Jordi Sierra i Fabra - El asesinato de Johann Sebastian Bach

Здесь есть возможность читать онлайн «Jordi Sierra i Fabra - El asesinato de Johann Sebastian Bach» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El asesinato de Johann Sebastian Bach: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El asesinato de Johann Sebastian Bach»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«Laura Torras era todo lo que los solitarios y no tan solitarios sueñan alguna vez en la monotonía de su existencia». Una mañana de verano de Barcelona en un edificio de la calle, Johann Sebastian Bach, Daniel Ros descubre en el piso de enfrente el cuerpo destripado de su vecina. Ha sido víctima de un verdadero sádico. Pocos minutos después, conoce a Julia, una chica muy atractiva que aparece en el piso de Laura y dice ser su prima.
En vez de llamar a la policía, el periodista decide comenzar su propia investigación y descubre, poco a poco, que detrás de su oficio de modelo, Laura, escondía una vida mucho menos fascinante. Testarudo y con don para verse envuelto en líos, el periodista sigue varias pistas que llevarán hasta diversos sospechosos y, sobre todo, a volver a encontrarse con Julia, cuyas mentiras le dejan tan confundido como sus encantos juveniles.
En un juego de pistas a través de la ciudad, envuelto de imágenes que evocan escenas del cine americano, Daniel Ros descubre que el glamour puede transformarse, en ocasiones, en una película de terror.

El asesinato de Johann Sebastian Bach — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El asesinato de Johann Sebastian Bach», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Es demasiado -me dijo al verme.

Lo comprendí. Algunas personas ganan sesenta mil euros en un día, otras en un mes, algunas en un año, y la mayoría cuando pueden después de mucho trabajo. Cerró el maletín y lo dejó a un lado. Luego se levantó.

– ¿Mejor?

– Sí -reconocí.

– Ven.

La obedecí. Me tomó de la mano y me condujo al sofá más cercano. Las luces indirectas de la sala conferían al lugar un aspecto casi irreal, agradable e íntimo. Uno podía abandonarse allí. Yo estaba a punto. No supe lo que quería hacer hasta que vi el botiquín y las cremas.

– ¿Y esto? -pregunté.

– Los fines de semana colaboro con la Cruz Roja.

– Ya.

– ¿Quieres callarte y colaborar? -se enfadó.

Me callé y colaboré. Hizo que me sentara y me quitó el albornoz hasta la cintura. Me sentí desnudado por una mujer hermosa pero igual que si fuese manco. No pude moverme. Con aquellas luces, su rostro y su cuerpo lo formaban un sinfín de claroscuros luminosos. Temí hacer algo y que me rechazara. Temí no hacerlo y parecer idiota. En algún lugar de sí misma, sus verdades y sus mentiras me confundían. En silencio, pero creo que sabiendo lo que yo pensaba de la situación, me ayudó a tenderme boca abajo.

– Ahora relájate.

Lo intenté.

Comenzó a ponerme crema, a masajearme la espalda, sobre todo la parte afectada por el golpe. Me dolía, pero ahora me pudo más la sensación de placer. Lo hacía bien, casi como una profesional. Deseé que dijera algo, para desconcentrarme, pero no habló. Se empleó con eficiencia. Tanta que no pude evitar la excitación. Para cuando terminó yo no podía ponerme en pie.

– Esto ya está -suspiró-. ¿Mejor?

– Sí.

– Bien.

– ¿Te importa que siga tumbado un par de minutos?

No me gustó su sonrisa de superioridad. Lo sabía. Lo sabía y me jodía. Guardó las cosas y ahorró cualquier comentario. Imaginé que se sentía superior a mí porque me tenía donde quería, boca abajo, inútil y excitado. Quizá para ella fuese un juego, una forma de olvidar el mal día que habíamos pasado. Pero nunca es un juego. Demasiada carne a la vista. Demasiadas cosas juntas.

Julia apoyó el codo derecho en el respaldo del sofá y la cabeza en su mano.

– ¿Te quedas, no?

– Sí.

– ¿Y mañana?

– Llamaremos a la policía.

– ¿Lo contarás todo?

– Espero poder dejarte al margen, si es eso lo que te preocupa -mentí deliberadamente.

Me creyó, o quiso creerme. Su mano libre volvió a mi cuerpo. Me acarició la espalda hasta llegar a una de las mías. La presionó con algo más que ternura.

– Gracias -susurró.

– Todavía no me las des.

El maletín negro atrajo su atención una vez más.

– ¿Y el dinero? -quiso saber.

– ¿Qué pasa con él?

– ¿También vas a devolverlo?

– Por supuesto.

– ¿A quién se lo vas a devolver?

Era una buena pregunta. ¿Al cabrón de Constantino Poncela, que me había hecho machacar y que ni siquiera podía denunciarlo sin haber recuperado sus negativos o confesar que era víctima de un chantaje por tener una amante espectacular? ¿A la policía? ¿Cómo justificaba entonces mi presencia en el montaje de ese mucho chantaje?

De cualquier forma, no me gustó la intención del tono de Julia, ni la forma en que me presionaba la mano en ese momento.

Me incorporé.

– ¿No pretenderás…?

– Por supuesto -me confirmó ella.

– Pero eso sería un robo.

Pronunció sus dos siguientes palabras con una entrañable ternura, como si hiciera el amor, tiernamente.

– Eres idiota.

– Supongo que sí -reconocí.

– Idiota o rico.

– Sólo idiota.

