Gianrico Carofiglio - Las perfecciones provisionales

Здесь есть возможность читать онлайн «Gianrico Carofiglio - Las perfecciones provisionales» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las perfecciones provisionales: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las perfecciones provisionales»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En Bari, la vida del abogado Guido Guerreri transcurre en un perfecto equilibrio entre su trabajo de abogado y los éxitos que éste le reporta -acaba de mudarse a un moderno despacho donde cuenta con dos eficientes colaboradores- y su solitaria vida privada siempre con tendencia a sumergirle en la melancolía. Una melancolía que combate con su música, sus largos paseos nocturnos y su saco de boxeo al que trata como un auténtico amigo.
Sin embargo, como todos los equilibrios perfectos, el de Guido Guerreri está condenado a ser provisional y cuando recibe la petición de un colega de investigar la desaparición de la joven Manuela, a quien nadie ha visto desde hace ya varios meses, su rutina se verá alterada y se verá obligado a mirar a los ojos a una juventud que, por más que le pese, ya nada tiene que ver con la suya.
Fenómeno de ventas en Italia y adorado por la crítica, Gianrico Carofiglio posee la maestría de los grandes narradores y, al mismo tiempo, la contención de sus historias y la sutil ironía de sus personajes convierte sus novelas en un delicioso entretenimiento.

Las perfecciones provisionales — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las perfecciones provisionales», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Así que fue a casa de Duilio para proveerse de cocaína y llevársela a Roma.

– Sí.

– ¿Cuánta tenía que coger?

– No lo sé. Se llevaba siempre cincuenta gramos, a veces cien. Se entendían entre ellos. Cuando tenía dinero se la pagaba en el momento; cuando no, Duilio le fiaba.

– ¿Qué hace Duilio en la vida?

– Tiene un concesionario de coches. Es decir, trabaja en el concesionario de su padre, pero también está metido en política.

– Y redondea con la cocaína.

Otro leve movimiento de cabeza para decir que sí.

– ¿Cuántos años tiene este caballero?

– Treinta y dos.

Me tomé unos segundos para procesar todo lo que acababa de oír antes de seguir haciéndole preguntas.

– Entonces, Manuela fue a casa de Duilio, donde estabas también tú, y se dio una ducha, ¿qué pasó luego?

– La idea era salir a cenar fuera, pero Manuela quería probar antes la mercancía. Era una partida nueva, Duilio la había recibido el día anterior.

– ¿Llegó con esa idea?

– Sí. Se le había acabado desde hacía varios días. Pensaba que podría encontrar en los trulli, pero ese fin de semana no había nadie que tuviera. Llegó con esa idea fija en la cabeza.

Pensé que Anita era una gran observadora. ¿Cuáles habían sido sus palabras? Manuela no parecía una persona que estuviese tranquila… Estaba un poco…, un poco acelerada.

– ¿Qué quieres decir, que estaba enganchada?

– Esnifaba casi todos los días. Al principio conseguía que se la regalaran, se metía rayas en las fiestas… Luego ya no tuvo bastante con los regalitos y las fiestas, por eso empezó a traficar. No podía abastecerse con el dinero que le pasaban sus padres.

– Continúa.

– Se duchó y luego pensamos en meternos unas rayas, antes de salir. Era una farlopa buenísima, una de las mejores que habíamos probado nunca. La idea era meternos dos o tres rayas y luego salir, pero Manuela quiso más. Empezó a meterse y a meterse, y yo le dije que parara, que se estaba pasando. Pero ella contestó que llevaba seca un montón de días, que estaba a punto de caer en una depresión, y que tenía que reponerse. Se reía como si estuviera loca, parecía una loca. En un momento dado, Duilio también empezó a preocuparse.

– ¿Qué pasó entonces?

– Duilio dijo que ya estaba bien e intentó quitársela. Ella se cabreó, le gritó que si no le daba más montaría el pollo. Ya te lo he dicho, parecía una loca.

Durante unos instantes dejé de escuchar las palabras de Caterina para concentrarme en el sonido de su voz. Carecía totalmente de emoción, el ritmo era monocorde, no parecía que estuviese contando una historia que discurría hacia un final trágico. No parecía la voz de una joven que estaba a punto de contar cómo había muerto su mejor amiga.

– ¿Puedes repetir eso último, por favor? Me he distraído un segundo.

– Él le dijo que una raya más, y punto. Quizá se le fue la mano. Ya te he dicho que se había puesto hasta arriba, y encima se metió también aquella raya, entera. No era la primera vez que se pasaba tanto.

– ¿Y luego?

– Luego, poco después, empezó a encontrarse mal. Sudaba, tenía temblores, el pulso aceleradísimo, parecía como si le hubiese dado un ataque de fiebre de repente. También se le dilataron las pupilas, daba miedo mirarle los ojos.

