Michael Connelly - La oscuridad de los sueños

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Connelly - La oscuridad de los sueños» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La oscuridad de los sueños: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La oscuridad de los sueños»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Jack McEvoy tiene los días contados como periodista de sucesos; sus momentos de gloria languidecen y su nombre se baraja en las listas de recortes previstos por Los Angeles Times. Sin embargo, guarda todavía un último cartucho: la redacción de la que pretende que sea la crónica criminal más impactante de su carrera.
Para ese propósito, elige a Alonzo Winslow, un drogadicto de dieciséis años encarcelado tras confesar la autoría del asesinato de una joven hallada estrangulada en el maletero de un coche. Jack quiere escribir acerca de la negligencia y la injusticia social que convirtieron a Winslow en un asesino. Al adentrarse en la historia, descubre que la confesión del chico es falsa y sospecha que es inocente. Tras vincular el asesinato del maletero de Los Ángeles con otro acontecido en Las Vegas, McEvoy se ve ante el reportaje más espectacular de su carrera desde que el Poeta se cruzara con él años atrás.
Una vieja amiga del pasado se une a la investigación; se trata de la agente del FBI, Rachel Walling. Juntos le pisarán los talones a un psicópata que lleva demasiado tiempo actuando a la sombra del radar del FBI y la policía.

La oscuridad de los sueños — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La oscuridad de los sueños», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Tengo buenas noticias para ti aquí -dijo.

Sonrió y movió un documento grueso del lado de su escritorio al frente y al centro. Lo miró mientras hablaba.

– Mira, Jack, pensamos que este caso va a traer cola. Tanto si atrapan a ese tipo pronto como si no, es una historia que vamos a seguir durante un tiempo. Y por eso estamos pensando que vamos a necesitarte, Jack. Simple y llanamente, queremos que te quedes.

Lo miré desconcertado.

– ¿Quieres decir que no me despedís?

Kramer continuó como si yo no hubiera planteado una pregunta, como si no me hubiera escuchado emitir sonido alguno.

– Lo que estamos ofreciendo aquí es una prórroga de contrato de seis meses que comenzaría a la firma -dijo.

– O sea, que todavía estoy despedido, pero dentro de seis meses.

Kramer giró el documento y lo deslizó sobre la mesa para que yo pudiera leerlo.

– Es una prórroga estándar que se utilizará mucho por aquí, Jack.

– Yo no tengo ningún contrato. ¿Cómo puede prorrogarse?

– Lo llaman así, porque actualmente eres un empleado y hay un contrato implícito. Así que cualquier cambio en la situación que se acuerda contracturalmente se denomina prórroga. Es solo jerga legal, Jack.

Yo no le dije que la palabra contracturalmente no existía. Estaba leyendo a toda velocidad la primera página del documento hasta que choqué con un gran obstáculo.

– Según esto me pagarán treinta mil dólares por seis meses -dije.

– Sí, ese es el salario de prórroga estándar.

Hice rápidamente un cálculo a ojo.

– Vamos a ver, eso sería cerca de dieciocho mil menos de lo que gano ahora por seis meses. Así que me propones que gane menos para ayudaros a manteneros al frente con este artículo. Y déjame adivinar…

Cogí el documento y comencé a pasar páginas.

– … apuesto a que ya no tendré seguros médicos, dentales ni de pensión en virtud de este contrato. ¿Es correcto?

No pude encontrarlo y supuse que no había una cláusula sobre los seguros, ya que simplemente no existían.

– Jack -dijo Kramer en tono tranquilizador-, de algunas negociaciones salariales quizá pueda ocuparme, pero tendrás que encargarte de pagar los seguros. Es la forma en que lo hacemos ahora. Se trata simplemente de la ola del futuro.

Dejé caer el contrato de nuevo en el escritorio y miré a Kramer.

– Espera a que te llegue el turno -le dije.

– ¿Perdona?

– ¿Crees que esto termina con nosotros? ¿Los periodistas y los correctores? ¿Crees que si eres un buen soldado y cumples con tu deber al final estarás a salvo?

– Jack, no creo que sea mi situación lo que estamos discuti…

– No me importa si estamos discutiendo eso o no. No voy a firmar esto. Prefiero correr el riesgo del desempleo. Y lo haré. Pero algún día vendrán a pedirte que firmes una de estas cosas y tendrás que preguntarte cómo vas a pagar por los dientes de tus hijos y sus médicos y su escuela y todo lo demás. Y espero que te parezca bien simplemente porque es la ola del futuro.

– Jack, tú ni siquiera tienes hijos. Y amenazarme por lo que hago es…

– No te estoy amenazando y no se trata de eso, Kramer. Lo que estoy tratando de… -Lo miré fijamente durante un rato largo-. No importa.

Me levanté, salí de la oficina y me dirigí a mi cubículo. Por el camino miré el reloj y luego saqué mi teléfono móvil para ver si me había perdido alguna llamada. No. Era casi la una del mediodía en Washington, y aún no había tenido noticias de Rachel.

De vuelta a mi cubículo, miré el teléfono y el correo electrónico y tampoco tenía mensajes allí.

