterse en la cama. Él había decidido que se levantarían a las cuatro y media de la mañana, y en el momento de acostarse pudo notar cómo Harriett temblaba de miedo y de emoción.
– Todavía puedes volverte atrás si lo deseas -le murmuró Bond-. También sería posible salir de aquí haciendo explotar la casa, pero ese sistema es muy peligroso y yo creo sinceramente que el más practicable es el que he elegido. Las serpientes que no mueran quedarán atontadas y podremos atravesar el pantano en cuestión de segundos. No creo que nos acosen. Pero si intentamos abrirnos camino por la casa, los hombres de Scorpius nos abatirán con sus armas. Poseen movilidad Y conocen el interior del edificio mucho mejor que nosotros.
– No te preocupes, James -le aseguró ella, acurrucándose contra su cuerpo-. Iré contigo y no te abandonaré. Pero ahora ámame, querido. Será el mejor reconfortante.
Antes de media noche Bond fue al cuarto de baño y sacó las tres bombas. Las llevaría puestas por orden de uso en la mano izquierda. La Browning iría en su cinto dispuesta para ser transferida cuando llegara el momento al gorro de baño que llevaba atado a la cintura. El cuchillo y otros objetos diversos quedarían distribuidos por los bolsillos.
Se volvió a la cama, pero no pudo dormir ni tampoco Harriett, de modo que hicieron el amor una vez más y luego descansaron uno en brazos de otro hasta que 1legó el momento de prepararse para actuar.
Por causa de los micrófonos habían ideado un procedimiento para vestirse casi en silencio total, y hacia las cuatro y veinticinco estaban los dos junto a la ventana. Bond pasó revista uno por uno todos los movimientos. Fuera se habían apagado los focos. A exactamente las cuatro treinta hizo una señal con la cabeza. Harriett se acercó a él y le dio un último beso y un abrazo. Bond la retuvo durante un segundo y enseguida abrió la puerta vidriera.
En la penumbra, Harriett se agarró a su cinturón. Pero apenas habían dado dos pasos hacia adelante, cuando Bond tropezó de improviso con algo que parecía tan sólido como un muro de ladrillo.
Todo a su alrededor se volvió negro, pero al instante los dos quedaron vivamente iluminados y rodeados de imágenes de ellos mismos.
En una fracción de segundo, en la que había ocurrido todo aquello, Bond comprendió cómo actuaba la trampa. Al mirar desde la ventana no se distinguía nada extraño. Pero una vez en el exterior, se quedaba atrapado en un gran compartimento tan grande como un cuarto de baño, hecho enteramente de cristal y con los bordes curvados. Una vez atrapados en aquella caja, la puerta deslizante se cerraba automáticamente, al tiempo que una potente luz se encendía en la parte superior. Las desconcertantes imágenes reflejadas provenían de que el cristal había sido tratado de tal modo que al encenderse las luces las paredes se convertían en espejos casi perfectos.
¿De modo que era aquello a lo que Scorpius había aludido cuando mencionó haber añadido algunos refinamientos producto de su imaginación?
Harriett se puso a gritar histéricamente, intentando trasponer el muro de cristal.
A nivel del suelo y junto a lo que habían imaginado que era el exterior de las habitaciones se había abierto un largo enrejado. Y de él, impulsados por algún mecanismo secreto, empezaron a surgir enormes escorpiones rampantes, aterrorizados y frenéticos al ser heridos por la cruda luz de los focos.
Surgían a montones, no en decenas, sino en lo que parecía a centenares como una marea continua. Algunos parecían caer también de la parte superior de su prisión de vidrio, mientras otros intentaban trepar por el mismo. Aunque muchos alacranes se mataban entre ellos, la catarata era implacable y Bond se quedó helado de horror, mientras Harriett chillaba y se agarraba a su cuerpo como clavada al suelo, hipnotizada por aquellos horribles insectos. La piel de Bond empezó a contraerse mientras todo cuanto podían registrar sus sentidos se concentraba en aquel vasto ejército que parecía surgir de las entrañas de la tierra y cuyas largas colas curvadas mostraban su aguijón dispuestos al ataque.
Los gritos de Harriett repercutían en el interior de Bond, mezclándose el horror con una sensación de silenciosa angustia. Más por su parte, ningún grito se desplazaría de su cerebro para surgir de sus labios. Eran los alaridos que suenan en las pesadillas, en esos sueños que horripilan la piel, en los horrores y fantasías en los que seres extraños se acercan silenciosos y amenazadores con pasos ahogados, dispuestos a clavaros su veneno en el corazón.
21. Herencia mortal
Bond alargó la mano hacia su Browning al tiempo que gritaba:
– ¡Cúbrete la cara!
Confiaba en que el vidrio no fuera a prueba de balas y apretó el gatillo tres veces: arriba, en medio y abajo. Era preciso actuar sin pensar en nada para salir de aquella caja de cristal, bajo la luz cegadora, rodeados de espejos mientras cientos de escorpiones duplicaban su número y lo triplicaban a cada segundo que iba transcurriendo.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Scorpius»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Scorpius» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Scorpius» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.