– ¿Y qué hicisteis?

– Yo quería llamar al 118, pero Duilio dijo que era mejor esperar. Dijo que ya había visto, otras veces, a personas en esas condiciones, y que luego se les pasaba. Decía: «Espera, esto es algo que ocurre a veces. Si llamamos al 118 luego vendrá también la policía y nos veremos de mierda hasta el cuello. Verás cómo dentro de poco se encontrará mejor». En un momento dado dejó de temblar y cerró los ojos. Parecía que se había quedado dormida y nos tranquilizamos. Pensamos que la crisis había pasado.

– ¿Y en cambio?

– A los pocos minutos nos dimos cuenta de que no respiraba.

Siempre aquel tono neutro, sin timbre alguno, que infundía miedo.

Había estado casi seguro, desde el primer momento, de que Manuela había muerto. Pero ahora que lo sabía sin lugar a dudas, ahora que me lo estaba contando una persona que la había visto morir, no conseguía creerlo. Intenté precisar aquella sensación y me di cuenta de que, durante todos esos días, mientras estaba convencido de que Manuela estaba muerta, me la había estado imaginando viva.

Estaba viva, en uno de los mundos paralelos en los que nuestra fantasía crea y deposita las historias. Las que les contamos a los demás y las que nos contamos a nosotros mismos, estas últimas mucho más engañosas y con más poder.

– ¿Qué hicisteis entonces?

– Duilio le hizo la respiración artificial y le dio un masaje cardiaco, pero no sirvió de nada. Entonces yo dije que teníamos que avisar a la policía. Me estaba entrando un ataque de pánico.

Me abstuve de decirle que lo dudaba mucho, dada la frialdad con la que me estaba contando aquella historia espantosa.

– Pero no lo hicisteis.

– Duilio dijo que era una gilipollez, que íbamos a terminar en el trullo los dos. Dijo que había sido un accidente y que, en el fondo, la culpa había sido sólo de Manuela, por haberse metido tanta coca. No le íbamos a devolver la vida por avisar a la policía y, en cambio, arruinaríamos las nuestras.

– ¿Qué hicisteis entonces?

Me contó qué habían hecho. Me contó cómo se habían desecho del cuerpo de Manuela: cómo lo habían envuelto en una alfombra, igual que en un guión pésimo, transportado hasta un vertedero ilegal, en un remoto lugar de Murgia, y quemado junto a sus cosas con unos neumáticos porque Duilio sabía que ése es el mejor sistema -es el que usan los sicarios de la mafia- para hacer desaparecer un cadáver. Los neumáticos lo queman todo, hasta el último resto, y cuando dejan de arder ya no queda nada.

Mientras la escuchaba me sentí arrollado por un terrorífico vértigo de irrealidad.

Lo que estoy oyendo no puede ser verdad, es una pesadilla. Dentro de poco me despertaré en mi cama, empapado de sudor, me daré cuenta de que todo era mentira, me levantaré, beberé un vaso de agua y luego, muy despacio, me vestiré e iré a dar un paseo, aunque afuera siga estando oscuro. Igual que hacía, a veces, cuando padecía de insomnio.

Luego sentí el impulso de darle una bofetada, para liberarme. Noté cómo mi mano derecha se contraía sobre el asiento, pensé en que si a mí me estaba resultando insoportable enterarme de aquellas cosas, para los padres de Manuela iba a ser una tortura sin fin.

No la abofeteé. Seguí haciéndole preguntas porque todavía quedaban puntos sin aclarar. Detalles. O quizá no.

– ¿No pensasteis que la policía pudiera llegar hasta vosotros de todas formas?

– No. Manuela tenía ese segundo teléfono, el que has descubierto tú. La tarjeta se la había mandado comprar a un tío de Roma, fue idea de Duilio, que estaba paranoico con lo de las escuchas, por lo de la droga y por la política. Usaba ese teléfono sólo para hablar conmigo, con Duilio y, creo, con la gente a la que le vendía coca en Roma. La tarjeta no estaba a su nombre, ni siquiera sus padres sabían que existía ese segundo número, pensamos que nadie iba a descubrirlo y llegar hasta nosotros comprobando las llamadas. Nadie sabía tampoco que habíamos quedado esa tarde.

Nada que decir. Era simple, burocrático, y casi perfecto.

Casi.

– ¿Por qué aceptaste hablar conmigo?

– ¿Y qué iba a hacer, si no? Me lo había pedido la madre de Manuela, no podía negarme. Hubiese levantado sospechas, fue lo que te pasó con Michele cuando se negó a verte.

– Y, luego, ¿por qué decidiste ayudarme?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las perfecciones provisionales»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las perfecciones provisionales» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Las perfecciones provisionales»

Обсуждение, отзывы о книге «Las perfecciones provisionales» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x