Matthew Pearl - El Último Dickens

Здесь есть возможность читать онлайн «Matthew Pearl - El Último Dickens» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Último Dickens: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Último Dickens»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un apasionante y vertiginoso thriller que reabre uno de los más grandes enigmas literarios de la historia. ¿Qué ocurrió con la novela inconclusa de Charles Dickens? ¿Hubo alguna relación entre la repentina muerte del escritor más admirado en vida, y esta misteriosa obra cuya sola mención deja un rastro de cadáveres en tres continentes?
Una brillante y adictiva trama que mezcla el tráfico del opio y la literatura, el efervescente Boston de fines del siglo XIX, el Londres victoriano y la India colonial.
Dejará sin aliento a la cada vez mayor legión de seguidores del maestro de la novela histórica de intriga, y atrapará desde la primera página a los nuevos lectores.
«Matthew Pearl es la nueva estrella deslumbrante de la ficción literaria. Un autor superdotado.» DAN BROWN
«Brillante y erudito.» The New York Times
«Irresistible… Admirable.» The Observer

El Último Dickens — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Último Dickens», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Desde su regreso de Inglaterra, el contacto que mantenían Osgood y Rebecca había sido un modelo de decoro y distancia profesional, dejando todas las puertas de comunicación entre ellos abiertas para que todos lo vieran. Pero los dos habían hecho una señal en sus dietarios. 15 de mayo de 1871, más o menos a seis meses del presente: ésa era la fecha en la que el reloj se detendría y su divorcio sería tan oficial como la cúpula dorada del Capitolio. La espera resultó ser una fuente de intensa emoción. El secreto era inquietante y aumentaba el amor que sentían el uno por el otro. Cada nuevo día les acercaba veinticuatro horas más a la recompensa de un cortejo público.

Cuando entró en el despacho del socio mayoritario, Osgood suspiró a pesar de sí mismo y de sus renovados éxitos.

– Hoy hemos tenido más cifras extraordinarias de ventas del último Dickens -dijo Fields-. Sin embargo, sus pensamientos parecen estar muy lejos.

– Tal vez lo estén.

– Bueno, y ¿dónde?

– Perdidos en el mar. Señor Fields, tengo que decirle lo que pienso. Creo que es posible que el equipaje de Frederic Chapman no sufriera ningún accidente.

– ¿Oh?

– No creo que esas páginas desaparecieran en el accidente. No tengo pruebas, sólo sospechas. Puede que intuición.

Fields, meditabundo, asintió con la cabeza. El socio mayoritario mostraba señales indudables de agotamiento.

– Ya.

– Me considera injusto con ese caballero -dijo Osgood cautelosamente.

– ¿Con Fred Chapman? No le conozco mejor que usted para saber si es un caballero o un timador.

– Sin embargo, ¡no parece haberle sorprendido mucho mi drástico comentario! -exclamó Osgood.

Fields observó a Osgood con calma.

Hubo informes por cable de las inundaciones a bordo del barco.

– Lo sé. Pero usted también ha sospechado -señaló Osgood-. Ha sospechado algo desde el primer momento. ¿No es verdad?

– Mi querido Osgood. Tome asiento. ¿Ha leído el libro de Forster sobre la vida de Dickens?

– Lo he evitado.

– Sí, apenas concede la menor atención a nuestra gira por América. Pero sí reproduce el texto del contrato de Dickens con Chapman.

Si el mencionado Charles Dickens muriera durante la escritura de la mencionada obra, El misterio de Edwin Drood , o de alguna otra manera quedara incapacitado para terminar dicha obra para su publicación en los doce meses según lo acordado, o en caso de su muerte, incapacidad o negativa, se recurrirá a la persona designada por el Fiscal General de Su Majestad para que determine la cantidad que deba reintegrarse por el mencionado Charles Dickens, sus albaceas o administradores, al mencionado Frederic Chapman en justa compensación, en cantidad proporcional a la parte de la obra que no se haya completado para su publicación.

Osgood bajó el libro.

– Es, como dijo el Mayor, como si los libros fueran trastos viejos. ¡Chapman cobra dos veces! -exclamó.

– Exacto -dijo Fields-. Gana el dinero de la venta del libro y el patrimonio de Dickens le paga la compensación al no estar acabado el libro. Por otro lado, si fuera por ahí exhibiendo el último capítulo para que lo supiera todo el mundo, los albaceas (Forster, al que no le gusta Chapman ni un poquito por considerarle otro competidor inmerecido en las atenciones de Dickens) podrían argüir que, incluso sin la totalidad de las seis entregas finales, el último capítulo prueba que Dickens sí lo terminó y sus herederos no le deben ni un chavo a Chapman. Y eso no es todo. Piénselo, se lo ruego. Una novela nueva de Dickens es una novela nueva de Dickens, con todo lo que eso supone. Pero una novela inacabada de Dickens es un misterio en sí mismo. ¡Imagine las especulaciones, el éxito! El interés que despierta la publicación de Chapman es inestimable.

