Gianrico Carofiglio - Con los ojos cerrados

Здесь есть возможность читать онлайн «Gianrico Carofiglio - Con los ojos cerrados» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Con los ojos cerrados: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Con los ojos cerrados»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Guido Guerrieri es un abogado muy especial. Despues de anos de defender a personajes impresentables y de tocar fondo en todos los aspectos de su vida, Guerrieri, quiza en busca de alguna modesta redencion, empieza a trabajar en casos de esos que no aportan dinero ni gloria sino tan solo nuevos enemigos. En Testigo involuntario era un inmigrante senegales acusado del brutal asesinato de un nino. En Con los ojos cerrados, Guerrieri se topa con el caso de una mujer golpeada que ha tenido el valor de denunciar el acoso de su ex pareja. Hasta ahora, ningun abogado quiere representarla por temor a los poderosos personajes implicados. Pero cuando un inspector de policia se presenta en su despacho para pedirle ayuda, y lo hace acompanado de Sor Claudia, una monja que, mas que religiosa, parece una mujer policia, Guido Guerrieri se da cuenta de que este puede ser el caso mas interesante, y mas dificil, de toda su carrera

Con los ojos cerrados — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Con los ojos cerrados», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No recuerdo exactamente lo que ocurrió después. El hombre empezó a negarlo, pero poco después confesó, hay que reconocerlo. Aunque no recuerdo muy bien la secuencia, ni lo que dijo, ni lo que preguntaba el fiscal y tampoco lo que dije yo para otorgar un significado a mi inútil presencia. En aquel momento no era importante. Lo que, en cambio, recuerdo muy bien es el olor que poco después invadió la pequeña estancia de la comisaría. Anulando el pestazo a humo -el pestazo frío de muchos años y el pestazo aún caliente de una noche de interrogatorios-, los olores de las personas, del papel, del polvo, de los posos de café en los vasitos de plástico.

Era un olor agrio, invasor y un poco obsceno. Inconfundible para mí después de aquella noche.

Inmediatamente después de haberle dicho a Martina que el abogado de Scianatico escarbaría en sus problemas más íntimos y personales, percibí aquel olor. No muy fuerte, pero inconfundible. Y no fue agradable. Traté de ignorarlo mientras empezaba a facilitarle instrucciones acerca de la manera en que debería comportarse.

– Tal como ya hemos dicho, intentará provocarla. Y, por consiguiente, la primera norma es no responder a las provocaciones. Es lo que él quiere, pero nosotros no se lo tenemos que dar.

– ¿Cómo… cómo puede intentar provocarme?

– Con el tono de voz; con insinuaciones; preguntas agresivas.

Antes de seguir adelante, hice una breve pausa. Para respirar y echar un vistazo a sor Claudia. Su rostro mostraba la animada expresión de una escultura de la isla de Pascua.

– Alusiones a sus problemas personales… tal como ya le he dicho.

– ¿Pero qué tienen que ver mis problemas con el juicio?

Claro, ¿qué tenían que ver? Buena pregunta. Si has tenido necesidad de acudir a un psiquiatra, ¿no puedes actuar como testigo? ¿Puedes ejercer como abogado?, me pregunté antes de contestar, recordando algunos angustiosos fragmentos de mi pasado.

– En abstracto, y quiero subrayarlo, en abstracto, el hecho de que un testigo haya tenido algún tipo de problema de incomodidad o malestar con algo puede ser significativo. Para valorar la credibilidad de lo que dice, para reconstruir mejor la historia de sus declaraciones, etcétera. En concreto, nosotros -me refiero tanto a mí como a la Fiscalía- prestaremos mucha atención para impedir que se produzcan abusos. Pero tampoco sería una buena idea oponerse a cualquier pregunta acerca de sus problemas de salud…

Dificultad emocional. Problemas de salud. Me detuve a pensar que estaba haciendo auténticas acrobacias verbales para no llamar a las cosas por su verdadero nombre.

– … acerca de sus problemas de salud, porque podría parecer que tenemos algo que ocultar. Por tanto, mi idea es la siguiente, si ustedes… si usted está de acuerdo. Vamos a tratar de adelantarnos. Cuando me corresponda a mí interrogarla, yo seré el primero en hacerle preguntas acerca de estos temas. Ingreso hospitalario, tratamientos psiquiátricos, etcétera. De esta manera, sacamos a relucir esta cuestión con toda naturalidad, mostramos que no tenemos nada que esconder, le arrebatamos al abogado de la defensa el efecto sorpresa y la ocasión de influir en el juez, reducimos el riesgo de pasar por momentos de tensión. ¿Qué le parece?

Martina se volvió a mirar a sor Claudia; después me miró de nuevo a mí e hizo una señal mecánica de asentimiento con la cabeza. El olor era más intenso y me pregunté si sor Claudia podía percibirlo. En caso afirmativo, no se podía deducir de la expresión de su rostro. De la expresión de su rostro no se podía deducir nada. Reanudé mi exposición.

– Como es lógico, para poder hacerlo, es necesario que usted me lo cuente todo con calma.

