James Ellroy - Jazz blanco

Здесь есть возможность читать онлайн «James Ellroy - Jazz blanco» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Jazz blanco: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Jazz blanco»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Para el teniente David Klein, muertes, palizas y extorsiones sólo son gajes del oficio. Hasta que en otoño de 1958 los federales abren una investigación sobre la corrupción policial y el mismo Klein se convierte en el cetnro de todas las pesquisas y acusaciones. Sin embargo, aunque él haya contribuido a crear ese mundo monstruoso, poblado por la codicia y la ambición, está dispuesto a salir vivo de él a cualquier precio.

Jazz blanco — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Jazz blanco», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Mike Breuning. Tenía miedo de que nuestras empresas estuvieran en peligro, y negoció una copia con Gallaudet a cambio de un trato. Por desgracia para él, Mike me confesó lo que había hecho antes de que le enviara a reunirse contigo, y por eso le preparé esa encerrona.

– ¿Y Gallaudet?

– Fue a reunirse con Alá, muchacho. Limpiamente descuartizado e inencontrable. Mata a Vecchio, si no lo has hecho aún, y entonces sólo quedará Exley sin pruebas sólidas.

– Chick me ha dicho que Duhamel se chivó a Exley.

– Sí, es cierto.

– También dijo que Exley guarda dinero en una caja fuerte.

– Sí, también es verdad.

– ¿En su casa?

– Sí, muchacho. Sería lo lógico.

– ¿Dinero en cantidad?

– Sí, eso es. Muchacho, ve al grano, ya me estás irritando.

– Yo puedo abrir esa caja. Mataré a Vecchio y cogeré el dinero de Exley. Nos lo repartiremos.

– Eres muy generoso, y me sorprende que no hayas expresado rencor por la encerrona en el mercado.

– Quiero caerte bien. Si escapo, no quiero que persigas a la gente que deje aquí.

– Eres muy considerado al dar por segura mi supervivencia.

– ¿Y el dinero?

– Acepto la mitad con mucho gusto.

Revuelo al pie de la colina: policías derribando a patadas las puertas de las chabolas.

– ¿Chick te ha contado el alcance de mis planes, muchacho?

– Sí.

– ¿Has sacado la conclusión de que disfruto mirando?

– Sí.

– Yo lo considero una compensación, una dispensa, por la gran labor de contención que voy a llevar a cabo. Lo considero una manera de entrar en contacto con una suciedad apremiante sin sucumbir a ella.

IMAGEN: Lucille, desnuda.

– Tú también eres un mirón, muchacho. Has entrado en contacto con tus propias tendencias oscuras y ahora disfrutas con la emoción de ser un mero espectador.

IMAGEN: las ventanas del burdel.

– Comprendo tu curiosidad, muchacho.

IMAGEN: las cintas del mirón; imágenes sincronizadas con sonidos.

– Me complace que, al parecer, también hayan despertado la curiosidad de los Kafesjian y de los Herrick. Muchacho, podría contarte muchas historias soberbias de esas dos familias.

IMAGEN: ventanas abiertas, iluminadas. CUÉNTAME COSAS.

– Muchacho, ¿notas cómo empieza a tomar forma una base para un entendimiento? ¿Empiezas a apreciar que los dos somos almas gemelas, hermanos en curiosi…

Gritos, linternas convergiendo.

Bajé a la carrera, tropezando y trastabillando. Chabolas apelmazadas unas contra otras; luces fijas en una puerta.

Hombres del grupo de seguimiento apretujados fuera. Me abro paso, miro:

Lucille y Richie Herrick, hallados muertos.

Torniquetes atados/ venas hinchadas/bocas paralizadas en un jadeo. Abrazados sobre un lecho de abrigo de visón.

Papelinas de heroína, agujas y Dranos sobre una piel de zorro.

50

8.01 de la mañana. Fugitivo federal.

Piso de fugitivo, coche de fugitivo: un Chevrolet del 51 comprado en un chatarrero. Llamadas de fugitivo:

Glenda, a salvo. Estilo contra miedo. Ganando, el estilo.

Sid Riegle, con pánico: hombres de Exley arrestaban a los míos.

Noticias de la oficina: Lucille y Richie, muertos de un cóctel de caballo y Dranos. Sid:

– Ray Pinker dice que ella lo mató primero, y luego se suicidó. El doctor Newbarr dice que nada de asesinato y suicidio posterior; todo estaba demasiado ordenado y bonito.

Más noticias:

Tommy y J.C., arrestados por los federales y soltados a las cuatro de la madrugada. Madge K., desaparecida; el coche que la seguía la había perdido.

Una llamada a Pete: encuéntrame a esa mujer. Ella puede DECIRME COSAS.