Había guardado silencio y había evitado entrometerme hasta entonces. Pero necesitaba saber lo que estaba sucediendo. Llamé al móvil de Rachel y la llamada fue directa al buzón de voz sin llegar a sonar. Le dije que me llamara en cuanto pudiera y colgué. Ante la pequeña posibilidad de que su teléfono estuviera sin batería o se hubiera olvidado de volver a encenderlo después de la vista, llamé al hotel Mónaco y pregunté por su habitación. Pero me dijeron que se había marchado esa mañana.

El teléfono de mi escritorio sonó en cuanto colgué. Era Larry Bernard, a dos cubículos de distancia.

– ¿Qué quiere Kramer, volver a contratar al pobre Jack?

– Sí.

– ¿Qué? ¿En serio?

– Con un sueldo más bajo, claro. Le he dicho que se lo meta donde le quepa.

– ¿Estás de broma, tío? Te tienen por las pelotas. ¿Adónde vas a ir?

– Bueno, para empezar no voy a trabajar aquí con un contrato que me paga menos y me quita las prestaciones. Y eso es lo que le he dicho. Da igual, he de irme. ¿Vas a hacer las comprobaciones del artículo de hoy?

– Sí, estoy en ello.

– ¿Alguna novedad?

– No que me estén contando. De todas formas, es demasiado temprano. Eh, te vi ayer en la CNN. Estuviste bien. Pero pensé que tendrían también a Winslow, por eso la puse. Primero lo anunciaron pero luego no salió.

– Fue allí, pero decidieron que no podían sacarlo en directo.

– ¿Y eso?

– Por su tendencia a decir «hijoputa» en todas las frases que pronuncia.

– Ah, sí. Cuando hablamos con él el viernes, me di cuenta.

– Es difícil no hacerlo. Hablamos después.

– Espera, ¿adónde vas?

– De caza.

– ¿Qué?

Le colgué el teléfono. Metí mi portátil y mis carpetas en la mochila y salí de la redacción en dirección a la escalera. La sala de redacción podía haberme parecido el mejor sitio del mundo para trabajar, pero ya no era así. Gente como el verdugo y las fuerzas invisibles que estaban tras él lo habían convertido en un lugar inhóspito y claustrofóbico. Tenía que irme. Sentía que era un hombre sin casa ni oficina adonde ir. Pero todavía tenía un coche y en Los Ángeles el coche era el rey.

M e dirigí al oeste tomando la autovía 10 en dirección a la playa. Iba en sentido contrario a la marea de tráfico y circulaba sin problemas hacia el aire limpio del océano. No sabía exactamente adónde iba, pero conducía con inconsciente determinación, como si las manos en el volante y los pies en los pedales supieran lo que mi cerebro desconocía.

En Santa Mónica, salí en la calle Cuarta y luego tomé por Pico hacia la playa. Entré en el aparcamiento donde Alonzo Winslow había abandonado el coche de Denise Babbit. Estaba casi vacío y estacioné en la misma fila y tal vez incluso en el mismo espacio donde habían abandonado a la víctima.

El sol todavía no había disipado del todo la bruma marina y el cielo estaba nublado. La noria del muelle permanecía envuelta en la niebla.

«¿Y ahora qué?», me dije a mí mismo. Miré el teléfono de nuevo. No había mensajes. Vi un grupo de surfistas que volvían de sus turnos de la mañana. Se fueron a sus coches y camiones, se despojaron de sus trajes de neopreno y se ducharon con jarras de agua. Luego se envolvieron en toallas, se quitaron los bañadores y se pusieron ropa seca tapados por la toalla. Era lo típico del surfista antes de ir a trabajar. Uno de ellos tenía una pegatina en su Subaru que me hizo sonreír. Se veía una tabla de tamaño grande y un texto que decía:

QUEREMOS UNA MÁS LARGA

Abrí la mochila y saqué el bloc de notas de Rachel. Había llenado varias páginas con mis propias notas durante la revisión de los archivos. Pasé a la última página y examiné lo que había anotado.

LO QUE NECESITABA SABER

DENISE BABBIT

1. Detalles de detención anterior

2. Espacio del maletero

3. Lugar de trabajo

4. Horario laboral; raptada después del trabajo

5. Tipo corporal: jirafa

SHARON OGLEVY

1. Amenaza del marido

2. Coche del marido – espacio de maletero

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La oscuridad de los sueños»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La oscuridad de los sueños» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Connelly - The Wrong Side of Goodbye
Michael Connelly
Michael Connelly - Murder in Vegas
Michael Connelly
Michael Connelly - The Crossing
Michael Connelly
Michael Connelly - The Drop
Michael Connelly
Michael Connelly - The Fifth Witness
Michael Connelly
Michael Connelly - Nueve Dragones
Michael Connelly
Michael Connelly - Cauces De Maldad
Michael Connelly
Michael Connelly - Cmentarzysko
Michael Connelly
Michael Connelly - Lost Light
Michael Connelly
Отзывы о книге «La oscuridad de los sueños»

Обсуждение, отзывы о книге «La oscuridad de los sueños» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x