– Escucha -se acercó a mí, inclinándose hacia adelante. Me estaba seduciendo y lo sabía, pero no hice nada. La camisa se abrió y de soslayo vi parte de lo que contenía, aunque no pude dejar de mirarla a los ojos-. Tal y como lo veo yo, ese dinero está perdido, y no creo que el tal Poncela lo necesite. Es tuyo, te pertenece. Te lo has ganado.

Era generosa. El dinero era mío.

– No lo es -certifiqué.

– Constantino Poncela no te conoce. No tiene ni repajolera idea de quién eres.

– Mi fotografía sale casi todos los días en el periódico.

– ¿Y qué? No puede hacerte nada.

– Eso lo dirás tú.

– ¡Vamos, Daniel! ¡Piensa!

– ¿Como tú?

– Sí, como yo. Yo aprendí a pensar. -Se puso más tensa y vehemente-. Y sé agradecer un regalo cuando me lo dan. Esto es un regalo. -Señaló el maletín-. Un regalo caído del cielo.

– Julia, cuando haya la investigación, que la habrá, todo acabará saliendo a la luz, los chantajeados por Álex y Laura no van a quedar en el anonimato. La policía irá a verlos, aunque es posible que no se den nombres. Nunca te juegues tanto por tan poco.

– ¿Llamas poco a sesenta mil euros?

– Olvídate de los euros -recapitulé-. Piensa en Álex.

– ¿Qué pasa ahora con Álex? -Puso cara de fastidio y arrastró cada palabra.

– Se supone que he hecho su trabajo. Querrá saber qué ha pasado y el resultado será el mismo. Sesenta mil euros son sesenta mil razones para que se interese mucho por el tema.

– ¡Álex, Álex, Álex! -gritó en un arranque de ira-. ¡Estoy harta de oír ese nombre!

Yo lo estaba aún más, pero no se lo dije.

– Pensaba que aún lo defendías.

– ¿Yo? ¿Y si es verdad que él mató a Laura?

La miré aturdido.

– Dios -exclamé-, hay que ver lo rápido que actúa un buen fajo de billetes sobre el ánimo de la gente.

Se puso en pie de un salto y se quedó así, frente a mí, temblando de ira, con los puños apretados y una de sus expresiones de gata salvaje en el rostro. No supe si iba a marcharse o a echarse sobre mí para atizarme.

– Cariño, supongo que no has tenido que sudar por cada puñetero euro que hayas podido ganar -me dijo.

– Cariño -le respondí en el mismo tono-, no me han llovido del cielo.

– Eres un mierda.

– Ya.

– ¡Di lo que piensas, vamos!

– No pienso nada, ¿qué te pasa?

– ¡Sí lo piensas! -Temblaba casi a punto de descontrolarse-. ¡Estás pensando: «Joder, esta tía buena me va a contar una de indios, y yo aquí, en bata, empalmado, y ella medio desnuda! ¿Qué hago? ¿La creo o no?». -Volvió a gritar-: ¿Es eso o no? ¡Coño, Daniel, dilo! ¡A fin de cuentas eres como todos! ¡Lo eres!

– ¿Por qué estás siempre a la defensiva? -Traté de calmarla sin levantar la voz, aunque casi me había 'puesto rojo-. ¡No pensaba en nada de lo que estás diciendo!

Fue extraño.

Se produjo una transformación radical, casi el final de una combustión espontánea. La ira la llenó tanto de tensión que acabó abrazándose a sí misma y luego se puso a llorar. Me levanté al instante, sin darme tiempo a ponerme el albornoz por arriba, que no se me cayó gracias a que el cinturón aún colgaba de la cintura, aunque sin mucha presión. Cuando la rodeé con mis brazos el contacto la hizo reaccionar.

Dio un paso atrás, me apartó y, mientras sus ojos me taladraban como cristales de roca, me soltó una tremenda bofetada que me dejó descompuesto y aturdido.

Me dolió.

No esperaba esa reacción, así que me dolió, y no en lo físico.

Luego ya no sé quién dio el primer paso, aunque creo que fuimos los dos. En menos de tres segundos estábamos besándonos como locos, como si el mundo fuese a terminarse ya mismo. Mis manos encontraron todo un espacio abierto bajo su camisa y las de ella fueron rápidas para quitarme el albornoz del todo.

Teníamos el sofá allí mismo.

Pero por alguna extraña razón, minutos después, o más o menos, no lo sé, porque no me di exacta cuenta de que nos estuviéramos moviendo, me vi en su habitación, en su cama con el colchón de agua, meciéndonos por aquel suave oleaje.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El asesinato de Johann Sebastian Bach»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El asesinato de Johann Sebastian Bach» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jordi Sierra i Fabra - Radiografia De Chica Con Tatuaje
Jordi Sierra i Fabra
Jordi Sierra i Fabra - El Enigma Maya
Jordi Sierra i Fabra
libcat.ru: книга без обложки
Jordi Sierra i Fabra
Jordi Sierra i Fabra - Campos de fresas
Jordi Sierra i Fabra
Jordi Sierra i Fabra - Sin tiempo para soñar
Jordi Sierra i Fabra
Asenath Mason - Das Buch Mephisto
Asenath Mason
Jordi Sierra i fabra - El viaje sin fin
Jordi Sierra i fabra
Sarah M. Anderson - Bringing Home the Bachelor
Sarah M. Anderson
Sheri WhiteFeather - Single Mom, Billionaire Boss
Sheri WhiteFeather
Отзывы о книге «El asesinato de Johann Sebastian Bach»

Обсуждение, отзывы о книге «El asesinato de Johann Sebastian Bach» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x