En el coche de fugitivo, por Cahuenga Pass hacia el sur. Miradas con pánico por el retrovisor; todo parecía extraño y sospechoso.

Noticias por la radio: ¡Ola de crímenes sacude L.Á.! ¡Mickey Cohen, testigo federal! ¡El fiscal del Distrito Gallaudet falta a un desayuno con la prensa; los periodistas reunidos, frustrados!

La despedida de Dudley, la noche anterior: «Necesitaré una prueba que demuestre lo de Chick. Bastará con su mano derecha: lleva un tatuaje muy reconocible.»

Rompecabezas:

Sangre vampira/el caso Kafesjian-Herrick: ¿quién?/¿por qué?

Al sur: Hollywood, Hancock Park. Giro a la izquierda: South McCadden, 432.

Virgen. Ningún coche aparcado junto a la acera o en el camino privado de la casa.

Llegué hasta la puerta y llamé. Nadie mirando: ganzúa al cerrojo, hasta forzarlo.

Dentro.

Cierro la puerta, paso el pestillo, enciendo la luz, avanzo.

Inspeccioné las paredes del salón: ningún cuadro, ningún panel falso.

Inspeccioné el cuarto de trabajo: fotos enmarcadas de Dudley Smith, maestro de ceremonias de la brigada. Las descuelgo, miro detrás…

Ninguna caja fuerte.

El piso de arriba. Tres dormitorios; más paredes, más fotos:

Dudley Smith como Papá Noel en una sala de poliomielíticos de un hospital, en el cincuenta y tres.

Dudley Smith, orador invitado de la Cruzada Cristiana Anticomunista.

Dudley Smith en el escenario de un crimen: comiéndose con los ojos a un fulano muerto.

Tres dormitorios, veinte fotos de Dudley Smith. Combustible para el odio de Exley.

Ninguna caja fuerte.

Abajo de nuevo. Inspección de la cocina. Nada.

Comprobé la moqueta: toda lisa y bien pegada. El piso de arriba: alfombras pequeñas en el pasillo. Las aparté.

Bajo una persa roja, un panel con bisagras.

Insertado en él, un disco de tambor y un tirador.

Con mano temblorosa: 34I-16D-31I. Dos ensayos, un chasquido. Tiro del pomo.

Pequeñas sacas de lona bancarias. Cinco. Nada más.

Billetes de cien, de cincuenta, de veinte. Usados.

Cerré la tapa, hice girar el tambor, coloqué de nuevo las alfombras. Abajo, a la cocina…

El juego de cuchillos. Cogí un machete de carnicero. Nervios y expectación: Chick.

51

– Dave, por favor…

Poderes mentales. Yo había aparecido en la puerta hacía apenas dos segundos, y él ya me estaba suplicando. En la mano derecha, un tatuaje: «Sally x siempre.»

– Dave, por favor…

683 de los grandes y el machete.

Pete, fuera, buscando a Madge; Fred, acostado en el dormitorio.

Chick, esposado. El pánico le hacía locuaz:

Hace tiempo que nos conocemos, lo hemos pasado bien, lamento haberme tomado a broma lo de Glenda, pero no puedes recriminarme eso, ¿verdad? Nos hemos divertido juntos, hemos hecho dinero, Pete quiere matarme, es un jodido anuncio de neón…

– Dave, por favor…

Cojines para amortiguar el estampido. Cortinas como improvisada mortaja.

– Dave… por Dios, Dave…

Cansado. Sin ánimos para hacerlo… todavía.

El muerto hablante:

Desapareceré… puedes confiar en mí… Glenda es estupenda… Sid Frizell dice que tiene madera de estrella. Frizell… vaya tarugo… no tiene ideas… ese tipo de la cámara, Wylie Bullock, es el doble de listo y no sería capaz de dirigir el tráfico en Marte… Tú y Glenda… os deseo lo mejor… Dave, sé lo que te ronda por la cabeza. Puedo verlo en tus ojos…

Cansado.

Sin ánimos para hacerlo… todavía.

Sonó el teléfono. Descolgué:

– ¿Sí?

– Soy Pete.

– ¿Y?

– Y he encontrado a Madge Kafesjian.

– ¿Dónde?

– Motel Skyliner; Lankershim y Croft, en Van Nuys. Tiene la habitación 104 y el tipo de recepción dice que está en plena llorera.

– ¿La estás vigilando?

– Trabajo por tu cuenta y estoy pendiente de esa habitación hasta que tú me digas lo contrario.

– Limítate a quedarte ahí. Iré enseguida, en cuanto pueda, así que…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Jazz blanco»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Jazz blanco» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Jazz blanco»

Обсуждение, отзывы о книге «Jazz blanco» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x