[29] El padre Fowler le pide, por favor, permiso para ver al cardenal Shaw, y la monja le responde que su polaco está un poco oxidado.
[30] Solidaridad es el nombre del sindicato polaco que creó en 1980 el electricista Lech Walesa, premio Nobel de la Paz. La relación entre Walesa y Juan Pablo II fue siempre muy estrecha, y hay indicios de que el dinero para la creación de Solidaridad salió en parte del Vaticano.
[31] William Blake fue un poeta protestante inglés del siglo XVIII. “ El matrimonio del cielo y el infierno ” es un obra que abarca diferentes géneros y de difícil clasificación, aunque podríamos llamarlo un poema satírico. Una buena parte de su extensión corresponde a los Proverbios del Infierno , aforismos supuestamente dados por el demonio a Blake.
[32] Los carismáticos son un grupo polémico cuyos ritos suelen ser bastante extremos: en sus ritos cantan y bailan al son de panderetas, dan volteretas (e incluso los más osados llegan a dar saltos mortales), arrojan al suelo los bancos de la iglesia o se suben a ellos, hablan en lenguas... Todo ello supuestamente imbuídos del Espíritu Santo y de una euforia tremenda. La Iglesia católica no ha visto nunca con buenos ojos a éste grupo.
[33] “Santo pronto”. Con ese grito, muchos pedían la canonización inmediata de Juan Pablo II.
[34] Según la doctrina católica, el Arcángel San Miguel es el capitán de las huestes celestiales, el ángel que expulsó a Satanás del cielo y el defensor de la Iglesia.
[35] El proyecto de la bruja de Blair era un supuesto documental sobre unos jóvenes que se perdían en el bosque para hacer un reportaje sobre fenómenos extraños en la zona y acababan desapareciendo todos. Tiempo después se encontraba la cinta, también supuestamente. En realidad era un montaje de dos jóvenes y hábiles directores que consiguieron un gran éxito con una película de presupuesto muy reducido.
[36] Efecto viandante.
[37] Juan 8, 32.
[38] Uno de los dos aeropuertos de Roma, situado a 32 kilómetros de la ciudad.
[39] El padre Fowler debe referirse, sin duda, a la Crisis de los Misiles. En 1962, el premier soviético Jruschev envió a Cuba varios barcos cargados con cabezas nucleares, que una vez instalados en el país caribeño podrían alcanzar objetivos en los Estados Unidos. Kennedy impuso un bloqueo a la isla, y prometió hundir los cargueros si no volvían de vuelta a la URSS. A media milla de los destructores norteamericanos, Jruschev mandó regresar a sus barcos. Durante cinco días el mundo había contenido el aliento.