Encendió un cigarrillo. Miró a su alrededor como si buscara algo entre los estantes, en el escritorio o al otro lado de la ventana. Después me lo contó todo. Una historia vulgar, como muchas otras.

Problemas con la alimentación desde la adolescencia. Problemas con los estudios en la universidad. Agotamiento nervioso causado por un examen que no conseguía aprobar. La depresión, la anorexia y el ingreso hospitalario. Y después el comienzo de la recuperación. Los medicamentos, la psicoterapia. Conocer a una enfermera que también trabajaba como voluntaria en Safe Shelter. Conocer a sor Claudia, su compromiso con las chicas en la casa-refugio. Al final, la licenciatura. El trabajo.

Conocer a Scianatico.

Y todo lo demás, que yo sabía en parte. Me dijo también otras cosas que yo no sabía acerca de su convivencia con Scianatico y de ciertas aficiones de éste. Cosas muy desagradables, pero que quizá podríamos exponer en el juicio si yo conseguía encontrar la manera de hacerlo.

Dijo también algo acerca de su familia. Algo de su madre. Y de su hermana menor, que estaba casada y ahora tenía un hijo. Del padre, en cambio, no me habló, y lógicamente se me ocurrió pensar que había muerto, pero no le hice ninguna pregunta al respecto.

El relato de Martina duró como mínimo tres cuartos de hora. Parecía un poco más tranquila, como si se hubiera quitado finalmente un peso de encima, y me repitió que ya no tomaba medicamentos desde hacía por lo menos cuatro años.

Esperemos que no vuelva a tomarlos después de este juicio, pensé.

– ¿Le puedo preguntar una cosa? -dijo tras haber encendido otro de sus cigarrillos.

– Dígame.

– ¿Él estará presente en la sala cuando me interroguen?

– No lo sé. Es libre de ir o no ir; sólo lo sabremos aquella misma mañana. Pero a usted le tiene que ser indiferente el hecho de que esté o no esté.

– ¿Pero él también me podrá hacer preguntas?

– No. Las preguntas sólo se las puede hacer su abogado. Y a este respecto, recuerde una cosa: cuando el abogado la interrogue y cuando usted responda, no lo mire a él. Mire al juez, mire hacia delante; no lo mire a él. Recuerde que no tiene que entrar en conflicto con él, y eso es más fácil si evita enfrentarse a él con la mirada. Y después, si no ha entendido bien una pregunta, no trate de contestar. Amablemente y sin mirarlo, dígale al abogado que no ha comprendido y pídale que se la repita. Y, si yo o la Fiscalía protestamos por alguna pregunta que le hagan, deténgase, no conteste y espere la decisión del juez. Todas estas cosas se las repetiré la víspera de la primera vista en la que será interrogada, pero trate de recordarlas ya desde ahora.

Pregunté si había alguna otra cosa que quisieran saber. Martina meneó la cabeza. Sor Claudia me miró unos instantes. Después debió de pensar que no era el momento para aquella pregunta, cualquiera que ésta fuera. Ella también negó con la cabeza.

– Pues entonces, todo arreglado. Nos llamamos mañana por la tarde y les digo qué ha ocurrido.

Es lo que dije mientras las acompañaba a la puerta.

Pero no estaba nada convencido de que todo estuviera arreglado.

Cuando se fueron, abrí las ventanas, a pesar de que fuera hacía frío. Para ventilar.

No quería que el ácido olor del miedo permaneciera mucho rato allí dentro.

17

Cerré el despacho, regresé a casa, cené con Margherita y, a la hora de ir a dormir, dije que bajaría a mi apartamento. Tenía que trabajar, examinar unos documentos para el juicio del día siguiente y tardaría un buen rato en irme a la cama. No quería molestarla y prefería dormir en mi casa.

Sólo era cierto que no quería molestarla. Hay noches en que ya sabes que te la vas a pasar en blanco. No es que haya una señal especial, llamativa e inconfundible. Simplemente lo sabes. Y aquella noche lo sabía. Sabía que me metería en la cama y allí me quedaría, completamente despierto, por espacio de una hora o algo más. Después me tendría que levantar, porque no puedes estar en la cama las noches de insomnio. Daría vueltas por la casa, me pondría a leer algo con la esperanza de que me entrara el sueño, encendería el televisor y cumpliría todo el resto del ritual. No quería que todo eso ocurriera en casa de Margherita. No quería que me viera enfermo, aunque sólo fuera de insomnio ocasional. Me daba vergüenza.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Con los ojos cerrados»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Con los ojos cerrados» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Verdon - No abras los ojos
John Verdon
Gianrico Carofiglio - Temporary Perfections
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Reasonable Doubts
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - A Walk in the Dark
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Involuntary Witness
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Testigo involuntario
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Las perfecciones provisionales
Gianrico Carofiglio
Paula Siles Sellés - Amar con los ojos abiertos
Paula Siles Sellés
Отзывы о книге «Con los ojos cerrados»

Обсуждение, отзывы о книге «Con los ojos cerrados» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x