P. Cast - Diosa Por Elección

Здесь есть возможность читать онлайн «P. Cast - Diosa Por Elección» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Diosa Por Elección: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Diosa Por Elección»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Por fin, Shannon Parker se había reconciliado con la vida en el mundo mítico de Partholon. Amaba a su marido centauro y se había acostumbrado a su conexión con la diosa Epona y los beneficios que conllevaban ambas cosas. Casi había olvidado su antigua vida en la Tierra… sobre todo, cuando descubrió que estaba embarazada…
Pero entonces una súbita explosión de poder la envió de vuelta a Oklahoma. Sin la magia, Shannon no podía regresar a Partholon, así que tendría que buscar ayuda. El problema era que esa ayuda tomó la forma de un hombre tan tentador como su marido. Y, durante el camino, Shannon descubriría que ser una diosa por error era mucho más fácil que ser una diosa por elección…

Diosa Por Elección — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Diosa Por Elección», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué demonios hay ahí? -le susurré a Epi-. ¿Un monstruo?

Ella no respondió.

– ¿Un fantasma?

Epi resopló, pero no me pareció un «sí». Fue más un resoplido que me indicaba que me callara y prestara atención.

Así pues, suspiré y esperé. A los pocos minutos, ClanFintan apareció entre la niebla. Yo recuperé el aliento.

– No he encontrado nada amenazante -dijo, y miró a Epi con exasperación-. Este apareamiento debe de estar afectándole mucho. A poca distancia del camino hay un pequeño claro, y por él corre un riachuelo, y hay dos árboles muy viejos…

– ¡Un riachuelo! -exclamé. De repente tenía mucha sed-. Bueno, si no hay nada que pueda comer, me gustaría beber un poco de agua. Después, creo que deberíamos volver. Quizá me esté cansando un poco.

ClanFintan no me reprochó que ya me lo había dicho. Se limitó a agitar la cabeza y se volvió hacia el bosque, haciéndonos un gesto para que lo siguiéramos.

Yo chasqueé con la lengua y apreté suavemente los costados de Epi con los muslos. Ella dio un paso vacilante, y después otro, y por fin siguió hacia el interior del bosque.

A pocos metros, los árboles terminaban, y había un precioso claro libre de niebla. Era como un oasis de claridad en medio de aquel día oscuro. Enseguida me llamaron la atención dos enormes árboles que se alzaban silenciosamente en mitad del claro. Entre los dos gigantes corría el riachuelo. El agua tenía un aspecto delicioso y fresco.

– Vamos a beber un poco -dije, y le indiqué a Epi que avanzara, sorprendida por su reticencia poco habitual. Ella caminó hacia el riachuelo de manera vacilante, y nos reunimos con ClanFintan, que ya se había arrodillado y estaba bebiendo con las manos.

– Deja que te ayude -me dijo él.

Entonces me tomó por la cintura y me bajó del lomo de la yegua, sonriendo, mientras dejaba que mi cuerpo se deslizara lentamente contra el suyo, hasta que mis pies tocaron el suelo. Yo me eché a reír y le besé el pecho en el lugar donde tenía el chaleco de cuero abierto, a la altura a la que quedaban mis labios cuando estaba de pie frente a él.

– Vamos, bebe un poco -me dijo, con la voz llena de emoción-. Estoy deseando volver al templo. ¿Sabes? Una mujer embarazada debe tomar varios descansos al día, descansos durante los cuales se retira a su dormitorio a reposar.

Acarició la última palabra, dejando bien claro lo que quería decir.

– ¿Me vas a dar un masaje en los pies? -murmuré contra su pecho.

– Entre otras cosas -respondió, y yo percibí la sonrisa de su voz.

– Trato hecho -dije.

Lo abracé con fuerza y le di otro beso en mitad del pecho antes de volverme hacia el riachuelo. Cuando me arrodillé para beber, miré hacia atrás, hacia la yegua. Estaba inmóvil, como una estatua plateada de sí misma. Tenía las orejas inclinadas hacia delante. Toda su atención estaba centrada en los dos enormes árboles que se erguían a ambos lados del riachuelo.

– ¡Epi! -exclamé. Ella movió las orejas hacia mí-. Ven a beber.

Ella no se movió, sino que siguió mirando a los árboles. Yo me volví hacia ClanFintan, y él se encogió de hombros, tan desconcertado por su comportamiento como yo. Yo también me encogí de hombros y me incliné hacia la corriente.

El agua era como hielo líquido. Y estaba dulce. Bebí abundantemente y cuando estuve saciada, miré de nuevo a Epi. La yegua seguía concentrada en los árboles.