– Y no tiene que vérselas con los piratas, como nos pasa a nosotros aquí sin los derechos del señor Dickens -dijo Osgood.

– No, es cierto -admitió Fields.

– Entonces ¿cree usted que las páginas que le entregamos, aquel último capítulo, todavía existen?

– Puede que verdaderamente las destruyera un accidente. Nunca lo sabremos. A no ser que… Bueno, usted dice que le pagan dos veces, muy cierto. Pero podría conseguir que, al final, le pagaran tres veces. Si llegara el día, tal vez dentro de meses, o dentro de diez años, o de un siglo, en que la empresa de Chapman o sus herederos necesitaran dinero, podrían publicar el final «¡recién desvelado!» de El misterio de Edwin Drood ¡y causar una revolución entre el público lector! El villano de la novela sería condenado de una vez por todas.

Osgood lo pensó durante un instante.

– Tiene que haber algo más que podamos hacer.

– Ya lo hemos hecho. Hemos tenido todo un éxito gracias a usted y a la señorita Sand.

Osgood se dio cuenta entonces de que Fields empuñaba una pluma en su escuálida mano.

– Mi querido Fields, vaya, no debería fatigarse escribiendo. Ya sabe que la señora Fields me ha encargado que le vigile para que se cuide esa mano. Puedo llamar a su asistente o hacerlo yo mismo.

– No, no. Esta última cosa tengo que escribirla yo mismo, gracias, ¡aunque no escriba nada más en toda mi vida! Estoy cansado y hoy me voy a marchar temprano a casa a dormir, como su viejo gato de rayas. Pero antes, tengo un regalo para usted, por eso le he hecho venir.

Fields mostró un par de guantes de boxeo. Osgood, riendo para sí, no supo qué decir.

– Será mejor que los acepte, Osgood.

Fields deslizó sobre la mesa de despacho una hoja de papel. En ella, trabajosamente caligrafiado de su puño y letra, se veía el diseño preliminar de un membrete de papelería. En él se leía:

James R. Osgood & Company. 124 Tremont Street

– Esta talentosa y encantadora joven me ha ayudado a diseñarlo -dijo Fields.

Rebecca apareció en el quicio de la puerta con un vestido blanco de cachemir y una flor en el pelo, recogidos los rizos negros en un moño alto. Osgood, olvidando que tenía que contenerse, tomó sus manos entre las de él.

– ¿Cómo te sientes, mi querido Ripley? -preguntó ella sin aliento.

– Sí, no sea tímido -dijo Fields-, ¿qué le parece esto? Con sinceridad. ¿Le ha sorprendido, mi querido Osgood?

El aprendiz llamó a la puerta haciendo equilibrios para sujetar un paquete mal envuelto que era casi tan grande como él.

– Ah, Rich -dijo Fields-. Pídele a Simmons que envíe una nota a Leypoldt informándole de que tenemos cambios para su información. ¿Qué es eso? -preguntó refiriéndose al paquete-. En este momento estamos muy ocupados celebrando las buenas nuevas.

– Creo que es un paquete. A ver, está dirigido a… -empezó a decir el aprendiz, haciendo una pausa insegura-. Vaya, a James R. Osgood y Compañía, señor.

– ¿Cómo? -exclamó Fields-. ¡Imposible! ¿Qué especie de Tiresias moderno podría saberlo ya? ¿Qué clase de hombre con más ojos que Argos?

Osgood abrió con calma las sucesivas capas de papel, tan frías tras el trayecto invernal del paquete que bien podían ser finas láminas de hielo. Debajo de ellas emergió el busto de hierro de un distinguido Benjamin Franklin con su precavida mirada de soslayo tras las gafas y sus labios fruncidos.

– Es la estatua del despacho de Harper -anunció Osgood.

– ¡Es la posesión más querida del Mayor! -dijo Fields entre la sorpresa y el desconcierto.

– Hay una nota-dijo Osgood, antes de leerla en voz alta.

Felicidades por su ascenso, señor Osgood. Cuide bien de esta reliquia por el momento. Se la reclamaré cuando consiga absorber su firma. Siempre alerta, su amigo Fletcher Harper, el Mayor.

En la parte superior del papel se veía el emblema de la eterna antorcha de Harper.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Último Dickens»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Último Dickens» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Último Dickens»

Обсуждение, отзывы о книге «El Último Dickens» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x