Craig Russell - Muerte en Hamburgo

Здесь есть возможность читать онлайн «Craig Russell - Muerte en Hamburgo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Muerte en Hamburgo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Muerte en Hamburgo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El detective Jan Fabel se encuentra ante el caso más sanguinario y macabro de su historia profesional. Los cadáveres de dos mujeres a las que han arrancado los pulmones y las notas desafiantes de alguien que firma como «Hijo de Sven» son las únicas pistas de un asesino cuya motivación va más allá de la ira, acercándose a una suerte de ritual donde lo sagrado y lo monstruoso se dan la mano para teñir de escarlata toda la ciudad. Mientras Fabel avanza en la investigación, va quedando claro que se trata de algo mucho más complejo que el trabajo de un simple psicópata.

Muerte en Hamburgo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Muerte en Hamburgo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Fabel no dijo nada, pero recordó el miedo que había pasado Sonja cuando su equipo hizo la redada en el piso buscando a Klugmann. Y recordó que Klugmann se había buscado un refugio más oculto para, al final, acabar en el fondo de una piscina llena de porquería. Volker vio que Fabel consideraba sus palabras, y se recostó despacio en su sillón. Fabel lo imitó. Cuando Volker continuó, lo hizo en un tono notoriamente menos agresivo:

– Puede que recuerde, Herr Hauptkommissar, que se mostró más que crítico respecto a la forma en que, a través de Klugmann, proporcionamos información a los ucranianos sobre el negocio en el que Ulugbay acabó siendo asesinado. Bueno, no somos tan estúpidos o despiadados como usted parece creer. Nos aseguramos de que hubiera lagunas cruciales en los detalles que Klugmann suministró sobre el negocio de Ulugbay con los colombianos. Para asesinar a Ulugbay, había que saber más, mucho más, de lo que proporcionó Klugmann. Y quien realmente dio la información debió darse cuenta de que el confidente que Klugmann tenía en el departamento de narcóticos del MEK era inventado.

– ¿Está diciendo que fue un agente de policía el que mató a Klugmann? -Fue Maria Klee quien se adelantó a la pregunta de Fabel.

Volker se encogió de hombros.

– ¿Directamente? Quizá, no lo sé. ¿Indirectamente? Es probable. La persona que ha estado vendiendo información ha estado exigiendo un precio muy alto, y estoy bastante seguro de que haría lo que fuera para protegerse. Pero no tuvo que ensuciarse las manos necesariamente. Si avisó a la banda de Vitrenko de que Klugmann era un policía secreto, los ucranianos habrían aceptado gustosos la carga de eliminarlo.

– Jefe… -Werner, que se había quedado de pie al lado de Fabel, habló en voz baja y tensa.

– Mierda… Claro. Trajimos a nuestro testigo al Präsidium. Joder, Volker, si hubiéramos sabido todo esto antes, no lo habríamos puesto en peligro. Nunca pensamos, ni por un momento, que traerlo aquí lo señalaría. -Fabel se volvió hacia Werner-. Pon a Hansi en protección policial desde ya.

– Ahora mismo, jefe -dijo Werner, y salió del despacho.

Maria se sentó en la silla vacante que había al lado de Fabel. Este puso cara de incredulidad.

– ¿Así que afirma que por eso ha estado ocultando pruebas para esta investigación? -preguntó Fabel.

Volker soltó un suspiro.

– Yo no he estado ocultando nada. Si cree de verdad que Vitrenko está detrás de estos asesinatos, haré todo lo que esté en mi mano para ayudarle. De hecho, a raíz de la muerte de

Klugmann ya no estamos dispuestos a hacer tratos con Vitrenko. -Volker se pensó mucho sus siguientes palabras-. No le caigo muy bien, ¿verdad, Fabel?

– No lo conozco. No me cae ni bien ni mal.

Volker soltó una risita ácida.

– Bueno, digamos que no le gusta lo que represento.

– No puedo decir que me guste demasiado.

– Ha dejado muy claro que para usted estoy a un paso de la Gestapo, mientras que su policía de Hamburgo representa todo lo que es bueno y puro. Pues deje que le diga una cosa, Fabel: tengo suerte de estar aquí sentado. Si la policía de Hamburgo se hubiera salido con la suya, mi árbol genealógico habría acabado en la prisión de Fuhlsbüttel de la policía de Hamburgo.

Fabel abrió más los ojos.

– ¿Sorprendido? Mi padre era socialdemócrata y sindicalista. Un idealista de diecinueve años. Así que, inevitablemente, fueron a buscarlo en plena noche. Pero no fueron ni las SS ni la Gestapo quienes llamaron a su puerta. Fue su queridísima policía de Hamburgo quien se llevó a mi padre a la cárcel de Fuhlsbüttel. Pronto le cambiaron el nombre, ¿verdad, Fabel? Konzentrationslager Fuhlsbüttel: un campo de concentración para la policía de Hamburgo. Claro que usted preferiría olvidarse de todo eso.