Eran enormes, y obviamente, muy ancianos. De repente, noté algo extraño en ellos, y me di cuenta de que todavía conservaban las hojas. Miré a mi alrededor, hacia el bosque envuelto en niebla, a los árboles que estaban más cerca de los límites del claro. ¿No había visto yo antes que a los demás árboles se les habían caído las hojas? No podía ver nada a través de la neblina, así que me concentré en los árboles gigantes que tenía ante mí. «Robles de los pantanos», pensé con un sobresalto, y los reconocí como flora autóctona de mi estado natal, Oklahoma. Deslicé la mirada desde la espesa copa de ramas entrelazadas hacia los troncos, que estaban cubiertos de un musgo grueso. Me puse en pie bruscamente. Parecía que el musgo irradiaba un brillo apagado, y tuve muchas ganas de tocarlo.

Entonces lo sentí. Fue como una puntada de emoción, como si una pluma hubiese rozado mi conciencia. Me concentré en los árboles y volví a notarla. Y me di cuenta de que era una sensación parecida a lo que había experimentado en presencia de la columna de mármol aquel día. Recordé que Kai había dicho que yo había nacido bajo un signo de tierra, y que estaba vinculada a ella. Sonreí. Tal vez pudiera hablar con los árboles.

Pensando en aquello, comencé a caminar hacia delante, pero Epi emitió un agudo relincho que me interrumpió. Sorprendida, me detuve y me di la vuelta, y estuve a punto de toparme con la yegua, que prácticamente me pisaba los talones.

– ¡Epi! ¿Qué te ocurre?

Su única respuesta fue un gemido, mientras frotaba la cabeza en mi pecho.

– No pasa nada. Sólo voy a mirar esos árboles. Después volveremos al templo.

Miré a mi marido, que nos estaba observando con una expresión divertida.

– Me está volviendo loca -dije-. Estoy deseando que pase la ceremonia de mañana por la noche y que vuelva a ser ella misma.

ClanFintan asintió.

Yo comencé a acariciarle la cabeza a Epi, susurrándole palabras cariñosas para reconfortarla.

– Vamos, cariño. No pasa nada. Todo va bien -murmuré, y pareció que ella se relajaba-. Kai me dijo que podía oír las cosas que decía la tierra, y me gustaría poner a prueba su teoría.

Con una última palmadita, me dirigí de nuevo hacia los árboles. Oí que Epi se movía, y se detenía alternativamente. Miré hacia atrás y vi que había vuelto a quedarse inmóvil. De repente, se echó a temblar.

– ¡No pasa nada! -repetí, saludando alegremente a la yegua, y pasando por alto la preocupación que me provocaba su extraño comportamiento. Seguramente, Epi y yo estábamos teniendo una subida de hormonas. No era de extrañar que tanto ella como yo estuviéramos tan asustadizas. Cuando me volví hacia los árboles, todos los pensamientos sobre Epi se borraron de mi mente.

Estaba a centímetros de los enormes robles, y a aquella distancia oía con claridad algo que emanaba de ellos. Incliné la cabeza hacia delante, para escuchar con suma atención.

– ¿Rhea? -pregunto ClanFintan.

– ¡Shh! -susurré, sin volver la cabeza, alzando la mano para indicarle que se mantuviera en silencio.

Di otro paso hacia delante. Me di cuenta de que estaba sobre el pequeño riachuelo que discurría entre los dos árboles. Entonces coloqué un pie a cada lado de la pequeña corriente y elevé los brazos, para que mis manos descansaran sobre cada uno de los árboles.

Al tocar la corteza cubierta de musgo, sentí una dolorosa corriente por todo el cuerpo, como si hubiera agarrado un cable de alta tensión. El miedo se apoderó de mí, e intenté apartar las manos, pero se habían quedado pegadas en los árboles, como si estuvieran claveteadas a la corteza. Comenzaron a fallarme las rodillas, y me di cuenta de que me estaba cayendo hacia delante. De repente, fue como si el tiempo se ralentizara, y todo pasara fotograma a fotograma por delante de mis ojos.

La cabeza se me inclinó hacia delante, y vi mi reflejo en las ondas del agua. Entonces aquella imagen se fracturó, y pude ver a través del agua. Parpadeé lentamente, intentando aclararme la vista, y de repente, mi visión volvió a enfocarse. Vi lo que había dentro de la corriente y más allá, vi el mundo que había al otro lado, un mundo en el que un movimiento del cielo atrapó mi atención. Se me escapó un grito cuando me di cuenta de lo que era el estrecho cilindro metálico que pasaba por el horizonte azul. Un avión.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Diosa Por Elección»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Diosa Por Elección» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Diosa Por Elección»

Обсуждение, отзывы о книге «Diosa Por Elección» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x