Fabel conocía bien la historia: el campo de concentración de Fuhlsbüttel, conocido como Kola-Fu. Era el capítulo más oscuro, más infame, de la historia de la policía de Hamburgo. Después de que en marzo de 1933 los nazis subieran al poder en Hamburgo, la policía de la ciudad había sido la responsable de las redadas contra comunistas y activistas socialdemócratas. En septiembre de aquel mismo año, las SS pasaron a dirigirla, pero aquellos seis meses de control policial fueron suficientes para empañar la historia de la policía de Hamburgo para siempre.

– De acuerdo -dijo Fabel al final-, acepto lo que dice. Pero no veo a qué viene.

La respuesta de Volker a las palabras de Fabel fue inmediata.

– Viene a que usted tiene un montón de teorías sobre poiqué entré en el BND. Pues bien, deje que le diga la verdad. Entré en el BND porque quería defender lo único que puede hacer que la historia de Alemania no vuelva a repetirse: la democracia y la Grundgesetz. Usted se considera un defensor de la ley. Bueno, yo me considero un defensor de la Ley fundamental: la Constitución. Lo hago porque creo que el único modo justo de gobernar que existe es una democracia liberal de verdad. -Se recostó en su sillón de piel-. ¿Sabe qué soy en realidad, Fabel? Un bombero. -Señaló la ventana con la cabeza-. Ahí fuera, Fabel…, ahí fuera hay toda clase de perdedores y desgraciados a quienes les gusta jugar con cerillas. De extrema derecha, de extrema izquierda, fundamentalistas religiosos chiflados… Están todos ahí fuera jugando con fuego en la oscuridad. Y mi trabajo consiste en apagar las chispas antes de que se conviertan en llamas.

– De acuerdo, supongo que le debo una disculpa -dijo Fabel-. Pero el hecho sigue siendo que nos ocultó pruebas.

– No nos debemos nada, Fabel, aparte de respeto mutuo y no hacernos el trabajo más complicado de lo que ya es. -Volker levantó el teléfono de la mesa, pulsó un botón y ordenó que le trajeran el expediente sobre Vitrenko.

Después de que se le entregara la carpeta a Volker, éste la abrió y sacó una hoja. Se la dio a Fabel. Contenía varias filas de iniciales y números. La examinó un par de veces antes de pasársela a María.

– No me dice nada -dijo Fabel. Miró a María, quien se encogió de hombros.

– Pero a sus compañeros de delitos empresariales, sí. -Volker echó hacia atrás la butaca de piel y entrelazó los dedos-. Son los rastreos de las transacciones. Detallan los movimientos de fondos entre cuentas, horas, fechas y cantidades. -Dejó que la butaca se moviera hacia delante de nuevo y entregó a Fabel dos hojas más de la carpeta-. Ésta es la clave de las cuentas. Detalla a quién pertenece cada una. También hay una orden de un tribunal federal… -Volker sonrió, casi con malicia-, para demostrar que obtuvimos la información de manera legal.

En la lista de titulares de las cuentas estaba Gallada Trading, Klimenko International, Eitel Importing y otras empresas que Fabel no reconoció.

– Ahí tiene datos suficientes para conseguir una orden. Si los de delitos fiscales escarban en algunas de estas cuentas falsas, encontrarán un rastro que los llevará directamente a los Eitel. Y a ellos en persona, quiero decir; no a sus negocios. Puede que también halle alguna que otra sorpresa más.

Fabel levantó una ceja.

– Que sus expertos lo investiguen todo. -Volker se inclinó hacia delante, descansando el peso de sus anchos hombros sobre los codos-. En cuanto a Vitrenko… De verdad que no puedo darle ninguna pista sobre dónde encontrarlo. Es como un fantasma. No obstante, sí que tenemos localizados a un par de sus lugartenientes.

De nuevo, buscó en la carpeta y sacó un par de fotografías. Las dejó sobre la mesa y las giró para que Fabel y Maria las vieran. Eran las típicas imágenes de las vigilancias estrechas: estaban tomadas a distancia con teleobjetivo. Los dos hombres tendrían casi cincuenta años; uno era enjuto y nervudo; el otro, corpulento. Los dos tenían el aspecto peligroso de los soldados veteranos. Volker dio unos golpecitos con el dedo sobre la imagen del hombre enjuto.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Muerte en Hamburgo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Muerte en Hamburgo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Muerte en Hamburgo»

Обсуждение, отзывы о книге «Muerte en Hamburgo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x